Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,32-48):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo.
Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Pedro le dijo:
«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».
Y el Señor dijo:
«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.
El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».
El próximo 20 de septiembre, sábado, el trascoro de la Catedral de Sevilla acogerá la celebración de la Eucaristía en el curso de la cual serán ordenados diáconos seis seminaristas. la misa será presidida por el arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses.
Los seminaristas que recibirán el orden del diaconado son Pablo Bernal, Pablo Noguera, Cristian Rodríguez, Erson Patrick Rosario da Cruz, José Manuel Ruiz y Alberto Torres.
Uno de los tres órdenes de la Iglesia
Como recoge el artículo 92 del Apostolorum Succesores, el diácono participa «de las tres funciones de enseñar, santificar y gobernar, que corresponden a los miembros de la jerarquía». El orden del diaconado es uno de los tres que existen en la Iglesia, junto al episcopado y presbiterado, y los candidatos deben estar bautizados y confirmados. Como podrá comprobarse en la ceremonia que tendrá lugar el 20 de septiembre en la Catedral, los tres grados de ordenación son conferidos por el mismo ritual.
El diácono tiene como vestidura propia la dalmática, que lleva sobre el alba o la estola. La estola «la lleva desde el hombro izquierdo, pasando sobre el pecho hacia el lado derecho del tronco, donde se sujeta», según se detalla en el artículo 340 de la Ordenación General del Misal Romano. A partir de la ordenación, los diáconos pueden predicar, administrar y presidir el sacramento del matrimonio y del bautismo, celebrar exequias y bendecir objetos y personas.
El periodo estival no es tiempo de paz ni de tregua en Gaza, Ucrania, Siria, Yemen, Sudán, Haití o en tantos otros lugares del mundo. No podemos permanecer indiferentes ante el prolongado sufrimiento que provocan los guerras y conflictos armados en tantas latitudes. Vivimos en un mundo donde todo está conectado. Urge una alianza de creyentes en favor del evangelio de la vida y la cultura de la paz. Una alianza que invite a la conversión personal y relacional para hacer de cada creyente y comunidad católica un signo e instrumento de la paz de Dios.
Desde la Conferencia Episcopal Española, en sintonía con iniciativas similares en otras Conferencias Episcopales, se desea responder al llamamiento del Papa León XIV a intensificar la oración y las actitudes en favor de la paz. Por eso, además de otras posibles iniciativas, se invita a intensificar en las celebraciones litúrgicas de cada día la oración por la paz.
SUGERENCIAS LITÚRGICAS PARA ORAR POR LA PAZ
Podemos realizarlo a través de los formularios de la Misa «Por la paz y la justicia» (Misal Romano, Misas y oraciones por diversas necesidades, n. 30, formularios A o B pág. 1042-1043) y «En Tiempo de Guerra y Desorden» (Misal Romano, Misas y oraciones por diversas necesidades, n. 30, pág. 1044-1045). En ambos casos se puede utilizar una de las Plegarias eucarística para la reconciliación. También se pueden incluir intenciones especiales en la Liturgia de los Horas para implorar al Señor el don de la paz y la conversión de los violentos. Podrían también organizarse momentos de oración y adoración por la paz.
Para añadir a las preces de laudes:
Tú que eres nuestra paz y has reconciliado en tu cruz a los que estaban divididos,
— infunde en el mundo el deseo de concordia y convierte el corazón de quienes siembran violencia.
Para añadir a las preces de vísperas:
Señor, que has querido reunir en un solo pueblo a los dispersos por el pecado,
— haz que florezca la paz en la tierra y transforma con tu gracia a quienes obran el mal.
Para añadir a la oración de los fieles de la misa:
Por la paz en el mundo, especialmente en Gaza, Ucrania, Siria, Yemen, Sudán, Haití y en tantos otros lugares heridos por la guerra y la violencia; para que el Señor conceda la reconciliación a los pueblos enfrentados y convierta el corazón de quienes siembran odio y destrucción. Roguemos al Señor.
Hay veranos que son sólo eso: calor, aventuras que se viven, planes que no salen, algo de descanso, amigos, alguna escapada… y luego está ese otro tipo de verano. Sí, ese verano que no sabes por qué, pero te remueve algo por dentro. Es el verano que empieza como todos, pero que en algún momento te hace mirar al cielo de una forma distinta: quizá el verano en el que Dios decide susurrarte más fuerte de lo habitual.
