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“La escuela católica reconoce la diversidad como riqueza”

Inmaculada Díaz Claudel es profesora de la Fundación Diocesana de Enseñanza “Santos Mártires” y acaba de publicar su tesis doctoral. Un trabajo en el que ha empleado seis años para llegar a conclusiones interesantes sobre la gestión de la calidad en centros de ideario católico de Córdoba. Se trata de una aproximación rigurosa y científica que resulta alentador para continuar con los retos educativos que plantean profesores, alumnos y familias, por encima de la desazón y la inquietud generada por la ley educativa ahora en trámite. Esta docente del Colegio “La Inmaculada” desde 2001 es la defensora de una tesis en la que se demuestra que en los colegios católicos se trabaja “con mucha responsabilidad profesional, laboral y social. Dispuestos siempre al diálogo, atendiendo a las necesidades y tratando de adelantarnos a ellas”.

 

¿Cómo surge la idea de acercarse a la escuela católica a través de una tesis doctoral?

El trabajo enlaza con la Congregación para la Educación Católica y su intención de relanzar el empeño de la Iglesia en la educación. Reunida para conmemorar el 50º aniversario de la Declaración Gravísimum Educationis, quiere llamar la atención a todos los bautizados sobre la importancia de la cuestión educativa. A esta efemérides se une el 25º aniversario de la constitución apostólica Ex corde eclesiae para llamar la atención sobre la importancia de una universidad católica, como instrumento privilegiado para acceder a la verdad sobre la naturaleza, el hombre y Dios y para favorecer un diálogo sincero entre la Iglesia y todos los hombres de cualquiera cultura.

Fruto de estos encuentros en Roma durante 2014, se lanza el Instrumentum Laboris «Educar hoy y mañana, una pasión que se renueva». En este documento se subrayan los puntos de referencia esenciales de la Declaración y la constitución apostólica, así como las características fundamentales de las escuelas y de las universidades católicas, y se trazan los desafíos a los que las instituciones educativas católicas están llamadas para responder con un proyecto propio y específico. Un año después, el Papa Francisco en el Congreso mundial para la educación católica, invita a todos a «hacer ruido» a adelantarse a las necesidades y desafíos de las escuelas católicas. Este encargo del Santo Padre suscita el compromiso de la Fundación Diocesana “Santos Mártires” y anima mi tesis doctoral.


Su tesis doctoral supone un trabajo de investigación inédito donde las opiniones de familias, profesores y equipos directivos tienen un papel determinante. ¿Cuáles son los principales temores que expresa la comunidad educativa de centros católicos?

A pesar de que los datos presentados en el estudio se derivan de un tamaño muestral grande, deben interpretarse con cautela puesto que no dejan de ser una visión incompleta del total de centros educativos. Quedan abiertas líneas de investigación que pueden formularse a partir de los resultados obtenidos. En general, los resultados arrojados sobre la dimensión “Identidad”, indican que es una de las potencialidades de las escuelas participantes: atender correctamente a su ideario.

A lo largo de las entrevistas realizadas, se expresaron una gran variedad de opiniones con respecto a la formación pedagógica del profesorado, formación del personal Administrativo y de servicios (PAS) y sobre revisión sistemática y actualizada de contenidos que obedecen a la adaptación de la norma.

Las familias concretamente se interesan por la selección de profesorado y directivos, preparación, asesoramiento…y en general, valoran muy positivamente diferentes aspectos organizativos. En cuanto a la satisfacción tanto familias como docentes son los más críticos en cuanto a instalaciones y medios pero resulta interesante remarcar que algunas respuestas recogían como contrapartida a estas posibles mejoras, el buen ambiente y trato cercano de los miembros de la comunidad educativa.


¿Cuál es la verdadera identidad de la escuela católica en Córdoba?

La Escuela Católica, nace con una intención evangelizadora. Depende directamente de instituciones de carácter eclesial y está sujeta al Código de Derecho Canónico. Responde a la sociedad contemporánea, favoreciendo la libertad de enseñanza y la libertad de los padres a elegir la educación para sus hijos. Aporta los valores del Evangelio como hecho diferencial en al panorama educativo. Atiende a la formación integral de la persona, en sus dimensiones física, psicológica y espiritual. Donde desarrollo mi labor docente día a día, El colegio Diocesano “La Inmaculada”, el carácter diocesano de nuestra Fundación alinea totalmente su misión y sus acciones con la doctrina social de la Iglesia, con el Papa Francisco y con nuestro Obispo, Monseñor Demetrio.


Uno de los retos de los colegios católicos es formar a ciudadanos libres y críticos, algo que puede asegurar también un centro laico. Después de desarrollar su tesis, ¿dónde diría que estriba la diferencia?

Los centros católicos ofrecen un proyecto de calidad identificado y diferenciado de otros centros al compartir su visión cristiana por toda la comunidad escolar y fomentar el estilo educativo cristiano original, haciendo espacio a los dones del espíritu y reconociendo la diversidad como riqueza.


