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Homilía de Mons. Jesús Catalá durante la Eucaristía celebrada en la Catedral con motivo del primer centenario fundacional de la Real Cofradía del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Caridad
PRIMER CENTENARIO FUNDACIONAL DE LA REAL COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DEL AMOR Y NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD
(Catedral-Málaga, 8 junio 2024)
Lecturas: 2 Tim 4, 1-8; Sal 70, 8-9.14-15ab.16-17. 22; Lc 2, 41-51.
1.- Al hilo de la historia de la “Cofradía del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Caridad” queremos dar gracias al Señor en este primer centenario de su constitución.
La Cofradía fue erigida canónicamente en mayo de 1923 por el entonces obispo san Manuel González, en la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, a instancias del Rvdo. Juan Rodríguez Gutiérrez, capellán de dicha iglesia.
Se veneraban las imágenes del Cristo del Amor y de la Virgen de los Dolores, pertenecientes al Monasterio de las Madres Agustinas, cercano al templo de la Victoria, esculpidas por Fernando Ortiz.
La cofradía salió procesionalmente en la Semana Santa de 1924, siendo admitida como miembro de la Agrupación de Cofradías.
Estas imágenes no sufrieron la quema ni los destrozos de la persecución religiosa de mayo de 1931. Como reza el Salmo de hoy, el fiel creyente pide a Dios que lo libre de sus enemigos que le persiguen a muerte (cf. Sal 70, 10-12). El Señor permitió que los enemigos de la fe católica no destruyeran estos signos de piedad cristiana popular. No tuvieron la misma suerte otras iglesias, conventos y cofradías.
En 1932 fueron restituidas al culto en la capilla del “bajo coro” de la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria; y en 1940 pasaron a ser propiedad de la Cofradía.
Los Agustinos han estado vinculados a la Cofradía del Amor desde sus orígenes fundacionales, recibiendo en 1931 el nombramiento de Hermanos Mayores Honorarios. Y los Maristas también recibieron el título de Hermano Mayor Honorario en los años cuarenta del siglo pasado. Por ello las espiritualidades ambas congregaciones, agustiniana y marista, forman parte de la Hermandad.
Hoy damos gracias a Dios por la historia de vuestra cofradía. Cualquier evento histórico, pequeño o grande está previsto en la providencia de Dios.
2.- Tenemos motivos sobrados, pues, para dar siempre gracias a Dios por muchas cosas: la vida, la fe, la familia, la Iglesia, la parroquia, el trabajo, y tantas otras cosas más.
Hoy, especialmente por el Centenario de la institución de vuestra Cofradía, que ha gozado de un tiempo jubilar entre mayo de 2023 y junio de 2024, concedido por el papa Francisco, a quien le visitasteis en Roma el 1 de mayo de 2024. Esto también forma parte de vuestra historia.
A esta acción de gracias se une otro motivo: el 75 Aniversario de la bendición de la actual imagen de Nuestra Señora de la Caridad.
Alabemos al Señor con las palabras del Salmo: «Yo (…) seguiré esperando, redoblaré tus alabanzas» (Sal 70, 14), porque el Señor está a nuestro lado y nos ha concedido permanecer fieles a su amor en estos cien años.
«Mi boca contará tu justicia, y todo el día tu salvación. Contaré tus proezas, Señor mío; narraré tu justicia, tuya entera» (Sal 70, 15-16). Demos gracias a Dios con cantos de alabanza, acompañados del arpa y la cítara (cf. Sal 70, 22). Hoy lo hacemos acompañados del hermoso coro que dirige el canto.
3.- La cofradía nació con la advocación de “Santísimo Cristo del Amor”, cuya espiritualidad ha estado presente desde los inicios. Nos detenemos en este título. El Hijo de Dios entregó su vida por toda la humanidad para salvarla del pecado y de la muerte eterna.
Su mandamiento del amor resuena en la Iglesia universal como la norma más importante de conducta, a ejemplo del Amor que Cristo nos ha ofrecido: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado» (Jn 13, 34). Esta es la novedad. Jesús nos invita a hacerlo como él ha hecho con nosotros, dando su vida hasta la última gota de sangre, siendo nosotros pecadores (cf. Rm 5, 7-8). Ha ofrecido su vida por la nuestra, poniéndose en nuestro lugar.
