El obispo de Córdoba bendecirá a los peregrinos junto al Simpecado, a las 19:00 horas, en la Santa Iglesia Catedral
Córdoba tiene un año más la llave de los caminos. La filial comienza hoy su peregrinación hacia la aldea almonteña con casi trescientas personas que van a realizar un camino de nueve días, el más largo de las hermandades andaluzas, hasta llegar a la Blanca Paloma.
Córdoba hoy se tiñe de color para despedir a los rocieros que esta tarde, a las 17:00 horas, partirán desde la Real Iglesia de San Pablo, haciendo una parada en la Santa Iglesia Catedral, donde el obispo de la diócesis cordobesa, monseñor Jesús Fernández, bendecirá el Simpecado y a los peregrinos que emprenden su andadura “con mucha ilusión”, como resalta Guadalupe Grande, en su tercer año ya como Hermana Mayor. “Lo vivo con la misma ilusión y ganas de servir a mi hermandad, a mis hermanos, porque la Virgen nos espera y llegaremos con ilusión a Ella”, asegura Guadalupe, quien se muestra con fuerza para este camino aun sabiendo las altas temperaturas que se prevén para estos días. “Los rocieros siempre tiramos hacia adelante y para mi esto es mi vida entera. He nacido en una familia rociera, mi padre ha estado toda la vida en juntas de gobierno colaborando, mi madre, mi hermana… yo vivo El Rocío los 365 días de año y vivimos trabajando para llegar al encuentro con la Virgen del Rocío el lunes de Pentecostés”, explica.
La hermana mayor invita a todos los cordobeses a vivir este momento “con fe, una fe rociera y sabiendo que somos Iglesia”. Algo en lo que coincide el capellán de camino, Tomás Pajuelo, quien acompañará a la hermandad durante estos días “con muchas ganas”. “Este año, como todos los años, tendremos cada día nuestra oración, el rezo del Ángelus, el Rosario, la Santa Misa y, además, va a haber un día en el que compartiremos un tiempo de catequesis para abordar asuntos sobre la liturgia y las cosas fundamentales de la fe”, subraya Tomás Pajuelo. Para él, convivir con estas casi trescientas personas día a día, confesar, ayudarles y acompañarles es gozoso, porque “aunque El Rocío tiene una primera imagen de “faralaes” por lo flamenco y el cante, detrás hay una peregrinación de casi diez días andando, al sol, sin luz, sin agua, todo según la capacidad de los motores, volviendo al siglo XIX, sin internet casi, y eso te hace encontrarte contigo mismo, te permite compartir y hablar con otras personas y ver la fe de muchas personas que aman profundamente a la Virgen”, explica el consiliario destacando la gran humanidad que existe en el camino y recordando cuántas personas se encomiendan a la Virgen y depositan toda su confianza y necesidades en Ella.
De esta manera, con la ilusión y la fe de la mano, se ponen en camino para vivir un momento fuerte con Dios, a través de la Virgen María.
Esta mañana se ha reunido en la Casa de Espiritualidad Betania, de San Juan de Aznalfarache, la sesión ordinaria del Consejo Presbiteral de la Archidiócesis de Sevilla. Ha sido presidida por el arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses, con la participación, además, de los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia.
Los miembros de este consejo han hecho memoria del pontificado del papa Francisco, destacando sus iniciativas en diversos campos y su incidencia en la dinámica pastoral de la Archidiócesis. Además, se han avanzado algunas propuestas de cara a la configuración del Plan Pastoral Diocesano del próximo curso.
Otro de los puntos del orden del día ha sido la presentación del curso online de Doctrina Social de la Iglesia que se impartirá en la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla, así como el seguimiento de las numerosas citas de la agenda del Jubileo 2025.
El próximo martes 3 de junio, la Diócesis de Asidonia-Jerez conmemorará la festividad de su patrón, San Juan Grande, con una solemne Eucaristía presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez. La celebración tendrá lugar a las 12hrs del mediodía en el Santuario Diocesano de San Juan Grande, ubicado en Jerez de la Frontera, donde reposan las reliquias del santo, justo al lado del Hospital de la Orden de San Juan de Dios.
San Juan Grande Román nació el 6 de marzo de 1546 en Carmona, Sevilla. Tras una juventud dedicada al comercio, experimentó una profunda conversión espiritual que lo llevó a consagrarse al servicio de los más necesitados. En Jerez de la Frontera fundó el Hospital de Nuestra Señora de la Candelaria y se unió a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, dedicando su vida al cuidado de enfermos y marginados. Durante una epidemia de peste, contrajo la enfermedad y falleció el 3 de junio de 1600.
Fue beatificado en 1853 por el Papa Pío IX y canonizado por San Juan Pablo II el 2 de junio de 1996. El 10 de diciembre de 1986, fue proclamado patrón de la Diócesis de Asidonia-Jerez.
La festividad de San Juan Grande es una ocasión para que los fieles de la diócesis reflexionen sobre el ejemplo de caridad y entrega del santo, renovando su compromiso cristiano al servicio de los demás.
La Eucaristía del 3 de junio será un momento de especial recogimiento y oración, en el que la comunidad diocesana se unirá para honrar a su patrón y pedir su intercesión.
Ya se han publicado anteriormente en esta web dos artículos sobre la Madre Luisa Sosa, en proceso de beatificación en esta Diócesis. En este tercer artículo, en el mes de María, queremos hablar de su amor a la Santísima Virgen.
¿Cómo formular con palabras la relación tan especial de la Madre Luisa con la Santísima Virgen? No podemos ni tan siquiera vislumbrarla. Más allá del vínculo de una hija con su madre, Luisa vio en la Santísima Virgen un ejemplo de todas las virtudes, y en especial, la pureza de aquella que no conoció mancha.
Efectivamente, la Madre siempre le concedió una especial importancia a la virtud de la pureza, a imitación del Corazón Inmaculado de María. No solo con respecto a la castidad, que guardaba de forma exquisita, sino más en profundidad, a la pureza de corazón que ella tanto anhelaba, como expresa en algunas de sus poesías:
“Quiero estar en tu presencia / tu presencia noche y día / y así yo conservaría / siempre limpia mi conciencia…”[1]
“Quiero ver limpia mi alma, / ¡purifícame, Señor!”[2]
Podemos decir que esta estrecha unión de Luisa con su querida Madre del Cielo le infundía una pureza y un candor extraordinarios, que se manifestaban incluso exteriormente: esa paz que irradiaba, fruto de su pureza interior; su castidad perfecta; su continencia, su modestia, según los testimonios de las Hermanas.
“Se sentía realmente como una hija en brazos de su Madre y en esta confianza vivía y así lo transmitía. ¡Cuánto amor sintió la madre Luisa por su Madre del Cielo! La invocaba constantemente, dejándonos como legado el rezo diario de las tres partes del Santo Rosario. Fue fiel a esta práctica hasta el final de sus días y, si por motivos de enfermedad no podía rezarlo, llegaba a decirnos que se lo grabáramos y así lo rezaba”, siguen diciendo las Hermanas.
Comienza el Origen de la Obra con estas palabras: «Procurando cobijarme bajo el manto de la Santísima Virgen, voy a comenzar esta historia en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo». De principio a fin, el Origen de la Obra está impregnado de la presencia mariana: cita a la Santísima Virgen en dieciocho ocasiones y el manto de la Virgen lo nombra cinco veces en cuarenta y tres páginas. Y termina con estas palabras: «Que la Santísima Virgen nos cubra a todas con su manto y se digne presentarnos al Padre celestial, a su divino Hijo y al Espíritu Santo, disculpando nuestros pecados con el amor de su Inmaculado Corazón, al cual tengo encomendada la Obra y yo misma me tengo encomendada: al amor del Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen».
«Siempre me había preocupado mucho por las jóvenes que habían perdido o estaban en peligro de perder su pureza»[3], declara en ese mismo escrito autobiográfico. La pureza, la castidad, las trabajó muchísimo en las niñas que recogió en el Asilo.
Nada más trasladarse a la nueva casa, la Madre consagró al Inmaculado Corazón de María tanto a las Hermanas como a las ancianas, las niñas, la casa y a ella misma, mediante esta preciosa oración compuesta por ella:
«Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra:
Humildemente, pero con sincero amor, nos postramos ante la imagen de tu Inmaculado Corazón. Somos tuyas y tuyas queremos ser siempre, y con el fin de permanecer más unidas a ti, cada una en particular y todas unidas con un solo corazón y una sola alma, nos consagramos hoy y consagramos toda nuestra casa, con nuestras ancianas y niñas y cuanto hay en ella, a tu Inmaculado Corazón. Acepta, Madre querida, esta consagración hecha desde lo más hondo de nuestro pobre corazón. Toma las riendas de nuestra casa y de nuestros corazones y condúcenos al puerto feliz.
Queremos, dulce Madre nuestra, reparar las ofensas que se hacen a tu Inmaculado Corazón, principalmente las de nuestras ancianas y niñas. Queremos amarte y alabarte por los que no te aman ni te alaban, especialmente por el desamor y la falta de alabanzas de nuestras ancianas y niñas. Queremos, en una palabra, que, de nuestra casa, que te pertenece más totalmente desde este momento, se eleve continuamente un canto de alabanza, de amor y de reparación a tu Inmaculado Corazón.
Sabemos, Madre, que esta consagración es agradable a los ojos de tu divino Hijo. Por eso te pedimos, Reina y Señora de nuestra casa y de nuestros corazones, que nos cubras con tu manto y te dignes bendecirnos, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.»
Las hermanas en la capilla con D. José Lozano, Visitador de las religiosas. (1970)
La reparación al Inmaculado Corazón de María fue una constante en la Madre. Estaba dispuesta a cualquier sacrificio con tal de que la Santísima Virgen no sufriera, especialmente en esa materia que era lo que más le dolía a la Santísima Virgen: la impureza. De hecho, se mortificaba mucho para reparar las ofensas que se hacían a la majestad infinita de Dios y a la Santísima Virgen.
La Madre Luisa escribió poesías muy bellas a su querida Madre del cielo: Violeta; Humildad; Dolor; A María. Romero y yo; Jamín; Azucena; Dolorosa; Virgen del Mayor dolor; Virgen gloriosa y bendita. Algunas, para ensalzar sus virtudes, principalmente su humildad, pero, sobre todo, para contemplar a la Virgen Dolorosa, que sufrió unida a la Pasión de su querido Hijo, Jesús Nazareno.
¿Tuvo la Madre Luisa experiencias místicas con la Santísima Virgen? No lo sabemos, porque ella nunca hablaba de estas cosas, por humildad. Lo que sí sabemos, por dos testigos es que, en una ocasión, Luisa enfermó gravemente; tendría unos 30 años. Los médicos no llegaron a saber el diagnóstico ni pudieron aplicarle ningún tratamiento eficaz. Estando a punto de morir, la Virgen de Fátima, cuya imagen fue traída en peregrinación en 1948 desde Portugal hasta la provincia de Huelva, la curó de forma milagrosa, según dichos testigos.
A menudo, a la Madre Luisa le gustaba dirigirse a la Virgen con el título de “La Omnipotencia Suplicante”, animando así a encomendarse a ella.
Al final de su vida, en 2015, le dedicó una poesía a la Virgen del mayor dolor, en la que recuerda con gratitud una gracia muy especial que obtuvo del Señor, a través de la Santísima Virgen, curándole la herida que ardía en su corazón.
Virgen del mayor dolor,
yo no podría olvidar
tus desvelos y el amor
de venirme a consolar.
Yo temblaba de dolor
y más de arrepentimiento
me pusiste ante el Señor
que vio mi remordimiento.
El Señor te miró a ti
y en aras de tu belleza
se compadeció de mí
y perdonó mi vileza.
Madrecita de mi vida
yo te quiero con pasión,
que así curaste la herida
que ardía en mi corazón.
Celia Hierro, congregante mariana Postuladora de la Causa de beatificación y canonización de la M. Luisa Sosa En Madrid, a 25 de mayo de 2025 Memoria de María Auxiliadora
La Capilla Mayor del Seminario Metropolitano de Sevilla acogió el pasado lunes 26 de mayo, la Eucaristía de admisión a órdenes de ocho seminaristas del Metropolitano y del Redemptoris Mater.
La Eucaristía fue presidida por monseñor Ramón Valdivia, obispo auxiliar de Sevilla.
