Presentado por Cisco García, durante pregón del Domund, el obispo comboniano Juan José Aguirre ha hecho un homenaje a todos los misioneros, un llamamiento a no caer en el desánimo y apreciar la universalidad
Cuando Juan José Aguirre fue por primera a República Centroafricana con 28 años, llegó a una misión en plena selva “a siete días en coche del primer teléfono y el primer médico”. Han pasado 44 años desde entonces, y ahí sigue, en la diócesis de Bangassou, ahora como obispo. “Soy uno de los 9.932 misioneros españoles esparcidos por el mundo dando nuestras vidas, gota a gota, en nombre de nuestro Maestro”. Misioneros como Isabel, en un hospital en Yaoundé; Juan Pablo y María, una familia del Camino Neocatecumenal en Tanzania; Lucía, una misionera comboniana entre los pigmeos; José, construyendo escuelas en el Himalaya. “No somos héroes. Sin la gracia de Dios nos caeríamos en picado”.
Aguirre ha explicado que los misioneros han fundado nuevas iglesias allí donde han sido enviados a entregar la vida, y se respira un aire de primavera. “Ahora esas Iglesias han florecido y hay miles de sacerdotes locales en tierras de misión, seminaristas…. Son unas Iglesias vivas, de donde salen muchos misioneros y misioneras que van también ad gentes a misionar”. Así, “llegan al continente africano misioneros de Filipinas, monjas de la India; misioneras de origen quechua de las montañas de Perú vienen al Congo…”.
Por eso, ha animado a no caer en el desánimo. “¿Quién ha dicho que hay escasez de vocaciones en la Iglesia?”, se ha preguntado. “Algunos, cuando hablan de ‘la Iglesia’ piensan solamente en la Iglesia europea. Cortos de mira. Porque la Iglesia es universal”, ha afirmado. “Las Obras Misionales Pontificias son el termómetro de la fe en el mundo. Esta fe está hibernando o menguando en algunas iglesias, pero creciendo en otras, porque la Iglesia es del Señor y Él la hará florecer en donde quiera”.
“Los misioneros decimos que Cristo enseña una manera de vivir a quien lo quiera escuchar”. De esta forma, según ha desgranado Aguirre, misioneros de diferente estado eclesial anuncian el Evangelio en todos los ambientes: colegios, orfanatos, hospitales… Con niños, ancianos, enfermos, descartados de la sociedad. Incluso aunque eso conlleve entregar la vida. “Misioneros y misioneras que imitaron a Jesús crucificado, porque estaban allí sabiendo a lo que se exponían”.
Por último, monseñor Aguirre ha querido dar las gracias por las ayudas que reciben de Obras Misionales Pontificias en jornadas como las del Domund. “Hace 26 años que soy obispo y cada año he recibido ayudas para el gasto ordinario de las misiones de la diócesis y extraordinario para proyectos de desarrollo humano y pastoral”. Este año, su diócesis ha recibido el dinero directamente desde España. “Mil gracias por vuestra generosidad”. Y ha animado a seguir adelante apoyando a la misión de la Iglesia. “Sois nuestra retaguardia”.
“Tras el accidente, me inspiré en los misioneros”
El 28 de diciembre de 2015, el joven cordobés Cisco García tuvo un accidente que le dejo en silla de ruedas, y desde entonces ha hecho un proceso de superación, que llama mucho la atención y le ha dado visibilidad en redes sociales. “En muchas ocasiones las personas se sorprenden cuando yo les digo que me apoyé en Dios y me inspiré en los misioneros”, ha explicado. Cada tarde bajaba a la capilla del Hospital Nacional de Parapléjicos a rezar, y reflexionar. “Me inspiré en los misioneros porque en esa época trataba de buscar ejemplos de lucha, y en los misioneros encontré mucha fuerza y coraje”.
Este joven cordobés ha reconocido que cuando cuenta esto a gente con prejuicios hacia lo religioso, se sorprenden, porque creen que la fe es una muestra de debilidad. “La fe es el verdadero motor que te permite seguir luchando”. Y por eso, “los misioneros son, de largo, las personas más inspiradoras, porque superan sus miedos y se lanzan a pecho descubierto a ayudar a los demás, y lo hacen guiados por Dios, si no sería imposible aguantar”. De hecho, Cisco García ha explicado que conocer a misioneros como monseñor Aguirre le ha impresionado mucho más que estar con personas muy famosas con las que ha tenido la suerte de coincidir.
Más de 40 años al servicio de la misión en la “retaguardia”
Al final del acto, Obras Misionales Pontificias ha querido reconocer la entrega del padre Antonio Evans, delegado de misiones de Córdoba. Con más de 40 años al servicio de la animación misionera en Córdoba, es el delegado de misiones más veterano de España, y ha conseguido implicar a cientos de personas en el sostenimiento de la misión ad gentes a lo largo de todo el año.
El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha clausurado el evento recordando con cariño cuando los misioneros visitaban su clase cuando él era adolescente. Monseñor Fernández ha explicado que los misioneros -sacerdotes y religiosos, pero también familias completas- son los mejores embajadores que tenemos, y ha animado a “seguir pidiendo al Señor que siga enviando misioneros”, y a colaborar generosamente con el Domund este domingo 20 de octubre.
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