¿Te suena? Si estás leyendo estas líneas puede que pienses “me está pasando a mí”, o “esto ya me pasó en algún momento”, o “quizá… me está empezando a pasar ahora mismo”. Te diré que no se trata de luces ni voces extrañas, es más bien como un eco interior que se repite en el silencio del corazón, y no es una pregunta cualquiera, es la pregunta del millón: “¿Y si esto fuera para mí? ¿Y si Dios me estuviera llamando? A veces viene en una frase que se te cuela mientras vas caminando, o en medio de una canción, o en la calma de una noche calurosa o de agradable brisa: “¿Y por qué no… precisamente ahora?” Lo más normal es que pienses que no sabes explicar lo que te pasa, pero sabes que te está pasando, y del desconcierto personal pasas a entender que esta frase tiene sentido: “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros.” (Jn 15,16)
Quizá lo que más desconcierta no es que Dios llame… sino que te llame a ti, con tu nombre y apellidos. Que te llame a ti con tus dudas, con tus planes por la mitad, con tus miedos y tus ganas de todo. Que te llame a ti que no te sientes digno, ni preparado, ni santo, ni nada especial. Que te llame a ti que sí andas inquieto…eso, créeme, ya es muchísimo.
La vocación muchas veces empieza así: con una inquietud que no te deja en paz, con una pregunta que no se calla, con un deseo de vivir para algo grande, eterno, verdadero, con un deseo de Dios que no sabes de dónde viene pero que te está ganando el corazón. No hay que tener miedo, es entonces cuando todo puede cambiar ¡No fuera de ti, sino dentro! Comienzas a mirar la vida como quien busca una señal, te sientes como una brújula que quiere un norte, y en vez de huir, tienes la valentía de detenerte. Entonces, solo entonces, te puedes asomar al balcón de la posibilidad, y en el silencio de esa rendija, Él entra, Jesús se queda.
He visto con mis propios ojos que los jóvenes buscan. Hace apenas unos días regresábamos de Roma, tras participar en el Jubileo de los Jóvenes por el Año Jubilar de la Esperanza. Fuimos 250 jóvenes de Jaén, junto a un millón más venidos de todo el mundo, uniéndonos al Papa León XIV y dejando que el corazón de la Iglesia joven latiera con fuerza en las calles de Roma con nuestros cantos, bailes y presencia.
Como sacerdote, una vez más, ha sido una experiencia impactante. He podido ver cómo los jóvenes tienen sed, tienen hambre de más, están inquietos. Y así lo hemos compartido en varias conversaciones. Los jóvenes llevan dentro un anhelo hondo de sentido, de entrega, de misión, de un “¿para qué?” que no se va a dejar apagar con cualquier simpleza. A esto añado que, como formador del Seminario, en medio de aquella marea de rostros y esperanzas, he llevado muchas veces a la oración esta súplica: “Señor, regálanos vocaciones sacerdotales, la mies sigue siendo mucha y los obreros pocos”. Estoy convencido de que el Señor ya está bendiciendo a su Iglesia con jóvenes tocados por esta llamada tan especial, que quizá, aún no saben poner en palabras, pero que empieza a vibrar en su interior. Yo también pasé por ese momento de incertidumbre, como tantos sacerdotes. Y un día, simplemente, te dejas ganar, dejas de huir, te entregas… y comienza la aventura.
¿Y si este verano fuera tu “precisamente ahora”? Tal vez no tenías ningún plan este verano, o todos los que hiciste se han ido cumpliendo o cayendo. Pero… ¿y si Dios hubiera reservado este tiempo para hablarte más claro? No es casualidad que estés leyendo esto, no es casualidad esa conversación que tuviste, ese sacerdote que te dijo algo que te removió, esa Misa en la que sentiste paz, esa hora Santa especial, esa duda que llevas arrastrando tiempo…
Hay momentos en que el corazón se pone en modo “zarandeo” y si no huyes, si te atreves a escuchar puedes descubrir que Dios está más cerca de lo que pensabas. Y que te llama. Y que te quiere suyo. Y que no busca héroes, sino amigos. Y que no busca perfectos, sino disponibles. No busca otra cosa… que a ti.
¿Y ahora qué? No tienes que tenerlo todo claro, solo dar un paso: habla con alguien, escribe a ese sacerdote que te acompaña o te cae bien. Si lo ves oportuno visita el Seminario, habla más específicamente con alguno de los formadores; y sobre todo reza, lee el Evangelio, pregunta y escucha. Deja que Dios te muestre si esa inquietud que sientes… tiene nombre: vocación sacerdotal. Puede que este verano no cambie el mundo, pero sí puede cambiar el rumbo de tu vida con esta sencilla y gran pregunta: “¿Y por qué no… precisamente ahora?”
Cuando uno se atreve a escuchar la llamada de Dios uno ya no vive por inercia o te conformas con sobrevivir, simplemente te sabes que has sido creado para algo único, como decía el beato Carlo Acutis, que muy pronto será canonizado: “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias.” No estás hecho para una vida fotocopiada, sino para el plan irrepetible que Dios soñó contigo. ¡Ánimo!
Pepe Navarrete Vicerrector del Seminario y Delegado de Pastoral Vocacional
El Seminario te ofrece los siguientes medios para tu discernimiento y tu formación
EL SEMINARIO MENOR en la modalidad de “Seminario menor en familia”: para muchachos a partir de 1º de la ESO hasta 2º de Bachillerato que participan quincenalmente, en un fin de semana, en todas las actividades organizadas en el Seminario, que ayudan en el discernimiento de sus inquietudes vocacionales y encaminadas a formla preparación para el acceso, en su momento, al Seminario Mayor.
LA EXPERIENCIA «COME AND SEE». Experiencia “Ven y Verás” posibilidad de que cualquier joven con inquietud vocacional venga al seminario a pasar un sábado conviviendo con los seminaristas.
ITINERARIO DE CLARIFICACIÓN VOCACIONAL 4K. El proyecto «4K» pretende convocar y acompañar a los jóvenes interesados o que lo soliciten a través de un grupo joven de discernimiento, a partir de los 16 años. Algunos Domingos del curso al mes se quedará en el Seminario para trabajar con los chicos la realidad del discernimiento vocacional.
El curso propedeútico o de introductorio del Seminario Mayor. Se trata de un tiempo fuerte de discernimiento que según el candidato y su proceso inicial de formación dura un curso normalmente. El candidato vive un tiempo introductorio al Seminario Mayor, en comunidad con otros, para en su momento integrarse totalmente a la Comunidad del Mayor compartiendo todas las dimensiones de la formación, además de los estudios propios para el sacerdocio.
Y las distintas actividades que se te ofrecen desde la Pastoral Vocacional y que podrás encontrar en nuestro web: https://seminariojaen.es
«SI CRISTO TE LLAMA NO CIERRES LAS PUERTAS DE TU CORAZÓN»
El 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción a través de la bula Ineffabilis Deus, una decisión que marcaría la creación de la “hermandad de la patrona”: la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes y San Fernando. Cincuenta años después, el arzobispo de Sevilla, monseñor Marcelo Spínola, promovió una serie de actos para recordar la proclamación del dogma. Uno de ellos fue la coronación canónica de la Virgen de los Reyes, acontecimiento que se celebró en la Catedral el 4 de diciembre de 1904. Y para fomentar su culto, con especial referencia al misterio de la Asunción de la Virgen, un grupo se seglares y sacerdotes decidió crear la Asociación de Nuestra Señora de los Reyes, cuyo reglamento aprobaría el ‘arzobispo mendigo’ el 30 de noviembre de 1905. Este sería uno de sus últimos actos de gobierno, ya que cincuenta días después Spínola fallecería en Sevilla, a pocas fechas de ser creado cardenal.
Desde entonces, la asociación colabora estrechamente con el Cabildo Catedral en el fomento de la devoción a la patrona de Sevilla y su Archidiócesis. La Virgen de los Reyes ostenta este título de forma oficial desde el 15 de agosto de 1946. El papa Pío XII lo confirmó mediante un breve pontificio en el que declaraba “a la Santísima Virgen, bajo la Advocación de Nuestra Señora de los Reyes, principal patrona ante Dios de la Ciudad y Archidiócesis de Sevilla… así lo establecemos y mandamos, decretando que las presentes letras queden y permanezcan para siempre firmes, valederas y eficaces…”. Pocos días después se estrenaría el himno de la patrona, con música del organista de la Catedral Ángel Urcelay y letra del padre Trujillo.
Normativas
El Cabildo cuenta desde diciembre de 1922 con la figura de los capellanes reales, algunos de los cuales resultaría claves para explicar algunos acontecimientos posteriores de la historia de la Iglesia en Sevilla. Es el caso de los recordados José Sebastián Bandarán o Publio Escudero.
