El pasado viernes, el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, visitaba la comunidad parroquial de Ntra. Señora de los Remedios de Cárchel. Allí se encontró con un grupo de fieles para conocer su día a día y su vida en comunidad. El Prelado quiso conocer, de primera mano, como viven la fe. Las personas congregadas comentaron con el Obispo que a diario se reúnen para rezar el Rosario, además de participar en la Eucaristía dominical y otras actividades impulsadas por la parroquia. Del mismo modo, quiso resaltar la importancia de la catequesis, de la involucración de los jóvenes en la vida parroquial, de la importancia de la oración.
Por otro lado, Don Amadeo quiso conocer el modo de vida de las gentes de Cárchel, apoyado mayoritariamente en la agricultura. Y mantuvo un diálogo cercano y cordial con las personas que habían acudido hasta el templo. El encuentro concluyó con la oración que el Papa Francisco ha dirigido a la Virgen María para este tiempo de pandemia y entonando el himno a la patrona de Cárchel, Nuestra Señora de los Remedios.
Después se dirigió hasta la vecina localidad de Carchelejo, donde los esperaban una veintena de adolescentes y algún adulto para recibir, de sus manos, el sacramento de la Confirmación.
Junto al Obispo, presidieron la celebración el párroco de la localidad, Justin Oudan Akouatcha y el secretario particular de Don Amadeo.
Las lecturas estuvieron participadas por miembros de la comunidad parroquial de Ntra. Señora de los Ángeles y el Evangelio lo proclamó el párroco.
Antes del inicio de la homilía, los confirmandos se mantuvieron en pie para ser presentados ante el Obispo como aptos para recibir el tercer y último sacramento de la iniciación cristiana, aludiendo a la preparación que para ello habían recibido a través de las catequesis.
En su homilía, el Obispo resaltó que «cada vez que se imparte el Sacramento de la Confirmación la Iglesia se enriquece con un nuevo grupo de cristianos» y añadió, «a través de los Sacramentos de iniciación cristiana, habéis recibido todas las gracias y todos los bienes que necesitan para incorporarse a la vida cristiana, a la vida de la Iglesia para ser testigos responsables de su fe, tanto es vuestras parroquias, y comunidades como en la sociedad en las que vivís». Para continuar diciendo, «hoy vais a ser enriquecidos por la presencia del Espíritu, por los dones del Espíritu de Dios, que van a permanecer en vosotros y van a sellar vuestra vida en Cristo, lo que hoy recibís va a ser una fuente de responsabilidad para cada uno de vosotros».
Al concluir la predicación del Prelado, los adolescentes que se iban a confirmar renovaron las promesas del bautismo. Para, a continuación, ser ungidos con el santo crisma como huella indeleble de su Confirmación en la fe cristiana.
La celebración Eucarística concluyó con una foto de familia, como es tradición.
