El obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, ha administrado el sacramento de la Confirmación en la parroquia de Baños de Graena. Fue el sábado 6 de julio, por la tarde, y recibieron la Confirmación un grupo de 16 personas, diez adolescentes y seis adultos.
Fue una celebración entrañable, que estuvo concelebrada por el párroco, José Berbel, y por el rector del Seminario, José Antonio García. Prepararon la ceremonia el grupo de Liturgia de la parroquia y la catequista.
Los confirmandos estuvieron acompañados por familiares y amigos, y por los feligreses, que felicitaron, al final, a los que recibieron el sacramento.
La Pastoral Universitaria ha organizado, para este verano, una peregrinación a Santiago de Compostela, y como no, a la tumba del Apóstol Santiago, para que de esta manera, los jóvenes universitarios de nuestra Diócesis podamos vivir una experiencia única como es el Camino de Santiago.
El pasado sábado, 6 de julio, nos dimos cita en el Seminario de Jaén, los jóvenes que nos hemos animado a participar de este viaje, que tendrá su inicio en la tarde del 23 de julio, cuando a las 20:00 horas, celebremos la misa de envío de peregrinos presidida por nuestro Pastor Don Sebastián en la Catedral de Jaén junto a nuestros familiares y amigos.
Este encuentro dio comienzo a las 11:00 horas y sirvió para que, a falta de pocos días para poner rumbo a Galicia, tuviésemos la primera toma de contacto como grupo, empezásemos a conocernos entre los que vamos a compartir esta experiencia, nos informasen sobre toda la organización del viaje y sobre todo, tener mucha ilusión por empezar a caminar.
Durante la mañana hubo espacio también para la oración, donde a través de una dinámica sencilla, pudimos reflexionar sobre lo que nos mueve a vivir este camino, dejarnos sorprender por el Señor en cada etapa, saber confiar en Quien nos lo da todo, ser consciente de que a cada paso que demos Él se encuentra a nuestro lado y caer en la cuenta de la importancia que tiene ser fieles peregrinos y seguidores de Cristo en nuestra vida diaria.
Tras el almuerzo, pusimos punto final a este encuentro, con inmensas ganas de poder volver a vernos y esa vez, ya sí, montarnos en el autobús que nos lleve a experimentar una de las mayores aventuras que como jóvenes cristianos podremos vivir.
En el curso para agentes de Pastoral de Familia y Vida sobre la declaración Dignitas infinita de la Conferencia Episcopal Española, los Delegados Diocesanos de Pastoral de Familia y Defensa de la Vida recibieron el premio «Matrimonio» de la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida.
Del 4 al 7 de julio, en la capital de España, Madrid acogió el curso para agentes de Pastoral de Familia y Vida sobre la declaración Dignitas infinita. Organizado por la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida, este encuentro uno de los momentos destacado ha sido la segunda edición de los premios «Matrimonio», en la que Asidonia-Jerez, en concreto los Delegados Diocesanos de Pastoral de Familia y Defensa de la Vida han sido galardonados con él.
Entre otras actividades de esta formación ha sido el tema del cuidado como clave de la Pastoral de la vida humana, desde el inicio hasta la prevención, formación y acompañamiento en torno a la violencia sobre personas en situaciones de vulnerabilidad. Igualmente acercarnos a temas sobre cyberbulling, adicciones y suicidios: herramientas para la prevención y ayuda de niños, adolescentes y jóvenes.
Algunos internos de la Prisión Provincial han participado en la peregrinación diocesana a Loures, que tuvo lugar la pasada semana.
