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Curso de preparación al matrimonio en las parroquias de los Mártires y San Juan

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El pasado domingo 17 de noviembre un grupo de jóvenes parejas finalizaron los cursos de preparación al matrimonio y la vida familiar organizados por la parroquias de los Santos Mártires Ciriaco y Paula y de San Juan Bautista.

Desde la parroquia han querido enviar un mensaje de felicitación «a los futuros matrimonios cristianos pidiéndole al Señor su bendición».

La preparación al matrimonio hoy respode al llamamiento del Santo Padre Francisco para que la Iglesia sepa proclamar, especialmente a los jóvenes, la belleza y la abundancia de la gracia que se encierran en el sacramento del matrimonio y en la vida familiar. La llamada es a formar y acompañar a los jóvenes para que no sólo comprendan, sino que experimenten la presencia del Señor en la pareja y así, como dice el Papa Francisco, lleguen a «madurar en la certeza de que en su vínculo está la mano de Dios».

Si quieres saber qué necesitas para preparar la celebración de tu matrimonio, sigue este esquema:

Queremos casarnos por la Iglesia. ¿Qué tenemos que hacer?

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Las Hermanas Hospitalarias celebran los 25 años de la canonización de san Benito Menni 

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Las Hermanas Hospitalarias celebran el 25 aniversario de la canonización de san Benito Menni, fundador de la congregación (21 noviembre 1999). En Málaga, su legado en la atención a personas con enfermedad mental sigue siendo fundamental. 

Las Hermanas Hospitalarias de Málaga conmemoran este año el 25 aniversario de la canonización de San Benito Menni, cuya visión fundacional sigue guiando su trabajo en la atención a personas con enfermedad mental, con la celebración de la Eucaristía, el 21 de noviembre, a las 11.00 horas, y un encuentro posterior fraterno de toda la comunidad Hospitalaria. 

Menni llegó a esta ciudad en 1884 con la misión de restaurar la obra hospitalaria en España y, cinco años después (el 31 de mayo de 1889), inauguró en Málaga el primer centro de salud mental para mujeres en la región. A lo largo de estos 135 años, las hermanas han transformado su enfoque, integrando ciencia y caridad, y apostando por terapias no farmacológicas, como las que emplean nuevas tecnologías. 

Susana García del Cid, responsable del área de comunicación del Hospital: «el liderazgo, el compromiso, la capacidad de análisis, la creatividad y el apoyo desde la complementariedad, son los cauces que hacen posible una organización siempre necesaria en un complejo asistencial con tantas personas atendidas y tantos profesionales implicados».  

Hoy, la comunidad malagueña valora la labor de las Hermanas Hospitalarias que, desde un principio, enfrentaron el estigma social asociado a la enfermedad mental, que, tal y como nos cuenta Susana, «siempre fue un tema tabú, como si estuviera prohibido. Había casi que “esconder” a las personas que se atendían. Por esto, en la ciudad se conocía el centro como “convento de las locas” y se vivía muy a las espaldas de la sociedad”. Para ella, «el vínculo con la ciudad ha sido tan discreto como esencial. En las últimas décadas, la evolución hacia la superación del estigma social que padecen las personas con problemas de salud mental, sobre todo las más graves, las de alta complejidad, ha contado con el compromiso comunicativo y pedagógico de nuestro centro».

26 Hermanas

En la actualidad, la comunidad de Hermanas Hospitalarias en Málaga está compuesta por 26 hermanas, organizadas en dos grupos: unas dedicadas al cuidado de personas mayores y otras que participan activamente en la atención directa a personas con enfermedades mentales. Este equipo sigue fiel al espíritu de san Benito Menni, aplicando un modelo de atención integral y multidisciplinar que aborda no solo las necesidades médicas, sino también las emocionales y espirituales de los pacientes, además de «la especial importancia del voluntariado de adolescentes y jóvenes, ya que desde este contexto es posible la apertura social y el cambio de mentalidades».

El futuro de la congregación está marcado por nuevos desafíos, como la construcción de un edificio para atender a más de 120 personas con enfermedades mentales graves y el fomento de nuevos programas con la finalidad de romper con los estigmas. Para ello, es necesario un mayor apoyo político y social para mejorar la atención a las personas más vulnerables, pues «preocupa particularmente la falta de recursos para atender el creciente número de personas con problemas de salud mental. A los responsables políticos les pedimos sensibilidad  para priorizar y apoyar los proyectos de atención a la vulnerabilidad».

Cabe destacar la colaboración que esta Congregación realiza con otras entidades o instituciones locales que favorecen a la obtención de un servicio más completo a las personas atendidas, pues «existen convenios de colaboración con la Escuela de Enfermería, con la UMA a través de la Facultad de Medicina y con otros centros de atención sanitaria como el Hospital Civil u otras instituciones de gestión privada, además del compromiso activo con la Pastoral de la Salud diocesana».

Susana, nos recalca las importantes funciones que llevan a cabo, no solo aliviando el sufrimiento de los pacientes, sino también promover su dignidad, autonomía y reintegración social. La Congregación trabaja para ofrecer un entorno donde las personas puedan vivir su enfermedad de manera lo más normalizada posible, participando activamente en su proceso de rehabilitación y en su vida comunitaria, ya que «estamos rodeados por una cultura del éxito, de la belleza externa, del poderío… y nos damos de bruces con nuestra humana y limitada condición. El encuentro y el compromiso con las personas atendidas en los centros de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, marca profundamente nuestras vidas. ¡Y para bien! Te hace más consciente, e intentar ser menos individualista».

Silvia Morales Albaladejo, estudiante de Comunicación

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El «profeta de la hospitalidad» cumple 25 años en los altares

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Danilo Luis Farneda Calgaro, coordinador de Pastoral AER en el Complejo Asistencial de Hospitalarias Málaga reflexiona sobre la identidad y misión de la congregación con motivo del 25 aniversario de la canonización de su fundador, san Benito Menni.

El 21 de noviembre de 1999, san Juan Pablo II canonizó a Benito Menni, afirmando que “con sus palabras y sus obras ha sido heraldo del Evangelio de la misericordia y profeta de la hospitalidad”.

Al conmemorar el 25 aniversario de su canonización nos preguntamos, ¿tiene sentido para la Hospitalidad, para la Iglesia y para la sociedad, recordar y celebrar esta efeméride?

Para responder a esta pregunta propongo una breve reflexión sobre el sentido teológico-pastoral del hecho. 

Los santos han sido siempre presentados a la comunidad cristiana y a la sociedad, como modelos en el seguimiento de Jesús de Nazaret.

Cada santo, cada santa, actualiza y hace cercano, un perfil del rostro del Nazareno. En el caso de san Benito Menni, a Jesús Buen Samaritano, comprometido con las personas afectadas por diversas enfermedades, con especial compromiso por aquellas inmersas en el mundo del sufrimiento psíquico.

Evidentemente nadie nace santo. La opción por imitar a Jesús implica un camino marcado ante todo por la opción creyente de seguir a Jesús de Nazaret y también por circunstancias del contexto vital y las sensibilidades personales. 

Lo común en todos los santos y santas es haber experimentado en sus vidas el amor de Dios y haber optado por transparentarlo en la entrega al prójimo, especialmente desde el servicio a los más necesitados. 

Si nos acercamos a sus biografías, constatamos que han vivido la aventura de seguir a Jesús asumiendo riesgos. Las preguntas sin respuestas claras, los aciertos y también los errores estuvieron presentes en sus vidas. En ocasiones sus opciones fueron fuente de conflictos. De ahí que, frecuentemente, sufrieran la incomprensión y hasta la persecución.

La Iglesia, al canonizar a una persona, en este caso a Benito Menni Figini, no nos presenta un modelo de perfección sin tacha alguna, sino a una persona que, con sus limitaciones,  optó por seguir a Jesús,  dejó que su Espíritu le inspirara, siendo testigo e instrumento de su presencia, retomando el camino cada vez que se sentía alejado.

Fueron profetas de vida en clave de evantgelio desde su realidad, en su tiempo y cultura. Es decir, desde su humana y limitada condición. No podemos pensar en los santos y santas como personas inalcanzables. 

Anduvieron el camino de la esperanza y de la fe, en medio de no pocas oscuridades. Conocieron el vacío, la frustración y la pequeñez. Si se santificaron fue porque con su amor superaron esas limitaciones, confiados “en Aquel que nos conforta”. (Fil 4, 13) 

Por esta razón, tanto en san Benito, como en todos los santos y santas, admiramos y damos gracias por la acción de Dios en sus vidas. Porque, como lo proclamó María de Nazaret, Dios hizo grandes maravillas en ellos. 

Pueden repetir con San Pablo: “Sed mis imitadores, como yo lo soy de Cristo” (1Cor. 11,1) Crearon y siguen creando modelos de vida más próximos y concretos, en diversas culturas y tiempos. 

San Benito Menni Figini es para la Iglesia universal, modelo carismático de una hospitalidad mariana y samaritana. 

Celebrar el XXV Aniversario de su canonización no debe ser, por tanto, un hecho intrascendente, una celebración más o menos brillante, o una oportunidad de visibilidad institucional con fines de promoción o de vanagloria sin mayores consecuencias.

El Papa Francisco en la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate nos recuerda que el llamado a la santidad es para todos los que optan por seguir a Jesús. Opción que todos podemos hacer asumiendo  nuestras limitaciones, nuestras dudas y traiciones.

Afirma el Papa: “Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad” (GE, 7)

En esta efeméride de la canonización de san Benito Menni Figini queremos hacer presente su testimonio de vida como estímulo y motivación para asumir nuestro propio camino de santidad, de fidelidad creativa al carisma mariano y hospitalario que nos ha legado. 

Afirma el Papa: “ Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra.”

Dios, en san Benito Menni Figini , nos ha dejado un mensaje, una palabra. Nos ha dicho que debemos estar atentos a las personas que sufren, especialmente a aquellas afectadas por la enfermedad mental. Nos ha convocado a acojerlas de manera incondicional y a ponernos a su servicio como “buenos samaritanos” y con “amor de madres”. 

Nos ha invitado a ponernos en manos de Dios en las múltiples dificultades que podamos encontrar y nos ha recordado que en María, en Ntra. Sra. del Sagrado Corazón de Jesús, tenemos una compañera de camino que, como en Caná o sirviendo a su prima Isabel, permaneciendo firme al pie de nuestras cruces o alentando la esperanza junto a los discípulos,  nos acompaña siempre.

La pregunta que nos hacemos es QUÉ PALABRA, QUÉ MENSAJE QUIERE DIOS DECIR AL MUNDO HOY, POR MEDIO DE LA SANTIDAD DE BENITO MENNI FIGINI Y A TRAVÉS DE NUESTRAS VIDAS.

Muy probablemente no se trate de cambiar el hacer en el que nos empeñamos día a día, sino en llenarlo de sentido humanizaror, evangélico y Hospitalario. 

Tendremos errores, fallos, contradicciones, pero todo ello forma parte de nuestro camino de santidad, como sucedió con san Benito Menni Figini. 

Su  santidad no nos debe asustar ni hacernos pensar que para nosotros es algo inalcanzable. Todo lo contrario. El empeño por vivir con alegría la entrega Hospitalaria es nuestro camino. 

La llamada a la santidad no nos eleva sobre las realidades cotidianas. No nos enajena.  Nos impulsa a vivir confiados en Jesús y acompañados por María, su madre y madre nuestra. Nos sentimos llamados a abrazar con humildad nuestros errores, estando dispuestos a hacer realidad el sueño de Dios en nuestras vidas, como sucedió en la vida de nuestro Fundador. 

Benito Menni, en sus cartas, se refiere de manera casi constante a su pobreza, a sus limitaciones, y deposita toda su confianza en la gracia de Dios. Él era consciente que solamente a partir del don de Dios, libremente escogido y humildemente recibido, es posible hacer vida su Palabra. 

El último Capítulo General de la Congregación, celebrado en mayo de este mismo año, nos presenta el lema “Revestíos de entrañas de misericordia”.

La Congregación pone así en evidencia un aspecto central del carisma y del seguimiento a Jesús de Nazaret. Si somos capaces de vivir el don de la hospitalidad con “entrañas de misericordia”, seremos capaces de reconocer al mismo Jesús de Nazaret en los pobres y sufrientes. San Benito vivió profundamente esta experiencia y por eso les llamaba “vivas imágenes de Jesús”.

El Papa Francisco afirma que la misericordia es “el corazón palpitante del Evangelio”. (GE, 97) Sin duda la Hospitalidad nos ofrece un camino de santidad maravilloso. Estamos llamados a hacer palpitar el corazón del Evangelio allí donde nos encontremos.

