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La Iglesia celebra la fiesta de la Asunción a pesar del coronavirus

La de este año será una fiesta de la Asunción de la Virgen un poco descafeinada. No en la esencia, ya que la Iglesia la va a celebrar con la misma intensidad que todos los años. ¡Faltaría más! Pero sí lo será en cuanto a las manifestaciones populares, que, por culpa del coronavirus, no van a tener lugar. En muchos de nuestros pueblos tendría que haber fiestas, procesiones, romerías,… y no las habrá.

Será una fiesta de la Asunción más íntima, menos explosiva, pero igualmente vivida desde la devoción a la Virgen, que en muchos de nuestros pueblos es Patrona y Señora. Más íntima quizá…. pero será. Sí, porque fiesta de la Asunción habrá y la Iglesia mantiene el calendario de celebraciones de todos los años, como día de precepto que es. Así, en las parroquias habrá celebración de la Eucaristía, aunque no haya procesión, ni romería. Podremos celebrar la grandeza de la Virgen, su asunción a los cielos y su intercesión desde allí como Madre que es.
Y será, como siempre, una fiesta en la que se celebren otras muchas advocaciones de la Virgen, que tienen lugar estos días de mediados del mes de agosto, para regocijo y disfrute de todos, también de los que han podido llegar de lejos.
Un ejemplo de cómo ha habido que reinventar estos días de fiesta en tiempo de coronavirus es la adaptación que han tenido que hacer en la parroquia de Virgen de Gracia, de Guadix: se ha mantenido tanto el quinario como la Misa en el día de la fiesta y la ofrenda floral se va a convertir este año en una ofrenda de ayuda solidaria hacia los más necesitados. Pero no habrá procesión por las Cuevas con la imagen de la Virgen de Gracia. Aquí, el día grande de la fiesta será el domingo 16 de agosto, pero los cultos de preparación ya comenzaron el día 11. Además, este año se pueden seguir estas celebraciones desde cualquier lugar, dado que están siendo retransmitidas a través del canal de YouTube de la parroquia de Virgen de Gracia.
Y, como en Gracia, así será también en muchos de nuestros pueblos, haciendo lo que se puede y se permite hacer. Porque, aunque el coronavirus nos esté quitando muchas de nuestras costumbres y nos haya cambiado la vida, no podrá borrar nuestra devoción a la Virgen. Será desde el corazón, sí, pero tendremos la oportunidad de celebrar la Misa en el día de su gloriosa asunción a los cielos y de pedirle que pase pronto esta pesadilla de la Covid-19. ¡Qué menos!
Antonio Gómez

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