El amor del que nos habla Jesús no tiene nada que ver con lo que nuestra sociedad llama “amor”. Los gustos y los deseos no son amor; porque cuando termina el gusto o el deseo, termina lo que llamaban amor. Porque el amor es eterno, porque Dios-Amor es eterno.
Acojamos este mandamiento del amor como eje de nuestra vida, como criterio de nuestra conducta y como meta de nuestro futuro eterno. Nuestra sociedad cambiaría radicalmente, si a la palabra amor se le designara con lo que es y no con los sucedáneos.
La Cofradía tiene un “Himno agustiniano al Cristo del Amor”, basado en textos de san Agustín (cf. Tratado sobre el evangelio de san Juan, 84, 1-2; Tratado 65,1-3; y Sermones 34, 1-3.5-6).
“Los cielos cantan la gloria de Dios, llamando a contemplar al Cristo del Amor, y su eco se propaga por toda la tierra: “Amaos unos a otros, como Él nos amó”.
“Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos. Con ese Amor debemos amarnos, dando la vida por los hermanos como Él se entregó por nosotros”.
Fruto de este amor nació en la Cofradía, en 2010, la iniciativa de la “Fundación Corinto”, formalizada al año siguiente, como un compromiso de caridad expresada en el servicio a los más necesitados. Del Santísimo Cristo del amor se desprende el amor al hermano, sobre todo al más necesitado. Y esto también forma parte de vuestra historia; demos gracias a Dios por ello.
Ahora os invito a dirigir nuestra mirada a la imagen del Cristo y repetir esta frase: “Santísimo Cristo del Amor, ten misericordia de nosotros». (Los fieles repiten la frase).
4.- La advocación mariana de Nuestra Señora de la Caridad fue incorporada en 1935, cuya primera imagen fue bendecida en 1936 y destruida durante la contienda civil y la persecución religiosa. Tras una segunda imagen de la Virgen, en 1939, se obtuvo otra en 1948, obra de Francisco Buiza y bendecida en 1949. La devoción a la Virgen María está presente desde el inicio de la Cofradía, aunque haya tenido dos advocaciones marianas diversas. Esto también forma parte de vuestra historia y debéis dar gracias a Dios por ello.
El papa Juan Pablo II al referirse a la Virgen tiene una bella expresión, que me ha cautivado y deseo compartir con vosotros. Él llama «caridad materna» a la acción con la que la Madre del Redentor cuida de los hermanos de su Hijo, a cuya generación y educación coopera (cf. Redemptoris Mater, 45). Es hermosa esta expresión.
¡Queridos cofrades y fieles todos, dejaos cuidar y educar por la «caridad materna» de Nuestra Señora de la Caridad! Las madres entenderéis muy bien lo que esto significa, porque el amor de madre es muy especial. No se trata solo de ser generosos y caritativos con los demás; se trata también de aceptar el cuidado amoroso de la Virgen María hacia cada uno de nosotros.
Ahora os invito a dirigir la mirada hacia la imagen de la Virgen y repetir esta frase: “Nuestra Señora de la Caridad, ruega por nosotros”. (Los fieles repiten la frase).
A Cristo le hemos pedido que tenga misericordia de nosotros, porque es Dios y dio su vida para perdonarnos y salvarnos; pero a la Virgen le pedimos su intercesión de Madre ante su Hijo y con él ante el Padre celestial. Esto forma parte de vuestra espiritualidad.
5.- Hoy celebra la Iglesia la fiesta litúrgica del Inmaculado Corazón de María y nos ha propuesto esta oración colecta, que os recuerdo para que la saboreéis: “Oh Dios, tú que has preparado en el Corazón de la Virgen María una digna morada al Espíritu Santo, haz que nosotros, por intercesión de la Virgen, lleguemos a ser templos dignos de tu gloria”.
María acogió al Hijo de Dios en su seno, siendo su maternidad el título mariano más importante y el hecho más significativo en la vida de la Virgen María. Ella es ante todo “Madre”; los demás títulos le vienen por éste. El Señor hizo obras grandes en María; por ella nos dio al autor de la vida, Jesucristo.
Ella nos invita a ser templos del Espíritu Santo y testigos del Evangelio en nuestra sociedad descreída y pagana. San Pablo nos anima a trabajar por el anuncio evangelizador (cf. Tim 4, 5) a tiempo y a destiempo (cf. Tim 4, 2), porque la gente no soporta la sana doctrina, sino que se rodea de maestros a la medida de sus deseos (cf. Tim 4, 3), apartando su oído de la verdad y volviéndose a las fábulas (cf. Tim 4, 4). ¡Cuán certero fue san Pablo en su enseñanza! Hoy ocurre exactamente lo mismo; la gente se aparta de la sana doctrina del Maestro, el Señor, y va buscando fábulas, mitos e ideologías, que van en contra.
6.- Agradecemos a todas las personas que, en estos cien años, iniciaron y mantuvieron el espíritu de la Cofradía con su testimonio de fe, su generosidad y su ilusión. A quienes ostentaron cargos de responsabilidad en la Cofradía y a los sacerdotes, de modo especial, a D. José Sánchez Platero y a D. Ignacio Mantilla de los Ríos; ambos están ya gozando de la presencia del Señor.
Ahora sois vosotros, queridos cofrades, quienes tenéis el testigo en vuestras manos para pasar a las generaciones futuras el hermoso legado recibido. ¡No defraudéis a los que vienen detrás!
La Hermandad ha colaborado en este año jubilar en varios campos pastorales de la parroquia (apostolado, catequesis, pastoral de infancia y juventud, caridad).
Providencialmente, gracias a la liturgia de hoy, la advocación de Nuestra Señora de la Caridad se ha unido a la del Inmaculado Corazón de María. Siendo la Virgen Inmaculada, su caridad es la más pura, la más limpia, la más luminosa. Nuestra caridad está tocada por el pecado; pero la caridad de la Virgen no está contaminada.
Terminamos repitiendo las dos invocaciones que hemos dicho antes: “Santísimo Cristo del Amor, ten misericordia de nosotros». (Los fieles repiten la frase).
Pedimos a Nuestra Señora de la Caridad que siga acompañando a sus amados hijos en esta andadura, por el siglo XXI, hasta llegar al segundo centenario. “Nuestra Señora de la Caridad, ruega por nosotros” (Los fieles repiten la frase). Amén.
Fue san Juan Eudes (1601-1680) quien unió a la devoción al Inmaculado Corazón de Jesús la del Inmaculado Corazón de María, cuyas fiestas se celebran de forma contigua, el viernes y el sábado posterior al segundo domingo después de Pentecostés.
Así pues, el próximo sábado 8 de junio, celebraremos que María, Madre de Dios, es también Madre nuestra y nos lleva a cada uno de forma entrañable en su corazón. Con este amor de madre, intercede por nosotros ante su Hijo y nos acompaña en nuestros dolores y sufrimientos. En 2022, el papa Francisco consagró al Inmaculado Corazón de María a Rusia y Ucrania.
En Málaga, el día de su fiesta, la parroquia de Ntra. Sra. de Fátima acogerá con este motivo un Rosario por la Paz a las 19.30 horas. Comenzarán con la Misa y consagración al Corazón de María y, a las 20.30 horas, Santo Rosario de Antorchas por las calles del barrio. El primer misterio, en la parroquia, y los siguientes en Avenida de Fátima, Cruz del Molinillo, Pasaje Ollerías y en la capillita de la Virgen de Fátima.
Acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María (Papa Francisco)
Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz. Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo. Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común. Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra, hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas. Nos hemos vuelto indiferentes a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: perdónanos, Señor. En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo. Es Él quien te ha entregado a nosotros y ha puesto en tu Corazón inmaculado un refugio para la Iglesia y para la humanidad. Por su bondad divina estás con nosotros, e incluso en las vicisitudes más adversas de la historia nos conduces con ternura. Por eso recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio. Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2,3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna. Acoge, oh Madre, nuestra súplica.La película documental, presentada por el catedrático de Historia Medieval de la UCA, Rafael Sánchez Saus, se proyecta en el Obispado de Asidonia-Jerez el 12 de junio.
El próximo miércoles 12 de junio, el Auditorio Juan Pablo II del Obispado de Jerez, será el escenario de una doble sesión cinematográfica dedicada a la película documental “Hispanoamérica, Canto de Luz y de Esperanza”.
Este largometraje, estrenado con gran éxito en los cines comerciales en abril de 2024, ofrece una visión veraz y libre de prejuicios sobre cómo nació y se desarrolló la Hispanoamérica. Su director es el reconocido cineasta José Luis López-Linares, que ha sido tres veces ganador del Premio Goya.
La película se proyectará a las 11:30 h de la mañana y a las 18:30 h de la tarde en el Obispado de Jerez. Esta segunda sesión será presentada por Rafael Sánchez Saus, director general de la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria, y catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz. Tras la proyección tendrá lugar un cinefórum. La entrada es libre hasta completar el aforo de la sala.
“Hispanoamérica” incluye entrevistas a más de sesenta historiadores y expertos internacionales, y muestra, a través del esplendor visual que constituye el patrimonio arquitectónico, pictórico, escultórico y musical de la época, la gran historia compartida entre España y América durante más de trescientos años, cuyo legado perdura hasta hoy.
Con la proyección de esta película documental el Centro de Jerez de la Asociación Católica de Propagandistas ACdPcierra su ciclo de conferencias 2023-2024. En palabras de su secretario, Manuel Gómez Ruiz: “Esta película ensalza la labor evangelizadora y de culturización de España en Hispanoamérica, en contra de la conocida “leyenda negra”. No hay mejor colofón para un ciclo de conferencias que ha tenido una gran acogida y cuyo balance es ciertamente positivo”.
La entrada El largometraje Hispanoamérica cierra el ciclo de conferencias de la ACdP en Jerez se publicó primero en Diocesis de Jerez.
El pasado 5 de junio en la décima edición de los Premios Sánchez Estéve y Torres Clavé que concede el Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz para premiar la arquitectura más reconocida de la provincia, el jurado acordó por unanimidad distinguir como “Obra seleccionada” la Restauración de las Cubiertas de la Catedral Vieja de Cádiz (Fase I), de la que han sido autores los arquitectos Fernando Mejías Delgado y D. Antonio Sánchez Casas.
Y es que entre el año 2022 y el 2023 la actual Parroquia de la Plaza Fray Félix, se sometió a una importante reformar en su peculiar cubierta. El planteamiento fundamental del proyecto de intervención, fue conservar la gran belleza arquitectónica y patrimonial de la Iglesia, en concreto la de sus cubiertas, elemento de gran singularidad.
Cabe recordar que esta actuación contó con la ayuda del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para financiar los trabajos de conservación y enriquecimiento de bienes inmuebles del Patrimonio Histórico Español, dentro del Programa «1,5% Cultural».
La Diócesis de Cádiz y Ceuta desea unirse en la felicitación a los arquitectos señalados, y de nuevo agradecer la labor de todas las personas, empresas e instituciones que han hecho posible estos trabajos, y en particular al Ministerio que vino a conceder una subvención inicial del 75% de la actuación.
El edificio es uno de los monumentos más interesantes de la ciudad, no sólo desde un punto de vista arquitectónico, sino también por su ubicación en un enclave arqueológico único, y por su vinculación con el proceso de Reconquista de la ciudad. Constituye también uno de los lugares más antiguos y pintorescos de Cádiz.
La Parroquia de Santa Cruz es además la sede canónica de numerosas hermandades y cofradías, alguna de ellas es la más antigua de la provincia: La Cofradía de Ntro. Padre Jesús del Mayor Dolor y María Santísima de la Salud, la Hermandad del Santísimo Cristo de las Aguas, Ntra. Sra. de la Luz y la Asociación de Discípulos de San Juan Evangelista. La Hermandad Sacramental y Cofradía de Penitencia de Jesús Cautivo y Rescatado, y María Santísima de la Trinidad. La Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y María Santísima del Rosario. Y de la Real Cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad y Santo Entierro.
También acoge a numerosos grupos parroquiales, que la convierte en una parroquia viva en cuanto a su actividad pastoral en la comunidad, en donde toda acción pastoral gira en torno a un proceso evangelizador y misionero.
Palabras de Vida de Monseñor José Rico Pavés
Los ecos de la celebración de Pentecostés nos llevan, en la Octava del Corpus Christi, a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y a su prolongación mariana en la conmemoración del Inmaculado Corazón de María. Ambas celebraciones, en este año, aparecen como preámbulo del Domingo Décimo del Tiempo Ordinario, en que resuena la palabra vigorosa de Cristo que advierte de las gravísimas consecuencias de la blasfemia contra el Espíritu Santo y nos desvela que entran a formar parte de su familia quienes cumplen la voluntad de Dios. Quienes consideran que las obras de Cristo son de Satanás, se cierran a la salvación de Dios y, por eso, pecan contra el Espíritu Santo. El que hace suya la voluntad de Dios, hasta tal punto entra en comunión con Él, que es considerado por Jesús familia suya. Tanto la cerrazón que impide acoger la Gracia como la docilidad para querer lo que Dios quiere son actitudes del corazón. Poner la mirada de fe en el misterio del Corazón de Cristo es antídoto frente a la cerrazón del pecado y medio eficaz para permanecer en el amor de Dios.
La solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús nos lleva eficazmente al testimonio del discípulo amado, que él mismo refiere en el cuarto evangelio. El evangelista san Juan refiere dos hechos que sólo él refiere a propósito de la crucifixión de Jesús: la entrega de María como Madre (cf. Jn 19, 25-27) y la lanzada que traspasa el costado de Cristo hasta brotar sangre y agua (cf. Jn 19, 34). Al referir este hecho añade una expresión singular: el que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis (Jn 19, 35).La fuerza de su testimonio descansa en el cumplimiento de la Escritura, por eso añade: Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: “No le quebrarán un hueso”; y en otro lugar la Escritura dice: “Mirarán al que traspasaron” (Jn 19, 36). Así, al referir que del costado traspasado de Cristo brotó sangre y agua, san Juan no se limita a decir que en la muerte de Jesús el sufrimiento ha sido extremo, sino que, sucediendo eso, se estaba cumpliendo además un misterio anunciado desde antiguo.
La primera cita (no le quebrarán un hueso) nos remite a dos pasajes del Antiguo Testamento, del libro del Éxodo y de los Números, en los que se prescribe cómo debe ser el animal para la celebración de la cena pascual: un cordero sin defecto, al que no se le quebrará un hueso (Ex 12, 46; Nm 9, 12). Cuando el discípulo amado atestigua que, a Jesús, una vez muerto, no le rompieron las piernas, está invitando a creer que Él es el Cordero sin mancha, inocente, que, con su entrega, ha sellado para siempre la nueva y definitiva alianza.
La segunda cita (mirarán al que traspasaron) nos lleva al profeta Zacarías, en el pasaje que anuncia el culmen de la salvación el día del Señor. El profeta anuncia algo sorprendente: ese día el Señor derramará perdón, llamará a la oración, volverán los ojos hacia Él y lo reconocerán traspasado. Y ahora, en el Calvario, san Juan evangelista reconoce que ese momento ha llegado. Pero Zacarías aún dice más: ese día harán llanto, como se llora al hijo único (cf. Zac 12, 10) y aquel día brotará una fuente para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, remedio de errores e impurezas (Zac 13, 1).
El testimonio de san Juan evangelista nos dispone al acto de fe: cuando se abrió el costado de Cristo brotó el torrente del amor de Dios nacido de su Corazón, un torrente que perdona al que pone su mirada en Él, se deja abrazar en oración de lágrimas y bebe para saciar su sed. Acojamos el testimonio del discípulo amado y vivamos la octava del Corpus Christi, poniendo nuestro corazón junto al Corazón de Jesús.
+ José Rico Pavés
Obispo de Asidonia-Jerez
La entrada El testimonio del discípulo amado se publicó primero en Diocesis de Jerez.
En un importante acuerdo, la Diócesis de Huelva y el Ayuntamiento de Manzanilla han establecido nuevas directrices para la administración y gestión del cementerio de la localidad onubense.
Este jueves, 6 de junio, el alcalde del municipio, Francisco Javier Serrano Calero, y el ecónomo diocesano, Juan Pedro Virella Sánchez, firmaron el acuerdo por el cual se traspasa la responsabilidad de administrar y gestionar el cementerio de la localidad.
El mencionado acuerdo compromete al consistorio manzanillero a encargarse de la administración, conservación, reparación y, si fuese necesario, ampliación del cementerio que deberá, además, mantenerse en condiciones adecuadas para el servicio que presta.
Por otra parte, la Parroquia Nuestra Señora de la Purificación renuncia a la recaudación de derechos por las sepulturas que anteriormente realizaba correspondiendo, a partir de ahora, al Ayuntamiento los ingresos de estas para cumplir con las obligaciones establecidas en el acuerdo.
El plazo de duración del presente convenio es de 15 años. A la finalización del mismo se deberá recabar por escrito la voluntad de ambas partes de renovar el mismo.
La entrada Acuerdo entre la Diócesis de Huelva y el Ayuntamiento de Manzanilla sobre la gestión del cementerio se publicó primero en Diócesis de Huelva.
El Santuario de María Auxiliadora, en Madrid-Atocha, acogerá el sábado 8 de junio, a las 12:30 h., las ordenaciones sacerdotales y diaconales de salesianos con el lema escogido para la ocasión ‘Te basta mi gracia’ (2 Cor. 12, 9). Mons. Jesús Vidal, obispo auxiliar de Madrid, presidirá la celebración de la Eucaristía e impondrá las manos sobre los dos nuevos presbíteros y los cuatro diáconos salesianos.
Los jóvenes salesianos Juan Carlos Aonso Diego (SSM) y Norbert Mamba Kabongo (SMX), procedentes de las provincias salesianas de Santiago el Mayor y María Auxiliadora, serán ordenados presbíteros. Davide Baccaro (IME), Luigi Sergio (IME), Alberto Arteaga Carrasco (SSM) y Francisco Javier Alcedo Ruiz (SMX) serán ordenados diáconos.
“Con profundo gozo os comunicamos esta noticia de las ordenaciones presbiterales y diaconales”, comparten emocionados Jordi Lleixà y José Carlos Sobejano, coordinadores inspectoriales de Animación Vocacional. “Damos gracias al dueño de la mies por bendecir con la vocación de estos hermanos jóvenes a la vida de la Iglesia y de nuestra Congregación; y los ponemos bajo la intercesión de María Auxiliadora”.
Los jóvenes protagonistas estarán arropados por numerosos miembros de la Familia Salesiana, amigos, familiares y compañeros que les han acompañado durante su trayectoria vocacional en las Inspectorías Salesianas de María Auxiliadora y Santiago el Mayor. También habrá ocasión de seguir la emisión a través del Canal de Youtube de Salesianos España y en las diferentes cuentas oficiales en redes sociales.
Las primeras misas de Juan Carlos Aonso tendrán lugar el domingo 9 de junio, a las 12:00 horas, en la Parroquia María Auxiliadora de Salesianos Fuenlabrada (Madrid), y el domingo 16 de junio, a las 12:00 horas, en la Parroquia del Carmen de Nueva Montaña (Santander), mientras que Norbert Mamba la celebrará el domingo 9, a las 12:00, en el Santuario de María Auxiliadora de Alcoy.
Por otra parte, un salesiano del teologado de Madrid también será ordenado presbítero este verano en su país de origen. Se trata de Isrrael Hernández, misionero ad vitam incardinado en la inspectoría de María Auxiliadora, que recibirá la ordenación en Puerto la Cruz (Venezuela) el próximo 6 de julio.
