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Palabras del nuevo Obispo de Tenerife en la Misa de Ordenación

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Palabras del Obispo

a la conclusión de la Misa de Ordenación

Santa Iglesia Catedral de San Cristóbal de La Laguna jueves, 1 de mayo de 2025

 

Dice la Sagrada Escritura, que cuando el Señor se apareció en sueños a Salomón al inicio de su reinado y le dijo: «pídeme lo que deseas que te dé», el joven rey, consciente de ser un muchacho joven y no saber por dónde empezar o terminar, le pidió tan solo:

«un corazón atento para juzgar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal» (1Re 3,9a); a lo que accedió el Señor diciendo: «Te concedo, pues, un corazón sabio e inteligente» (1Re 3,12b).

 

En este día en que he sido ordenado obispo, recibiendo la plenitud del sacramento del orden por la imposición de manos y la oración de consagración, y que, mediante la toma de posesión canónica, doy inicio al ministerio episcopal como padre y pastor al frente de esta Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, en la que ha querido ponerme Dios por pura generosidad de su gracia –como rezábamos con la oración colecta de esta Misa– hago mía la petición del joven Salomón deseando que el Señor me conceda un corazón sabio e inteligente.

 

Así, pues, al «Dios de los padres y Señor de la misericordia» le pido que me ilumine con el don de la sabiduría «para que me asista en mis trabajos y venga yo a saber lo que le es grato. Porque ella conoce y entiende todas las cosas y me guiará prudentemente en mis obras y me guardará en su esplendor» (Cf. Sab 9, 1. 10-11).

Un corazón sabio e inteligente para que me permita hacer vida lo que he prometido en esta celebración.

1.- Ante todo, un corazón sabio e inteligente para anunciar con fidelidad y constancia el Evangelio de Jesucristo. Esta es la principal función del obispo y, por tanto, ha de ser la mía: ser anunciador de la fe, conducir nuevos discípulos a Cristo, promover y favorecer el encuentro con el Señor Jesús que cambia nuestras vidas, que no deja a nadie indiferente. Pienso en las personas de nuestro pueblo, niños y jóvenes, en particular, que no han conocido a Jesucristo, el Hijo de Dios, como Salvador, como aquel que por amor a nosotros entregó su vida, que pasó por el mundo haciendo el bien porque Dios estaba con Él, que nos enseñó el mandamiento de amar a Dios y al prójimo. Pero también pienso en aquellos hermanos nuestros bautizados que no han tenido aún el gozo de haberse encontrado personalmente con el Señor y haber experimentado la alegría de la fe y, quizás por eso, no acaban de vivir plenamente la fe. Hombres y mujeres buenos, con un sentimiento religioso difuso, que mantienen algunas prácticas religiosas recibidas en el seno de la familia o de la tradición popular de nuestro pueblo, pero que no han dado el paso hacia una fe madura y convencida, que nace y se alimenta del gozoso encuentro con Cristo.

La razón de nuestro existir como Iglesia, de nuestra misión, es justamente ellos, pues la evangelización es la vocación propia de la Iglesia, como recordaba el papa san

 

Pablo VI: «Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa Misa, memorial de su muerte y resurrección gloriosa» (EN, 14). Como comunidad de discípulos participamos de la misión del Maestro Jesús, el Ungido enviado para evangelizar a los pobres; misión que Él confió a los Apóstoles antes de subir al cielo: «vayan, pues, y hagan discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado» (Mt 28, 19-20). Y en este encargo de enseñar, de ser maestros, también el obispo está llamado a ser doctor auténtico y a conservar íntegro y puro el depósito de la fe.

Pero no hemos de olvidar, queridos hermanos y hermanas, lo que nos decía el recordado Papa Francisco al inicio de su pontificado en la exhortación La alegría del Evangelio: «La Iglesia no evangeliza si no se deja continuamente evangelizar. Es indispensable que la Palabra de Dios “sea cada vez más el corazón de toda actividad eclesial” (Benedicto XVI, Verbum domini, 1). La Palabra de Dios escuchada y celebrada, sobre todo en la Eucaristía, alimenta y refuerza interiormente a los cristianos y los vuelve capaces de un auténtico testimonio evangélico en la vida cotidiana» (EG, 174). Por esta razón para ser evangelizadores con espíritu hemos de ser primero oyentes, antes de anunciadores. Oír la Palabra con un corazón disponible como el de María, deseando acoger la Palabra para hacerla vida en nosotros.

2.- También pido al Señor un corazón sabio e inteligente para poder llevar adelante la misión de edificar la Iglesia, Cuerpo de Cristo, siendo, en cuanto obispo, principio y fundamento visible de unidad en el seno de esta Iglesia particular, de esta Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, incluso en mi pobreza y debilidad, y viviendo una comunión afectiva y efectiva con la Iglesia Universal bajo el Sucesor de Pedro, que, en su solicitud por todas las iglesias, nos preside en la fe y en la caridad. Al inicio de este nuevo milenio, tras el año jubilar 2000, el papa san Juan Pablo II pedía «hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros –decía el Pontífice– en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las profundas esperanzas del mundo» (NMI, 43).

 

Un cuarto de siglo después sigue siendo actual esta exhortación. Hemos de seguir colaborando con la acción del Espíritu Santo para vivir el don de la unidad y de la comunión en la Iglesia, en su rica variedad de carismas y ministerios, dentro de una legítima diversidad. Ello requiere hacer vida las palabras que san Pablo dirigía a los efesios: «sean humildes y amables, sean comprensivos, sobrellévense mutuamente con amor, esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz […] Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos» (Ef 4,2-3.5-6). Viviendo de esta manera ciertamente haremos realidad el deseo de nuestro querido Papa Francisco expresado en la JMJ de Lisboa en 2023, y tantas veces repetido: «en la Iglesia hay espacio para todos, para todos. En la Iglesia ninguno sobra, ningún está a más, hay espacio para todos. Así como somos. Todos» (Homilía del 03.08.2023).

 

La última Asamblea General del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad también nos lo ha recordado invitándonos a ser una iglesia más sinodal, donde caminemos juntos, donde vivamos cada uno, con su vocación particular, nuestro compromiso bautismal sintiéndonos corresponsables y participando activamente de la vida de la iglesia y de su misión, tanto dentro de la comunidad cristiana como en la sociedad. Y aquí encuentra su vocación peculiar los laicos, esa inmensa mayoría en la Iglesia, que debido al carácter secular que le es propio y peculiar, como afirma el Concilio Vaticano II (Lumen Gentium, 31), están llamados a hacer presente el Reino de Dios en la familia y en la sociedad, en los ambientes profesionales, económicos, culturales, de la política… siendo fermento en la masa, semilla del Reino que, aun de forma discreta y no siempre perceptiblemente, está presente y va creciendo con la fuerza del Espíritu del Resucitado.

Esta Diócesis nivariense, nuestra querida diócesis de la que nos sentimos orgullosos, y que hoy se manifiesta viva en esta festiva celebración, hemos de hacer una clara opción por una Iglesia sinodal desde la comunión, participación y misión, como se lee en el mismo título del documento final. En efecto, «caminando en estilo sinodal, en el entrelazamiento de nuestras vocaciones, carismas y ministerios, y saliendo al encuentro de todos para llevar la alegría del Evangelio, podremos vivir la comunión que salva: con Dios, con toda la humanidad y con toda la creación» (Documento final, 154).

3.- Pido, también, un corazón sabio e inteligente para ser bondadoso y comprensivo con los pobres, con los inmigrantes, con todos los necesitados, como prometía en esta celebración. Son tantas las categorías de personas necesitadas en nuestra sociedad actual, incluso en nuestra sociedad canaria en el marco español y europeo. Pienso en las personas empobrecidas y las vulnerables, en las que encuentran dificultades para llegar a fin de mes, en los que viven en nuestras calles sin hogar, en quienes acuden a nuestras Cáritas, parroquiales y diocesana; en las personas explotadas laboralmente, trabajando en condiciones precarias y no con un trabajo decente en unas condiciones dignas (¡cómo no recordarlos a ellos especialmente en este día, haciendo memoria de San José obrero, aquel que con el sudor de su frente ganó el pan para alimentar y mantener a Jesús y María, la Sagrada Familia de Nazaret!); pienso en los que no encuentran una vivienda digna de ese nombre o no pueden permitírsela por los elevados costes; pienso en los hombres y mujeres, niños y jóvenes, que son víctimas de la trata de personas para explotación laboral o sexual, lacra de esta humanidad; pienso en quienes han sido víctimas de violencia y de abuso, en el seno de las familias o de instituciones, también de la Iglesia; en las personas mayores o enfermas incurables, que no incuidables, que se sienten solas o abandonadas por esta cultura del descarte; pienso en los enfermos que no encuentran la debida atención médica; en los jóvenes que encuentran dificultad para crear una familia; en los jóvenes que miran con incertidumbre y pesimismo el futuro; en quienes han perdido la esperanza y las ganas de vivir; en los inmigrantes que llegan a nuestra tierra canaria, tierra de emigrantes en siglos pasados, y ahora llamada a acoger e integrar a tantos migrados que llegan desde Latinoamérica, enriqueciendo nuestras comunidades cristianas, o desde el continente africano mediante cayucos y pateras atravesando la mortífera ruta atlántica.

 

Que el Señor me conceda un corazón bondadoso y comprensivo para poder ofrecerles a Jesucristo, nuestra esperanza, esperanza que no defrauda, como recordamos en este año jubilar. Que como obispo, y en colaboración con otras instituciones públicas o privadas, podamos seguir trabajando por ellos, los preferidos del Señor y de su Iglesia. Que nuestra Diócesis nivariense siga estando ahí junto al hermano herido al borde del camino como Iglesia samaritana, una Iglesia hospital de campaña siempre dispuesta a servir y a sanar heridas.

 

4.- Por último, pero no por ello menos importante, pido al Señor en este día un corazón sabio e inteligente para cuidar al Pueblo de Dios que me ha sido confiado, a esta porción del pueblo santo de Dios que peregrina en las islas de La Gomera, El Hierro, La Palma y Que sepa ser imagen de Aquel que no vino a ser servido, sino a servir recordando la gran lección que nos dio el Maestro en la noche antes de su pasión. Que en el ministerio episcopal que hoy comienzo sepa ser reflejo del Buen Pastor, Jesucristo, el Señor, que conoce sus ovejas, las ama y da su vida por ella; un pastor que va delante, en medio y detrás de su pueblo, como nos recordaba el Papa Francisco. Un corazón sabio e inteligente para cuidar de los presbíteros, colaboradores del ministerio episcopal, siendo para ellos padre, hermano y amigo; para fomentar las vocaciones sacerdotales y, como primer responsable de la formación sacerdotal, cuidar del Seminario, corazón de la Diócesis; para apreciar y estimar el ministerio de los diáconos, llamados al servicio en la Iglesia. Un corazón sabio e inteligente para valorar la riqueza de la vida consagrada, hombres y mujeres que se esfuerzan por seguir con más libertad a Cristo por la práctica de los consejos evangélicos, en la variedad de sus carismas considerándolos un don divino y apreciando su fuerza misionera y evangelizadora. Un corazón sabio e inteligente para despertar en los fieles laicos, que son la inmensa mayoría de los bautizados, el sentido de su vocación cristiana y de su plena pertenencia a la Iglesia de manera que sean conscientes de su misión eclesial y así la puedan realizar con sentido de responsabilidad desde la secularidad que le es propia. Que sepa, por tanto, cuidar del pueblo santo de Dios a mi pobre persona confiado orando también por Él, pues como dice la Escritura: «Este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por el pueblo» (2Mac 15,14).

Saludo con afecto y agradezco en esta mañana la presencia de todos ustedes que han participado de esta celebración, tanto en el interior de esta Santa Iglesia Catedral como en sus alrededores o a través de los medios de comunicación social en particular gracias a la Televisión Canaria, 13 TV y a COPE Canarias.

 

A mi querida familia; a los amigos venidos de cerca y de lejos; al Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Bernardito Auza, ordenante principal; a los Sres. Arzobispos y Obispos; a los sacerdotes, diáconos y seminaristas de nuestra diócesis nivariense y de la diócesis hermana canariense; a las personas de vida consagrada representando las congregaciones e institutos presentes en esta Iglesia particular; a los miembros de los consejos diocesanos, de las delegaciones y de las parroquias; a los representantes de las otras Iglesias y comunidades eclesiales; a las autoridades civiles, militares, judiciales y académicas aquí presentes, que nos han querido acompañar, en particular al Sr. Presidente del Gobierno de Canarias y al Sr. Alcalde de San Cristóbal de La Laguna, esta hermosa ciudad, patrimonio de la humanidad, que nos acoge y que ha colaborado activamente en la preparación de esta celebración, en coordinación con las

 

fuerzas de seguridad pública y tantos voluntarios de la diócesis, que con gran esmero han hecho posible esta celebración.

Antes de concluir deseo reconocer y agradecer la labor realizada tanto por mi predecesor en esta Sede nivariense, D. Bernardo Álvarez Afonso, como por quien en estos últimos meses ha estado al cargo de la misma como Administrador diocesano, D. Antonio Manuel Pérez Morales. Gracias de corazón y que el Señor les premie sus desvelos y el cariño con el que han realizado esta misión que les fue confiada.

 

En definitiva, gracias a todos, por la acogida y muestras de cariño recibidas desde mi nombramiento, pero, sobre todo, sean dadas gracias al Padre por su Hijo Jesucristo que nos ha enviado el Espíritu Santo enriqueciéndonos con la diversidad de carismas y ministerios, vividos en la unidad de la fe. Y gracias a la Iglesia, a nuestro querido y recordado Papa Francisco, por haber confiado en mí para este ministerio. Que el Buen Pastor haya concedido la corona de gloria que no se marchita a nuestro amado Papa Francisco y que el Espíritu Santo ilumine a quienes tienen la responsabilidad de elegir al nuevo Sucesor de Pedro, que nos presida en la fe y en la caridad.

A todos, a cuyas oraciones me sigo encomendando, muchas gracias y que el Señor les bendiga.

Homilía en el funeral por el papa Francisco

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Querida Comunidad,

Cuando salía el féretro del Papa de la Basílica de San Pedro creí que me iba a echar a llorar, pero me acordé las veces que he estado con él en su apartamento y nos reíamos de los golpes de gracia que tenía. Yo también intentaba que se riese pues me suponía que ya tenía bastantes preocupaciones.

Un día le pregunté que cómo aguantaba tantas críticas e insultos. El humor nos salva, me dijo. La gente que va como vendiendo vinagre por el mundo no nos puede ni debe amargar la vida. Las personas de fe reparten alegría, porque tienen esperanza. Los que se piensan ilustrados porque creen saberlo todo, pero son incapaces de misericordia y empatía están perdiendo la vida.

Escucharle era una experiencia de paz intensa. A lo largo de la conversación iba como desbrozando de malas hierbas, espinas y piedras las páginas del Evangelio. Sonaba todo a nuevo. Porque la tradición es viva, crece y se complementa con novedades necesarias. Su sencillez era profunda, de verdades eternas. Se gozaba en su presencia.

Sabía que estábamos en un mundo convulso, de enfrentamientos, en un profundo cambio, quizás más intenso y rápido que el de la Edad Media, el del Renacimiento o el de la Revolución Industrial. Y la iglesia no podía mirar a otro lado, ni estar en la retaguardia esperando a que sucedieran los acontecimientos, debía de ser ese hospital de campaña que diese respuestas, sobre todo, a los más pobres y necesitados. Aquellos que no tienen donde agarrarse. Son nuestros hermanos. La Iglesia ha de estar en la vanguardia, en primera línea de fuego. Y no replegada sobre sí misma, enquistada, en huida. La Iglesia está en salida, por los caminos del mundo, samaritana, acogiendo al desvalido. El buen samaritano no le preguntó quién era, qué religión profesaba, cómo vivía… le miró y se conmovió.

No olvides nunca a los pobres. Las tentaciones de poder, de gloria, de soberbia, de enriquecimiento… son las mismas que ya Cristo rechazó en el desierto. El boato, la vanidad, no sirven para nada, aleja a los pobres y engaña a los sencillos. Los pobres nos hacen volver al buen camino, a Cristo que no tenía donde reclinar la cabeza. Pero esto se nos olvida muchas veces.

Por eso el discernimiento no es una invención de última hora, es la necesidad de preguntar, escuchar y dialogar, y estos verbos en plural, porque, si no, nos engañamos a nosotros mismos. Peregrinamos juntos, juntos hacemos el camino. No es tiempo de descartes sino de acoger a todos, sin miedo, porque la Iglesia sale ganando. Incluso después de un profundo y diverso diálogo me puedo equivocar o que las cosas no han salido como estaban previstas. Pero no ha sido una decisión individualista, sino que el diálogo en el Espíritu no puede equivocarse. Seguro que son las trabas, tan humanas, que ponemos todos, las que hace que fracasen.

Claro, que después, vendrán los profetas de malos augurios que se creen en la verdad, con mayúsculas, pero que sus vidas no corresponden con lo que predican, y se les conoce muy pronto, pues su soberbia manifiesta lo que son. Hay demasiadas palabras y muy pocos hechos. Son como los doctores de la ley que nos cargan con pesados fardos, pero ellos no viven.

Sabemos que el Papa Francisco dedicaba a la oración dos horas diarias. Un día le dije que yo me aburriría, a veces me cuesta tan solo media hora, porque me despisto pensando en las cosas que tengo que hacer. Se echó a reír de nuevo. Me miró con ternura (como diciendo, pobrecillo) y me dijo: no es cuestión de decir palabras. Es cuestión de escuchar. Prueba una hora diaria y olvídate de todo, saldrás ganando.

Nos ha quedado en los oídos su grito: en la Iglesia cabemos todos, todos, todos. Una reiteración como cuando decimos por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Como cuando aclamamos a Dios santo, santo, santo. es la plenitud. Pero algunos dirán: a mí este o estas personas no me gustan son pecadoras, son herejes, son impuras, o simplemente me caen mal, cómo van a estar a mi lado. Luego viene la soberbia: yo que soy un servidor fiel, escrupuloso en la verdad, que no te he fallado en nada y viene ese hijo tuyo y le haces una fiesta. Y las críticas, miradle, se rodea de prostitutas y come con pecadores.

En fin. La historia se repite. ¡Qué pena! Cuándo aprenderemos.

Cuando terminó la celebración y regresaron el féretro a San Pedro, para llevarle desde allí a su sepultura, hubo un movimiento del grupo de los obispos para acercarnos, logré adelantar por un lateral y ponerme en primera fila y al verle pasar a hombros de los gentilhombres, entonces le susurré el nombre de algunas personas que me pidieron le dijera, cuando estuviera cerca de él, ¡cuánto le querían!… y ya, con las lágrimas en los ojos, le dije: mi querido Papa Francisco, gracias por todo lo que has querido a nuestra Iglesia de Almería. ¡Ánimo y adelante!

Almería, martes 29 de abril de 2025, Catedral 20:00 horas.

+ Antonio Gómez Cantero

“¿Qué haces?”: dando vida

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Para la exposición “Símbolo: Luz de Nicea”los residentes de la Casa Familiar de San Francisco han construido la “Maqueta del Buen Samaritano” en art brut,  que rige fuera  de las coordenadas artísticas convencionales y es obra de personas sin formación artística y a menudo en aislamiento social

La Maqueta del Buen Samaritano es una creación surgida de las manos de los residentes de la Casa Familiar San Francisco. Los religiosos que dan vida a este hogar profesan junto al voto de castidad, pobreza y obediencia, un cuarto voto: asistir a los enfermos incurables y a los más necesitados y ofrecerles la seguridad y el calor de una familia. Es así como son conscientes de estar asistiendo a Dios mismo encarnado en la necesidad de cada persona.

Para la exposición “Símbolo: Luz de Nicea” han sido llamados a construir la “Maqueta del Buen Samaritano” y hacerlo a través del art brut conocido también como “arte marginal” que rige fuera  de las coordenadas artísticas convencionales y es obra de personas sin formación artística y a menudo en aislamiento social. Otro signo es la “Cruz del inmigrante “elaborada de la madera de una patera presente en la exposición.

Esta obra nos interroga con la fuerza de una libertad creativa que no conoce ataduras: ¿Cómo contemplamos el dolor ajeno?¿Mantenemos la mirada firme ante el que sufre?

El Hno. Franciscano de la Cruz Blanca, Jahir Álvarez Falón  nos conduce por el camino oscuro que encuentra la luz al saber que no es posible vivir amando y ser indiferente al dolor. Durante la construcción de la maqueta una pregunta a uno de los residentes de respuesta rotunda todavía resuena en el hermano Jahir, “¿Qué haces?”: dando vida, contestó.

-¿Cómo recibió el encargo para la Exposición y Congreso con motivo del 1.700 aniversario del Concilio de Nicea en Córdoba?

Primero quiero agradecer al Sr obispo Demetrio, por la invitación a nuestro Instituto de Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca y el reconocimiento de nuestra presencia en la Iglesia de Córdoba, la verdad me impactó esta propuesta cuando se dirigió Don Patricio a contarnos esta iniciativa, creo que la iglesia diocesana está hablando al unísono  con el papa Francisco en la sinodalidad, y para muestra la importancia de recordar el Concilio de Nicea que es un hecho que nos permite  vivir en clave de unidad y ecumenismo para reflexionar de manera renovada sobre la profesión de fe cristológica”.

Las palabras que venían de nuestro Pastor diocesano extendiendo la invitación nos llenaron de alegría, pero también temor porque no tenemos esos dotes de mostrar lo que hacemos, más bien lo nuestro es un carisma silencioso, que se trabaja lo menos ruidoso, algo que refleja la espiritualidad Franciscana. Recuerdo que lo conversamos con nuestro Superior General. Hno. Luis Miguel Martell y nos motivó para apoyar esta tarea que nos solicitaban, y allí suscitaron tres palabras que son escuchar, acoger y ponernos en marcha.

Son más de cuarenta años que los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca llevamos de presencia en Córdoba y como toda obra en sus comienzos hemos vivido crisis, luces y esperanza, pero en especial lo que se destaca y billa con luz propia es el hecho de más de cuarenta años trasformando realidades en el contexto social, porque eso es lo que somos y hacemos en esta parcela de la Iglesia.

-En torno a la parábola del Buen Samaritano, ¿qué signos aparecen en el encargo que le ha hecho la organización de la exposición?

Esa era la gran pregunta, ¿qué signos podemos visibilizar?, después de poner a trabajar las neuronas e indagando, nos dijimos: no podemos mostrar lo que no es visible, pero si lo visible y que más visible que el trabajo de nuestros acogidos, asistidos, residentes o usuarios como se les suele llamar en algunos sitios últimamente, ellos son los que viven en nuestra residencia y proyectos, ese es el signo que refleja esa parábola y con ellos en recreáremos esa parábola del “Buen Samaritano”, donde  aparecerá una maqueta elaborada por ellos, que expone en un lenguaje no verbal la reflexión de este texto, en acoger, acompañar y trasformar. Otro signo es la “Cruz del inmigrante “elaborada de la madera de una patera, otra de las realidades que llevamos trabajando dentro de la Fundación Cruz Blanca, la implicación con estas nuevas pobrezas son los inmigrantes que llegan a nuestro país, dejando todo y que ese Cristo desplazado y desnudo se convierte en esperanza. Por último, algo que es menos conocido por algunos es la imagen de nuestro fundador Hno. Isidoro Lezcano, que gracias a él podemos celebrar en este año el aniversario de los 50 años de congregación, con una sorpresa de recuerdos, podemos visibilizar este rostro que nos ha permitido impulsar nuestra misión.

-¿Qué pretenden sugerir con esta creación?

Más que pretender, se busca más bien generar espacios de sensibilización, es un trabajo en equipo, las manos que lo han elaborado son para mí un trabajo apreciado no porque lo hayan hecho personas con alguna discapacidad, porque para mí no existe barrera ni dificultad, ya que ellos han desarrollado mayores habilidades, creo que es el sentido es mostrar la unidad en medio de la diferencia y que junto somos más.

-¿Qué se ha querido representar a través de la creatividad de los residentes de la «Casa Familiar San Francisco de Asís»?

Como lo decía anteriormente, es un ejemplo que los chicos de la Casa Familiar se pongan con esta tarea titánica, para mí es muy valorada, no son artistas reconocidos de talla mundial, pero no cabe duda que en sus obras su mayor firma es su trabajo, es el amor y la entrega, la tenacidad y esmero por plasmar un mensaje que no es escondido para muchos, y que requieren en más espacios ser conocidos y en algunos escenarios aceptados.

-¿Cómo se preparó la obra y se ejecutó?  -¿Cuánto tiempo ha empleado en esta tarea y cuál ha sido su dinámica de trabajo?

Desde el año 2024 que nos han encomendado esta tarea, empezamos con esa ardua labor entre monitores, residentes y hermanos a trabajar, aproximadamente 9 meses en ello, algunos de los chicos me preguntan ¿cuándo terminamos; no es una pregunta por cansancio, sino más bien por querer que conozcan su trabajo, algunos son personas de fijaciones y algunos más fuertes que otros y quieren tener todo muy controlado y hasta acabado, pero con paciencia y dulzura  calmamos los ánimos y le decimos que llegará el momento en que sea descubierto, siempre les digo que esto es como un regalo que necesita ser descubierto para el público con delicadeza.

-¿Cómo concibe este encargo desde el punto de vista de los residentes?

Pues si lo vemos con la óptica del color terapéutico es maravilloso porque así interactúan entre ellos, plasman lo que llevan en su interior y es un medio para desarrollar sus destrezas, entre ellos hay sonrisas, cooperación y lo más importante pasión. Recuerdo una expresión de uno de ellos que lo observaba pintando alguna figura y le pregunté “¿qué haces?”, dando vida, fue su respuesta. Me generó admiración, no pensé que esa podía ser su respuesta porque le salió de forma espontánea y fuera de lo convencional que siempre estamos esperando, vida dan ellos con lo que toca y pintan.

-¿Qué significa para ustedes exponer una obra suya en la Mezquita Catedral de Córdoba?

Creo que la Mezquita catedral es un lugar histórico y de fe, donde conjugan el pluralismo cultural, humildemente pues no soy quién para estar allí, pero los artistas primordiales son nuestros residentes, ellos son los más importantes y se sentirán agradecidos que conozcan su trabajo.

El gran significado de esta exposición es visibilizar esa cruz descubierta de los corazones de nuestros residentes y personas de los proyectos que irradian la esperanza.

