Durante estos tres días, ganarán el Jubileo visitando las basílicas pontificias acompañados por el Obispo
Los seminarios de la diócesis de Córdoba, tanto el Seminario Mayor “San Pelagio” como el Redemptoris Mater “San Juan de Ávila”, han peregrinado a Roma junto a los rectores y formadores, del 15 al 18 de enero, para encontrarse con el Papa Francisco y ganar el Jubileo de la Esperanza. Para esto último, están visitando las basílicas pontificias junto al obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, quien ha celebrado con los seminaristas la misa y ha rezado ante el sepulcro de San Pablo, entre otros. Además, el sábado 18 de enero, el Obispo presidirá la santa misa en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Este viaje se concibe como “expresión de comunión con el santo Padre y con la Iglesia” y está llamado a favorecer el crecimiento “en amor a la Iglesia” de los seminarios, en palabras del rector del Seminario Conciliar San Pelagio, Carlos Jesús Gallardo.
De este modo, el Seminario devuelve la visita que el Papa Francisco realizó por medio de los visitadores apostólicos hace más de un año, cuando mantuvieron encuentros con los seminarios españoles, entre ellos el de Córdoba. Otros Seminarios como los de Sevilla, Madrid o Toledo, y todos los del norte de España, han estado realizando desde la visita apostólica esta peregrinación a Roma.
Con motivo de la festividad litúrgica de san Antón, que se celebra el 17 de enero, es tradicional que se bendigan los animales y las mascotas de los fieles. Por eso, siguiendo esta costumbre, distintas parroquias de la Archidiócesis de Granada celebrarán bendiciones de animales y mascotas.
En la ciudad de Granada esta bendición será en la parroquia del Espíritu Santo, a las 12 horas; en la parroquia Virgen de Gracia, a las 20:15 horas, en la plaza delante de la puerta de la iglesia; en la parroquia de la Inmaculada a las 12:30 y a la 18:30 horas; y en el santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, a las 18 horas. Todas estas convocatorias serán el 17 de enero.
También mañana viernes se bendecirán los animales en distintos puntos de la provincia, como en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar, en Víznar, a las 18 horas; y en la parroquia de la Encarnación en Almuñécar, a las 17 horas.
La parroquia de San Juan de Dios, en el Cerrillo de Maracena, se sumará a esta costumbre de bendecir los animales y mascotas, que llevará a cabo el domingo 19 de enero, al término de a Eucaristía a las 11:30 horas.
Inicia el elenco la Santísima Virgen de los Remedios, de Estepa, que recibirá esta distinción el sábado 3 de mayo, a las once de la mañana.
Nuestra Señora de los Remedios “es la gran devoción de Estepa”. No en vano, cada mes de mayo se celebran las fiestas en su honor, conocida como Octava de los Remedios, en la que se vuelcan no solo los «churreteros», sino todo el pueblo de Estepa. En cuanto a la imagen, se trata de una obra anónima datada entre los siglos XVI y XVII. Si bien, explican desde la corporación, ha sufrido varias «transformaciones producidas por sucesivas intervenciones a lo largo del tiempo». Por su parte, el Niño de la Virgen es del siglo XVIII.
El sábado 21 de junio será coronada la imagen de Nuestra Señora de la Estrella, patrona de Coria del Río, en una Eucaristía prevista a las ocho y media de la tarde.
A la primitiva imagen de la Virgen de estilo gótico, sucedió la imagen de candelero del siglo XVII que fue destrozada en la Guerra Civil. En 1937, el famoso escultor e imaginero sevillano, Antonio Castillo Lastrucci, hizo una nueva imagen, también de candelero que, con el tiempo, fue restaurada por el escultor Francisco Buiza.
La devoción a Santa María se remonta a finales del siglo XIII, fecha en la que fue construido el edificio de la iglesia de la que es titular. Fue el mismo Rey Alfonso X quien comenzó a fomentar la devoción a Santa María de Coria, recogiendo el milagro en el que intercedió la Virgen resucitando a un niño durante las algaradas árabes que arrasaron la villa.