Meses de frutos vocacionales
Estas fechas son especialmente tiempo de recoger los frutos ‘vocacionales’ para los Salesianos en España. El 15 de junio, a las 12:00, en el templo Don Bosco de Salesianos Alicante, tendrá lugar la Profesión Perpetua como salesiano de Don Bosco de Jose Ropero Torres bajo el lema ‘Studia di farti amare’. Y en Salesianos Atocha, en el Santuario de María Auxiliadora, se celebrará la Profesión Perpetua de otro joven, Pedro Trung, de origen vietnamita, el domingo 23 de junio, a las 12:30 horas.
Desde Salesianos se extiende la invitación y se ofrece generosamente una sincera oración por este grupo de jóvenes y por el paso que van a dar para ellos y para la Congregación.
El mes de junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús, el mes que está consagrado especialmente al Corazón Divino. El corazón representa al ser humano en su totalidad, es el centro de la persona humana, lo que le da unidad. El corazón es la fuente de nuestra personalidad, el principal motor de las actitudes y elecciones, el símbolo del amor. El Corazón de Cristo es símbolo de la fe cristiana, es la síntesis de la Encarnación y de la Redención, la fuente de bondad y de verdad, expresión de la buena nueva del amor. El Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios, un símbolo real, que representa la fuente de la que ha brotado la salvación para toda la humanidad.
En los Evangelios encontramos varias referencias al Corazón de Jesús, por ejemplo, en el célebre pasaje de san Mateo: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera» (Mt 11,28-30). El relato de la muerte de Cristo según san Juan es fundamental. Este evangelista da testimonio de lo que vio en el Calvario: que un soldado, cuando Jesús ya estaba muerto, le atravesó el costado con la lanza, y enseguida brotó sangre y agua. Juan reconoció en aquel signo el cumplimiento de las profecías: del corazón de Jesús, Cordero inmolado sobre la cruz, brota el perdón y la vida para toda la humanidad.
Celebrar la fiesta del Corazón Jesús es celebrar la redención, celebrar el amor salvífico del Padre, celebrar el amor de Cristo y corresponder amando a ese Amor que tantas veces no es amado. Como dice el prefacio de la Misa, «elevado sobre la cruz, hizo que de la herida de su costado brotaran, con el agua y la sangre, los sacramentos de la Iglesia, para que así, acercándose al Corazón abierto del Salvador, todos puedan beber siempre con gozo de las fuentes de la salvación». Es importante que siga viva en nosotros la conciencia del mensaje que esta fiesta nos ofrece, el hecho de que en el Corazón de Cristo el amor de Dios salió al encuentro de la humanidad entera.
Se trata de un mensaje antiguo y siempre nuevo, yo me atrevo a decir que de gran actualidad, porque el hombre contemporáneo, el sujeto posmoderno, se encuentra a menudo desvinculado, fragmentado, aislado en medio de la multitud, carente de un principio interior que fundamente su existencia, que genere unidad y armonía en su vida, en su ser y en su obrar, y le proyecte al encuentro de los demás. Por eso, en nuestra sociedad del bienestar, no pocas personas experimentan una pérdida de sentido que las desconcierta y abruma, y manifiestan de diversas maneras la nostalgia de Dios, la necesidad de trascendencia, pero a menudo dan la impresión de no encontrar el camino.
En Cristo hallan la respuesta los interrogantes del corazón humano. Ya lo expresó san Agustín bellamente: «Nos hiciste, Señor, para Ti; y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti» (Confesiones, I, 1). Del Corazón del Hijo de Dios, muerto en la cruz, ha brotado la fuente perenne de la vida que da esperanza a todo ser humano; del Corazón de Cristo nace la nueva humanidad, redimida del pecado. El hombre del año 2024 tiene necesidad del Corazón de Jesús para conocer a Dios, para conocerse a sí mismo, para conocer a los demás, y para comprometerse en la construcción de un mundo nuevo. No es tan determinante la dificultad de la situación o la magnitud del desafío, lo que importa es la fortaleza que Cristo nos concede. Fundamentando la vida en Cristo podremos construir un mundo de justicia y paz, de verdad y amor, de fraternidad, y abrir caminos nuevos de esperanza. Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
+ José Ángel Saiz Meneses
Arzobispo de Sevilla
El viernes después del Corpus, en el marco del mes de junio, celebramos la fiesta del
Sagrado Corazón de Jesús, una fiesta que resume todo el misterio cristiano. Pues el
misterio cristiano se centra en una persona, Jesucristo. Y en esta persona todo se resume
en el amor. Jesucristo nos ha mostrado de múltiples maneras el amor de Dios hasta el
extremo. Y todo queda simbolizado en su Corazón.