Ese fue el camino recorrido por san Benito Menni Figini, ciertamente, pero también por nuestras Fundadoras, María Angustias y María Josefa, por generaciones de Hermanas Hospitalarias, laicos y laicas que, como nosotros, entregaron lo mejor de sí en el servicio a las personas atendidas en nuestros centros.

Que al celebrar el XXV Aniversario de la canonización de nuestro querido Fundador, sepamos redescubrir la riqueza del carisma  e integrarlo en nuestras vidas. Su legado fundamenta el proyecto Hospitalario y se hace vida a partir del compromiso asistencial/educativo y evangelizador de toda la comunidad.    

Alguien se preguntará si esta convocatoria es sólo para los bautizados creyentes, para los católicos.  La respuesta es ¡NO! La santidad de Benito Menni Figini es una llamada para toda persona que, sintiéndose identificada con los valores carismáticos, al menos en su proyección humanizadora, los asuma desde su propia espiritualidad y credo. 

Demos gracias por la vida y obra de san Benito Menni Figini, profundicemos en su experiencia como seguidor de Jesús, Buen Samaritano. Actualicemos, en fidelidad creativa, sus opciones en nuestras circunstancias personales y comunitarias, confiados en que es Dios quien actúa en nosotros y Nuestra Madre siempre nos acompaña.

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“Domingos de esperanza” para atender a los más necesitados todos los domingos del año

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La Agrupación de Cofradías de Málaga financiará un programa pionero en colaboración al Comedor Santo Domingo que asegurará alimentos todos los domingos del año para personas y familias en situación de exclusión social.

“Domingos de esperanza” es el nombre dado a esta iniciativa que busca sumar en la atención a las personas más vulnerables de la ciudad de Málaga. En ella están comprometidos la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga y el Comedor Santo Domingo, y el objetivo es ofrecer alimentos todos los domingos del año a quienes más lo necesitan. El domingo es, según recogen en la nota por la que han hecho público el proyecto, «un día que hasta ahora quedaba fuera del servicio habitual del comedor» por lo que el proyecto «responde a una necesidad acuciante en Málaga, donde muchos colectivos en situación de vulnerabilidad carecen de recursos básicos durante los fines de semana». 

La encargada de financiar el proyecto en su totalidad es la Agrupación de Cofradías a través de su comisión de caridad. Se implementará en fases, desde la entrega de alimentos preparados los sábados para su consumo el domingo, adaptados a las necesidades de cada personas. Gracias a esta iniciativa, el Comedor Santo Domingo, que ofrece a diario, desde su creación, comidas completas y asistencia integral a personas y familias en riesgo de exclusión social, podrá empezar a ofrecer atención, en forma de alimentos preparados, con el objetivo a medio plazo de abrir sus puertas en domingo. 

Un compromiso conjunto y movilización solidaria

“Domingos de esperanza” busca también «sensibilizar a la sociedad malagueña sobre la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo. Ambas instituciones confían en que este proyecto sirva de inspiración para otros colectivos y entidades, fomentando una cultura de empatía y responsabilidad social», afirman los responsables.

Con este proyecto, la Agrupación de Cofradías de Málaga destina «la totalidad de su presupuesto de obra social de este año a garantizar la seguridad alimentaria de las personas más necesitadas de la ciudad». Como explica Enrique Mapelli, presidente del comedor: «Este proyecto nos permite dar un paso histórico en nuestra misión de atender a los más vulnerables. Los domingos ya no serán días de incertidumbre para quienes más nos necesitan».

Por su parte, José Carlos Garín, presidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, destacó que el mundo cofrade es también caridad y compromiso con quienes más lo necesitan. «Con ‘Domingos de esperanza’, reforzamos nuestro papel como agentes de cambio social», ha expresado.
 

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El autobús peregrino del Adviento llega de la mano de Fano y Unai Quirós

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Cada año, Fano ofrece un itinerario de dibujos para el tiempo de Adviento al que, junto con Unai Quirós, ponen música. Este año, a las puertas del Año Jubilar, se trata de una peregrinación en un autobús morado, camino de Belén. Aquí puedes descargarte los materiales y el videoclip.

