El Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, invita a secundar la jornada de ayuno y oración del miércoles y advierte que la «ley de la eutanasia» es consecuencia de nuestros pecados.
El Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, se ha pronunciado durante la eucaristía celebrada en la Catedral en el día del Domingo de la Alegría sobre la ley orgánica de regulación de la eutanasia que el próximo día 17 de diciembre será debatida en el Congreso de los Diputados. En la homilía, el Obispo ha señalado que ante la previsible aprobación de esta ley «no se trata de buscar culpables sino de reflexionar sobre una sociedad que desprecia la vida y la elimina en el seno materno», por eso, monseñor Demetrio Fernández ha explicado que «no es extraño que haya llegado el momento de que eliminar al que estorba por exceso de años o por debilidad pueda ser suprimido y que sea lega».
Durante su alocución en la Catedral de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández invitó a reflexionar para encontrar los motivos que conducen a una sociedad avanzada a presentar como signo de progreso la muerte de los más débiles y se preguntó «¿cómo va a ser un progreso matar impunemente?» al tiempo que subrayó que esta es una ley «consecuencia de nuestros pecados, no solo fruto de un programa político». En este sentido, el Obispo animó a cada uno a «buscar sus propios pecados» y anunció algunas iniciativas que la Diócesis de Córdoba lleva a cabo en el desarrollo de los cuidados paliativos. El Obispo instó a que cada uno se pregunte que está haciendo respecto a sus mayores y actuar «no por la ley sino por que es lo que pide Dios, porque llevamos demasiado tiempo despreciando a los mayores y no es extraño que llegue una ley que legitime que el desprecio sea consumado hasta el extremo».
El Obispo se dirigió finalmente a los fieles para convocarlos a la jornada de Ayuno y Oración previsto para el miércoles 16 de diciembre.