La demanda de atención social en Cáritas Diocesana de Tenerife sigue creciendo desde que se declaró el estado de alarma y se inició la paralización de la economía, con casi 800 familias nuevas a lo largo del mes de abril cuando en marzo ya se habían incorporado más de 300, según ha declarado a Europapress su director.
Juan Rognoni, avisa de que la crisis social que viene tras la pandemia es «radical, muy profunda y muy grave» y aboga por «estar preparados» porque ni siquiera se sabe cuánto va a durar una vez arranque la economía.
En esa línea, señala que la crisis va a «influir de forma brutal en muchas familias» y espera que las administraciones públicas, aunque tengan restricciones presupuestarias, fijen «prioridades» para atender a la parte de la sociedad más necesitada.
Además, indica que su organización tiene «recursos limitados» aunque hará «todo lo posible por estar ahí» gracias a apoyos públicos y privados pero avisa del riesgo de verse desbordados.
Sobre el perfil de los demandantes –atienden a más de 3.500 familias en la provincia occidental– comenta que lo habitual, antes del estado de alarma era personas en exclusión social o trabajadores con salarios bajos que no llegaban a fin de mes.