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«Llenos de Esperanza veremos cada semana quién se asoma por la ventanilla de la palabra de Dios y así nos prepararemos para el encuentro con Jesús. será un Adviento jubiloso y, com en toda excursión, iremos cantando con Unai Quirós, con la canción que nos ha preparado para animar nuestras celebraciones, catequesis, clases, dinámicas…», así explica Fano la simbología de los materiales de este año, que se pueden descargar en este enlace

En los materiales pueden encontrar los dibujos a color y en blanco y negro, las fihas de trabajo para fotocopiar y el archivo «muppi» para imprimir en gran tamaño o a mejor resolución. También se acompaña, como siempre, una explicación de la dinámica a seguir cada semana.

 
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Homilía en el Centenario de la Hermandad de los Estudiantes

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Homilía en el Centenario de la Hermandad de los Estudiantes

Homilía de Mons. José Ángel Saiz Meneses. Centenario de la Fundación de la Pontificia, Patriarcal e Ilustrísima Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de la Angustia, de Sevilla. Domingo XXXIII Tiempo Ordinario, ciclo B. 16 de noviembre de 2024. Lecturas: Daniel 12,1-3; Sal 15; Heb 10,11-14. 18; Mc 13, 24-32.

La Hermandad de los Estudiantes celebra hoy el centenario de su fundación. Damos gracias a Dios, al Cristo de la Buena Muerte y a María Santísima de la Angustia, por todos los dones recibidos en estos 100 años, por toda la gracia, por todo el amor, por la vida compartida en la Iglesia y en la Hermandad, por todos los hermanos que nos han precedido en este camino.

El Evangelio de este domingo nos invita a meditar sobre el fin de los tiempos, que coincidirá con el retorno glorioso de Cristo y con el cumplimiento de la historia de la salvación. Las pruebas y los sufrimientos de aquella hora serán la última llamada a la conversión. Toda la historia está orientada hacia esta venida gloriosa del Señor. Las imágenes cósmicas del sol que se oscurece, la luna que deja de brillar y las estrellas que caen, quieren subrayar con un lenguaje simbólico esta venida gloriosa en poder y majestad.

Una de las tentaciones del hombre moderno es la pretensión de conocer y controlar todas las realidades de la vida desde la racionalidad científica, de ahí que se interese por el origen del universo y por el fin del mundo. Son preguntas que también se hace todo creyente, pero el hombre de fe ha de superar esas pretensiones, y también las alarmas apocalípticas que, de tanto en tanto, aparecen en la sociedad. Porque el futuro está en manos de Dios, y el cristiano ha de vivir el momento presente sin nostalgias del pasado ni agobios respecto al futuro. Sólo el Padre conoce el día y la hora.

La parábola de la higuera es una invitación a la vigilancia continua. Hay que mantener la esperanza, una esperanza sana y firme, viviendo el presente con actitud vigilante: como centinelas fieles que están siempre a punto esperando la llegada del Señor, porque su venida nos es desconocida. Nuestra vigilancia debe orientarse también a descubrir los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio. Así podremos captar como Dios va actuando en la Historia y, a la vez, viviremos con intensidad el tiempo que Dios nos concede y la relación con las personas que comparten nuestro camino.

Pidamos al Señor la gracia de ser auténticos mensajeros de esperanza en el mundo. Muchos de nuestros coetáneos la han perdido, sobre todo porque han dejado que se apagara la llama de la fe. Pero, a la vez, están buscando continuamente sentido a sus vidas, están sedientos de esperanza y se preguntan dónde la podrán encontrar. Pues bien, la gran esperanza no es una idea, o un sentimiento o un valor; es una persona viva: Jesucristo. En Él podemos confiar, a Él podemos entregar nuestra vida, porque el cielo y la tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán.

La Hermandad de los Estudiantes celebra el centenario de su fundación. Nació con la sencillez de un grano de mostaza, con la humildad de un poco de levadura: por la fe y la devoción que despertaba una imagen del Señor en la Universidad, y posteriormente la de la Virgen de la Angustia, que fue germen de una Hermandad única en su idiosincrasia. Hay mucho que agradecer a los hermanos fundadores, y también cabe destacar la labor y el compromiso de todas las generaciones de hermanos que les fueron sucediendo y recogieron el testigo de la misión de ser reflejo de la luz de Cristo en la Universidad y hacer que la Hermandad sea la gran familia abierta a todos.

