Mis queridos diocesanos:
Una vez más os deseo la paz y la alegría de la Navidad cristiana. Desearía poder hacerme presente en cada uno de vuestros hogares para comunicaros afectuosamente a todos que paséis una feliz Navidad, llena de amor y gracia cristiana.
El permanente mensaje de Navidad, de Dios que se hace hombre, que es el Emmanuel, el «Dios-con-nosotros», ofrece un sentido de esperanza.
Esta esperanza no destruye ni anula nuestras esperanzas humanas, sino que las integra, orienta y sostiene, a fin de que no desfallezcan ante la experiencia terrible del mal, del sufrimiento y de la muerte.
Una vez más deseo hacerme eco de la situación, necesidades y angustias de los que sufren y lo pasan mal en este tiempo de Navidad. En estas fechas parece que se ponen más de manifiesto las graves situaciones de injusticia e insolidaridad por el gran contraste que existe entre el consumo y despilfarro de unos y global a nuestra existencia humana y, con ello, la fortaleza, el coraje y la alegría de la esperanza.
A todos aquellos que buscan con ansiedad razones para vivir y motivos para esperar, debemos estar dispuestos, a darles la razón de nuestra esperanza.
Sin duda, la gran esperanza sólo puede venir de Dios, y para nosotros tiene un nombre: Jesús, el Cristo, nacido en Belén, de María la Virgen. Por eso, la celebración de esta Navidad cristiana de 2004 debería hacer de nosotros verdaderos testigos la penuria y carencia de otros.
Cordialmente os deseo que la luz de Cristo prenda en nuestros corazones e ilumine nuestros pasos, y que la fe y el amor den sentido a nuestras vidas haciendo desaparecer esa sensación de vacío y desilusión que nos asalta, a veces, en nuestra vida cotidiana.
Espero que la Navidad que conmemora el nacimiento de Cristo, príncipe de la paz, produzca paz en nuestras familias y hogares, y que todos los que formamos esta gran familia de gaditanos y ceutíes colaboremos, según nuestras posibilidades, a encontrar caminos de convivencia pacífica en nuestra sociedad, donde por otra parte, se tiende a hacer desaparecer los signos cristianos de la Navidad.
Os deseo que esta Navidad os traiga la alegría de encontrar de algún modo a Cristo, la alegría de que nazca de alguna manera en vuestros corazones. Se ha dicho que nuestra sociedad ha multiplicado las posibilidades y ocasiones de diversión y de placer, pero es incapaz de producir el auténtico gozo y la máxima alegría.
También os deseo que la mejor comprensión del mensaje de la pobreza evangélica y la exigencia del amor cristiano os lleve esta Navidad a haceros más solidarios con los pobres, a compartir con ellos vuestros bienes materiales y espirituales, a luchar decididamente por la verdad, la justicia y el amor, y contra las causas generadoras de la pobreza y de la miseria, de los sin techo y de los parados, la pobreza de los marginados, que se hace como más sensible al llegar estas fiestas navideñas.
Como Pastor de la Iglesia de Cádiz y Ceuta os deseo una feliz Navidad, que nos comprometa a superar divisiones y rencores, y que sean unos días llenos de amor, esperanza y paz.
¡Feliz Navidad 2004 y Año Nuevo 2005!
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta