Inicio Blog Página 4

¿Cómo se podrá obtener la gracia de la Indulgencia durante el Año Santo 2025?

0

La Santa Sede establece las normas para la concesión de la indulgencia durante el Jubileo convocado por el papa Francisco. Los fieles podrán conseguir la Indulgencia Jubilar en las sagradas peregrinaciones, en las pías visitas a los lugares sagrados y en las obras de misericordia y de penitencia.

SOBRE LA CONCESIÓN DE LA INDULGENCIA

DURANTE EL JUBILEO ORDINARIO DEL AÑO 2025

CONVOCADO POR SU SANTIDAD EL PAPA FRANCISCO

“Ahora ha llegado el momento de un nuevo Jubileo, para abrir de par en par la Puerta Santa una vez más y ofrecer la experiencia viva del amor de Dios” (Spes non confundit, 6). En la bula de convocación del Jubileo Ordinario del 2025, el Santo Padre, en el momento histórico actual en el que “la humanidad, desmemoriada de los dramas del pasado, está sometida a una prueba nueva y difícil cuando ve a muchas poblaciones oprimidas por la brutalidad de la violencia” (Spes non confundit, 8), llama a todos los cristianos a hacerse peregrinos de esperanza. Esta es una virtud que hay que redescubrir en los signos de los tiempos, los cuales, encerrando “el anhelo del corazón humano, necesitado de la presencia salvífica de Dios, requieren ser transformados en signos de esperanza” (Spes non confundit, 7), que deberá provenir sobretodo de la gracia de Dios y de la plenitud de su misericordia.

Ya en la bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia del 2015, el Papa Francisco subrayó cuánto adquiría la Indulgencia en ese contexto “una relevancia particular” (Misericordiae Vultus, 22), pues la misericordia de Dios “se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado” (ibid.). Análogamente hoy el Santo Padre declara que el don de la Indulgencia “permite descubrir cuán ilimitada es la misericordia de Dios. No sin razón en la antigüedad el término «misericordia» era intercambiable con el de «indulgencia», precisamente porque pretende expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce límites” (Spes non confundit, 23). La Indulgencia es entonces, una gracia jubilar.

Por este motivo, también con ocasión del Jubileo Ordinario del 2025, por voluntad del Sumo Pontífice, este “Tribunal de Misericordia”, a quien corresponde disponer todo lo que concierne a la concesión y al uso de la Indulgencia, pretende motivar los ánimos de los fieles para desear y alimentar el pío deseo de obtener la Indulgencia como don de gracia, propio y peculiar de cada Año Santo y establece las siguientes prescripciones, para que los fieles puedan usufructuar de las “disposiciones para poder obtener y hacer efectiva la práctica de la indulgencia jubilar” (Spes non confundit, 23).

Durante el Jubileo Ordinario del 2025 permanece en vigor cualquier otra concesión de Indulgencia. Todos los fieles verdaderamente arrepentidos, excluyendo todo afecto al pecado (cfr. Enchiridion Indulgentiarum, IV ed., norm. 20, § 1) y movidos por espíritu de caridad y que, en el curso del Año Santo, purificados a través del sacramento de la penitencia y alimentados por la Santa Comunión, oren por las intenciones del Sumo Pontífice, podrán conseguir del tesoro de la Iglesia, plenísima Indulgencia, remisión y perdón de sus pecados, pudiéndose aplicar a las almas del Purgatorio en forma de sufragio:

I.- En las sagradas peregrinaciones

Los fieles, peregrinos de esperanza, podrán conseguir la Indulgencia Jubilar concedida por el Santo Padre si emprenderán una pía peregrinación:

hacia cualquier lugar sagrado jubilar: participando devotamente en la Santa Misa (siempre que lo permitan las normas litúrgicas se podrá utilizar especialmente la Misa propia por el Jubileo o bien, la Misa votiva: para la reconciliación, por el perdón de los pecados, para pedir la caridad y para fomentar la concordia); en una Misa ritual para conferir los sacramentos de iniciación cristiana o la Unción de los enfermos; en la celebración de la Palabra de Dios; en la Liturgia de las Horas (oficio de lecturas, laudes, vísperas); en el Via Crucis; en el Rosario mariano; en el himno del Akathistos; en una celebración penitencial, que concluya con las confesión individual de los penitentes, como está establecido en el rito de la Penitencia (forma II);

en Roma: en al menos una de las cuatro Basílicas Papales Mayores: de San Pedro en el Vaticano, del Santísimo Salvador en el Laterano, de Santa María la Mayor, de San Pablo Extramuros;

en Tierra Santa: en al menos una de las tres Basílicas: del Santo Sepulcro en Jerusalén, de la Natividad en Belén, de la Anunciación en Nazaret;

en otras circunscripciones eclesiásticas: en la iglesia catedral u otras iglesias y lugares sagrados designados por el Ordinario del lugar. Los Obispos tendrán en cuenta las necesidades de los fieles, así como la oportunidad misma para mantener intacto el significado de la peregrinación con toda su fuerza simbólica, capaz de manifestar la necesidad apremiante de conversión y de reconciliación;

II.- En las pías visitas a los lugares sagrados

También, los fieles podrán conseguir la Indulgencia jubilar si, individualmente o en grupo, visitarán devotamente cualquier lugar jubilar y ahí, durante un período de tiempo adecuado, realizarán adoración eucarística y meditación, concluyendo con el Padre Nuestro, la Profesión de Fe en cualquier forma legítima e invocaciones a María, Madre de Dios, para que en este Año Santo todos “puedan experimentar la cercanía de la más afectuosa de las madres que nunca abandona a sus hijos” (Spes non confundit, 24).

Con la especial ocasión del Año jubilar, se podrán visitar también, además de los insignes lugares de peregrinación anteriormente dichos, estos otros lugares sagrados con las mismas condiciones:

en Roma: la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, la Basílica de San Lorenzo al Verano, la Basílica de San Sebastián (se recomienda vivamente la devota visita llamada “de las siete Iglesias”, tan querida por San Felipe Neri), el Santuario del Divino Amor, la Iglesia de Santo Spirito in Sassia, la Iglesia de San Pablo alle Tre Fontane, lugar del Martirio del Apóstol, las Catacumbas cristianas; las iglesias de los caminos jubilares dedicadas respectivamente al Iter Europaeum y las iglesias dedicadas a las Mujeres Patronas de Europa y Doctoras de la Iglesia (Basílica de Santa María sopra Minerva, Iglesia de Santa Brígida en Campo de’ Fiori, Iglesia de Santa María della Vittoria, Iglesia de Trinità dei Monti, Basílica de Santa Cecilia en Trastevere, Basílica de San Agustín en Campo Marzio);

en otros lugares del mundo: las dos Basílicas Papales menores de Asís: de San Francisco y de Santa María de los Ángeles; las Basílicas Pontificias de la Virgen de Loreto, de la Virgen de Pompeya, de San Antonio de Padua; cualquier Basílica menor, iglesia catedral, iglesia concatedral, santuario mariano, así como, para utilidad de los fieles, cualquier insigne iglesia colegiada o santuario designado por cada Obispo diocesano o eparquial, como también santuarios nacionales o internacionales, “lugares santos de acogida y espacios privilegiados para generar esperanza” (Spes non confundit, 24), indicados por las Conferencias Episcopales.

Los fieles verdaderamente arrepentidos que no podrán participar en las solemnes celebraciones, en las peregrinaciones y en las pías visitas por graves motivos (especialmente todas las monjas y los monjes de clausura, los ancianos, los enfermos, los reclusos, como también aquellos que, en hospitales o en otros lugares de cuidados, prestan servicio continuo a los enfermos), conseguirán la Indulgencia jubilar, con las mismas condiciones si, unidos en espíritu a los fieles en presencia, particularmente en los momentos en los cuales las palabras del Sumo Pontífice o de los Obispos diocesanos sean trasmitidas a través de los medios de comunicación, recitarán en la propia casa o ahí donde el impedimento les permita (p. ej. en la capilla del monasterio, del hospital, de la casa de cuidados, de la cárcel…) el Padre Nuestro, la Profesión de Fe en cualquier forma legítima y otras oraciones conforme a las finalidades del Año Santo, ofreciendo sus sufrimientos o dificultades de la propia vida;

III.- En las obras de misericordia y de penitencia

Además, los fieles podrán conseguir la Indulgencia jubilar si, con ánimo devoto, participarán en las Misiones populares, en ejercicios espirituales u otros encuentros de formación sobre los textos del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica, que se realicen en una iglesia u otro lugar adecuado, según la intención del Santo Padre.

No obstante la norma según la cual se puede conseguir solo una Indulgencia plenaria al día (cfr. Enchiridion Indulgentiarum, IV ed., norm. 18, § 1), los fieles que habrán emitido el acto de caridad en favor de las almas del Purgatorio, si se acercan legítimamente al sacramento de la Comunión una segunda vez en el mismo día, podrán conseguir dos veces en el mismo día la Indulgencia plenaria, aplicable solo a los difuntos (se entiende al interno de una celebración Eucarística; cfr. can 917 y Pontificia Comisión para la interpretación auténtica del CIC, Responsa ad dubia, 1, 11 jul. 1984). A través de esta doble oblación, se realiza un laudable ejercicio de caridad sobrenatural, por el vínculo mediante el cual están unidos en el Cuerpo místico de Cristo los fieles que aun peregrinan en la tierra, junto con aquellos que ya han terminado su camino, pues “la indulgencia jubilar, en virtud de la oración, está destinada en particular a los que nos han precedido, para que obtengan plena misericordia” (Spes non confundit, 22).

Pero, de manera más peculiar, precisamente “en el Año jubilar estamos llamados a ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria” (Spes non confundit, 10): por lo tanto, la Indulgencia está unida también a las obras de misericordia y de penitencia, con las cuales se testimonia la conversión emprendida. Los fieles, siguiendo el ejemplo y el mandato de Cristo, sean estimulados a realizar más frecuentemente obras de caridad o misericordia, principalmente al servicio de aquellos hermanos que se encuentran agobiados por diversas necesidades. Redescubran más precisamente “las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos” (Misericordiae vultus, 15) y redescubran asimismo “las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos” (ibid.).

Del mismo modo, los fieles podrán conseguir la Indulgencia jubilar si se dirigirán a visitar por un tiempo adecuado a los hermanos que se encuentran en necesidad o en dificultad (enfermos, encarcelados, ancianos en soledad, personas con capacidades diferentes…), como realizando una peregrinación hacia Cristo presente en ellos (cfr. Mt 25, 34-36) y siguiendo las habituales condiciones espirituales, sacramentales y de oración. Los fieles, sin duda, podrán repetir tales visitas en el curso del Año Santo, obteniendo en cada una de ellas la Indulgencia plenaria, incluso cotidianamente.

La Indulgencia plenaria jubilar podrá ser conseguida también mediante iniciativas que ayuden en modo concreto y generoso al espíritu penitencial que es como el alma del Jubileo, redescubriendo en particular el valor penitencial del viernes: absteniéndose, en espíritu de penitencia, al menos durante un día de distracciones banales (reales y también virtuales, inducidas, por ejemplo, por los medios de comunicación y por las redes sociales) y de consumos superfluos (por ejemplo ayunando o practicando la abstinencia según las normas generales de la Iglesia y las especificaciones de los Obispos), así como otorgando una proporcionada suma de dinero a los pobres; sosteniendo obras de carácter religioso o social, especialmente en favor de la defensa y protección de la vida en cada etapa y de la calidad de la misma, de la infancia abandonada, de la juventud en dificultad, de los ancianos necesitados o solos, de los migrantes de diversos Países “que abandonan su tierra en busca de una vida mejor para ellos y sus familias” (Spes non confundit, 13); dedicando una adecuada parte del propio tiempo libre a actividades de voluntariado, que sean de interés para la comunidad u otras formas similares de compromiso personal.

Todos los Obispos diocesanos o eparquiales y aquellos que en el derecho son equiparables a ellos, en el día más oportuno de este tiempo jubilar, en ocasión de la principal celebración en la catedral y en cada una de las iglesias jubilares, podrán impartir la Bendición Papal con anexa Indulgencia plenaria, conseguible por todos los fieles que reciban tal Bendición con las habituales condiciones.

Para que sea pastoralmente facilitado el acceso al sacramento de la Penitencia y conseguir el perdón divino a través del poder de las Llaves, los Ordinarios locales están invitados a conceder a los canónigos y a los sacerdotes, que en las Catedrales y en las Iglesias designadas para el Año Santo podrán escuchar las confesiones de los fieles, las facultades limitadamente al foro interno, de las cuales, para los fieles de las Iglesias orientales, en el can. 728, § 2 del CCEO, y en el caso de una eventual reserva, aquellas para el can. 727, excluyendo, como es evidente, los casos considerados en el can. 728, § 1; mientras que, para los fieles de la Iglesia latina, las facultades referidas en el can. 508, § 1 del CIC.

En este sentido, esta Penitenciaría exhorta a todos los sacerdotes a ofrecer con generosa disponibilidad y dedicación de sí, la más amplia posibilidad a los fieles de aprovechar los medios de la salvación, asumiendo y publicando horarios para las confesiones, en acuerdo con los párrocos o rectores de las iglesias vecinas, encontrándose en el confesionario, programando celebraciones penitenciales con fechas fijas y frecuentes, ofreciendo también la más amplia disponibilidad de sacerdotes que, por alcanzar el límite de edad, no tienen encargos pastorales definidos. Además, según las posibilidades se recuerde, en conformidad con el Motu proprio Misericordia Dei, la oportunidad pastoral de escuchar las Confesiones también durante la celebración de la Santa Misa.

Para agilizar la tarea de los confesores, la Penitenciaría Apostólica, por mandato del Santo Padre, dispone que los sacerdotes que acompañarán o se unirán a peregrinaciones jubilares fuera de la propia Diócesis, puedan valerse de las mismas facultades de las cuales fueron provistos en la propia Diócesis por la legítima autoridad. Especiales facultades serán después conferidas por esta Penitenciaría Apostólica a los penitenciarios de las basílicas papales romanas, a los canónigos penitenciarios o a los penitenciarios diocesanos instituidos en cada circunscripción eclesiástica.

Los confesores, después de haber instruido a los fieles sobre la gravedad de los pecados a los cuales viene anexa una reserva o una censura, determinarán, con caridad pastoral, apropiadas penitencias sacramentales, tales que les conduzcan lo más posible a un arrepentimiento estable y, según la naturaleza de los casos, invitarán a la reparación de eventuales escándalos y daños.

Finalmente, la Penitenciaría invita vivamente a los Obispos, en cuanto detentores del triple munus de enseñar, de guiar y de santificar, a cuidar la exposición clara de las disposiciones y principios aquí propuestos para la santificación de los fieles, teniendo en cuenta de modo especial las circunstancias del lugar, de la cultura y de las tradiciones. Una catequesis adecuada a las características socio-culturales de cada pueblo, podrá proponer de manera eficaz el Evangelio y la totalidad del mensaje cristiano, radicando más profundamente en los corazones el deseo de este don único, obtenido en virtud de la mediación de la Iglesia.

El presente Decreto tiene validez durante todo el Jubileo Ordinario del 2025, independientemente de cualquier disposición en contrario.

Dado en Roma, en la sede de la Penitenciaría Apostólica, el 13 de mayo de 2024, Memoria de la Beata Virgen María de Fátima.

Angelo Card. De Donatis
Penitenciario Mayor

S.E. Mons. Krzysztof Nykiel
Regente

Ver este artículo en la web de la diócesis

Nos rezamos cantando, con Maite López

0

Encarni Llamas Fortes

Encarni Llamas Fortes es madre de tres hijos. Periodista que desarrolla su labor profesional en la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga. Bachiller en Ciencias Religiosas por el ISCR San Pablo.

enllamasfortes Ver este artículo en la web de la diócesis

26 MAYO. El Día de la HOAC mueve a todos cuidar el trabajo y la vida

0

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Málaga celebra su día en el marco de la campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida”, en la que han lanzado, como novedad, un podcast participativo

En esta ocasión, la celebración está prevista junto a la comunidad parroquial de Ntra. Sra. De los Ángeles, en la barriada de Miraflores de los Ángeles de la capital. La cita es el domingo 26 de mayo, con Eucaristía a las 11.00 horas,  actividades y talleres creativos «Cuidar el trabajo, cuidar la vida», para terminar con una paella y comida compartida a las 14.00 horas.

Escucha el podcast de «Cuidar el trabajo, cuidar la vida»:

Accede al cuadernillo elaborado para trabajar este tema.

Su presidente diocesano, Francisco Guzmán, habla en nombre de todos al invitar a toda la comunidad diocesana. «Queremos que el Día de la HOAC sea una ocasión para el encuentro, la celebración y la oración, pero también un impulso para hacerse cargo de la realidad de tantos hermanos y hermanas que sufren la falta de cuidado en el trabajo. Y es que, muy a menudo, el trabajo se entiende como mero instrumento de rentabilidad económica, orientado a la producción y el consumo ilimitados, con fatales consecuencias para la persona, la sociedad y la casa común. Sin embargo, desde la mirada del bien común, el trabajo se entiende de otra manera: es clave para que todas las personas, sin exclusión, puedan disponer de los bienes materiales, culturales y espirituales que les permitan vivir conforme a su dignidad, realizarse plenamente y contribuir al avance de la sociedad».

Ver este artículo en la web de la diócesis

Los universitarios concluyen el curso tras las huellas de la fe

0

Los jóvenes de la Pastoral Universitaria de Málaga concluirán este curso como lo comenzaron, viviendo un nuevo encuentro de la experiencia que pusieron en marcha este curso: «Tras las huellas de la fe». En esta última entrega visitarán a las Madres de Desamparados.

Así explicaba Francisco Rivas, joven universitario, en los programas religiosos de COPE Málaga, cómo pusieron en marcha esta iniciativa tras vivir la JMJ el pasado verano en Lisboa: 

Los jóvenes se reunirán el jueves 26 de mayo, a las 20.00 horas, en el Colegio San José de la Montaña, para conocer el carisma y la vida de las Madres de Desamparados. «Se trata de un encuentro de formación, testimonio y oración», explica Francisco Rivas, al alcance de todos los universitarios que se quieran unir. 

 
Colabora con la información diocesana

Ver este artículo en la web de la diócesis

Semanas sociales en Málaga, presencia misionera en la vida pública

0

Durante las mañanas del 6 de abril y el 11 de mayo se desarrollaron dos sesiones de trabajo en la diócesis de Málaga con el tema “El diálogo, camino para la Iglesia”. Estos encuentros forman parte de la fase diocesana de la XLIV Semana Social de España, organizada por la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana para cuidar la presencia misionera en la vida pública. En esta tarea participan veinticinco diócesis españolas.

Las sesiones contaron con la presencia de Sebastián Mora Rosado, profesor de la Universidad Pontificia Comillas y miembro de la Junta Nacional de la Semana Social, que moderó los diálogos. El lugar donde se han desarrollado los encuentros ha sido el Centro Superior de Estudios Teológicos San Pablo. Como explica José Miguel Santos, miembro del equipo coordinador de las Semanas Sociales en Málaga, «la dinámica de cada sesión tuvo dos partes. En primer lugar, hubo un trabajo en plenario de todos los participantes, donde compartieron la reflexión que cada participante realizó de los documentos de trabajo y, en la segunda sesión, de la síntesis del 6 de abril. En segundo lugar, se dialogó por grupos sobre cuestiones que después se llevaron y pusieron en común».

En las sesiones participaron veinticinco personas del ámbito de la política, la educación, la sanidad, los sindicatos, las empresas y la acción social, así como sacerdotes católicos y protestantes y representatnes de medios de comunicación. «La mayoría del grupo estaba formado por personas católicas, pero también han participado miembros de otras confesiones y malagueños con otras inquietudes religiosas», explica Santos. «En las dos sesiones se ha trabajado en un clima de diálogo y escucha, generando un espacio de encuentro que nos ha permitido analizar los actuales desafíos éticos, económicos, culturales y sociales».

En la primera sesión el diálogo se centró en el análisis de la situación actual del diálogo social: qué factores lo enriquecen y cuáles lo dificultan. «Se subrayó cómo la polarización afecta a todas las dimensiones de la vida, factor que también afecta dentro de la Iglesia. Se puso el foco en el papel que tiene la influencia de las redes sociales y determinados medios para el aislamiento, el enfrentamiento y la falta de comunicación que condiciona las relaciones personales. Todo esto nos lleva a un mundo que se mueve en una clave individualista que dificulta el encuentro con el otro», afirma el miembro del equipo coordinador.

En la sesión del 11 de mayo, el trabajo de los participantes se centró en el papel que juegan las religiones en la vida pública y la religión católica en concreto. «Se reflexionó sobre qué pueden aportar y en qué deben mejorar. Se puso el foco en la experiencia de diálogo ecuménico e interreligioso que se viene desarrollando desde el Concilio Vaticano II, y en la oportunidad de aprender de ese camino para no caer en el enfrentamiento que parece contaminar nuestro tiempo», apostilla Santos. «Otro reto es cultivar la amistad social para afrontar con esperanza los retos de nuestra época». En la sesión también se destacó la importancia de llegar a un lenguaje común compartido, «un lenguaje que nos ayude a entendernos y a asentar el diálogo. El trabajo por grupos apuntó en las claves que pueden ofrecer las religiones para el diálogo social: la trascendencia como factor común de las religiones, más allá de lo material; el valor sagrado de la vida y la posibilidad de encontrar en las iglesias referentes y testigos para la vida pública. Otra línea señalada fue la necesidad de acompañamiento y cuidado que deben tener los laicos con tareas de responsabilidad en la vida pública. Para ello se propusieron espacios para el encuentro y acompañamiento, la formación en Doctrina Social de la Iglesxia y, en especial, fomentar el compromiso social desde la caridad política».

Sebastián Mora cerró el trabajo de las sesiones recordando el camino propuesto por el papa Francisco en el número 198 de Fratelli tutti, en torno al diálogo y a la amistad social: «Acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo eso se resume en el verbo “dialogar”. Para encontrarnos y ayudarnos mutuamente necesitamos dialogar. (…) El diálogo persistente y corajudo no es noticia como los desencuentros y los conflictos, pero ayuda discretamente al mundo a vivir mejor, mucho más de lo que podamos darnos cuenta».

El trabajo de estas dos sesiones en la diócesis de Málaga se recogerá en un documento que se trasladará, junto con lo aportado por el resto de diócesis de España, a la XLIV Semana Social de España que se celebrará en Valladolid los días 8 y 9 de noviembre de 2024.

¿QUÉ SON LAS SEMANAS SOCIALES?

En el 2021 se retomó en la diócesis de Málaga el instrumento de las Semanas Sociales, que con más de un siglo de antigüedad, busca promover la reflexión profunda en torno a la perspectiva cristiana de la vida social y la aplicación práctica de este Magisterio Social de la Iglesia católica. José Miguel Santos, miembro del equipo coordinador diocesano de estas semanas, explica que nacen de la certeza de que «lo religioso, que a veces se cierra a la conciencia de lo privado, puede aportar luz y creatividad a todo aquello que acontece en la vida pública. Estas semanas son un espacio de diálogo de la Iglesia con la sociedad en cada momento histórico. Con ellas se pone en marcha un proceso de trabajo, primero en las iglesias locales que, después, se pone en común entre las diferentes diócesis en un encuentro nacional».

En la ocasión anterior, las conclusiones alcanzadas se compartieron en la Semana Social organizada por la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana celebrada en Sevilla, que llevó por título «La regeneración de la vida pública. Una llamada al bien común y a la participación». Este mes de abril, dos años y medio después, se retoma este instrumento con nuevos encuentros para favorecer la reflexión compartida. En ellos participarán personas del mundo de la cultura, la política, la vida social, la educación y la economía, acompañados del vicario para la Acción Caritativa y Social de la Diócesis de Málaga, Juan Manuel Ortíz Palomo. Él reconoce que estas semanas «son una realidad tradicional en la Iglesia en España, y de la que nuestra diócesis se ha sentido muy cerca desde la época del cardenal Herrera Oria. En esta ocasión, miramos al tema del diálogo como camino de la Iglesia, en el que nos vemos reflejados todos los interesados en que el bien común sea el motor de la vida de nuestros pueblos y ciudades».

Santos apunta que, en este empuje a la sinodalidad y a la misión que se está dando dentro de la Iglesia, un espacio de diálogo como este tiene un lugar fundamental. El proceso parte de un documento preparado por el área de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, y que se trabaja en grupos amplios y diversos. Las reuniones en Málaga en el año 2024 se han celebrado los días 6 de abril y 11 de mayo. «Es fundamental el trabajo que se haga en las diócesis, generar un espacio para reflexionar sobre el tema. Después de ese proceso de trabajo, en el que también intervienen personas de fuera de la Iglesia católica, se lleva lo vivido al cierre de las Semanas Sociales, que será en Valladolid en noviembre de este año».

Ver este artículo en la web de la diócesis

Semblanza del sacerdote Juan Ruiz Villanueva

0

Semblanza del sacerdote Juan Ruiz Villanueva leída en su misa corpore insepulto por su compañero Antonio Aguilera.

Ayer, fiesta de San Juan de Ávila, el “Apóstol de Andalucía”, el patrono del clero español: qué gran sacerdote y qué gran santo Juan de Ávila en aquellos años de comienzos del siglo XVI.

El pasado jueves, día 9, en nuestra convivencia de sacerdotes de la diócesis, cantábamos el himno del santo patrón y en él decíamos: “Tu afán, predicar a Cristo / tu amor, la iglesia y las almas / de Pablo el fuego divino / prendido va en tus palabras”.

Y hoy podemos decir: ¡qué bien se corresponden estas palabras con la vida de nuestro hermano Juan Ruiz Villanueva! También sacerdote cabal, él ahora en nuestro tiempo y él tan querido por todos nosotros y tan entregado siempre a predicar a Cristo, a servir a la Iglesia, y a amar a la gente porque en él también estaba el mismo fuego divino que arde en el corazón del apóstol.

Raíces

Juan nació en Cortes de la Frontera en julio de 1940, con 83 años largos ha pasado a vivir definitivamente con el Padre Dios. 

Su infancia, la de un niño normal en una familia humilde de pueblo en aquellos años de la posguerra; María Dolores y Andrés (él de profesión, recovero) tuvieron tres hijos: Ana, Andrés y Juan. Juan, el pequeño, por insistencia de su madre, comenzó a ser monaguillo en su parroquia. Al poco tiempo, el párroco le vio cualidades para ir al Seminario y allá le proponía ir.

Dinero en la familia no había, pero felizmente el médico del pueblo decidió cubrir los gastos que la pensión en el Seminario conllevaba. Y Juan entró en nuestro Seminario, teniendo 11 años.

Vida normal de seminarista varios cursos… Hasta que una enfermedad importante lo tuvo en cama durante largos meses. Tanto que el médico del Seminario veía muy difícil la recuperación. Recuperación que, casi milagrosamente, sí se produjo. Y Juan pudo continuar sus estudios.

Fue ordenado de diácono en 1967, y de sacerdote el 2-julio-1968: casi 56 años lo hemos tenido como tal, celebrando la Eucaristía y sirviendo con toda generosidad y dedicación a las personas que el Señor ha puesto en su camino.

Misión pastoral

Un primer curso, como Diácono en la parroquia de San José Obrero, en la barriada de Carranque. Y luego:

De 1968 a 1984, en la Axarquía

 Sacerdote en las parroquias de 

  • Benagalbón y Moclinejo: 1968-1972, disfrutando y haciendo disfrutar la renovación del concilio Vaticano II, creando Cáritas, grupos…
  • En Vélez, parroquia de Santa María de la Encarnación: 1972-1975.
  • En Benamocarra e Iznate: 1975-1978.
  • En Periana, Mondrón, Los Marines y Alcaucín: 1975-1984.

En todas ellas desviviéndose como buen párroco, siempre en su parroquia y con una atención especial a los más pobres y a los enfermos, dos sensibilidades que Juan supo vivir de manera ejemplar.

Su casa en Vélez en aquellos años era el lugar de encuentro de un buen número de sacerdotes de la comarca que semanalmente se reunían para rezar juntos, programar y revisar la pastoral, revisar su vida y compartir lo que eran y los bienes que tenían (había “bolsa común”: Juan durante años fue el administrador del grupo, y qué atento estaba a lo que cada cual debía recibir, según las necesidades: tú necesitas más… tú debes recibir menos…).

