Cáritas Universitaria atiende a un millar de personas en sus primeros diez años

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Cáritas Universitaria atiende a un millar de personas en sus primeros diez años

Cáritas Universitaria de Sevilla cumple diez años, y lo ha conmemorado con un acto que se celebró ayer, día 4 de octubre, en el Rectorado y la capilla de la Universidad de Sevilla, con la participación, entre otras autoridades, del arzobispo, monseñor Saiz Meneses, y el rector de la Hispalense, Miguel Ángel Castro.

El desaparecido Juan del Río fue, allá por finales de la década de los ochenta del siglo pasado, el primer director del recién creado Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS). Durante su período al frente de la Pastoral Universitaria se inició una corriente de ayuda a sectores desfavorecidos de la comunidad universitaria. El actual delegado, Pablo Guija, recuerda cómo las campañas de Navidad, las recogidas de alimentos y la atención en el despacho del SARUS fueron el germen de lo que Álvaro Pereira formalizó hace ahora diez años. Nacía entonces Cáritas Universitaria, con una forma jurídica muy particular, “de forma que sea una rama de Cáritas Diocesana, pero al mismo tiempo dependa del Servicio de Asistencia Religiosa Universitaria”, aclara Guija.

Desde esta Cáritas se atiende a todo miembro de la comunidad universitaria: profesores, miembros del PAS y estudiantes, sobre todo a estos dos últimos colectivos, según se desprende del balance del primer decenio. Nada habría sido posible sin la colaboración de un cuerpo de voluntarios, reclutados entre profesores y estudiantes, que recibieron una formación específica “para atender fraternalmente a los usuarios”.

“Ayuda integral al alumno”

El sistema de becas que se canaliza en esta Cáritas abarca tanto matrículas como transporte, manutención, alquileres, expedición de títulos e incluso ayuda psicológica. “Se busca una ayuda integral al alumno”, añade el director del SARUS. Y para ello hay que contar con toda la información posible, de ahí que el usuario deba aportar los datos que ayuden a conocer la situación de la persona que llega pidiendo ayuda. Con esa información se procede a la fase de acogida, “donde la persona se desahoga y se produce ese encuentro fraterno y reconfortante”. Finalmente, se determina la ayuda, y si hay algún recurso que desconozca se le guía hacia esa vía, ya sea de la propia universidad, de Cáritas o de otra fuente externa. El objetivo es trabajar coordinadamente con otros servicios.

“Es muy bonito ver que hay personas que luego escriben cuando ya son profesionales y han encontrado trabajo. Recuerdan cómo vino de forma tan propicia esta ayuda de Cáritas, una colaboración que le permitió finalizar sus estudios y, sobre todo, tener esa proyección de futuro”, destaca Pablo Guija. Son casos que refuerzan la idea que motivó el origen de esta instancia: que nadie deje sus estudios por razones económicas.

Programa Estudiantes

Gracias también a Cáritas surgió el Programa Estudiantes, de la hermandad radicada en el campus de la Hispalense. Esta corporación, junto a muchos benefactores, ofrece cada año más becas (en la última edición fueron 91) de distintas modalidades y cuantías.

A lo largo de los años, tanto desde la Universidad de Sevilla como desde la Pablo de Olavide y el Programa Estudiantes, más de un millar de miembros de la comunidad universitaria se han beneficiado de estas ayudas. Algunos usuarios lo han hecho durante varios años, al persistir la necesidad atendida. En cuanto al perfil del usuario, Pablo Guija constata un aumento del número de extranjeros atendidos, “refugiados políticos, sobre todo de ciertos países de América, como Nicaragua y Venezuela, algún cubano, muchos saharauis, e incluso rusos disidentes sin recursos, y ucranianos”.

Abierto durante la pandemia

La pandemia, y el consiguiente confinamiento, fue una prueba de fuego para medir la capacidad de acción de esta instancia social. “El lema de Cáritas era ‘La caridad no cierra’ y nosotros lo llevamos a gala haciendo acogidas online, en un proceso muy enriquecedor”, recuerda el delegado de Pastoral Universitaria.

Cáritas Universitaria sale a las calles. Y lo hace las noches de los miércoles, dentro del programa de atención a personas sin hogar. Las rutas nocturnas se llevan a cabo en coordinación con proyectos para este colectivo de otras parroquias, “tratando de acompañar y hacer un seguimiento a estas personas”.

En la actualidad, uno de los retos de Cáritas Universitaria es la difusión, “que toda la comunidad nos conozca, también las Cáritas parroquiales, para que nos deriven los casos que les lleguen, porque –subraya- tenemos recursos y voluntarios, y nos da mucha lástima cuando tenemos noticias de que alguien ha dejado los estudios por razones económicas”.

 

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