Por D. Manuel Portillo, Delegado de Relaciones Interconfesionales de la Archidiócesis de Sevilla. El año 2.008 ha estado lleno de acontecimientos ecuménicos. Tres veces ha estado en el año 2.008 el Patriarca Ecuménico Bartolomeos I en Roma: en el Instituto Oriental de Roma, dirigido por los Jesuitas, donde el Patriarca fue alumno; en la inauguración del Año Paulino y en la Asamblea General del Sínodo de Obispos celebrada en octubre. Por primera vez, desde hace 1.000 años, un Patriarca de Constantinopla habla ante el Sínodo Católico en la Capilla Sixtina. En noviembre el Papa ha recibido al Patriarca de Silicia de los Armenios Aram I, y también a los Delegados Fraternos de otras Iglesias Cristianas y al Rabino Judío de Gaza, presentes en el Sínodo de Obispos.
Ecumenismo en España y Sevilla
En España ha salido la Biblia Interconfesional, traducida por Biblistas católicos y protestantes de las lenguas originales, después de 30 años de trabajos en común.
En Madrid, hemos participado en el III Congreso de Ecumenismo, con el tema “La III Asamblea Ecuménica Europea de Sibiu, un reto para el Ecumenismo en España”, y en Barcelona en el mes de diciembre en un Congreso Internacional de Ecumenismo, bajo el lema: “El Bautismo y la Confirmación en las confesiones cristianas”, con la participación del Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación de Iglesias Orientales, el Cardenal de Barcelona, varios Obispos Ortodoxos, Evangélicos y teólogos y fieles de las Iglesias Cristianas.
En Sevilla, este año hemos tenido en el Centro de Estudios Teológicos (CET), hemos tenido unas Jornadas Teológicas sobre “El Ecumenismo hoy”. Y en mayo, la XXIV Semana Mariana, con el tema: “En diáologo Ecuménico e Interreligioso desde María”, organizada por la Revista Miriam, los Camelitas Descalzos y la delegación de Ecumenismo de la Archidiócesis de Sevilla.
Recientemente hemos recibido un grupo Judío de diversas naciones, le hemos mostrado la historia de Sevilla en la Catedral, y después, en el Aula A.D. Valverde del Palacio Arzobispal, hemos tenido un diálogo sobre relaciones Judeo-Cristianas hoy.
“Estarán unidas en tu mano” (Ezequiel 37, 15-28)
El proyecto de la Semana de este año ha sido elaborado por los miembros de un grupo de representantes de la Conferencia de Obispos Católicos de Corea y del Consejo Nacional de las Iglesias Cristianas en Corea. El encuentro preparatorio internacional fue en Marsella (Francia), con el grupo “Esperanza Marsella”, compuesto por confesiones religiosas y diversos grupos cívicos, que se formó con ocasión de ciertos disturbios con el principal objetivo de mantener la paz en la ciudad. El texto final lo publica el Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Corea, un país dividido, después de 5000 años de unidad
Corea ha sido una nación homogénea con desarrollo cultural a través de siglos. Sufrió numerosas invasiones por su posición estratégica. En 1953 se firmó el tratado por el que se formó la República de Corea del Norte, con ideales comunistas, y la República de Corea del Sur que optó por la democracia. Como consecuencia más de 10 millones de familias quedaron divididas.
Desde 1972 se ha iniciado, con la Declaración Conjunta, un camino de reconciliación, con intercambio y esfuerzos por la reunificación del país. Las Iglesias cristianas, en 1988, publicaron la Declaración de las Iglesias de Corea sobre la reunificación y la paz. Como consecuencia ha habido resultados concretos en la religión, arte, educación, economía…
Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2009
La comunidad católica fue fundada en 1784 y el protestantismo en 1880. En 1919 llegaron otras religiones como el budismo, taoismo, etc. Desde el Vaticano II, las Iglesias Católica, Ortodoxas y Evangélicas han realizado un camino ecuménico y en el 2000 se han comprometido en la organización de un Foro Ecuménico.
En este contexto, las Iglesias han encontrado similitudes sorprendentes entre la situación de su país dividido y la división de los cristianos. En Ezequiel 37, aparecen dos palos de madera que significan Israel dividido en los reinos del Norte y de Judá y en la mano del Señor se refleja la reconciliación y el Shalom de un pueblo unido. Durante esta semana oramos para que venga sobre nosotros el Espíritu y nos dé vida hacia la unidad plena y visible de las Iglesias.