El lema de la Hermandad es “perfundet omnia luce”, “todo brilla con la luz”. La imagen de la luz está muy presente en la Sagrada Escritura. Según el profeta Isaías, la luz de Israel y de todas las naciones el Mesías. En el evangelio de san Juan (cf. 8,14), Jesús afirma de sí mismo que es la luz del mundo, y lo mismo afirma de los discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo”. Es este un profundo misterio: la luz de Dios brilla en la faz de Cristo y de ella se irradia al corazón de los apóstoles, y por los apóstoles al mundo (cf. II Cor 4,6). Como Cristo es la luz del Padre, los apóstoles son la luz de Cristo. Esta expresión contiene una significación profunda y un compromiso enorme. Ahora bien, sólo podremos ser luz en la medida que vivamos unidos a Cristo, permaneciendo en él, siendo transparencia de su luz, a partir de una experiencia de encuentro que cambia el corazón, que cambia la vida entera.

A lo largo de su historia centenaria, la Hermandad ha llevado a cabo diferentes iniciativas a modo de misión popular: la Santa Misión en 1952 para universitarios en el templo de la Anunciación; participó también en la Misión General que se llevó a cabo en toda la Archidiócesis de Sevilla en 1965; y, por último, la Misión que se ha desarrollado con ocasión del centenario, con grupos de diálogo en los distintos campus universitarios que han ofrecido el espacio para compartir inquietudes, preguntas y respuestas, dudas y certezas, al propiciar diferentes temas de conversación que tienen lugar y sentido en la universidad.

Hermanos Mayores, Directores Espirituales, Juntas de Gobierno y miembros de la Hermandad, han sido fieles a su identidad universitaria y, al mismo tiempo, han dialogado y han interpelado a una sociedad cada vez más influida por la secularización. Cuantos ciclos de conferencias y tertulias, coloquios y mesas redondas, actividades orientadas a la síntesis entre fe y razón, porque “la fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad», tal como nos enseñó san Juan Pablo II; cuantas energías dedicadas desde el principio de la “caridad intelectual”, para guiar a jóvenes y adultos hasta el conocimiento de la verdad, como subrayó el papa Benedicto XVI; cuantos trabajos encaminados a encontrarse y entrar en diálogo con los otros, a “crear redes” entre las distintas instituciones, como nos insiste el papa Francisco.

Las celebraciones, los encuentros de oración y los retiros espirituales han sido fundamentales para mantener viva la llama de la fe. El acompañamiento espiritual y la formación personalizada han sostenido a muchas personas a lo largo del camino. Permitidme un recuerdo entrañable y agradecido a don Juan del Río, hermano en el episcopado, y a tantas personas que han dedicado su tiempo, sus energías, su cariño, su corazón. A la vez, el reconocimiento a una acción caritativa y social tan creativa como eficaz en el campus y en lugares más allá de nuestras fronteras.

En este día de fiesta damos gracias al Señor por todo el amor recibido y compartido en estos 100 años. Contemplamos el pasado con agradecimiento, afrontamos el futuro con confianza, y vivimos el presente con pasión, con la gracia del Cristo de la Buena Muerte, centro y fundamento de nuestra vida; de la mano de María Santísima de la Angustia, que está presente en todo momento y nos protege; en la compañía de los hermanos con los que seguimos haciendo camino. Así sea.

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La Hermandad de los Estudiantes celebró el centenario de su fundación

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La iglesia de la Anunciación de Sevilla acogió la mañana de este domingo, la celebración eucarística por el centenario de la fundación de la Hermandad de los Estudiantes. La misa fue presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses. “Damos gracias a Dios, al Cristo de la Buena Muerte y a María Santísima de la Angustia, por todos los dones recibidos en estos 100 años, por toda la gracia, por todo el amor, por la vida compartida en la Iglesia y en la hermandad, por todos los hermanos que nos han precedido en este camino”, manifestó el arzobispo hispalense al inicio de su homilía.

Luz de Cristo en la Universidad

Reflexionó sobre la misión de la Hermandad de los Estudiantes. “Nació con la sencillez de un grano de mostaza, con la humildad de un poco de levadura: por la fe y la devoción que despertaba una imagen del Señor en la Universidad, y posteriormente la de la Virgen de la Angustia, que fue germen de una Hermandad única en su idiosincrasia”. En esta línea, dijo que hay mucho que agradecer a los hermanos fundadores, “y también cabe destacar la labor y el compromiso de todas las generaciones de hermanos que les fueron sucediendo y recogieron el testigo de la misión de ser reflejo de la luz de Cristo en la Universidad y hacer que la hermandad sea la gran familia abierta a todos”.