La Eucaristía de coronación canónica de María Santísima del Rocío, titular de la hermandad de la Redención, con sede en la iglesia de Santiago, de Sevilla, será el 5 de julio a las once de la mañana.
La hermandad actualmente cuenta con más de 4.000 hermanos. Sobre la imagen de María Santísima del Rocío es obra del imaginero Antonio Castillo Lastrucci y su advocación se remonta a la patrona del pueblo de Almonte, una advocación popular y arraigada en la Archidiócesis de Sevilla. “Advocación que nos habla de Pentecostés y así lo proclamó Benedicto XVI: No hay Iglesia sin Pentecostés y no hay Pentecostés sin la Virgen María. Ella que es Reina de los Apóstoles, enseñó a los discípulos a esperar orando con confianza el don del Espíritu Santo; y por su fe, esperanza y caridad se le considera: Madre de la Iglesia”, explican fuentes de la hermandad.
La hermandad de la Divina Pastora y Santa Marina fue fundada en 1703 por el religioso capuchino fray Isidoro de Sevilla en la parroquia de San Gil Abad, venerando allí el cuadro primitivo de la advocación, primero en el mundo entero, atribuido tradicionalmente al maestro Alonso Miguel de Tovar. Se trasladó en 1705 a la vecina parroquia de Santa Marina, en una de cuyas capillas se veneró durante más de 230 años la imagen de la Divina Pastora.
El año de coronaciones finalizará con Ntra. Sra. de los Dolores, de Viso del Alcor, el 11 de octubre a las seis de la tarde.
«De cara a la coronación canónica, la hermandad se compromete a seguir manteniendo esta relación con la Asociación de Enfermos Cerebrales Vasculares Nuestra Señora de los Dolores, y además hacerlo con una colaboración económica especial», ha expresado Juan Guillermo Bonilla, hermano mayor de la corporación.
Con el objetivo de fomentar el diálogo y el encuentro ecuménico, en torno a la fiesta de la Conversión de san Pablo la Iglesia celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Este año será del 18 al 25 de enero bajo el lema ¿Crees esto? (Jn, 11,26).
En la Diócesis de Cartagena serán varias las celebraciones durante estos días organizadas por los grupos ecuménicos de Cartagena, Murcia y Mar Menor. La primera de ellas tendrá lugar el domingo 19, a las 13:00 horas, en la iglesia de Santa Catalina de Murcia. El siguiente encuentro será el miércoles 22, a las 20:00 horas, en el Centro Cristiano de Murcia en Cabezo de Torres. En la Parroquia Santiago Apóstol de Santiago de la Ribera (San Javier) tendrá lugar el jueves 23 a las 20:00 horas, y el viernes 24 será en la Parroquia San Vicente de Paul de Cartagena a las 20:30 horas.
Este año, también, se conmemora el 1700 aniversario del primer Concilio Ecuménico de Nicea, que tuvo lugar en el año 325 siendo un momento clave en la historia del cristianismo y para el camino ecuménico actual con la aceptación del Credo. Por este motivo, para José Bohajar, delegado episcopal de Relaciones Interconfesionales, esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, «tiene una gracia especial, ya que coincide con esta efeméride tan importante para la cristiandad y, además, con el Jubileo 2025».
A partir de hoy las parroquias podrán contar con una nueva edición del llamado Propio de los Santos, actualizada con san Pedro Soler y otros santos y beatos relacionados con la Iglesia de Cartagena.
La Diócesis conmemora hoy a su patrón, san Fulgencio; un día que la Iglesia de Cartagena, a diferencia de otras diócesis, celebra litúrgicamente como fiesta. Las indicaciones relativas a celebraciones como esta se recogen en el llamado Propio de los Santos de la Diócesis de Cartagena, un subsidio que sirve para celebrar las memorias y fiestas de los santos vinculados con la Diócesis que no están incluidos en el calendario romano general y propio de España. Un documento que cuenta con una nueva edición actualizada que ha sido aprobada por la Santa Sede y que, a partir de hoy, comenzará a distribuirse a los párrocos. Además, estará disponible próximamente en la Librería Diocesana para quien desee adquirirlo.
El delegado episcopal de Liturgia, Ramón Navarro, explica que esta publicación «sustituye al folleto que se preparó y aprobó en los años 80, que estaba desactualizado al haberse incorporado nuevos santos y beatos relacionados con nuestra Diócesis». En colaboración con la editorial Libros Litúrgicos de la Conferencia Episcopal Española, además, se ha realizado una edición «en sintonía con los nuevos libros litúrgicos», separando el material en dos volúmenes –Misal y Leccionario– para su uso práctico en las celebraciones diarias y complementándolos con un suplemento para la Liturgia de las Horas.
Nuevos santos y beatos
El Propio de los Santos de la Diócesis de Cartagena ya recogía en su edición anterior celebraciones destacadas de la Iglesia de Cartagena, como la de su patrón san Fulgencio y sus hermanos Leandro, Isidoro y Florentina, conocidos como los cuatro santos cartageneros; así como otros santos y beatos vinculados a la Diócesis, como san Patricio, san Fernando o el beato Andrés Hibernón.
Cuarenta años después, este subsidio se ha actualizado con nuevas incorporaciones en el calendario de celebraciones diocesanas, como el santo lorquino Pedro Soler, recientemente canonizado; los mártires de la persecución religiosa que España sufrió entre 1931 y 1939, que en nuestra Diócesis encabezan los beatos Fortunato Arias y José María Cánovas; o las beatas Esperanza de Jesús y Piedad de la Cruz, reflejo de la vitalidad de la vida consagrada en la Diócesis. También se han incluido varios apéndices biográficos y otro más con celebraciones locales de la ciudad de Murcia, como la de su patrona, la Virgen de la Fuensanta, cuya solemnidad se establece el sábado posterior al 8 de septiembre para las parroquias, de forma que solo puede celebrarse el domingo posterior al 8 de septiembre en la Catedral; algo que se dictaminó en 1985 y que se ha incluido en el nuevo subsidio por indicación del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
«Al celebrar a los santos y beatos nacidos en nuestra tierra o vinculados a ella, no solo recordamos su ejemplo, sino que nos unimos espiritualmente a ellos en un mismo canto de alabanza a Dios; estas incorporaciones no solo enriquecen nuestra liturgia, sino que también constituyen un testimonio de cómo la gracia de Dios ha actuado y sigue actuando en nuestra Iglesia local», subraya Ramón Navarro.
Benjamín y Remy serán los dos nuevos diáconos que ordenará Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, este sábado 18 de enero a las 12:30hrs en la parroquia de San Pablo de Jerez.
Este sábado, la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María presentes en la parroquia de San Pablo de Jerez estarán de celebración. Benjamín y Remy, pertenecientes a esta realidad de la Iglesia serán ordenados diáconos a las 12:30hrs de manos de Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez.
Momento importante y especial no solo para la Congregación de los Sagrados Corazones, sino también para Asidonia-Jerez, Iglesia local que ha sido en la parroquia de San Pablo, casa para uno de los protagonistas que recibirá el diaconado. Asimismo, por ser testigo de como tras decir sí al Señor la vocación de estos dos jóvenes siguen dando pasos hasta llegar la sacerdocio.
Lo comprobé el otro día mientras respondía a las preguntas de una chica de mi parroquia. Estaba haciendo un trabajo sobre la fe en Dios para su clase de Filosofía y nada más comenzar a responder a la pregunta que me hacía comprobaba cómo sus ojos caían en una especie de ensoñación, una mirada vacía que la transportaba seguramente a un lugar muy muy lejano, distante del sofá de mi casa donde hacíamos la entrevista. Lo peor de todo es que hay videos que demuestran que lo que digo es verdad y no podrán rebatirme. Sin embargo, parece que es un fenómeno bastante común, no solo que un cura no despierte interés, sino el hecho de que cada vez resulta más difícil mantener la atención sobre algo. Sobre la lucha titánica que hay que mantener para conseguir que alguien nos atienda es mejor no hablar.
