El cardenal Amigo Vallejo es, desde el pasado domingo, hermano de honor de la Hermandad Matriz de Almonte. La distinción se la entregó el presidente de la corporación, Santiago Padilla, en el curso de un acto que se celebró en la Parroquia de la Asunción, de Almonte, donde se encuentra la imagen de la Virgen del Rocío.
Antes de la entrega, se destacó “su larga trayectoria de apoyo y disponibilidad para la devoción rociera”, y se recordaron “entre otros momentos importantes para nuestra historia, su intervención decisiva en la visita de Su Santidad el Papa San Juan Pablo II al Rocío, en 1993, o para la celebración del primer Encuentro de Jóvenes de las Diócesis Andaluzas en El Rocío, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, celebradas en Sídney, en 2008”.
“Procuré ser fiel a la Virgen del Rocío”
El cardenal recordó que vino al Rocío, “primero, como un rociero más. Y volví siendo devoto. Procuré ser fiel a la Virgen del Rocío”. Visiblemente emocionado, reconoció que era para él una satisfacción muy grande “haber contribuido a esta devoción, no me perdonaría nunca haber venido a esta casa y no llevarme un poco del amor de la Virgen y transmitírselo a los demás. Esta distinción grande –añadió- quiero dedicársela sobre todo a Nuestra Señora, y solamente tengo que decir, como gratitud, lo que aprendí en esta casa: ¡Que viva la Virgen del Rocío! ¡Que viva la Madre de Dios!”
Posteriormente tomó la palabra Santiago Padilla, que hizo un alegato a la gratitud que los rocieros deben al cardenal Amigo: “La gratitud es la memoria del corazón, y teníamos muchos motivos de agradecimiento para el cardenal Amigo. No sólo por su celo pastoral y por su dedicación como arzobispo de Sevilla, a su diócesis y a su archidiócesis, a la que pertenece como sufragánea la diócesis de Huelva, sino por su compromiso personal a la devoción a nuestra patrona, la Santísima Virgen del Rocío”.
“Integrar, sumar y multiplicar”
Tras glosar algunas facetas de la personalidad y trayectoria del cardenal, Padilla recordó que fue una imagen de la Virgen del Rocío la que fue entronizada y a la que rezó el papa Juan Pablo II en la sacristía instalada en el altar provisional del campo de la Feria, donde, en noviembre de 1982, se celebró la misa estacional en la que fue beatificada sor Ángela de la Cruz. Una imagen labrada en plata y conjugada con marfil, propiedad de la Hermandad del Cachorro de Sevilla, “que representaba fielmente a nuestra bendita titular”. El presidente de la Hermandad Matriz destacó este detalle y, dirigiéndose a monseñor Amigo, afirmó “qué valiente, señor cardenal, hacer todo esto en la ciudad que lleva con honor y con justicia entre sus títulos el de mariana, y qué manera de aprovechar unos momentos tan señalados para integrar, sumar y multiplicar”.
Concluyó reiterando que estos detalles del cardenal no fueron sino el anuncio del “gran servicio que iba a prestar a la historia de la devoción rociera” casi una década después. “En 1992 –recordó- la generosidad y sensibilidad del cardenal había hecho posible que los congresos mariano y mariológico que se celebraban en España con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América tuvieran lugar en la ciudad de Huelva, y que su clausura se celebrara en la aldea del Rocío”.
Puede ver el vídeo del acto en este enlace: