En solo un año, el monumento de las Ermitas de Córdoba ha recibido más de quince mil peregrinos y casi una treintena de actividades diversas que han logrado una mayor devoción al Sagrado Corazón de Jesús en el noventa aniversario de la inauguración de esta imagen y el centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús.
“La devoción y el culto al Sagrado Corazón de Jesús es culto al amor de Dios”. Con estas palabras, el obispo de Córdoba ha resumido lo que ha sido todo un año de gracia en la ciudad, el Año Jubilar que la diócesis de Córdoba ha vivido en torno al Sagrado Corazón de Jesús, en una celebración eucarística que ha tenido lugar este jueves, festividad de San Rafael, a los pies del monumento dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y a la que han asistido cientos de fieles.
El prelado ha recordado que precisamente en la fiesta de San Rafael, hace noventa años, “nuestros antepasados subieron hasta este monte porque se había construido este gran monumento al Sagrado Corazón de Jesús y subieron veinticinco mil personas”. Y en este año, este “balcón” a la ciudad de Córdoba ha recibido más de quince mil peregrinos y casi una treintena de actividades para dar a conocer esta devoción que bendice cada día a la ciudad. “Este monumento sigue bendiciendo a la ciudad de Córdoba y a todos sus habitantes, por lo que noventa años después volvemos a celebrar la eucaristía y a renovar nuestra consagración al Corazón de Jesús”, ha indicado el Obispo.
Por otro lado, Mons. Demetrio Fernández ha explicado la importancia de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús:”Consiste, en primer lugar, en fijar nuestra mirada en Cristo Jesús, ese hijo de las entrañas de María y la Iglesia que venció al demonio en la resurrección”. “La devoción al Sagrado Corazón de Jesús pone a Jesucristo al centro, que es rey, con ese corazón que tanto amaba a los hombres”, ha afirmado al tiempo que ha recordado que “nuestro Dios no es un Dios filosófico, es un Dios que tiene entrañas de misericordia y la devoción al Sagrado Corazón de Jesús no es otra cosa que reconocer el amor de Dios y regenerar nuestro propio corazón herido por el pecado”.
El pastor de la Diócesis ha querido pedir, especialmente, al hacer la consagración de Córdoba al Sagrado Corazón de Jesús, “que Dios derrame sus bendiciones y su perdón abundante” en nuestra ciudad, por un mundo nuevo de justicia, paz y amor y ha querido poner de manifiesto que “la devoción al Corazón de Jesús no es algo del pasado, es de hoy y para siempre”. Muestra de ello han sido los datos ofrecidos por la comisión que ha venido organizando durante todo este Año Jubilar diversos actos en torno al monumento de las Ermitas para reavivar la devoción al Corazón de Jesús.