Quiero aprovechar para agradecer a vosotros por este apoyo y deciros que es necesario crear puentes donde lo desconocido pueda ver las posibilidades de encontrarnos.

 

 







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Evangelio del III Domingo de Pascua en Lengua de Signos Española (Ciclo C)

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Evangelio del III Domingo de Pascua en Lengua de Signos Española (Ciclo C)

Evangelio del III Domingo de Pascua en Lengua de Signos Española. (Jn 21, 1-19).

Signado por el director del Departamento de Pastoral del Sordo de la Archidiócesis de Sevilla, el sacerdote Gumersindo Melo.

Produce la Archidiócesis de Sevilla.

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El Obispo de Jaén aprueba el Protocolo de uso y mantenimiento de edificios diocesanos

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Con fecha, 1 de mayo, el Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez, ha rubricado y hecho público el Protocolo de uso y mantenimiento de edificios diocesanos en la diócesis De Jaén.

En el documento se pone de manifiesto “la notable cantidad de bienes temporales, de gran valor artístico e histórico, que la Iglesia del Santo Reino debe custodiar y velar por su mantenimiento”. Asimismo, se hace público que “la correcta conservación del patrimonio eclesiástico es una importante tarea para realizar por los administradores de la Iglesia con el fin de proteger los bienes temporales de la misma a ellos encomendados. No se trata simplemente de poseer, sino de poseer bien, conservando y mejorando lo existente”, evitando, de este modo, el progresivo deterioro que pueda sufrir el patrimonio inmueble, previniendo descuidos y abandonos, aunque fueren involuntarios, interesando contrarrestar la nociva influencia que contra el mismo produce el devenir del tiempo y las circunstancias ambientales adversas.

En el documento, también se da a conocer que después de haberlo estudiado en el Consejo Episcopal y presentado al Colegio de Arciprestes, el Obispo aprueba ese protocolo como medida para una correcta conservación del patrimonio eclesiástico encomendado a los administradores de la Iglesia de acuerdo con las normas canónicas y civiles.

Protocolo de uso y mantenimiento de edificios diocesanos

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Una de cada cuatro personas atendidas por el Programa de Empleo de Cáritas encontró un trabajo

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De las 276 personas que recibieron orientación laboral desde este organismo de la Iglesia de Jaén durante el pasado año, 68 consiguieron insertarse laboralmente con un contrato.

Una de cada cuatro personas atendidas por el Programa de Empleo de Cáritas Diocesana de Jaén durante el pasado año logró su inserción laboral con un contrato. Con motivo de la celebración del Día del Trabajo, festividad de San José Obrero, Cáritas hace balance de su labor en este ámbito. Así, durante el pasado año, fueron atendidas 276 personas, de las cuales 175 fueron mujeres y 101 hombres. Del total, 68 personas (47 mujeres y 21 hombres) consiguieron un contrato de trabajo. El responsable del Programa de Empleo, Antonio José Díaz, se muestra “muy satisfecho” con los resultados obtenidos.

Desde el Programa de Empleo de Cáritas se ofrecen tres líneas de acción: orientación, intermediación y formación. En el caso de la intermediación, el total de personas atendidas fue de 234 (154 mujeres y 80 hombres). Se impartieron 9 acciones formativas, de las que se beneficiaron 107 personas (76 mujeres y 31 hombres). A todo este ámbito se destinaron más de 282.000 euros, de los que 277.000 euros correspondieron a aportaciones de financiadores externos, como el Fondo Social Europeo, Inditex, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Derechos Sociales, estos dos últimos con cargo al 0,7% del IRPF.

Otra de las apuestas por el empleo realizadas desde Cáritas en la Diócesis de Jaén es la economía social, que se materializa a través de Recuperaciones Redoble, empresa de inserción de este organismo, dedicada al reciclaje de ropa y calzado. Según explica Antonio José Díaz, responsable de Empleo de Cáritas Jaén, los 12 puestos de inserción suponen una apuesta firme y decidida para dar una oportunidad laboral a personas con especiales dificultades para encontrar un puesto de trabajo.

Datos de Cáritas Española

Con el objetivo de ayudar a reducir la brecha laboral que sufre parte de la población, Cáritas Española acompañó el año pasado 65.484 personas en todo el país en la búsqueda de trabajo. Una de cada cinco personas que participó en algunos de nuestros programas e itinerarios logró reinsertarse en el mercado laboral.

Así lo refleja el informe de Economía Solidaria, que un año más da cuenta -con motivo del Día Internacional del Trabajo- de la actividad desarrollada por la Confederación en un contexto marcado por la precariedad laboral. Una de cada diez personas, a pesar de encontrarse trabajando, está en situación de exclusión social en nuestro país.

Cáritas Española dedicó el año pasado la cifra récord de 144,8 millones de euros a todas sus iniciativas de economía solidaria (programas de empleo, empresas de inserción, comercio justo). La suma es un 5,85 por ciento superior al año anterior (8 millones de euros más). De ese total, 35,9 millones fueron destinados a itinerarios de inserción sociolaboral, que incluyen orientación laboral, intermediación con empresas y formación y, más de 108 millones a economía social. La economía social, de la que Cáritas es una de sus grandes impulsoras, representa en España el 10 por ciento del PIB.