En su tesis se refiere a la perspectiva multidimensional que tienen los colegios católicos en su labor educativa, ¿cómo se materializa esta vocación de atender a la persona en su integridad?

Con mucha responsabilidad profesional, laboral y social. Dispuestos siempre al diálogo, atendiendo a las necesidades y tratando de adelantarnos a ellas. Abiertos a cooperar con otras realidades educativas. Fundamentalmente, se manifiesta esta vocación por nuestro sentido de pertenencia eclesial.


En los colegios católicos se promueve el encuentro con Cristo, respetando la libertad individual, ¿de qué se sirven los centros para atender estas dos dimensiones de la formación?

La Fundación Diocesana de Enseñanza “Santos Mártires” de Córdoba tiene líneas estratégicas para atender, entre otras, a estas dimensiones ya que la característica principal es tener una concepción cristiana de la realidad, siendo Jesucristo el modelo a seguir. Se ofrece orientar a los alumnos a la sencillez, dedicación al trabajo, trato respetuoso, conciencia de alegría y libertad, autenticidad, sinceridad…

Tenemos la suerte de contar el acompañamiento cercano de nuestros capellanes, para formarnos, para celebrar la Eucaristía, para atender a todos los miembros de la comunidad educativa. También contamos con la figura del coordinador de pastoral, que programa de forma flexible las oraciones diarias, las celebraciones y eucaristías, nuestros proyectos solidarios, las jornadas, los retiros, la pastoral en general…En nuestra dinámica educativa está integrada la oración de la mañana, el Ángelus y la Eucaristía.


Ante la publicación de esta tesis doctoral, la directora de la Fundación diocesana de Enseñanza “Santos Mártires”, María Carbonell, ha puesto de manifiesto su agradecimiento al trabajo desarrollado por Inmaculada Díaz Claudel

La Fundación Diocesana de enseñanza Santos Mártires siempre ha tenido muy claro su misión y tarea evangelizadora. Dar respuesta a la emergencia educativa, concienciar sobre la dignidad de la persona desde el momento de la concepción hasta su muerte. Una dignidad que es plena para todos por igual como hijos de Dios, y centro de nuestro modelo educativo. La educación en el reconocimiento de esta dignidad hace reconocer la grandeza del otro, valorar todo lo creado con responsabilidad y atención al bien común. Este modelo educativo centrado en la persona y personalizador, debe ser evaluado y medido para atender de forma ágil a los cambios que se producen, y no sólo a través del Plan estratégico de Fundación, sino también apoyarnos en otros agentes, en otros análisis. Por esta razón, agradecemos a la Dra. Díaz Claudel, profesora del Colegio Diocesano La Inmaculada de la Reales Escuelas Pías, el magnífico trabajo que ha realizado, su optimización de la práctica educativa desde una perspectiva multidimensional que fortalece nuestro proceso de mejora continua y cuya contribución nos ayudará a dar mejor respuesta a las necesidades de nuestros alumnos, familias, docentes y personal de administración y servicios. La misión educativa católica de nuestros centros brota de la identidad misma de la Iglesia y se actualiza con los cambios, manteniéndose siempre actual.

Agradecemos especialmente su generosidad a la hora de adaptar su investigación para dar servicio a la Iglesia. El Papa Francisco nos invitó personalmente en el Congreso de la Educación católica en Roma, a mejorar nuestro proyecto educativo-evangelizador, a tomar conciencia de nuestra misión e identidad, en el ser y quehacer de la Escuela Católica y actualizarlo permanentemente. Nos recordaba que “La educación está dirigida a una generación que está cambiando y, por lo tanto, los educadores, y también los sistemas educativos, están llamados a cambiar en el sentido de poder comunicarse amorosamente a los niños y jóvenes que tiene delante, con sus realidades concretas”, y nos convocaba a docentes y gestores a vivir nuestra corresponsabilidad “La educación católica es uno de los desafíos más importantes de la Iglesia, dedicada hoy a realizar la nueva evangelización en un contexto histórico y cultural en constante transformación”.

Este congreso fue organizado por la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede con motivo del cincuenta aniversario en 2015 de la Declaración Gravissimum educationis y del veinticinco aniversario de la Constitución Apostólica Ex corde Ecclesiae. Destacado fue el Instrumentum laboris «Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva», investigación cuyos resultados fueron mostrados durante el Congreso Mundial de Ecuación Católica celebrado en Roma, en 2015. Este congreso relanzó el empeño de la Iglesia en el campo de la educación, su compromiso riguroso con la Verdad, la necesidad de actualizar constantemente la formación de formadores, de proporcionar una educación integral de la persona y un aprendizaje que no limita la calidad a la excelencia académica, sino que ofrece infinitas oportunidades para el desarrollo armónico de la persona, de su creatividad, de su dimensión del servicio, una antropología del anuncio de la esperanza y la fe.

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