Monseñor Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, en las IV Jornadas de Caridad y Voluntariado de la UCAM.
“No podemos sustituir el concepto de amor por el de solidaridad”
Murcia, 27/07/2005 . – Tras las sesiones de las IV Jornadas de Caridad y Voluntariado, que tuvieron lugar en Murcia el pasado mes de febrero, bajo el lema
“Eucaristía y Caridad” se ha celebrado en el Auditorio del Colegio de
Santa Úrsula, en Lima (Perú), la segunda fase de estas jornadas que
finalizarán en Colonia (Alemania), los días 18 y 19 de agosto. Las
jornadas han reunido en esta ocasión a expertos y teólogos como
monseñor Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio Cor
Unum, Javier del Río, obispo auxiliar de Callao, o Antonio Alcaraz,
director del Instituto Internacional de Caridad y Voluntariado Juan
Pablo II (IICV), entre otros. Además de los cientos de seminaristas,
monjas de diferentes congregaciones y laicos peruanos, también han
participado en este encuentro los veinte jóvenes murcianos que desde
el pasado 13 de julio se encuentran en la capital peruana realizando
tareas de voluntariado.
Tras la presentación de las jornadas, a cargo del presidente de la
Conferencia Episcopal Peruana y obispo de Tacna, José Hugo Garaycoa
Hawkins, y bajo la mirada atenta del obispo de Callao, monseñor Miguel
Irizar, se han desarrollado las conferencias que han configurado estas
jornadas organizadas por
El Consejo Pontificio Cor Unum y de
de Nuevo Pachacutec han colaborado con la UCAM en la organización de
estas jornadas.
Monseñor Paul Josef Cordes ha ofrecido la conferencia “Religión y
actividad caritativa” con la que se han clausurado las jornadas. El presidente
del Consejo Pontificio Cor Unum ha puntualizado que, si bien es cierto que
“debemos combatir la indigencia que mira al cielo”, los cristianos “debemos
evitar caer en la ingenuidad e ilusión de resolver los problemas sociales
solamente con los medios humanos. Ver la miseria y su eliminación en
categorías puramente políticas puede excluir elementos esenciales del ser
humano, ya que la felicidad no se identifica con el bienestar: no hay más que
verificar la cantidad de suicidios en Europa, el envejecimiento de su
sociedad, el creciente miedo y la falta de juventud y de vitalidad” .
Según monseñor Cordes el problema es teológico, por eso “la Iglesia
tiene que seguir el ejemplo de Jesucristo, mostrando a través de signos
concretos el amor que ha recibido del Padre y ofreciendo a los hombres la
Fe que salva verdaderamente dando la vida que va más allá de la muerte
insuperable”. En este sentido, ha afirmado que “quien se preocupe por el
hombre no puede desvincularse del juego de fuerzas político”. Pero esta
atención política” no debe transformarse -ha asegurado- en una completa
adopción de categorías y reglas para toda la actividad de la Iglesia, porque
el único criterio válido y el único punto de partida seguro para todas las
acciones de la Iglesia puede ser sólo Jesucristo. La Iglesia tiene la misión de
anunciar a Cristo y de comunicar que la salvación viene de Dios. Él, que
murió en la cruz y resucitó el tercer día, es garante y contenido de su
acción”. Por todo ello, Cordes no ha dudado en señalar que “no debemos
borrar, de nuestras catequesis de caridad y de nuestras llamadas a servir al
prójimo, el vocabulario de la revelación de
podemos sustituir el concepto de ‘amor’ por el de ‘solidaridad’.
Vivir dando la vida
Por su parte, el director del IICV de la Católica y coordinador del
Campus de Perú, Antonio Alcaraz, ha reflexionado sobre
fundamentos antropológicos del voluntariado”.
Cuestiones como el origen del voluntariado, su definición y
fundamentos, el voluntariado y el cristianismo o la ruptura de la relación
caridad-voluntad en la cultura postmoderna han sido abordadas por el
profesor Alcaraz durante su ponencia.
“La existencia del hombre siempre está orientada a los demás y, por
tanto, para ser él mismo -ha asegurado el doctor Alcaraz- necesita, a la vez,
ser para los demás”.
El hombre aunque esté rodeado de gente experimenta
este problema, “el ser humano nota que quiere vivir pero que también
necesita dar la vida por alguien”. Según Alcaraz, la cuestión fundamental
consiste en saber enlazar estos dos aspectos: que yo crezco, que yo vivo, en
la medida en que me entrego al otro. “Esta síntesis existencial -ha
puntualizado- es a la que apunta el voluntariado, aunque sea por un
pequeño espacio de tiempo, a través de él se vive la experiencia de que
dándose al otro y perdiendo algo de lo mío, consigo ‘estar bien conmigo
mismo’, es la posibilidad de descubrir otra forma de vida: vivir dando la
vida”. En definitiva, lo que el voluntario descubre es que la criatura humana,
tal y como afirmó Juan Pablo II, sólo se realiza plenamente si ama y se
entrega a los demás”.
Comunidades y nuevos movimientos
“Caridad, nuevos movimientos y comunidades” es el título de la
conferencia que ha realizado
del Río.
Ante una sociedad cada vez más desacralizada, según monseñor Javier
del Río, uno de los principales desafíos de la nueva evangelización “no
consiste sólo en el renovado anuncio del Evangelio sino también en arrojar
los signos que lleven al hombre de hoy, tantas veces desilusionado de las
palabras, a creer en el mensaje de salvación y eternidad que la Iglesia
ofrece”.
Asimismo,
del tercer milenio debemos reconocer que el secularismo y la
descristianización también se han ‘globalizado’, a la par que se difunde cada
día más un conformismo nihilista, alimentado por el consumismo, inducido y
controlado por crecientes concentraciones de poder. Los ídolos del poder,
del tener y del placer amenazan cada vez más la dignidad del hombre
postmoderno, tanto en las naciones del llamado primer mundo, cuanto en
las sociedades tecnológicamente menos desarrolladas, causando heridas
muy profundas, en especial, a los jóvenes y a las familias” .
Según Javier del Río el hombre de hoy en día necesita una nueva
evangelización que sea nueva en su método, en su ardor y en su expresión;
en esta misión evangelizadora,
fundamental que desempeñan en la actualidad los movimientos y pequeñas
comunidades. En este sentido, ha asegurado que “el éxito de la nueva
evangelización está íntimamente vinculado con la capacidad que los
pastores de la Iglesia tengamos para acoger y guiar a estas nuevas
realidades eclesiales para que se inserten del modo que les corresponde en
la vida de cada Iglesia en particular, y asuman con nuestro aliento y apoyo la
responsabilidad que les compete en la misión de la Iglesia en el tercer
milenio”.
Voluntariado y Universidad
En su disertación sobre “Voluntariado y universidad”, José Antonio
Benito, coordinador de voluntariado universitario y profesor de la
como una de las nuevas vías que el Pontificio Consejo Justicia y Paz reclama
para afrontar los problemas del hombre de hoy en día.
Asimismo, el profesor Benito ha destacado que el voluntario debe
trabajar en equipo, en comunión con el grupo al que pertenece; desde la
gratuidad; con responsabilidad y compromiso; con disponibilidad, para
poder realizar con gusto cualquier tarea que se le encomiende, y desde la
sencillez y el respeto. Respecto a esta última cuestión, Benito ha subrayado
la importancia de respetar otras culturas, otros ritmos y niveles de vida
distintos, y ha asegurado que “se precisa alma de niño para no juzgar
precipitadamente y desenfundar nuestras soluciones perfectas”.