En 1982, el cardenal Bueno Monreal aprobó un estatuto similar al anterior de 1973 en el que se ampliaron los fines de la asociación, uniendo los cultos de Ntra. Sra. de los Reyes y San Fernando. De esta forma, la asociación pasó a denominarse de Ntra. Sra. de los Reyes y San Fernando. Esta normativa tendría otra reforma en octubre de 2008, siendo arzobispo monseñor Amigo Vallejo, para adaptarla a la nueva legislación canónica y catedralicia. En estos estatutos se establecía que la asociación pasaría a depender del deán y del delegado de Pastoral del cabildo.
Cultos y acción social
Entre os actos que organiza la asociación destaca la sabatina (la primera se celebró el 3 de diciembre de 1905), los besamanos y novenas, la conmemoración de las bodas matrimoniales de plata y oro en torno a la festividad de San Valentín, las presentaciones de niños ante la patrona, el pregón y triduo a San Fernando, y una importante acción social. En este último apartado figura la colecta que se realiza una tarde de la novena a favor de una institución caritativa de la Archidiócesis. Este año se hará el miércoles 13 de agosto, y lo recaudado se destinará a la Comunidad del Anav (Onuva). Además, la asociación destina el 45 % de sus ingresos a estas finalidades sociales.
La sede de la asociación se encuentra en el número 11 de la calle Albareda y su actual presidente es Antonio Ramos. Por otro lado, los miembros de la asociación que deseen acompañar a la patrona en la procesión de la mañana del 15 de agosto deberán retirar la papeleta de sitio entre el 4 y el 14 de agosto.
Puede consultar la relación completa de actos de la patrona en este enlace.
El incendio se ha originado en el interior de una capilla, junto a la zona de Almanzor
Foto Diario Córdoba A.J González
Esta tarde se ha declarado un incendio en una capilla de la Mezquita-Catedral, en la zona de Almanzor. Inmediatamente se ha activado el protocolo establecido en el Plan de Autoprotección. Tres dotaciones de bomberos se han personado al instante en el monumento y han controlado el incendio.
A medida que se conozcan más detalles continuaremos informando
El presidente de la Conferencia Episcopal ha dirigido una carta a los obispos de España para, «en sintonía con iniciativas similares en otras Conferencias Episcopales (…) responder al llamamiento del Papa León XIV a intensificar la oración y las actitudes en favor de la paz». Por eso, invita a intensificar en las celebraciones litúrgicas de cada día la oración por la paz, a través de los formularios de la Misa «Por la paz y la justicia» y «En Tiempo de Guerra y Desorden» y Misas y oraciones por diversas necesidades.
Carta de Mons. Luis J. Argüello:
El periodo estival no es tiempo de paz ni de tregua en Gaza, Ucrania, Siria, Yemen, Sudán, Haití o en tantos otros lugares del mundo. No podemos permanecer indiferentes ante el prolongado sufrimiento que provocan los guerras y conflictos armados en tantas latitudes. Vivimos en un mundo donde todo está conectado. Urge una alianza de creyentes en favor del evangelio de la vida y la cultura de la paz. Una alianza que invite a la conversión personal y relacional para hacer de cada creyente y comunidad católica un signo e instrumento de la paz de Dios.
Desde la CEE, en sintonía con iniciativas similares en otras Conferencias Episcopales, queremos responder al llamamiento del Papa León XIV a intensificar la oración y las actitudes en favor de la paz. Por eso, además de otras posibles iniciativas, invitamos a intensificar en las celebraciones litúrgicas de cada día la oración por la paz. Podemos realizarlo a través de los formularios de la Misa «Por la paz y la justicia» (Misal Romano, Misas y oraciones por diversas necesidades, n. 30, formularios A o B pág. 1042- 1043) y «En Tiempo de Guerra y Desorden» (Misal Romano, Misas y oraciones por diversas necesidades, n. 30, pág. 1044-1045). En ambos casos se puede utilizar una de las Plegarias eucarística para la reconciliación. También se pueden incluir intenciones especiales en la Liturgia de los Horas para implorar al Señor el don de la paz y la conversión de los violentos. Podrían también organizarse momentos de oración y adoración por la paz.
Para añadir a las preces de laudes:
Tú que eres nuestra paz y has reconciliado en tu cruz a los que estaban divididos, — infunde en el mundo el deseo de concordia y convierte el corazón de quienes siembran violencia.
Para añadir a las preces de vísperas: Señor, que has querido reunir en un solo pueblo a los dispersos por el pecado, — haz que florezca la paz en la tierra y transforma con tu gracia a quienes obran el mal.
Para añadir a la oración de los fieles de la misa: Por la paz en el mundo, especialmente en Gaza, Ucrania, Siria, Yemen, Sudán, Haití y en tantos otros lugares heridos por la guerra y la violencia; para que el Señor conceda la reconciliación a los pueblos enfrentados y convierta el corazón de quienes siembran odio y destrucción. Roguemos al Señor.
Del 1 al 6 de agosto, la juventud onubense se ha hecho presente en el Jubileo de los Jóvenes en Roma. La peregrinación diocesana, organizada conjuntamente por la Pastoral Juvenil y la Pastoral Universitaria, ha contado con la participación del Seminario Diocesano María Inmaculada, así como de jóvenes provenientes de lugares de la geografía diocesana. Además, junto con la peregrinación del secretariado de Juventud y Adolescencia, jóvenes de diferentes realidades eclesiales de nuestra diócesis han participado en el Jubileo de los Jóvenes por otros medios, llegando a superar los 300 participantes en total.
La experiencia jubilar comenzó con el encuentro de jóvenes españoles en la Plaza de San Pedro, donde, en un clima festivo y de oración, se celebró la Eucaristía presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española. La jornada concluyó con el canto de la Salve Rociera a la Virgen María.
El sábado, los peregrinos se dirigieron a Tor Vergata para participar en la vigilia de oración con el Santo Padre Leónjunto a más de un millón de jóvenes de todo el mundo. El Papa hizo un llamado a poner a Cristo en el centro de la vida, palabras que resonaron con fuerza en el corazón de los asistentes. A ello, siguió un tiempo prolongado de adoración silenciosa al Santísimo Sacramento.
El domingo, el Papa recorrió los sectores de Tor Vergata antes de celebrar la Misa de envío, en la que animó a los jóvenes a “aspirar a las cosas celestiales” y a no conformarse con menos que la santidad.
Después del Jubileo, la peregrinación continuó en Asís, donde los jóvenes oraron en los principales lugares franciscanos: la Porciúncula, las basílicas de San Francisco y Santa Clara, y el lugar donde reposa el beato Carlo Acutis.
La última etapa de la peregrinación se vivió intensamente en Roma, cruzando las cuatro puertas santas de las basílicas mayores. La primera parada fue en San Pablo extramuros, donde tras cruzar la puerta, se llegó a la tumba del apóstolsan Pablo a confesar nuestra fe. Posteriormente, san Juan de Letrán, catedral de Roma, donde se hizo una oración especial por nuestra diócesis de Huelva. Luego, Santa María la Mayor, donde se rezó el ángelus ante la Salus Populi Romani. Como colofón, se peregrinó a la basílica de San Pedro. Desde el Castel Sant’Angelo, se caminó con la Cruz del Jubileo hacia la basílica, entre rezos y cantos. Especialmente profundo y espiritual fue el paso por la Puerta Santa de San Pedro y la oración ante la tumba del apóstol, donde los jóvenes rezaron el Credo y oraron por el Papa.
Los sacerdotes que acompañaron la peregrinación fueron D. Enrique Uzcátegui, delegado para la Pastoral Universitaria y la Pastoral Juvenil, y D. Juan José Feria, rector del Seminario y delegado de Pastoral Vocacional.
Todos coinciden en que ha sido una experiencia de gracia, comunión y renovación de la fe. Estos días han sido un verdadero acontecimiento eclesial para redescubrir la alegría de creer y ganar la indulgencia del Año Santo. Y, sobre todo, para renovar la fe en Jesucristo, el Hijo de Dios, nuestra pertenencia a la Iglesia católica.
Cuando se cumple en septuagésimo quinto aniversario de la declaración del Dogma de la Asunción de María a los cielos, el Cabildo Catedral expondrá a la veneración pública a su patrona, la Virgen de la Antigua.
Será en la víspera del 15 de agosto, entre las 18:30 y las 20:30 horas, en la Capilla mayor de la Santa Iglesia Catedral, que alberga esta querida talla mariana.
Ese mismo día, el 14 de agosto, a las 12 del mediodía, habrá un repique general del campanas en el Templo mayor de Jaén, que está levantado en honor a la Asunción de María a los cielos.