Y en su casa, primero en Benagalbón y luego en Vélez, su madre con él, ya viuda: madre e hijo, disponibles siempre para todos y servidores de todos; y con una austeridad ejemplar ambos.

De octubre de 1984 hasta ayer, en Málaga

Párroco en Ntra. Sra. de la Flores y parroquia de Los Gámez (1984-1993), en San Juan de Dios (1993-1997), en Ntra. Sra. de las Angustias (1997-2003); vicario parroquial en San Pedro (2003-2011); capellán en el hospital Gálvez, hasta hace un par de meses; y por fin, residente en el Buen Samaritano, a cuyo personal damos las gracias por su estupenda atención para con él. 

En estos años en Málaga, a la vez, tuvo la responsabilidad de Arcipreste en varias ocasiones; y Delegado Diocesano de Cáritas (1987-1993), donde, con su buen hacer y su trabajo incesante e intenso, se realizó una labor formidable: entre otras cosas, en estos años él impulsó las residencias de Colichet para enfermos de Sida y la del Buen Samaritano, que ambas instituciones qué buen servicio prestan.

Y, en definitiva, hoy damos muchas gracias a Dios

Sí, muchas gracias a Dios damos por Juan:

  • Por su fidelidad sacerdotal, tan bien cuidada siempre.
  • Por su extrema sensibilidad para con los pobres, en cada persona y en Cáritas, en concreto, donde tan buen trabajo impulsó e hizo.
  • Por su atenta y continuada atención a los enfermos: las visitas, el llevarles la comunión, el estar atento y cercano a sus familias…
  • Por la preparación de sus homilías: siempre sencillas, evangélicas y de gran sentido común.
  • Por su austeridad tan bien llevada y tan cuidadosa hasta en los más simples detalles.
  • Por lo buen consejero que ha sido con quienes, por una razón u otra, le hemos pedido ayuda cuando necesitábamos la luz de un hombre de paz y de un hombre de Dios.

Sí, gracias, Señor, por la vida de nuestro hermano Juan Ruiz, en quien tan bien se realiza, como decía al inicio, lo de san Juan de Ávila: “Tu afán, predicar a Cristo / tu amor, la iglesia y las almas / de Pablo el fuego divino / prendido va en tus palabras”.

Y gracias a familiares (hermano y sobrinos), a personas amigas y a compañeros que le habéis dedicado vuestro cariño, vuestra cercanía y vuestro tiempo cuando él lo ha necesitado.

Y… con el Señor lo tenemos. Y seguro que con un gran abrazo ayer a los compañeros que ya le precedieron. ¡Qué buena gente tenemos arriba! ¡Que intercedan por nosotros!

Ver este artículo en la web de la diócesis

En imágenes, la peregrinación a Face Retama por San Torcuato

0

En imágenes, la peregrinación a Face Retama por San Torcuato

Ha tenido lugar en la tarde del sábado 11 de mayo. Muchos peregrinos subieron a Face Retama andando, desde el Arco de San Torcuato, donde estaban convocados.

 

Una vez en el santuario de Face Retama, Mons. Francisco Jesús Orozco, obispo de Guadix, presidió la celebración de la Eucaristía. Después, se inició la procesión de las antorchas con la imagen de San Torcuato, Patrón de Guadix y de toda la diócesis, cuya fiesta litúrgica será el 15 de mayo.

Fotos: Encarnación Molero

Ver este artículo en la web de la diócesis

Peregrinación, antorchas y Misa en Face Retama, por San Torcuato

0

Peregrinación, antorchas y Misa en Face Retama, por San Torcuato

 

Un año más se ha celebrado la tradicional peregrinación a Face Retama en los días previos a la fiesta de San Torcuato. Este año ha sido en la tarde-noche del sábado 11 de mayo. Un grupo de peregrinos se ha dado cita en Face Retama para celebrar a San Torcuato, con Misa, presidida por el obispo D. Francisco Jesús Orozco, y procesión por aquellos parajes

 

La cita era a primeras horas de la tarde. Los que querían hacer la peregrinación andando estaba convocados en el Arco de San Torcuato, a las 5 de la tarde, para iniciar la marcha todos juntos. Y hubo un buen grupo que quiso ir así, a pesar del calor. Otros fueron en coche hasta el lugar del martirio de San Torcuato, según la tradición.

Ya en Face Retama, hubo tiempo para reponer fuerzas y refrescarse, antes de participar en la Misa. A las nueve se inició la celebración, en el santuario de Face Retama, presidida por el obispo y concelebrada por sacerdotes de la ciudad.

Tras la Misa, ya de noche, se inició la procesión por el entorno de Face Retama, con las antorchas que la hacen tan singular.

Y al terminar, todos iniciaron el camino de vuelta.

Se trata de uno de los momentos importantes en la devoción de la ciudad accitana: en los días previos a San Torcuato, se peregrina a Face Retama. Pero no solo acuden los de Guadix. También suben de Benalúa y de Fonelas. Sobre todo, los cateros, los antiguos habitantes de estos parajes, vuelven a sus orígenes cuando se acerca el 15 de mayo, fiesta de San Torcuato.