Frente a la pantalla, la media de cambio en el foco de atención está en cuarenta y siete segundos. Los curas vamos a tener que ir aprendiendo a sintetizar. Por un lado, nos encontramos con la falta de interés que despiertan determinadas cosas, por otro con que hay cosas que no son fáciles de explicar en poco tiempo. Este cambio continuo en el foco de atención provoca un menor rendimiento. Estamos pendientes a más cosas, pero menos concentrados, sumidos en un estado de alerta continuo. Un viaje a nuestro pasado animal en el que además de preocuparnos por buscar el sustento debíamos procurar alejarnos de las insaciables fieras y vigilar para que los retoños estuvieran a salvo. La tecnología, lejos de ayudarnos a progresar, despierta en nosotros instintos que parecían ya superados.
Frente a la atención efímera, es necesario que nos esforcemos en cultivar la atención profunda, la contemplación. Si no somos capaces de disfrutar del aburrimiento, de la observación o la escucha que nos lleva a admirarnos de por qué las cosas y las personas son como son, volveremos a la ley de la selva. Es fácil emitir un juicio superficial a cerca de las personas o sobre algunas situaciones cuando no prestamos atención, porque en realidad no nos importan, seguimos metidos en nuestras intenciones o expectativas. La contemplación, en cambio, nos invita a salir de nosotros; que por otro lado es lo propiamente humano. Si queremos que las personas de nuestra época escuchen a Dios, tendremos que comenzar por enseñarles a que presten atención a los de su alrededor.
El sacerdote y periodista Antonio Gil ofrece un breve vocabulario para el Jubileo en su sección de «Al trasluz»
El Jubileo ordinario de 2025 ya está en marcha. El 24 de diciembre, el papa Francisco lo inauguraba con la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro. Nuestro obispo, monseñor Demetrio Fernández, lo inauguraba el pasado 29 de diciembre, tras llegar procesionalmente desde el Seminario, hasta la puerta las Palmas de la Santa Iglesia Catedral. He aquí un breve “vocabulario”.
“Yöbel”: Una especie de trompeta hecha con un cuerno de cabra o de carnero, anunciando un “Año de gracia”. San Jerónimo asoció el hebreo “yöbel”, al latín “jubilum” (grito de alegría). Y de ahí, a “jubileo”.
Anuncio: Se anunciaba un año de gracia, de alegría y de perdón.
Puerta Santa: El rito de la apertura de la Puerta Santa lo introduce en 1425 Martin V en la basílica san Juan de Letrán. Poco después, se abrirían las puertas de la basílica de San Pedro.
Encuentro: El rito del paso por la Puerta Santa quiere expresar para todo peregrino de esperanza el deseo del “encuentro con Cristo y con los miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia”.
Compartir: Uno de los requisitos para la indulgencia es “compartir nuestros bienes y nuestra vida con los más necesitados”.
Lema: “Peregrinos de la esperanza”, lema del Jubileo, se erige en un “encargo” para que seamos discípulos de Jesús, capaz de “liberar al otro de sus cadenas” y de “curar heridas sangrantes e incómodas”.
Del 18 al 25 de enero nos detenemos todos los años a orar especialmente por la Unidad de los Cristianos. El 25 de enero celebramos la fiesta de la conversión de san Pablo, y esta fiesta convoca a los cristianos del mundo entero a una oración común, que va precedida por una semana de oración. Este año, con el lema “¿Crees esto?”, la pregunta que Jesús dirige a Marta en el contexto de la muerte y resurrección de su hermano Lázaro. “Tu hermano resucitará…Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque muera vivirá; y ninguno de los que viven y tienen fe en mí morirá para siempre. ¿Crees esto?”.
Estamos en el Año jubilar 2025 aniversario del nacimiento de Jesucristo. Año de gracia, año de perdón y misericordia por parte de Dios, año de solidaridad cristiana para devolver generosamente a cada uno lo suyo, y especialmente a los pobres, para que recobren su dignidad. Bajo el lema Peregrinos de esperanza, el Papa Francisco nos convoca a celebrar la esperanza que brota del Corazón de Cristo.
Y en este año 2025 celebramos también el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea (325), el gran Concilio Ecuménico, en el que participaron 318 Padres, sobre todo orientales, presididos todos por el que entonces era obispo de Córdoba, el obispo Osio de Córdoba (257-359). Es el Concilio referencia para toda la historia posterior de la Iglesia, especialmente para los 7 concilios ecuménicos de la Iglesia indivisa en el primer milenio. En este Concilio de Nicea y en los posteriores coincidimos todos los cristianos, profesando la misma fe en la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo- y en Jesucristo, la segunda persona de Dios que se hace hombre completo, naciendo de María virgen, por nosotros los hombres y por nuestra salvación.
La presidencia del concilio de Nicea por parte del obispo de Córdoba no es una casualidad. Tiene unas razones históricas, y nos hace entender que esta figura –Osio de Córdoba- es históricamente la persona más destacada de Córdoba a lo largo de los siglos. Ojalá podamos verle pronto incluido en el calendario litúrgico como santo. Estamos trabajando en ello y hay buenas perspectivas. Y con motivo de este centenario del Concilio de Nicea, tendremos una Exposición en la Mezquita-Catedral para los meses de abril-julio y un Congreso para el mes de junio de este año, con el título “Símbolo: la fe de Nicea”.
El lema “¿Crees esto?” une la fe en Jesucristo resucitado y la esperanza de nuestra propia resurrección. Y en esa fe común podemos rezar juntos todos los cristianos en espera de la deseada unión de todos para participar en una misma Eucaristía.
La división de los cristianos es un drama del que somos más conscientes en nuestro tiempo. Ello nos permite dar pasos en camino hacia la unidad plena. “Que todos sean uno, como tú Padre en mí y yo en ti, para que el mundo crea” (Jn 17,20) es la oración de Jesús, que en estos días resuena especialmente. El concilio Vaticano II ha supuesto un gran avance en este camino hacia la unidad, favorecido también por la globalización en todos los sentidos. Pero hace falta más oración, más signos de comunión y de acercamiento. Es necesario que el mundo, que se aleja de Dios, perciba la unidad de los cristianos como un signo de que Jesucristo es el enviado del Padre. Oremos y trabajemos en ello.
El día 20 de enero se celebra a San Sebastián en el calendario de la Iglesia, y de modo especial en la capital y en muchos pueblos de la provincia de Huelva. Era un joven militar romano, oriundo de Narbona y educado en Milán, capitán de cohorte de la guardia pretoriana, a finales del siglo III. Siendo cristiano, cumplió con fidelidad su cargo, pero no participaba de los cultos paganos. Convirtió al cristianismo a muchos compañeros. Su conducta en favor de sus hermanos cristianos delató su condición de cristiano. El emperador Maximiano decide que, atado a un árbol, sea blanco de las saetas, quedando “como un erizo”. Sin embargo, las flechas no afectaron a sus órganos vitales. Una ilustre matrona, Irene, curó sus heridas. Una vez restablecido, compareció ante el emperador quien le condenó a ser apaleado hasta la muerte, el año 304. Su cuerpo fue arrojado a la Cloaca Máxima.
Durante la epidemia de peste que afectó a Roma el año 680 fue invocada su protección particular, y desapareció el contagio. Desde entonces se le invoca como protector contra la peste. En el siglo XV se asocia a dicha protección a San Roque, introduciéndose la costumbre de situar una ermita a San Sebastián y otra a San Roque en las dos entradas principales de las poblaciones, en función defensiva o “apotropaica” contra los contagios[1].
Al menos en 30 poblaciones onubenses, San Sebastián es venerado, si no como patrono o copatrono, al menos como defensor de los habitantes contra las epidemias. En 15 lugares dispone de una iglesia o ermita, dando nombre a su calle. En 3, es titular de su parroquia. En 10, tiene su Hermandad, en 4 de ellas como titular único. Su día se asocia a la fiesta popular, con procesiones y con danzas, como las de Villanueva de las Cruces, o con comida en la dehesa, como en Bollullos.