Se ha vivido una experiencia única ya que es la primera vez que salen personas privadas de libertad, y eso hace que esa experiencia sea única. Ellos se lo han tomado bien ayudando, participando en las actividades y en sus tiempos libres que le hemos ido dejando tanto María (funcionaria) como yo, han contado con nosotros y diciéndonos lo que hacen y donde han estado. También han pasado tiempo a solas con personas enfermas o que necesitan ayuda, donde han conversado, comprado y dar vueltas en sus ratos libres entre las otras actividades programadas, y gracias a eso han hecho muy buenas migas con este fenómeno grupo muy numerosos ( 250 personas ) que ha asistido a este viaje a Lourdes. Tanto María como yo estamos muy contentas de cómo se han divertido, participado y sobre todo por el comportamiento de ellos en todo momento
Para terminar la peregrinación hemos visitado la basílica del Cristo de Medinaceli de Madrid. Que para el que no lo sepa se le dice por lo siguiente: Jesús Nazareno se empezó a conocer como de Medinaceli gracias a que la capilla en la que se alojaba se encontraba en unos terrenos cedidos por el Duque de Medinaceli.
Hemos asistido a la eucaristía donde han dicho unas palabras muy bonitas sobre la Hospitalidad de Jaén. Otra vez más queríamos dar las gracias a todos por poder haber participado en este viaje de la hospitalidad diocesana de Jaén. Queríamos dar las gracias a todos los que han hecho posible para que podamos asistir a este viaje inolvidable en nuestras vidas ya que hasta el último día se viven experiencias únicas donde entablamos conversaciones con muchas personas, personas que a pesar de nuestra condición en la que nos encontramos han dejado atrás los tapujos que se llegan a crear en otras circunstancias, aquí nos hemos dado cuenta que no toda las personas son así, que siempre habrá personas que te ayudarán y te brindarán consejos. Y volver a dar las gracias por acogernos de esta manera, donde no creo que se nos olvide en muchos años.
Un nuevo Cursillo de Cristiandad ha tenido lugar entre los días 27 y 30 de junio en la Casa de Espiritualidad de San Juan de Ávila de la Yedra.
Este cursillo ha sido coordinado por Rosa María González Peláez y ha estado formado por un equipo de once responsables junto a dos jóvenes matrimonios como equipo doméstico.
Y como siempre, junto a nosotros, nuestro Consiliario y Viceconsiliario, D. Sebastián Guerrero y D. Carlos Moreno, acompañados en esta ocasión por D. Antonio Blanca, Delegado de Juventud de nuestra Diócesis.
Una vez más, damos gracias al Señor porque ha derramado su gracia en los dieciocho cursillistas que desde los distintos puntos de nuestra provincia han dicho SÍ al Señor a través del Cursillo 334 de nuestra Diócesis de Jaén.
El Señor siempre sorprende, el Señor siempre da más, no hay lógica con Él. Lo hemos comprobado de nuevo.
¡Cuánta necesidad hay de conocerlo, de reencontrarse de nuevo, de volver al amor primero! Y es que, gracias a Dios, en nuestra Diócesis “algo nuevo está brotando”, algo nuevo que es fruto del trabajo de nuestro Obispo Don Sebastián, de sacerdotes y laicos en comunión con el Papa que está llegando a los corazones, llenándonos de esperanza.
Cursillos de Cristiandad es solo una parte del primer anuncio que como decimos, tanto bien está haciendo en nuestra Iglesia. En este cursillo 334, hemos sido testigos de la sed de Dios que tenemos, de cómo tantas veces vamos sin rumbo, caminando por inercia. Cuántas veces sentimos el peso de la soledad en nuestras vidas y cómo esto nos lleva a encerrarnos en nosotros mismos. A pensar que solos lo podemos todo. Que nuestras fuerzas son suficientes para seguir avanzando. La triste realidad es que vemos que no podemos y eso nos hace infelices. Nuestro corazón busca algo más. Una semilla que brote dentro de nosotros y nos devuelva la alegría de una vida nueva.
El Espíritu Santo ha estado presente en todo momento para propiciar un triple encuentro con nosotros mismos, con Dios y con los demás.
Así dentro de esta bendita Casa ha ido calando el Señor en cada uno de nosotros. Hemos podido acercarnos a la fuente de agua viva que es su Sagrado Corazón que nos limpiaba de nuestras heridas y nos hemos preguntado: ¿Señor, qué viste en mí? ¿Qué viste en cada uno de nosotros para amarnos de esta manera, para esperarnos con esta paciencia que solo un Padre conoce?