Perfundet omnia luce’

Don José Ángel subrayó que el lema de la hermandad es ‘perfundet omnia luce’, “todo brilla con la luz” y “esta expresión contiene una significación profunda y un compromiso enorme porque sólo podremos ser luz en la medida que vivamos unidos a Cristo, permaneciendo en Él, siendo transparencia de su luz, a partir de una experiencia de encuentro que cambia el corazón, que cambia la vida entera”.

Recordó también en su alocución que a lo largo de su historia centenaria, la hermandad ha llevado a cabo diferentes iniciativas a modo de misión popular: la Santa Misión en 1952 para universitarios en el templo de la Anunciación; participó también en la Misión General que se llevó a cabo en toda la Archidiócesis de Sevilla en 1965; y, por último, la Misión que se ha desarrollado con ocasión del centenario, con grupos de diálogo en los distintos campus universitarios que han ofrecido el espacio para compartir inquietudes, preguntas y respuestas, dudas y certezas, al propiciar diferentes temas de conversación que tienen lugar y sentido en la universidad.

Agradeció  a los hermanos mayores, directores espirituales, juntas de gobierno, miembros de la hermandad “que han sido fieles a su identidad universitaria y, al mismo tiempo, han dialogado y han interpelado a una sociedad cada vez más influida por la secularización”. Monseñor Saiz Meneses ha tenido un recuerdo agradecido a monseñor Juan del Río,  quien ejerció como Delegado Diocesano de Pastoral Universitaria (1987-2000), director del Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla. “El acompañamiento espiritual y la formación personalizada han sostenido a muchas personas a lo largo del camino. Permitidme un recuerdo entrañable y agradecido a don Juan del Río, hermano en el episcopado, y a tantas personas que han dedicado su tiempo, sus energías, su cariño, su corazón. A la vez, el reconocimiento a una acción caritativa y social tan creativa como eficaz en el campus y en lugares más allá de nuestras fronteras”.

En definitiva, “en este día de fiesta damos gracias al Señor por todo el amor recibido y compartido en estos 100 años. Contemplamos el pasado con agradecimiento, afrontamos el futuro con confianza, y vivimos el presente con pasión, con la gracia del Cristo de la Buena Muerte, centro y fundamento de nuestra vida; de la mano de María Santísima de la Angustia, que está presente en todo momento y nos protege; en la compañía de los hermanos con los que seguimos haciendo camino”.

La misa retransmitiva por Canal Sur TV puede verse en este enlace 

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“La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”

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San Acisclo y Santa Victoria junto a San Pelagio, han recorrido las calles de la ciudad este domingo

San Acisclo, Santa Victoria y San Pelagio han dejado estampas inéditas por las calles de la ciudad en la mañana de este domingo, 17 de noviembre.

La Fundación diocesana de Enseñanza “Santos Mártires de Córdoba” ha organizado esta procesión con los tres mártires de Córdoba, en la que ha participado el obispo de la Diócesis, monseñor Demetrio Fernández, el alcalde de Córdoba, José Mª Bellido, y la directora de la Fundación, Rocío Asensio, junto a los trabajadores y familias que forman parte de los colegios en los que estudian cinco mil alumnos.

Monseñor Demetrio Fernández ha resaltado en la misa previa a la procesión que en Córdoba, esta fiesta es muy grande porque son “nuestros santos patronos de toda la Diócesis, no sólo de Córdoba”.

El prelado ha recordado en su homilía que “la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos” y que “la fe la hemos recibido del martirio y la intercesión de los santos mártires”. “Ejemplos y testimonios no nos faltan”, ha aclamado el pastor de la Diócesis dirigiéndose a los miembros que conforman la Fundación de Enseñanza, para indicarles después la importancia de ofrecer al alumnado la presencia de Dios, el amor de Jesucristo, la antropología cristiana, la visión del mundo y de la historia desde la fe cristiana.

Tras la misa, se llevó a cabo la procesión que culminó en el Seminario Mayor San Pelagio, poniendo así el broche de oro al “mes de los mártires” que han celebrado en los centros de la Fundación.

La directora de la Fundación ha recordado que en este Año jubilar de san Pelagio “nuestro joven mártir nos invita a ser valientes y a vivir nuestra vida con intensidad, porque su ejemplo nos inspira a buscar a Dios en lo cotidiano con una gran sonrisa”. Asimismo, ha invitado a todos los participantes en la procesión a llevar en el corazón “la esperanza del amor”.

«Los pobres son especialmente atendidos»

Este día ha coincidido con la VIII Jornada Mundial de los Pobres y el Obispo ha subrayado la importancia de la caridad fraterna, especialmente con los más pobres de la sociedad. “No tener a Dios es la mayor pobreza y aunque todos tenemos carencias y debilidades, debemos de atender especialmente a los pobres”, ha apuntado añadiendo que “la solidaridad, la fraternidad y la atención a los pobres y necesitados es una consecuencia de quien ama a Jesucristo”.

Monseñor Demetrio Fernández ha insistido en que “somos católicos, Dios nos ha hecho para amar a Dios y al prójimo, por lo que debemos plantearnos qué podría hacer yo en la fiesta de los Santos Mártires por nuestros hermanos necesitados: un anciano solo, un niño que sufre, un joven que no le encuentra sentido a la vida, un enfermo…” y ha instado a todos a abrir el corazón para que tengan un lugar privilegiado los pobres de hoy.

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17 de noviembre, Jornada Mundial de los Pobres con el lema «La oración del pobre sube hasta Dios»

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17 de noviembre, Jornada Mundial de los Pobres con el lema «La oración del pobre sube hasta Dios»

La Iglesia celebra el 17 de noviembre la VIII Jornada Mundial de los Pobres. El papa Francisco propone como lema de este año “La oración del pobre sube hasta Dios”. Este mismo día, el Santo Padre presidirá la celebración eucarística en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, a la cual seguirá el tradicional almuerzo con algunos pobres en el Aula Pablo VI.

Nota conjunta de Cáritas y Conferencia Episcopal

Con motivo de esta celebración, la Conferencia Episcopal Española (CEE) y Cáritas suman de nuevo sus esfuerzos para movilizar a las comunidades cristianas y a toda la sociedad en los objetivos de esta cita anual convocada por el papa Francisco.

En esta octava edición, bajo el lema “La oración del pobre sube hasta Dios”Francisco exhorta a “hacer nuestra la oración de los pobres y rezar con ellos” porque la falta de atención espiritual es “la peor discriminación que sufren” las personas en situación de exclusión. “Es un desafío que debemos acoger y una acción pastoral que necesita ser alimentada”, señala el Papa en su mensaje.

“La inmensa mayoría de los pobres -añade- tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria”.

En su mensaje, el Santo Padre también recuerda a las personas que sufren la pobreza y la exclusión que Dios no se olvida de ellos. “Dios está atento a cada uno de ustedes y está a su lado. No los olvida ni podría hacerlo nunca. Todos hemos tenido la experiencia de una oración que parece quedar sin respuesta. A veces pedimos ser liberados de una miseria que nos hace sufrir y nos humilla, y puede parecer que Dios no escucha nuestra invocación. Pero el silencio de Dios no es distracción de nuestros sufrimientos; más bien, custodia una palabra que pide ser escuchada con confianza, abandonándonos a Él y a su voluntad”.

El Papa nos invita a tomar conciencia de su presencia y de su necesidad

La idea de impulsar esta Jornada surgió el 13 de noviembre de 2016, durante el cierre del Año de la Misericordia y cuando en la Basílica de San Pedro el Santo Padre celebraba el Jubileo dedicado a las personas marginadas. Al finalizar la homilía, y de manera espontánea, Francisco expresó un deseo: «quisiera que hoy fuera la Jornada de los Pobres». Desde entonces, se celebra esta Jornada en torno a esa fecha.

La Jornada Mundial de los Pobres es una oportunidad pastoral que invita a los creyentes a escuchar la oración de los pobres tomando conciencia de su presencia y de su necesidad. Por ello, Francisco considera esta jornada como una ocasión propicia “para llevar a cabo iniciativas que ayuden concretamente a los pobres, y también para reconocer y apoyar a tantos voluntarios que se dedican con pasión a los más necesitados”.

“Debemos agradecer al Señor por las personas que se ponen a disposición para escuchar y sostener a los más pobres. Son sacerdotes, personas consagradas, laicos y laicas que con su testimonio dan voz a la respuesta de Dios a la oración de quienes se dirigen a Él. El silencio, por tanto, se rompe cada vez que un hermano en necesidad es acogido y abrazado”, señala.

Tomado de www.conferenciaepiscopal.es

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