La Hermandad de san Torcuato, el Cabildo y el ayuntamiento accitano han hecho posible, un año más, que la tradición de peregrinar a Face Retama se mantenga. Ya van muchos siglos, y los que vendrán.

Antonio Gómez

Delegado diocesano de MCS. Guadix

 

Ver este artículo en la web de la diócesis

Enviados a anunciar el Evangelio por todo el mundo

0

El obispo de Córdoba presidió la eucaristía de envío de una veintena de personas que vivirán este verano una experiencia misionera

Coincidiendo con la solemnidad de la Ascensión del Señor, este domingo, 12 de mayo, ha tenido lugar en la Santa Iglesia Catedral, durante la Eucaristía de las 12, el envío de sacerdotes y laicos que este verano realizarán una experiencia misionera.

El obispo de Córdoba los ha enviado a compartir la alegría del Evangelio en otros lugares de la tierra. En su homilía, ha animado a los misioneros a llevar a Jesucristo crucificado por el mundo, porque “los misioneros son los mejores embajadores de la Iglesia, son los que están en las catástrofes, en los acontecimientos imprevistos y en donde hay necesidades atendiendo a la gente día y noche”. “El anuncio de Jesucristo hace brotar la fe y crecerla en tantos hombres y mujeres que han recibido el mensaje del Evangelio”, ha afirmado.

Monseñor Demetrio Fernández ha explicado que aunque a veces uno piensa que para ser misionero tiene que tener unas cualidades o preparaciones, “no es así, hay que tener mucho amor por Jesucristo”.

El prelado ha continuado su homilía dirigiéndose a los jóvenes de Montilla que viajarán a Picota, en Perú, este verano recordándoles la historia de San Francisco Solano, quien hace 600 años escuchó el mandato misionero, “Id y anunciad el Evangelio”, y puso su vida al servicio de este mandato. “Él es patrono de las misiones y un ejemplo de cómo la Palabra de Dios puede poner a uno en camino para cumplirla”, ha subrayado. Asimismo, se ha dirigido al sacerdote Borja Redondo, Delegado para el Clero, quien será enviado para unos cuantos años a vivir una experiencia misionera en Picota, “a gastar su vida sacerdotal por la misión diocesana”.

Todos ellos han recibido la cruz de Cristo de manos del Obispo, quien les ha instado a tener a Jesús como “lo único imprescindible”. “Id en nombre de Jesús a anunciar el Evangelio a aquella gente que nos enseña más de lo que nosotros creemos”, ha concluido encomendándoles a María Santísima, como Madre y estrella de la evangelización.

Una veintena de misioneros

Estos misioneros enviados lo forman un grupo de veinte personas. Desde Montilla, trece jóvenes viajarán a Picota y dos laicas pertenecientes a la parroquia de San Nicolás de la Villa irán a la misión de Shamboyacu, del 25 de julio al 24 de agosto. Además, un grupo de cinco jóvenes integrados en el grupo «Suf-Cristo Rey», se distribuirán en la misión de Picota y en las misiones de Paraguay y Argentina, del 29 de julio al 12 de agosto. Igualmente, será enviado a la misión de Picota el sacerdote Borja Redondo.













































































La entrada Enviados a anunciar el Evangelio por todo el mundo apareció primero en Diócesis de Córdoba. Ver este artículo en la web de la diócesis

La Iglesia de Jaén celebrará, el próximo miércoles, a su patrón, San Eufrasio

0

El próximo miércoles, 15 de mayo, la Diócesis de Jaén celebra la fiesta su patrón, San Eufrasio, el primer Obispo de la Iglesia jiennense.

El Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, celebrará una Eucaristía en la Catedral, a las 9 horas, acompañado por miembros del Cabildo Catedral.

Desde la Diócesis se anima a la participación de los fieles en la fiesta que honra la memoria del varón apostólico que trajo la fe a Jaén, en el año 44 del siglo I, y que murió martirizado en Iliturgi, en el año 57, según la tradición. 

San Eufrasio es considerado uno de los siete varones apostólicos, enviados por los apóstoles a evangelizar el sureste de España, junto con Torcuato, Tesifonte, Indalecio, Segundo, Cecilio e Isicio. Ante la invasión árabe y para evitar su profanación, sus restos fueron trasladados a Galicia, encontrándose en la iglesia parroquial de Santa María de Mao, en la provincia de Lugo.  En 1597, y a petición del por entonces Obispo de Jaén, Don Sancho Dávila y Toledo, fue declarado patrón de la Diócesis de Jaén por el Papa Clemente VII.

The post La Iglesia de Jaén celebrará, el próximo miércoles, a su patrón, San Eufrasio first appeared on Diócesis de Jaén.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Enlaces de interés