Las actividades de economía social impulsadas por Cáritas se dedican a sectores comprometidos con el cuidado del planeta como el reciclaje de textil y otros residuos, el aprovechamiento alimentario, la agricultura ecológica, logrando un triple impacto social, económico y ambiental. Estos proyectos generan 3.115 puestos de trabajo, de los cuales 2.564 fueron ocupados por personas en situación de exclusión en 2024.

Cáritas Diocesana de Jaén

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DOMINGO III DE PASCUA, por Manuel Pozo Oller

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El capítulo 21 que escucharemos en la celebración litúrgica del III domingo de Pascua es considerado como apéndice al evangelio joánico. El último verso del anterior capítulo 20, recoge en una síntesis apretada, a modo de “colofón”, que “Jesús realizó todavía, en presencia de sus discípulos, otras muchas señales que no están escritas en este libro” (v. 30). Con esta constatación, el texto evangélico podría darse por concluido. La pregunta que nos hacemos ante este añadido gira en torno a la intencionalidad del autor y las razones para insertar aquí la tercera aparición del Resucitado.

La respuesta la hallamos en la intención del autor sagrado en subrayar la presencia del Resucitado en medio de la comunidad de seguidores para continuar su misión y su obra hasta el fin de los tiempos. El capítulo en cuestión añade matices que la comunidad habrá de tener muy en cuenta en el encargo del anuncio de la buena nueva: Dios es el protagonista, es el sembrador/pescador, y los discípulos simples instrumentos en sus manos por lo que solo en su nombre hay “que echar las redes”; la tarea evangelizadora de una Iglesia en salida se va a encontrar con grandes hostilidades de parte del mundo con persecuciones y muerte de los discípulos; el fruto de la evangelización, como se simboliza en la pesca, solo corresponde a Dios que, no obstante, cuenta con nosotros y con nuestra libertad para “echar o no las redes”.

El pasaje insiste en la presencia del Resucitado en medio de la comunidad que no debe quedarse encerrada “dentro” de la casa (v. 26) sino que ha de salir y estar fuera (v. 3). Invito a mis amables lectores a recordar los procesos iniciados por el difunto Papa Francisco en orden a afianzar el misterio de la Iglesia profundizando en sinodalidad (Iglesia, quién eres, qué dices de ti misma) y, al tiempo, sirviendo como Iglesia hospital de campaña, en salida (Iglesia, cuál es su misión de servicio en el hoy de Dios). El Magisterio, no solo en la actualidad, sino constantemente, nos ha recordado este misterio de la Iglesia donde la comunión, si es evangélica, se torna comunidad abierta al mundo para servir.

La cuestión es que Jesús, a la vera del lago, se encuentra en esta tercera aparición con los suyos en plena brega y a pleno día. Él es el protagonista de este encuentro. Él es el anfitrión y, a diferencia de las apariciones anteriores, los discípulos son sus invitados. Él rompe el hielo y les pregunta directamente: “Muchachos, ¿no tenéis algo de comer?”. La respuesta es “no”. Un no que se pronuncia con tono desabrido y hosco. Es una respuesta malhumorada que evidencia el fracaso. Es un no que evoca el vacío, como se evidencia en el estado de sus redes. Pareciera que no era aquel el mejor momento para dialogar.

El pasaje precisa que habían pasado la noche bregando. El evangelista san Juan evoca esta imagen de ausencia de luz anteriormente en episodios de tanto desconcierto como lo fue cuando Judas salió para traicionar a Jesús amparándose en la oscuridad (13,30). Pues así estaban aquellos pescadores: desorientados, malhumorados, vacíos. Es la imagen de la noche infecunda, que nos lleva a pensar si en verdad, Pedro y sus acompañantes habían perdido a Jesús o se sintieron perdidos ellos mismos.

Este es el escenario de la conversación de corazón a corazón entre Jesús y Pedro. El desafío del Señor a Pedro es que madure. El cambio se produce cuando, sin mediar palabra, hace lo que el Señor le pide y en su nombre, y no por otras razones, echa la red. Así es como uno crece, aguantando, soportando, incluso cuando parece infructuoso nuestro esfuerzo. San Juan presenta el vacío de la ausencia del Señor y la alegría del encuentro con el Resucitado contraponiendo la imagen de la red completamente vacía con la imagen de la red totalmente repleta. El Señor espera en la orilla y convida a los discípulos a compartir la comida, imagen de la eucaristía, y sin aludir a situaciones pretéritas, da a Pedro la posibilidad de olvidar y comenzar de nuevo con un “Tú sabes que te quiero”. Desde ahora le tocará tirar de la red en el nombre del Resucitado.

Manuel Pozo Oller

Párroco de Montserrat

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Benamaurel celebró con solemnidad y devoción sus fiestas a la Virgen de la Cabeza: «lo que no puede hacer nadie, Ella lo hace»

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El obispo presidió la celebración de la Eucaristía en el día grande de la fiesta