El día 15, como es tradicional, y durante al Eucaristía de las 11:30 horas, se presentarán ante la Virgen de la Antigua a los recién nacidos y niños que acudan al primer Templo de la Diócesis. En una celebración eucarística presidida, en este 2025, por el Deán de las Catedrales, D. Francisco Juan Martínez Rojas, y que comenzará con una procesión claustral con la imagen de la Virgen por las naves del Templo mayor. Al término, bendición secular con el Santo Rostro desde los cuatro puntos cardinales de la Catedral, a través de sus balcones. Una bendición a los jiennenses y a los campos con el paño que, según la tradición, enjugó el rostro de Cristo camino del calvario.
Esta celebración, a pesar de tener lugar en plena canícula, cada año reúne a más fieles jiennenses que quieren ser testigos privilegiados de la bendición secular y de la bendición de los bebés, además de participar en la mesa del Señor.
La talla de la Virgen de la Antigua es una obra anónima de estilo gótico, datada a principios del siglo XVI. La imagen representa a la Virgen amamantando a su Niño y se caracteriza por su rica policromía. Según la tradición oral, esta talla de la Virgen llegó a Jaén tras la reconquista de la ciudad por Fernando III el Santo. Ubicada en la Capilla Mayor del templo de Vandelvira, justo encima del Santo Rostro, es patrona del Cabildo catedral.
El dogma asuncionista, proclamado por el Papa Pío XII en 1950, establece que la Virgen María, al finalizar su vida terrenal, fue asunta (llevada) en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este dogma, considerado revelación divina, afirma que María no experimentó la corrupción del sepulcro como el resto de la humanidad.
El obispo, Eloy Santiago, pide a los diocesanos oren por la paz, secundando así el llamado del papa León.
El presidente de la Conferencia Episcopal ha dirigido una carta a los obispos de España para, «en sintonía con iniciativas similares en otras Conferencias Episcopales (…) responder al llamamiento del Papa León XIV a intensificar la oración y las actitudes en favor de la paz». Por eso, invita a intensificar en las celebraciones litúrgicas de cada día la oración por la paz, a través de los formularios de la Misa «Por la paz y la justicia» y «En Tiempo de Guerra y Desorden» y Misas y oraciones por diversas necesidades.
Texto de la carta
El periodo estival no es tiempo de paz ni de tregua en Gaza, Ucrania, Siria, Yemen, Sudán, Haití o en tantos otros lugares del mundo. No podemos permanecer indiferentes ante el prolongado sufrimiento que provocan los guerras y conflictos armados en tantas latitudes. Vivimos en un mundo donde todo está conectado. Urge una alianza de creyentes en favor del evangelio de la vida y la cultura de la paz. Una alianza que invite a la conversión personal y relacional para hacer de cada creyente y comunidad católica un signo e instrumento de la paz de Dios.
Desde la CEE, en sintonía con iniciativas similares en otras Conferencias Episcopales, queremos responder al llamamiento del Papa León XIV a intensificar la oración y las actitudes en favor de la paz. Por eso, además de otras posibles iniciativas, invitamos a intensificar en las celebraciones litúrgicas de cada día la oración por la paz.
Podemos realizarlo a través de los formularios de la Misa «Por la paz y la justicia» (Misal Romano, Misas y oraciones por diversas necesidades, n. 30, formularios A o B pág. 1042- 1043) y «En Tiempo de Guerra y Desorden» (Misal Romano, Misas y oraciones por diversas necesidades, n. 30, pág. 1044-1045). En ambos casos se puede utilizar una de las Plegarias eucarística para la reconciliación. También se pueden incluir intenciones especiales en la Liturgia de los Horas para implorar al Señor el don de la paz y la conversión de los violentos. Podrían también organizarse momentos de oración y adoración por la paz.
Para añadir a las preces de laudes: Tú que eres nuestra paz y has reconciliado en tu cruz a los que estaban divididos, — infunde en el mundo el deseo de concordia y convierte el corazón de quienes siembran violencia.
Para añadir a las preces de vísperas: Señor, que has querido reunir en un solo pueblo a los dispersos por el pecado, — haz que florezca la paz en la tierra y transforma con tu gracia a quienes obran el mal.
Para añadir a la oración de los fieles de la misa: Por la paz en el mundo, especialmente en Gaza, Ucrania, Siria, Yemen, Sudán, Haití y en tantos otros lugares heridos por la guerra y la violencia; para que el Señor conceda la reconciliación a los pueblos enfrentados y convierta el corazón de quienes siembran odio y destrucción. Roguemos al Señor.