El pasado 18 de enero tuvo lugar en la parroquia de Nuestra Señora de la Natividad (Villanueva de la Reina) el III retiro de adolescentes a nivel diocesano en el que nos juntamos ¡¡más de 120 adolescentes!! Con la única finalidad de comenzar el año de la mano del Señor y quedarnos saciados de Él. Para estas cosas, el Señor es grande y nos colmó de agua durante todo el día para calmarnos la sed. Hay veces que Jesús se toma los retiros muy en serio.
Tras una acogida en la parroquia y un pequeño desayuno, Don Manuel Ángel, párroco de Bailén, estuvo llevando la meditación en el teatro de Villanueva de la Reina, que estuvo decorado para la ocasión con dos grandes cántaros de agua y la palabra de Dios acompañada de dos velas. Las luces del teatro ayudaron al Señor a hacer el resto. La meditación comenzó con una canción muy conocida que, desde ese mismo instante, cobró otro significado para los allí presentes: “Aprender a quererte” de Morat. Y es que a veces nos empeñamos tanto en intentar leer a Dios y verlo en los demás que nos olvidamos de que tenemos que aprender a amarlo, constantemente, día a día. Verdaderamente, la canción da muchos consejos por los que comenzar.
¿Qué es lo que nos hace felices? ¿Dónde pongo mi confianza? Fueron algunas de las preguntas que introdujeron la meditación del retiro y que comenzaron poco a poco a abrir el corazón al Señor, hasta sentir el pasaje de la samaritana. Don Manuel Ángel nos fue llevando poco a poco hacia un silencio exterior e interior, donde únicamente se escuchara el sonido de nuestra propia respiración. Fue una lectura viva del evangelio, como si realmente estuviéramos allí. Se escuchaba el silencio y ya no se echaban en falta los móviles que habíamos abandonado a la entrada del teatro.
Terminada la meditación, nos dividimos en grupos para compartir experiencias y tener un momento para abrir el corazón con el prójimo. Fueron momentos difíciles, tristes, alegres… Y es que cuando el Señor toca el corazón, cuando decide comenzar a llenar nuestro vaso de su agua viva, sólo queda dejar que nos desborde con su amor.
La Eucaristía, en donde también participó el antiguo párroco de la parroquia y ahora de Mengíbar, Don Miguel Ángel, fue un momento para dar las gracias y para, realmente, dejarnos llenar por el Señor. Cuando tengamos una dificultad, un problema, una alegría… hablarlo directamente con Él ante el Sagrario. Él no se va a cansar de llenar nuestro vaso… aunque a veces lo veamos medio vacío.
El retiro finalizó con una comida compartida entre todos los participantes y una pequeña tregua en la lluvia para poder salir a jugar a la plazoleta de la iglesia.
Un encuentro diferente a los que nuestros adolescentes están acostumbrados pero que muestra la riqueza que hay en nuestra Diócesis y la necesidad que tienen de ser escuchados, tal y como os contamos en algunos de los testimonios recogidos.
Secretariado de Infancia y Adolescencia