Conocer el rostro de Cristo o volver a recordarlo, que también es muy importante, es volver al inicio, es hacer un parón en nuestras vidas y darnos cuenta de por dónde vamos, por donde nos lleva esta sociedad en la que nos ha tocado vivir. Una sociedad en la que, por desgracia, no hay lugar para el Señor.
Sentir la presencia de Jesús en nuestras vidas es sentir que no caminamos solos, que caminamos de su mano, la mano de un amigo que nunca falla. La mano de un amigo que jamás me soltará. Su mano me hará ver cómo hace nuevas todas las cosas cada día, para mí y para tí, para todos. Y así, agarrados a ella podremos seguir nuestro día a día y podremos aligerar nuestras cargas que a día de hoy son: la soledad, la incomprensión, la desesperanza entre muchas otras, y ver que siempre ha estado la luz allí en el Sagrario, encendida, esperándonos, anhelando nuestra presencia como buen Padre.¡ Que bien se descansa en su pecho! ¡Cómo conforta su presencia!
¡Qué grande es el Señor, qué grande el abrazo que nos ha dado para que digamos SÍ a su voluntad y SÍ a ser testigos de su Palabra! Estamos llamados a insertarnos en nuestras parroquias y ponernos al servicio de la comunidad, a fermentar los ambientes y dar fruto. A dar gratis lo que hemos recibido gratis y a contar todo lo que hemos visto y oído.
Siempre desde la humildad y el servicio.
Como siempre solemos decir, a nosotros solo nos queda decir como Santa Ángela de la Cruz: “QUE DIOS SE LO PAGUE A DIOS”.
Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, comenzó el fin de semana en la localidad diocesana de Sanlúcar de Barrameda con la bendición de una imagen de santa Ángela de Cruz, para terminar el domingo iniciando el día en Olvera y finalizando en El Puerto de Santa María.
El primer fin de semana de julio, la Iglesia Asidonense vivía una jornada intensa, donde Monseñor Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, visitaba las localidades de Sanlúcar de Barrameda, Olvera y El Puerto de Santa María. Todo se inicia en Sanlúcar Barrameda donde la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles y San Sebastián acogía la Eucaristía donde se bendecía la imagen de santa Ángela de la Cruz.
Después de esta bonita jornada en la localidad diocesana de Sanlúcar de Barrameda, el prelado estuvo presente el domingo por la mañana en la zona de la sierra, en concreto en Olvera donde tres comunidades de El Puerto de Santa María celebraban la Santa Misa presidida por el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez.
El Puerto de Santa María fue la localidad diocesana en la que el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez finalizó la actividad pastoral el fin de semana. En concreto en el Monasterio de las Comendadoras del Espíritu Santo, que celebraron la Eucaristía de acción de gracias por la beatificación de Guido Montpellier.
En la homilía, el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez recordó que el Señor nos pide amar como Él nos ama y así ayudar aquellos que lo necesitan y más sufren, siendo la única forma de poder ver en estos hermanos al propio Cristo. Asimismo, ha destacado lo que celebrábamos, que es al beato Guido de Montpellier, siendo así ejemplo para todos los cristianos, y así ser intercesores para ayudarnos en el caminar de nuestra vida.
Por otro lado, ha subrayado que ahora la misión de las Comendadoras del Espíritu Santo es dar a conocer la vida del beato Guido de Montpellier. Igualmente, ha mencionado como la santidad de muchas personas a lo largo de la historia de la Iglesia contagia a los que se encuentran a su alrededor, de esta forma mostrar la comunión de la Iglesia y junto salvarnos y llegar a la meta a la que estamos llamados.
En otro orden de ideas, destaca que el carisma principal que nos enseña el beato Guido de Montpellier es ser dóciles al Espíritu Santo, y así llegar a la meta del cielo que es a la que estamos llamados. De esta forma, si seguimos la voluntad del Señor seremos capaces de llevar a los demás el amor de Dios.
Por último, mencionando el Evangelio, debemos darnos cuenta que si ponemos en práctica el amor que Cristo primero nos da, podremos dar a toda las personas ese amor verdadero.