Como es natural, todos estos lugares disponen de su imagen de culto. Enumeremos las más antiguas: la de Aroche, de fines del s. XV. De principios del s. XVI son las de Hinojales Cumbres Mayores y Paymogo. Del último tercio de siglo, las de Chucena, Hinojos, Trigueros y Villarrasa. Del siglo XVII las de La Palma y El Granado. Como recuerda Eduardo Sugrañes, el patrón de Huelva fue venerado en sucesivas imágenes: la atribuida a Gaspar del Águila, hacia 1578, que se halla en el Museo Provincial; la de mediados del XVII, en San Pedro; y la de Pérez Comendador, de 1941, en su parroquia[2].
San Sebastián
Localización: Aroche. Iglesia parroquial de la Asunción Autor: Anónimo sevillano Año: Hacia 1485 Material: Madera tallada y policromada Medidas: 0,91 m.
El santo aparece semidesnudo, cubiertas las caderas con un lienzo blanco, de quebrados pliegues, con los brazos en alto, los codos en ángulo, y atadas las manos con sogas al tronco de un árbol, casi en forma de cruz. Tiene inclinada la cabeza a un lado, de cabellera larga que cae a ambos lados, y rostro dulce, más triste que dolorido. Seis flechas simétricas taladran su torso. Cruza las piernas, contraponiendo los talones. Sus formas lisas y su composición angulosa nos recuerdan los Crucificados góticos, pero su anatomía simplificada, pero correcta, y la expresión melancólica nos acercan a los inicios de la escultura renacentista. Se halla situada en el ático del retablo del Sagrario. Procede de la ermita de San Sebastián, en cuya portada figura una inscripción que, como transcribe Rodrigo Amador de los Ríos, dice: “esta portada fiso fndo gonz siendo delegado mº año de mill e iiiiº e lxxx e cinco años”[3].
San Sebastián
Localización: Hinojos. Iglesia parroquial de Santiago Autor: Círculo de Bautista Vázquez el Viejo. Año: Hacia 1580 Material: Madera tallada y policromada Medidas: 1,20 m.
La imagen de San Sebastián era titular de la ermita de su nombre, dedicada hoy a la Virgen del Valle. El santo, juvenil y atlético, aparece atado a un árbol y asaeteado por cuatro flechas. El cuerpo, en elegante pose, compone la llamada “curva praxiteliana”, formando una línea similar a una S, sutil y envolvente. A ello contribuye la contraposición de los brazos. Es admirable la perfección anatómica, del torso, brazos y piernas, sin exageraciones, así como la dulzura melancólica de su mirada, que se dirige hacia el cielo. Sus características propias del manierismo, tan cercanas al estilo de las esculturas griegas y romanas, nos conducen a relacionarlo con otras piezas de la parroquia, que pueden situarse en el círculo de Bautista Vázquez el Viejo, hacia 1580, fecha en la que ya figura en el inventario parroquial[4]. Se halla en la calle del lado izquierdo del retablo mayor. La ermita de San Sebastián, hoy del Valle, estaba situada a la entrada de la población, en función “apotropaica”, para defender a la población de los contagios de la peste[5].
Manuel Jesús Carrasco Terriza
[1] CALVO LÁZARO, Rocío. “San Roque, un antiguo patronazgo olvidado en Huelva.” en Atrio. Revista de Historia del Arte, 30 (2024) 28-46. https://doi.org/10.46661/atrio.10374.
[2] SUGRAÑES GÓMEZ, Eduardo J., San Sebastián. Barrio y devoción en Huelva, Huelva, 1996.
[3] AMADOR DE LOS RÍOS, Rodrigo, Catálogo de los Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Huelva – 1909, Edición y Estudio preliminar de Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, Huelva, Diputación Provincial – Ministerio de Educación y Cultura, 1998, p. 414.
[4] Archivo Parroquial de Hinojos, Inventario de 1580, fol. 92 vtº: «Ytem vna ymagen de bulto en el altar mayor de San Sebastián.- Año de 95 visitó susodicha.- 634.- Está año de 648.-[…] En 4 de julio de 1598 ay todos los rretablos e ymagines de suso anunziadas en las partidas retro escritas.- Están año de 613.- Está año de 619.-»
[5] GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel, Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, Catálogo monumental de la Provincia de Huelva. t. I, Huelva, Universidad de Huelva, 1999, pp. 260-261.