Como cada año, un buen número de Institutos Seculares, Vírgenes Consagradas, Religiosas y Religiosos de muchas congregaciones, se reunieron el pasado sábado para celebrar el Día de la Vida Consagrada, que aviva la conciencia del gran regalo de la vocación, nos llena de gratitud al Señor y nos impulsa a responderle con mayor amor en el servicio a todos.
Con motivo del Año Paulino, la Eucaristía, que siempre ha tenido lugar en la Santa Iglesia Catedral, se celebró en la Real Iglesia de San Pablo, presidida por el Delegado de la Diócesis para la Vida Consagrada, D. Juan Correa.
En el ambiente reinaba la emoción y el cariño que acompañan siempre todo lo relacionado con la vocación. Se participó y se vivió una Eucaristía que estrechó la unión de los distintos carismas.