Rosario Hernández Ruiz profesó ayer sus votos ante el obispo de Cartagena para consagrarse a Dios como ermitaña.
El obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidió ayer la celebración en la que Rosario Hernández Ruiz, ermitaña en Abarán, se consagró a Dios en la forma de vida eremítica, en la Parroquia San Pablo de esta localidad. Para ello, Rosario hizo profesión pública mediante voto de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia en manos del obispo, tomando en su nueva vida el nombre religioso de Paula; un nombre escogido en honor de un santo anacoreta: san Pablo de Tebas, considerado como el primer ermitaño.
Explica Paula que esta vocación consiste en «entregarse al Señor en total soledad y aislamiento, en un apartarse del mundo, del ruido; de todo aquello que impida estar totalmente centrados en el Señor». Una entrega que se vive en una oración continua: «Lo normal para un ermitaño es rezar durante la noche y durante el día; que hagamos lo que hagamos estemos en oración».
Un deseo en el corazón
Si le preguntan a esta murciana, natural de Los Garres (Murcia), en qué momento tuvo clara su vocación a la vida eremítica, Paula habla de una búsqueda. «Esto no es algo súbito; no es que una se levante por la mañana y diga “creo que tengo vocación de ermitaña”», puntualiza. En su caso, antes que ermitaña, fue monja dominica en un convento de clausura durante muchos años. «Yo estaba muy bien en mi vida consagrada, fue simplemente que, a través de la lectura espiritual, conocí la vida eremítica, la vida de oración interior; y despertó en mi corazón un deseo de mayor soledad». Le comunicó su inquietud a su confesor y pidió hacer una experiencia en una orden monástica que siguiera un estilo de vida similar a la eremítica. Durante la experiencia, que duró varios años, confirmó la llamada que sentía. «Volví con las monjas dominicas, pero ya tenía claro que mi vocación era otra; pedí la secularización y dejé que el Señor decidiera dónde y cómo».
A los años, cuando sintió que el Señor le pedía seguir dando pasos en esa dirección, habló con el obispo y, con su aprobación, empezó su vida como ermitaña en una casa de oración ubicada en la Sierra del Oro del término municipal de Abarán, retirada y con vistas al Valle de Ricote, donde reside actualmente. «Cuando vine a ver esta casa tuve claro que este sería el lugar y, aunque se empieza con cierto miedo por si es o no el camino, el Espíritu Santo se encarga de confirmarlo: cuando pasa una semana, un mes, un año, diez años… y sigues con ganas, ya no cabe la menor duda».
Consagrada al Señor
La celebración de su profesión comenzó con el escrutinio, después del cual la ermitaña fue revestida con el hábito negro, signo de morir al mundo y a uno mismo para la salvación de las almas; con una capucha que cubre la cabeza, porque su cabeza debe ser Cristo; un cinturón, en alusión a la obediencia; y un rosario, por la oración y la vinculación a María. Después de la homilía, comenzó el rito de consagración con la profesión de los votos de pobreza, castidad y obediencia en manos del obispo, a los que sumó un voto de conversión continua y también de estabilidad, es decir, de fidelidad y perseverancia en su vocación. Le siguió la postración en el suelo, símbolo de humildad, y la letanía de los santos; así como la entrega del anillo, símbolo del desposorio con Cristo; del crucifijo sobre el pecho y de una custodia, como signo de la oración continua que caracteriza a los ermitaños. Paula también recibió la bendición del obispo como envío al «desierto» en su forma de vida eremítica.
«Fue muy emocionante; la celebración la viví verdaderamente como una boda mística, con esa gracia de ser recibida por la Iglesia y de decir: “Señor, yo no soy nada y me has elegido sabiendo que soy pobre; has pasado por mi vida y me has llamado por mi nombre”. Ese es el misterio y la gracia que estoy viviendo; por medio de la imposición de manos del obispo, que marca un antes y un después en mi vida eremítica», concluye Paula.
