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La primera parroquia de Benagalbón data de 1505

Situado en la comarca de la Axarquía, a pocos kilómetros de la capital, se encuentra la localidad de Benagalbón, famosa por sus verdiales, cuya fiesta ha sido declarada de Interés Turístico por la Diputación Provincial de Málaga.

Estos cantes tienen su día grande en la celebración anual de su famoso “Concurso Tradicional de Verdiales”, una fiesta cuyo origen se encuentra en el final de las tareas propias de la vendimia. Y es que, gran parte de las tierras de Benagalbón estaban dedicadas al viñedo, por ello, cuando en 1878 la plaga de filoxera arrasó la provincia de Málaga esta localidad fue muy castigada y muchos pequeños propietarios no pudiendo subsistir se vieron obligados a emigrar a la costa o hacia América en busca de trabajo.

Según recoge en su obra el que fuera sacerdote de la Diócesis de Málaga, Rafael Gómez Marín, “Geografía de la Iglesia de Málaga”«la primera parroquia de la localidad estaba dedicada a Santa María y databa de 1505, compartiendo beneficio y sacristía con su vecino Moclinejo. Pero posteriormente ya aparece la parroquia actual de Ntra. Sra. de la Candelaria». Se trata de una sencilla construcción de planta rectangular cubierta con techo raso formado por rasillones y vigas de madera. La iglesia primitiva data del siglo XVI, y como afirma Gómez Marín «en junio de 1991 se inauguró en la parroquia un mural pintado por Francisco Hernández, que cuenta con tres partes fundamentales: Navidad del Señor, Presentación de la Virgen y Asunción».

Su párroco, Enrique Mateo, afirma que «perteneciendo a Rincón de la Victoria, Benagalbón tiene una esencia particular. Con sones malagueños por verdiales y relaciones familiares entre todos los vecinos del pueblo. Siempre te van a acoger como uno más. Un pueblo que cuida y protege sus tradiciones, de manera especial la Feria en honor a la Virgen de la Candelaria, por la que los vecinos trabajan todo el año. Con el peculiar gesto de lanzar a la Virgen de la Candelaria y a San José peladillas y cacahuetes durante su procesión, así el pueblo manifiesta su piedad y devoción a la patrona a la que veneran durante el año en la pequeña y acogedora parroquia».

Beatriz Lafuente

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