La localidad de Benamaurel, ha vivido con solemnidad, emoción, brillantez, devoción y oración sus fiestas de Moros y Cristianos en honor de su Patrona, la Virgen de la Cabeza. Con el mismo cariño de siempre a nuestra Madre, con el mismo esplendor de cada año en los desfiles por parte de las comparsas, con la misma dedicación de las Insignias, con la misma cooperación de la Parroquia, la Hermandad, el Ayuntamiento y todos los festeros; con la misma emoción de todos los fieles y devotos de la Virgen desde la primera novena hasta el último día de fiestas, todo el pueblo y los cientos de personas llegadas desde otros puntos, ha vivido las tradicionales fiestas en honor a Nuestra Señora de la Cabeza.
Entre lo más destacado, estuvo la solemne Misa presidida, el Lunes de Fiestas, el día grande de la Virgen, por el obispo de Guadix, Francisco Jesús Orozco, quién pronunció una bella y documentada homilía dedicada a Benamaurel, su tradición de Moros y Cristianos, su devoción a la Virgen de la Cabeza y el papel central de María como vía para acceder a su Hijo Jesucristo.
El prelado aprovechó unos versos del «drama Cautiverio y Rescate de Nuestra Señora de la Cabeza» que actores locales aficionados volvieron a representar en dos actos, domingo y lunes por la tarde, para referirse a María y el papel teológico de María como corredentora: «Perpetua Virgen, Gloria de la tierra, Espejo claro en el que Dios se mira».
Antes de terminar la Eucaristía presidida por don Francisco Jesús, la Hermandad e Insignias de la Virgen de la Cabeza ofreció un emotivo homenaje a Miguel Martínez, » El Barbero», alma mater del coro Balsahonda y autor de las primeras canciones de Benamurel dedicadas a la Patrona. Tras toda una vida dedicado a la música y cantando a la Virgen de la Cabeza de Benamaurel, sus fuerzas han comenzado a flaquear y, a pesar del olvido progresivo, sigue cantándole a Nuestra Madre. Eso no se le ha olvidado aún. El obispo entregó a Miguel una hermosa placa. Lo recibió a los pies del presbiterio, lo abrazó y, como en algún momento Miguel no lograba despegar la mirada del suelo, Don Francisco Jesús llegó a arrodillarse para dirigirse a él y con sus manos dirigir su mirada a la Virgen de la Cabeza. A pesar de las dificultades, cuando monseñor preguntó al homenajeado por el significado de la Virgen María para él, logró decir, para sorpresa de todos: «lo que no puede hacer nadie, Ella lo hace.»
Su hijo, expresó unas palabras de agradecimiento ante una iglesia repleta y emocionada.
El prelado accitano, acompañó a las comparsas, a las Insignias y a todos los fieles, así como al párroco, Joaquín Caler, a la procesión a la que asistieron también varias decenas de mujeres vestidas con la mantilla.
Los actos religiosos en honor de la Virgen de la Cabeza comenzaron el Lunes de Pascua, con una «novena,» este año más corta por el calendario litúrgico, en la que han predicado varios sacerdotes de la diócesis y el propio párroco.
La hermandad preparó, por primera vez, un vistoso altar de cultos para la Virgen, para esos días de novena. Ya en su paso procesional, la Virgen estrenó el Sábado de Fiestas, una primorosa saya realizada en un tejido del siglo XVII, donada por el párroco Joaquín Caler, consiliario de la hermandad.
Otra de las novedades de las fiestas de este año ha sido la incorporación de nuevos papelistas, los actores que representan el drama literario a raíz del cuál se articula la fiesta.
Y el Martes de Fiestas llegó otra de las novedades de este año: la imagen de la Virgen de la Cabeza salió en procesión a hombros de un cuerpo de horquilleras, creado tras más de cincuenta años con el trono a ruedas.
La hermandad ya ha expresado su intención de consolidar el cuerpo de horquilleros y horquilleras y ha hecho un llamamiento a todos los que quieran colaborar.
Especial participación han tenido los benamaurelenses ausentes, dado que el Ayuntamiento de Benamaurel, ha retransmitido tanto las novenas como los actos de los días de fiesta en su canal de YouTube.
El ferial ha estado repleto todos los días, incluso la noche del apagón general en España, gracias al funcionamiento de un grupo electrógeno.
El párroco de Benamaurel cerró los actos litúrgicos, tras la procesión del martes, con la bendición de los niños y las embarazadas, deseando a todos que hagamos con María cada día una fiesta en nuestro corazón y mostremos la alegría que Ella nos genera a todos, siendo mejores cristianos y mejores personas.
La colaboración de todos ha hecho de las fiestas de 2025 unas fiestas únicas, con el respaldo de nuestro obispo al que Benamaurel agradece sus constantes muestras de cariño y compañía en la fe.

Rafael Troyano
Brenamaurel

 

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El Espejo Andalucía, 2 de mayo de 2025

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Encarni Llamas Fortes

Encarni Llamas Fortes es madre de tres hijos. Periodista que desarrolla su labor profesional en la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga. Bachiller en Ciencias Religiosas por el ISCR San Pablo.

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El Cónclave, paso a paso, en El Espejo

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NoticiaPodcasts diocesanos

Publicado: 02/05/2025: 119

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COPE Málaga

El delegado de Liturgia y canónigo de la Catedral, Alejandro Pérez, se acerca de nuevo a los micrófonos del Espejo de COPE Málaga para explicar la simbología del Cónclave en el que se elegirá al nuevo sucesor de Pedro. Es uno de los protagonistas del programa cuyo podcast pueden escuchar aquí.

En el Espejo de hoy, pueden escuchar:

  • a Paco Guzmán, de Pastoral Obrera, con motivo de la fiesta de san José Obrero y el Jubileo del Mundo Obrero
  • a Tomasa, de Pastoral Gitana, con motivo de la fiesta de El Pelé
  • al delegado de Liturgia y canónigo de la Catedral, Alejandro Pérez, sobre el Cónclave
  • a la presidenta delegada de Manos Unidas Málaga, Ana Torralba, sobre el papa Francisco

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