En distintas parroquias de la Diócesis están teniendo lugar las misas de los nuevos presbíteros rodeados de familiares y amigos
Los nuevos sacerdotes de la Diócesis, que recibieron el Orden Sacerdotal, el pasado 29 de junio, Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, de manos de monseñor Demetrio Fernández en la Santa Iglesia Catedral, están celebrando sus primeras misas en sus respectivas parroquias. Los nuevos presbíteros están siendo acompañados de familiares, amigos, sacerdotes diocesanos, formadores y compañeros del Seminario.
Álvaro Fernández-Martos Yáñez presidió su primera misa en la parroquia de Cristo Rey y Ntra. Sra. del Valle de Córdoba el 30 de junio. Juan Yersin Méndez Ozuna, lo hizo ese mismo día en la parroquia de la Sagrada Familia de Córdoba. Por su parte, Miguel Ángel Moyano Estepa celebró su primera misa en la parroquia de San Francisco y San Eulogio de Córdoba el 3 de julio. Francisco Solano Aguilar Tejada la presidió en la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila en Montilla el 4 de julio. La primera misa de Javier González Martínez tuvo lugar en la parroquia de San Nicolás de la Villa de Córdoba el 5 de julio. Mientras que la de Javier Montes Jiménez fue en la parroquia de Ntra. Sra. de la Consolación de Doña Mencía el 6 de julio.
Quedan aún por celebrar su primera misa Francisco Salvador Flores Hidalgo, que lo hará en la parroquia de Ntra. Sra. de la Esperanza de Córdoba el 12 de julio, a las 20:30 horas; y Javier Rodríguez Calmaestra que la presidirá en la parroquia de la Santísima Trinidad y María Inmaculada de Priego de Córdoba, el 13 de julio, a las 20:30 horas.
Los sacerdotes diocesanos Francisco Miguel Valencia, párroco de Almonte; Juan José Travé, párroco de Nerva, La Granada de Riotinto y de Las Delgadas; José Manuel Romero, párroco de Puebla de Guzmán, Tharsis y Mina de las Herrerías y Joaquín Sergio Sierra, vicario de Huelva-Ciudad, han acudido a Alicante para participar en el encuentro organizado por Alpha España que tiene el objetivo de “salir, evangelizar y discipular” (SED).
Entre los participantes han contado con la ponencia del sacerdote canadiense James Mallon, autor de Una renovación divina y uno de los principales impulsores de la renovación de las parroquias en todo el mundo. Junto a él estarán el obispo de Orihuela-Alicante José Ignacio Munilla y varios protagonistas del panorama actual de la evangelización en España.
Han sido tres días para “inspirarnos, oír lo que está ocurriendo en otros lugares, coger ideas, comprender procesos y salir con el impulso necesario”, afirman desde la organización.
La obra, que pretende dar a conocer la presencia de los fundadores de la Orden en Córdoba, se presentará el martes, 9 de julio, a las 21:00 horas
“Córdoba Carmelitana. Tras las huellas de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz”, obra de Óscar Aparicio Ahedo, se presentará este martes, 9 de julio, en la Iglesia conventual de San José “San Cayetano”, a las 21:00 horas.
La presente monografía se divide en tres partes. En la primera, como introducción, se hacen dos breves reseñas la historia de Córdoba y de la de la Orden del Carmen Descalzo (OCD). A continuación se presentan las biografías de santa Teresa y san Juan de la Cruz y se explica el sentido del escudo de la Orden, del hábito, del escapulario y de la imagen de la Virgen María del Monte Carmelo.
La segunda parte del libro muestra el paso traumático de santa Teresa de Jesús por Córdoba y la relación más apacible de Juan de la Cruz con la otrora capital califal. Y el último capítulo muestra la presencia de los conventos y monasterios que los carmelitas descalzos tuvieron en Córdoba. Dieciocho presencias que hacen que Córdoba sea una de las provincias más carmelitanas del orbe católico.
El objetivo de la obra es crear una especie de guía turística para que todos los que se acerquen a Córdoba y provincia puedan conocer el paso de los dos grandes místicos españoles, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.