Con este rito, requisito indispensable previo a la ordenación diaconal y sacerdotal, la Iglesia reconoce la vocación al sacerdocio de los admitidos a Órdenes.
El claustro de la Catedral de la Natividad acogió la presentación del libro “Catálogo de la biblioteca de la Catedral de Baeza” obra del baezano Juan Moreno Uclés. Dicho libro es impulsado por el vicerrectorado de Cultura de la Universidad de Jaén, en colaboración con la Catedral de Baeza.
El objetivo inminente de este catálogo es salvaguardar el estado físico del fondo bibliográfico universitario, dando a conocer, a las instituciones que corresponda, el estado de atención urgente de los ejemplares descritos para evitar un mayor deterioro y pérdidas lamentables. Supone un primer status para lograr la informatización y conservación adecuada del patrimonio bibliográfico histórico, testimonio ineludible de la Universidad de la Santísima Trinidad de Baeza.
Por otro lado, esta publicación busca ofrecer a futuros investigadores un documento donde conocer las materias y autores estudiados durante los cursos en los que se mantuvo la universidad en régimen docente, dedicados a la formación de sabios filósofos, médicos, teólogos y predicadores, que construyeron la base del legado espiritual y cultural de nuestro Siglo de Oro y posteriores, más allá del nivel local.
El catálogo recalca los “ex libris” de la procedencia de los ejemplares conservados, al tiempo que se informa sobre otras ediciones de la misma obra, disponibles en bibliotecas de los distintos centros de la provincia.
Se ha tenido en cuenta el “Dictamen Fiscal sobre la dotación y métodos de estudio de la Universidad de Baeza”, en los años 1767, 1778, 1792 y 1820, para demostrar que la bibliografía, recomendada para la docencia, se corresponda adecuadamente con los textos existentes en el catálogo.
Datos históricos de la biblioteca universitaria “Santísima Trinidad”
La actual biblioteca universitaria de la Catedral de Baeza está constituida por el legado bibliográfico de la Antigua Universidad de la Santísima Trinidad, fundada en 1538 como Colegio de Primera Formación y Doctrina Cristiana, por la bula de Pablo III “Altitudo Diuinae Prouidentiae”, ratificada como universidad en 1542 mediante el Rescripto Pontificio “Ad hoc Nos Deus praetulit”, siendo patrono San Juan de Ávila, y extinguida en 1824. Fue enriquecida por el fondo bibliográfico de los Colegios Jesuitas de Santiago y San Ignacio de Baeza, como igualmente los del Convento Franciscano de San Buenaventura, del Colegio de San Basilio de los Carmelitos Descalzos y de otras órdenes, incautados por el Estado.
Al extinguirse la Antigua Universidad de la Santísima Trinidad, la mayor parte del fondo bibliográfico procedente del Monasterio de San Buenaventura y del Colegio de San Basilio de los Carmelitos, fue requisado por la Junta de Amortización, quedando con el tiemplo recogido en la que hoy es Biblioteca Provincial. La propia biblioteca de la Universidad de la Santísima Trinidad, que en 1807 llegó a contar unos 2000 volúmenes, con el “ex libris”, “De las escuelas de Baeza”, junto con el fondo de los colegios jesuitas, fueron añadidos al ya rico material, usado en el Seminario de San Felipe Neri, cuyos seminaristas eran alumnos de la propia universidad, desde sus comienzos.
Había sido fundado el Seminario en 1660 por el obispo Andrade de Castro, cuyo escudo figura en la puerta principal del seminario, abriendo sus puertas en 1672, aunque la construcción del edificio se prolongó hasta 1720. Los vítores escritos en la fachada, desde 1668 al 1720, son indicios de seminaristas que acabaron sus estudios en la universidad. La Universidad de Baeza impartía docencia para los alumnos manteístas y seminaristas, e igualmente Teología para sacerdotes. En 1728 los Marqueses de Jabalquinto donaron al seminario su palacio, uniéndose ambos edificios.
La biblioteca, situada en el rellano de la monumental escalera barroca del palacio, llegó a disponer de 5139 volúmenes. En 1921 el Seminario Conciliar Mayor fue trasladado a Jaén, quedando en Baeza el Seminario Menor para estudios de Latinidad y Humanidades.
El Anuario Eclesiástico de 1917, correspondiente a la Diócesis de Jaén, evidencia que la Biblioteca, ya entonces sumada a la propia del seminario, albergaba unos 9000 volúmenes.
El seminario fue clausurado definitivamente en 1969. La biblioteca había sido albergada en las dependencias del claustro de la Catedral de la Natividad. El edificio del seminario fue entregado en 1987 a la Junta de Andalucía para albergar lo que hoy es la Universidad Internacional “Antonio Machado”.
Los miembros de la comisión preparatoria se reunirán en la parroquia Santa Luisa de Marillac el domingo, 1 de junio
Del 14 al 21 de septiembre está previsto que tenga lugar la III Misión Diocesana en las siete parroquias del arciprestazgo Transbetis-Sector Sur: Jesús Divino Obrero, Sagrada Familia, San Ignacio de Loyola, San José y Espíritu Santo, San Martín de Porres, Santa Isabel de Hungría y Santa Luisa de Marillac. El objetivo de la Misión es poner a toda la Diócesis “en estado de misión”, poniendo el foco de atención en diferentes parroquias sucesivamente, así como fortalecer la fe y el compromiso misionero de los fieles más cercanos a la parroquia, para llegar a los más alejados o indiferentes.
Delegaciones, Movimientos y realidades de la Diócesis harán posible, por tercer año consecutivo, la III Misión Diocesana. Los sacerdotes de las siete parroquias están “muy ilusionados” y tienen muchas ganas de recibir a los misioneros que esos días participarán en la Misión.
Al calendario de actividades le faltan algunas puntadas pero el grueso ya se ha fijado. Al tratarse de un Arciprestazgo tan grande éste se ha dividido en dos grupos, que misionarán por separado, salvo algunas actividades que se harán conjuntamente. Como centro misional se ha fijado la parroquia Santa Isabel de Hungría, donde estará expuesto el Santísimo todos los días para rezar ante Él por la Misión.
El domingo 14 de septiembre la misa de envío en Santa Luisa de Marillac, presidida por monseñor Jesús Fernández, dará comienzo a la Misión. Los misioneros compartirán un ágape fraterno y una velada a modo de preparación en la que habrá momentos de oración y confesión.
Las mañanas comenzarán con el rezo del Santo Rosario, una oración y la celebración de la eucaristía. Terminada la misa tendrá lugar el visiteo por los institutos, colegios, comercios, empresas y domicilios particulares, puerta a puerta. Los tres primeros días por la tarde los actos misionales estarán dedicados a los niños, los jóvenes y las familias, respectivamente. El jueves 18 de septiembre será la procesión del Corpus por las calles, saldrá de la parroquia Santa Luisa de Marillac y terminará en San José y Espíritu Santo.
La tarde del viernes 19 de septiembre habrá dos Vía Crucis, uno en cada zona, el primero, en San Ignacio de Loyola con la imagen del Señor del Huerto, y el segundo, en Jesús Divino Obrero con la imagen del Cristo del Amor.
El fin de semana está previsto que tenga lugar un concierto en el colegio de las Mercedarias, la noche del sábado, y el domingo 21 de septiembre, a las 12:00 horas, el Obispo presidirá la misa de clausura en la parroquia Jesús Divino Obrero, en la que se bendecirá la Cruz de la Misión. Una comida fraterna con todos los misioneros pondrá fin a esta III Misión Diocesana.
(Foto: Archivo de la Misión Diocesana en Hinojosa del Duque)
Monseñor Jesús Fernández abrirá el Semestre Jubilar el próximo domingo, 1 de junio, con una eucaristía, a las 17:30 de la tarde
El Hogar Ntra. Sra. de la Sierra de Cabra, fundado por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en 1875 cumple 150 años. Con motivo de esta efeméride la Santa Sede ha concedido un Semestre Jubilar. Monseñor Jesús Fernández, obispo de Córdoba, será el encargado de la apertura del tiempo jubilar el próximo domingo, 1 de junio, con una eucaristía en el asilo, a las 17:30 horas.
Las actividades para celebrar el Semestre Jubilar ya han comenzado. El pasado 17 de mayo se abrió la exposición “Recorrido histórico de la casa asilo de Cabra”. En la muestra se puede conocer la importante labor social que han llevado a cabo estas religiosas en este siglo y medio. Mario González, capellán de las Hermanitas, ha reconocido que el pueblo está viviendo esta efeméride “con mucha alegría”. Hay mucho que celebrar y los egabrenses han preparado todas las actividades con mucho mimo.
Por otro lado, en el programa pastoral, cultual y formativo se detallan todas las actividades previstas: visita de las cuatro parroquias de Cabra, en domingo diferentes, y de los niños de catequesis de todas las parroquias; visita de los sacerdotes del Arciprestazgo Lucena-Cabra-Rute y de las casas de la provincia, los visitantes ganarán la indulgencia plenaria.
Se han preparado también catequesis a los ancianos sobre las verdades últimas de nuestra fe, una conferencia sobre la vida de Santa Teresa Jornet y el pueblo de Cabra; una procesión extraordinaria de la Virgen de los Desamparados y un acto penitencial extraordinario. Finalmente, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados intentarán fomentar el voluntariado en el asilo de Cabra como obra de misericordia.
El sacerdote Antonio Gil hace una mirada a los medios de comunicación social en el marco de la 59 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
El domingo, 1 de junio, solemnidad de la Ascensión del Señor, celebramos la 59 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, con el lema: “Compartan con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones”, que nos dejó el papa Francisco en su Mensaje, publicado el pasado 24 de enero, memoria de san Francisco de Sales, patrón de los periodistas.
Si dejamos caer nuestra mirada sobre los Medios de Comunicación Social, nos encontramos con un paisaje inmenso, como un “campo sin puertas”, en el que la técnica se muestra imparable en la difusión de lo “que ocurre” a todos los niveles: personal, familiar, social, político, abarcando el escenario mundial. Hace unos años hablábamos sólo de tres Medios de comunicación: Prensa, Radio y Televisión. La Radio “daba la noticia”; la Televisión la “mostraba en imágenes” y la Prensa la “analizaba en papel”.
Hoy el panorama es “inabarcable”: “Todo se comunica y se hace de mil maneras y con mil fórmulas”. ¿Qué nos dice el papa Francisco, en su Mensaje de este año? Tomemos nota:
-“Nuestro tiempo está marcado por la desinformación y la polarización.
-“Desarmen” la comunicación, purificándola de la agresividad.
-Sean “comunicadores de esperanza”, con delicadeza y respeto.
-Sean mansos y no olviden nunca el “rostro del otro”.
-Practiquen una comunicación que sepa “sanar heridas”
-No vendan ilusiones o temores, sino “razones para esperar”.
-Sean testigos y promotores de una comunicación del diálogo».
Y el papa León XIV, a los periodistas: “Elijan el camino de la comunicación pacífica”.
La actividad y la presencia de la Iglesia diocesana de Córdoba en cifras es lo que se presenta esta semana en la revista diocesana. Las obras de piedad, las de apostolado, las actividades caritativas o las tareas pastorales son algunas de las acciones realizadas con lo recibido de la aportación y generosidad de los fieles
El ecónomo de la Diócesis, José Luis Vidal, presentó durante el acto de “Ver Iglesia” celebrado el pasado 15 de mayo, en el Patio de los Naranjos, los fines a los que se dedica “lo recibido por la generosidad de los fieles, las obras de piedad, las de apostolado, las actividades de caridad”. “En todas y cada una de ellas hay un marchamo eclesial, pues todas tienen el mismo sustrato, llevar la buena nueva a todos los que están sedientos de la palabra de Dios”, explicó el ecónomo.
Esta semana, “Iglesia en Córdoba” explica que los gastos de la Diócesis de Córdoba en 2024 ascendieron a 11,4 millones de euros, los cuales se destinaron a fines propios de la Iglesia con una inversión principal de 3,7, dedicada a actividades pastorales y asistenciales. En la sustentación del clero, la Diócesis invirtió tres millones y medio de euros más otros 1,2 en gasto de personal. La conservación de templos y gastos de funcionamiento supusieron 1,8 millones de euros.
Este desglose de transparencia económica ocupa las páginas centrales junto a la actualidad diocesana.