San Juan de Ávila nos invita a refugiarnos en el Corazón de Cristo: “Metámonos en las
llagas de Cristo, y no para luego salir, sino para morar, y principalmente en su costado,
que allí en su corazón partido por nosotros cabrá el nuestro y se calentará con la
grandeza del amor suyo” (Carta 74). Metidos en su corazón, en la llaga de su costado,
se calentará nuestro corazón en el amor verdadero. San Juan de Ávila, como otros
muchos santos, nos habla del amor de Jesús y nos pide constantemente la respuesta de
nuestro amor.
En un coloquio de igual a igual, el amor pide ser correspondido. Y más cuando ese
amor tiene su fuente en alguien superior a nosotros que se ha abajado hasta nosotros
para amarnos a nuestra manera, con nuestros mismos sentimientos. El abajamiento de
Cristo ya es un gesto grandísimo de amor para ponerse a nuestra altura, y para elevarnos
a nosotros a su altura y que podamos amar de igual a igual. Sin embargo, incluso
cuando ese amor ha sido tan escandaloso, recibe por nuestra parte la indiferencia, el
desprecio o la ofensa directa.
Es lo que ha llevado a algunos santos a gritar: ¡El Amor no es amado! Es decir, el Amor
con mayúscula, que es el amor de Dios, no encuentra eco en nuestro propio corazón. Ya
san Agustín exclamaba: “Tarde te amé, oh verdad tan antigua y siempre nueva”
(Confesiones 1). Y así lo expresaba san Francisco de Asís: El Amor no es amado.
El culto al Sagrado Corazón alcanzó mayor expansión con Santa Margarita María de
Alacoque, a quien el Corazón de Cristo se apareció en Parey-le-Monial a partir de 1673
durante la adoración eucarística, para abrirle su Corazón y pedirle a ella una respuesta
de amor en el mismo sentido. “He aquí este Corazón que tanto ha amado a los
hombres… y sólo recibe de la mayor parte de ellos ingratitudes, sacrilegios y
frialdades”. La devoción de los primeros viernes, la consagración al Corazón de Jesús,
la ofrenda de la propia vida como culto de reparación. Santa Margarita ha sido un
verdadero apóstol del Sagrado Corazón.
Más tarde, en España el Padre Bernardo de Hoyos, joven jesuita, recibe nuevas
comunicaciones del Sagrado Corazón en Valladolid, entre otras la Gran Promesa en
1733: “Reinaré en España y con más veneración que en otras muchas partes”. Santa
Teresa del Niño Jesús, con una confianza infinita en el Sagrado Corazón, San Carlos de
Foucauld, Santa Faustina Kowalska, subrayando la misericordia de ese Corazón, San
Juan Pablo II, que instituye la fiesta de la Divina Misericordia y muere ese día.
Recientemente, en nuestra diócesis de Córdoba, ha muerto D. Gaspar Bustos, padre
espiritual del Seminario Mayor “San Pelagio” por más de 40 años. Ha sido
verdaderamente un apóstol del Corazón de Jesús para sus seminaristas, para sus
sacerdotes, para tantas religiosas y para todo el pueblo fiel cristiano. Él lo ha recibido de
la más pura tradición jesuita, como fueron sus formadores del Seminario. Continuemos
esa estela.
La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús nos invita a vivir conscientes de ese amor hasta
el extremo, y que espera una respuesta apropiada por nuestra parte. No seamos sordos a
esta llamada, no seamos fríos ante este ardiente horno de amor, confiemos en su divina
misericordia.
Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba