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Confirmaciones en la parroquia de Jesucristo Redentor, de Guadix

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Confirmaciones en la parroquia de Jesucristo Redentor, de Guadix

El obispo de Guadix ha confirmado a un grupo de 5 jóvenes en la parroquia de Jesucristo Redentor, de Guadix, Fue el sábado 25 de octubre, en una celebración muy familiar y participativa. Asistieron, además del párroco, Manuel Caler, los catequistas y dos seminaristas del Seminario Mayor.

D. Francisco Jesús Orozco, se mostró muy cercano y les exhortó a vivir una fe auténtica y comprometida. Al hilo de las lecturas, sobre todo del Evangelio que la liturgia ofrece para ese día, el obispo los animó a no vivir la fe como el fariseo de la parábola del Evangelio, que era una fe de fachada y una fe postureo, sino como el publicano, cuya fe verdadera, una fe que cambia el corazón y que nos lleva a ser apóstoles en medio del mundo, dando testimonio del amor que ha transformado nuestro corazón. Y la Confirmación que recibieron estos jóvenes, sin duda, invita a esto.

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Mons. Saiz a los cofrades sevillanos: «No me hagáis quedar mal»

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Mons. Saiz a los cofrades sevillanos: «No me hagáis quedar mal»

La celebración jubilar de las hermandades ha servido para que los cofrades sevillanos ganen el jubileo y, entre otras cosas, para que se recupere la nave del Crucero de la Catedral como espacio celebrativo en la seo hispalense. El altar se situó delante del monumento a Cristóbal Colón y, delante de él, la Esperanza de Triana entronizada en su paso de palio. Con este marco, los cofrades de la capital y de los consejos locales del resto de la Archidiócesis acudieron a la cita de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías, que dirige el sacerdote Marcelino Manzano, en una jornada cargada de matices, que empezó con la llegada del palio trianero a la Catedral pasado el mediodía.

El arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses, se dirigió a los participantes al término de la misa, con un ruego: «No me hagáis quedar mal». Expuso que las hermandades son «un tesoro en la vida de la Iglesia», y que ha defendido eso tanto en Roma como en la Conferencia Episcopal, con el refrendo del magisterio del papa Francisco. «Pero los tesoros -añadió- se pueden llenar de telarañas o pueden estar limpios, refulgentes, brillantes». Ante esta situación, recordó que los cofrades tienen «un trabajo grande: Está claro que las hermandades no son cotos cerrados, no. Están en primera línea en la acción evangelizadora de la Iglesia. Por lo tanto, que de esto estemos muy convencidos y vayamos creciendo espiritualmente».

«El jubileo nos invita a la conversión»

Antes, su su homilía, el arzobispo destacó que la presencia de los cofrades en el templo catedralicio, «portando la fe y la devoción de vuestros barrios, parroquias y pueblos, es una imagen viva de la Iglesia que camina unida hacia la casa del Padre”. Recordó que el año jubilar es «un don extraordinario que la Iglesia ofrece a sus hijos. El jubileo -apuntó- nos invita a la conversión, a la renovación interior, al perdón y a la misericordia. Es un año de gracia en el que se nos ofrece la indulgencia plenaria, signo sacramental de la misericordia de Dios que borra nuestras culpas y nos fortalece en el camino de la fe”.

Más adelante subrayó que la Archidiócesis de Sevilla «no se puede comprender sin el latido profundo de sus hermandades y cofradías. Son cauces privilegiados de fe y de vida cristiana». Afirmó que en ellas «se transmiten la devoción a Cristo, a la Virgen María y a los santos; se cultiva la caridad con los más pobres; se cuida la formación cristiana; se promueve la fraternidad y se contribuye al bien común”.

Terminó sus referencias al ámbito cofrade pidiendo a los cofrades que sean “testigos de Cristo desde la humildad, que vuestras procesiones sean auténticas manifestaciones de fe, que nunca se conviertan en meras expresiones artísticas o culturales; que el testimonio de vuestra vida brille por su coherencia con el Evangelio”.

La Esperanza de Triana «ha marcado la fe de generaciones enteras de sevillanos

Tuvo también palabras para la presencia destacada de la Hermandad de la Esperanza de Triana en la Catedral: «Hoy nos preside la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, de Triana, en el marco de las celebraciones de la Misión de la Esperanza. Ella -concluyó- es faro y guía, Madre que nos sostiene en el camino, Estrella que nos orienta hacia Cristo. Ella ha marcado la fe de generaciones enteras de sevillanos”.

 

GALERÍA fotográfica del acto

 

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Sin hogar pero con sueños

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«El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un problema gravísimo para muchas personas y familias»

Queridos diocesanos, hermanas y hermanos de Málaga y Melilla:

El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un problema gravísimo para muchas personas y familias. Hace poco, un profesor universitario me confesaba que, pese a contar con un salario estable, había renunciado al sueño –largamente acariciado– de adquirir una vivienda. Del mismo modo, una amiga compartía su angustia al no encontrar un piso cuyo alquiler no superara su sueldo mensual. Si esta es la realidad de muchos que llevan una vida aparentemente “normalizada”, ¿cómo será entonces la de tantos hermanos y hermanas empobrecidos? El director de Cáritas Málaga contaba su encuentro con una persona conocida que quedó en la calle, a raíz de una enfermedad: la invitó a tomar un café y esta rechazó la propuesta, diciendo: «Gracias, pero no quiero que me veas así».

Cáritas nos invita a mirar con profundidad y ternura la realidad de quienes habitan nuestras calles. Son hombres y mujeres con historias, vínculos, emociones y sueños silenciados: personas que, a pesar de trabajar, no pueden acceder a una vivienda; jóvenes extutelados que, al alcanzar la mayoría de edad, se enfrentan a la exclusión; migrantes, víctimas de violencia, mayores sin red familiar, personas con problemas de salud mental o adicciones… En 2024, Cáritas acompañó a 917 personas sin hogar en Málaga y Melilla, y constató cómo el “sinhogarismo” se prolonga en el tiempo: el 13% lleva más de cinco años viviendo en la calle. Esta situación no supone solo un problema de pobreza material; significa no tener acceso a salud, protección social y participación comunitaria. De hecho, el 52,7% de las personas sin hogar en Málaga no están empadronadas, lo que les impide acceder a prestaciones básicas.

La fe nos impulsa a transformar la realidad desde el amor y la justicia. Por ello, como Iglesia, además de exigir a las administraciones políticas eficaces que garanticen el derecho a la vivienda para los jóvenes y sus familias, nos unimos a las propuestas de Cáritas para aliviar el dolor de quienes viven en la calle: facilitar el empadronamiento incluso en ausencia de techo; crear recursos para familias con menores; garantizar atención a solicitantes de protección internacional; ampliar el Programa +18; mejorar la atención en salud mental; asegurar recursos tras altas hospitalarias; reforzar los servicios sociales, coordinar administraciones y establecer mecanismos de participación para las personas sin hogar.

No basta con ofrecer asistencia: debemos abrir caminos de inclusión, donde cada persona pueda desarrollar su proyecto de vida. ¡Ojalá nuestras comunidades cristianas puedan ofrecer a tantas personas sin hogar el cariño y, cuando sea posible, el techo que precisan! Que el Espíritu nos mueva a la compasión activa, al compromiso concreto y a la esperanza compartida; porque nadie debería vivir sin hogar y todos los hombres y mujeres merecen vivir con dignidad. Recibid un saludo muy cordial en el Señor.

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“Que María de Candelaria nos ayude a vivir siempre con esperanza”

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La imagen de la Virgen de Candelaria ya está en “su casa”. A las 12:43 horas hacía su entrada en la Basílica entre aplausos y gritos de “viva la Virgen de Candelaria”.

A escasos metros del templo, Juan Manuel Yanes, delegado para la Visita, valoraba positivamente el desarrollo del traslado de la imagen y destacaba la gran participación de los peregrinos. “Estamos muy satisfechos de cómo ha salido todo en las paradas oportunas. Especialmente, en la Cruz del Señor, que en esta ocasión se pudo desarrollar todo mejor que el día de la venida de la imagen a la capital. También fue muy positiva la entrada al Colegio de las Dominicas de Vistabella donde muchos alumnos se quedaron a dormir para poder recibir a la Virgen. Asimismo, en Café y Calor se cantó la salve rociera. El encuentro con los residentes del centro de mayores Virgen de Candelaria también fue muy emotivo. Y, en definitiva, ha sido significativa la entrega de los bastones de mando en todos los lugares emblemáticos de este recorrido”.

Tras el himno nacional y una lluvia de voladores, la imagen de la Patrona de Canarias accedía al interior de la Basílica donde el obispo Eloy Santiago presidió la Eucaristía. La parte musical de la celebración corrió a cargo de la agrupación folklórica Santa Anta- San Blas. La alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito, participó en la liturgia de la Misa leyendo una de las lecturas.

Monseñor Santiago comenzó su homilía teniendo un gracioso gesto con los voluntarios y peregrinos. “No puedo predicar mucho que se quedan dormidos, que sé que han estado toda la noche en vela”, expresó.

El prelado Nivariense, a la luz de la parábola del fariseo y el publicano, indicó que la forma correcta de orar es la que se realiza desde la humildad del corazón. “María de Candelaria es un ejemplo claro de vivir este evangelio. Ella es la mujer humilde. Aquella que dijo, proclama mi alma la grandeza del Señor porque se ha fijado en mí, en mi pobreza, en mi ser de sierva. Por eso, hoy, María de Candelaria, Candela de Esperanza, nos invita a seguir este camino de la humildad, de la pequeñez, porque este es el camino de Dios”.

En este sentido, Monseñor Santiago hizo referencia a la exhortación apostólica del Papa León XIV “Dilexi te” sobre la importancia de amor al prójimo. “Nuestra Madre, la Virgen María, hace presente esta gran verdad. Ella fue coronada como reina y señora de todo lo creado. Y ella nos enseña a nosotros, sus hijos e hijas, que el camino de Cristo es el camino de la humildad. Aprendamos de María de Candelaria para que nuestra oración sea más de escucha y no tanto de hablar de nosotros con soberbia. Seamos conscientes de nuestros pecados, de nuestra debilidad humana, de nuestra fragilidad, y confiemos en la misericordia del Señor que todo lo puede”.

Por último, Santiago invitó a los presentes a tener una mirada como la de María. “Ella no discrimina a nadie, sino que mira al corazón de cada ser humano donde está la presencia de Dios. Que María de Candelaria nos ayude a vivir siempre con esperanza, y que esta peregrinación que hoy culmina, obtenga muchos frutos para nuestra diócesis”.

En la parte final de la celebración, la Hermandad de Labradores y Labradoras de San Isidro Labrador de Santa María de la Cabeza de la Villa de La Orotava realizó una acción de gracias e hizo entrega a la imagen de la insignia de la hermandad. “En ella depositamos las oraciones de todos los labradores para que nunca les falte tu bendición”, expresaron.

Antes de cantar el himno a la Virgen, el obispo quiso compartir con los presentes un reciente nombramiento. El de rector de la Basílica, una responsabilidad que ha recaído en el también recientemente nombrado prior, Dailos José Melo.

Por último, monseñor Santiago dio gracias a todos los que han hecho posible esta peregrinación. Especialmente, al delegado de la Visita, colaboradores, voluntarios y peregrinos.

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La morenita se dirige hacia Candelaria

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Finalizó la estancia de la Virgen de Candelaria en la parroquia de La Concepción de la capital tinerfeña.

El obispo presidió la Misa de despedida en la plaza de España, especialmente preparada para la ocasión.

Eloy Santiago recordó el llamado testamento de la Virgen: “Hagan lo que Jesús les diga”, de modo que el mismo permanezca como mensaje de esperanza en el momento en que la patrona retorna a la Basílica.

El prelado dio gracias a Dios por todo lo experimentado y a las personas e instituciones que hicieron posible esta Visita.

La imagen después de la eucaristía comenzó la procesión de retorno a Candelaria.

Ha sido una noche sin especiales incidencias, llena de fervor y expresiones de cariño.

Las paradas previstas se han ido sucediendo como estaba previsto. Ya en el municipio candelariero, los mayores de la Residencia “Virgen de Candelaria” pudieron ver a la imagen en el exterior del centro recibiéndola con aplausos y cantos muy emocionados.

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Puebla de Don Fadrique celebró el día de sus Patronas y Alcaldesas Perpetuas, Alodía y Nunilón

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Puebla de Don Fadrique celebró el día de sus Patronas y Alcaldesas Perpetuas, Alodía y Nunilón

 

El municipio poblato celebró el pasado 22 de octubre una emotiva Misa en honor a las Santas Mártires Alodía y Nunilón, en la parroquia de las Santas Mártires del Monte, uno de los templos más representativos del municipio.

El acto religioso, organizado conjuntamente por la Hermandad de las Santas de Puebla de Don Fadrique y el párroco, José Gabriel Molina, congregó a numerosos hermanos, hermanas, fieles y devotos que acudieron para rendir homenaje a las patronas locales.

Tras la eucaristía, se llevó a cabo una procesión por los alrededores de la parroquia del Monte, en la que las imágenes de las Santas Mártires fueron acompañadas por vecinos, devotos y miembros de la hermandad, dirigiéndose hasta el cementerio, situado junto al templo, donde se realizó una oración por los difuntos, como gesto de fe y recuerdo hacia quienes ya descansan en paz. ​

La jornada transcurrió en un ambiente de recogimiento y fervor, reafirmando la profunda tradición religiosa y cultural que caracteriza a Puebla de Don Fadrique, donde cada año se mantiene viva la devoción a las Santas Benditas Alodía y Nunilón, símbolo de fe y unión para sus habitantes.

Hermandad de las Santas Alodía y Nunilón 

Puebla de don Fadrique

 

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Regresaron ya los peregrinos de Pedro Martínez, Alamedilla, La Calahorra, Aldeire, Ferreira, Dólar y Huélago, que han vivido el Jubileo en Roma

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Regresaron ya los peregrinos de Pedro Martínez, Alamedilla, La Calahorra, Aldeire, Ferreira, Dólar y Huélago, que han vivido el Jubileo en Roma

Del 18 al 24 de octubre se ha celebrado la peregrinación jubilar a Roma, organizada por las parroquias de Pedro Martínez, Alamedilla, Alquife, La Calahorra y Aldeire. Han participado feligreses de estas parroquias, pero también de otras. Ya de vuelta, es momento de compartir lo que ha supuesto esta experiencia para todos: una oportunidad que no solo ha servido para conocer Italia y el Vaticano, sino que, sobre todo, ha permitido participar en el Jubileo de la Esperanza junto a cristianos de todo el mundo.

Para muchos, esta experiencia ha sido un cúmulo de primeras veces: El primer vuelo en avión, la primera visita a Italia y al Vaticano, la primera visita a Asís y, para muchos, la primera vez que veían tan cerca a un papa, ya que participamos en la Audiencia General del miércoles 22 de octubre, en una abarrotadísima Plaza de San Pedro. Por esa razón, la Audiencia, prevista inicialmente en el Aula Pablo VI, se trasladó a la plaza.

También fue la oportunidad de ponerse frente a las tumbas de tres santos mundialmente conocidos. Dos de ellos —San Francisco de Asís y Santa Clara— son pilares de la tradición de la Iglesia por su época, su humildad, pobreza, castidad y obediencia, pero, sobre todo, por su amor a la paz y a la “casa común”, a la creación. El tercero, San Carlos Acutis, fue canonizado recientemente por el papa León XIV, tras aplazarse su canonización a causa de la muerte del querido papa Francisco. San Carlos, el “influencer de Dios”, es el santo que invita a los jóvenes —y también a los no tan jóvenes— de esta era digital a vivir su fe con autenticidad y pasión eucarística.

Ha sido especialmente bonito poder encontrarnos y compartir momentos en Roma con nuestro hermano sacerdote José María Tortosa, actual párroco de Santa María del Soccorso, una comunidad de la periferia romana donde ejerce su labor pastoral como miembro de la Asociación de Sacerdotes del Prado.

Esta peregrinación comenzó a gestarse el año pasado, mientras ultimábamos la anterior a Lourdes. Entonces se decidió que el siguiente destino sería Italia, con paradas en Florencia, Asís y, sobre todo, Roma, aprovechando que este 2025 es el Año Jubilar de la Esperanza. Posiblemente seamos una de las pocas parroquias de la diócesis de Guadix que ha peregrinado este año a Roma, y, además, en tan buen número, a la tumba de San Pedro. La verdad es que no es de extrañar que otros sacerdotes no se hayan animado: organizar un viaje a Roma con 53 peregrinos —entre ellos personas mayores de 80 años y algunas con dificultades motoras— no es tarea sencilla… y menos aún en un Año Santo, cuando la ciudad está rebosante de peregrinos y cada día parece domingo por la cantidad de personas.

En lo personal, ha sido una experiencia tan gratificante como agotadora. El jueves 16 de octubre inicié mi peregrinación para participar, como director del secretariado diocesano de Pastoral Gitana, en el Jubileo de los Romaníes, Sinti y Nómadas, dentro del cual estaban también los gitanos. Tras concluir el Jubileo el domingo 19, llegó el momento de despedirme de los 80 gitanos españoles que participaron —entre ellos los delegados diocesanos y directores del Secretariado Gitano— para tomar un par de trenes y llegar, ya entrada la noche, a Montecatini, donde esperaban los peregrinos de Pedro Martínez, Alamedilla, La Calahorra, Aldeire, Ferreira, Dólar y Huélago, acompañados por José Manuel Suárez, párroco de cuatro de esas comunidades del Arciprestazgo del Marquesado.

El Jubileo en Roma, tras las distintas visitas a plazas, museos y monumentos, concluyó con una emotiva visita a la Basílica de Santa María la Mayor, donde pudimos rezar ante la tumba del querido papa Francisco, un momento lleno de gratitud, recogimiento y esperanza.

Finalmente, a las 6:30 h de la mañana del viernes 24 de octubre, tras muchas horas de viaje, el último peregrino llegaba por fin a su hogar. Se cerraba así una peregrinación llena de oración, fraternidad, risas, mucha pasta, alguna que otra pizza y gelato, pero, sobre todo, días jubilares vividos con el corazón puesto en Cristo y en torno al papa León XIV.

Juan Diego Tapia
Párroco de Pedro Martínez y Alamedilla

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COPE ESPEJO ALMERIA: 10 años de Koopera y la bendición de «Mambré, calor y café»: dos proyectos ilusionantes de Caritas diocesana

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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería y el Palacio Episcopal. San Indalecio, Varón apostólico y mártir según la tradición, es el Obispo fundador de la Iglesia de Almería, que comenzó siendo la Iglesia hispanorromana de Urci.

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25 aniversario de la coronación canónica de María Santísima de la Trinidad. Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo (Málaga)

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Homilía de Mons. José Antonio Satué en la Eucaristía con motivo del 25 aniversario de la coronación canónica de María Santísima de la Trinidad, el 25 de octubre de 2025. Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo (Málaga). 2

25 aniversario de la coronación canónica de María Santísima de la Trinidad

Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo (Málaga)

25 de octubre de 2025

Queridos hermanos y hermanas, parroquianos de este barrio de la Trinidad, sacerdotes, autoridades, hermano mayor y miembros de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Trinidad.

Nos reunimos hoy en la plaza de San Pablo, a las puertas de esta parroquia, para celebrar los 25 años de la coronación canónica de María Santísima de la Trinidad. Muchos de vosotros acudís con frecuencia a rezarle o le dirigís vuestras oraciones desde casa o el trabajo. Yo vengo hoy por primera vez, para contagiarme de vuestra devoción a la Virgen y para rezarle con vosotros y como vosotros.

Al asomarnos a la vida de la Virgen María, aprendemos a acercarnos al Misterio de la Trinidad: tres personas y un solo Dios. Ella es Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo. Por eso, quisiera animaros a vivir tres verbos muy importantes en la vida cristiana: confiar, acoger y amar.

1. La relación de María con Dios Padre nos invita a CONFIAR. 

La primera imagen que nos ofrece el Evangelio de la Virgen María aparece en el relato de la Anunciación (cf. Lc 1, 26-38). María está en oración y entra en diálogo con el ángel Gabriel. Se abre a la gracia de Dios, expresa sus dudas: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?» (Lc 1,34); pero finalmente confía y se entrega: «Aquí me tienes, Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38).

La Virgen de la Trinidad nos enseña a confiar en Dios Padre, propiciando momentos de encuentro con Él.

Habladle a Ella, rezadle, pero sobre todo rezad a Dios como Ella y con Ella. Contad a la Virgen y al Padre cómo estáis, presentad vuestras preocupaciones y dudas, también vuestras alegrías. Hablad a la Virgen y al Padre de vuestros hijos y nietos, de sus ilusiones y proyectos, de sus caídas y dificultades. Habladle también de quienes más sufren. Ella es madre y Dios es Padre y os entienden a la perfección.

Os invito, en definitiva a CONFIAR y a cultivar esta confianza abriendo momentos frecuentes de oración a Dios Padre, de la mano de la Virgen.

2. La relación de María con Dios Hijo nos invita a ACOGER. 

María acogió en su seno al Hijo de Dios y lo acompañó durante toda su vida, hasta los pies de la cruz. Muchos de los que estáis aquí sois madres o padres; sabéis bien cómo la llegada de un hijo transforma la existencia para siempre. Acoger una nueva vida, aunque a veces cueste, siempre la mejora. Así también, acoger a Cristo cambia la vida. El apóstol san Pablo nos lo recuerda: «Si alguno está en Cristo, es una criatura nueva; lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo» (2 Cor 5,17).

Acojamos, pues, a Cristo en los sacramentos, en la oración, en nuestro corazón y en cada persona, especialmente en quienes más sufren. Porque, como enseñó Benedicto XVI, «Jesús se identifica con los pobres: los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o encarcelados… En el más humilde encontramos a Jesús mismo, y en Jesús encontramos a Dios» (DCE 15).

Desde la cruz, Jesús nos entregó a María como madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo»… «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19,26-27). Acojamos también nosotros a la Virgen como algo propio, como un tesoro, y aprendamos de Ella a acoger a Jesús cada día, incluso cuando el horizonte de la vida se oscurece bajo la sombra de la cruz.

3. La relación de María con Dios Hijo nos invita a AMAR. 

Desde la concepción de Jesús, María vivió una íntima unión con el Espíritu Santo, por lo que la Iglesia la llama Esposa del Espíritu Santo. A lo largo de su vida se dejó transformar por su acción, y en Pentecostés reunió y sostuvo a los discípulos temerosos, para que lo acogieran, dando inicio al camino de la Iglesia.

El Espíritu Santo es el Amor entre el Padre y el Hijo, el mismo que movió a Jesús y que hoy nos impulsa a nosotros a amar como Jesús, hasta el extremo.

El Amor busca el bien de todos y se manifiesta en primer lugar a los más cercanos. Como enseñó San Pablo los Gálatas: «Hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe» (6, 10). Por tanto, si un hermano o una hermana en la fe me han hecho daño o si yo les he hecho daño, pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a perdonar y a pedir perdón. Es cierto que algunas ofensas no las podemos superar por nosotros mismos; pero, si pedimos la fuerza del Espíritu, Él, poco a poco, puede disponer nuestros corazones y nuestras voluntades para la reconciliación.

El Amor busca el bien de todos y especialmente de quienes más sufren, porque, como ha escrito recientemente el papa León, «no es posible olvidar a los pobres si no queremos salir fuera de la corriente viva de la Iglesia que brota del Evangelio y fecunda todo momento histórico». (DT 15). Por consiguiente, cada creyente, cada hermandad y cada parroquia cristiana estamos llamados a manifestar un amor real y tangible hacia quienes más sufren, pues ellos son la misma carne de Cristo.

El Amor conlleva también compartir nuestra riqueza espiritual. Por eso, os invito también a ser mensajeros del Evangelio, que es Cristo. Pero no de manera aislada, sino en comunidad de hermanos, como parroquia, como cofradía, de la mano de la Virgen. Hoy, cuando saquéis en procesión a la Virgen de la Trinidad, convertíos en mensajeros de la Buena Noticia para toda Málaga.

Conclusión

María Santísima de la Trinidad hunde sus raíces en este barrio trinitario. Un barrio que sabe de enfermedad, pero también de Salud. Un barrio que sabe de soledades, pero también de cómo acompañar la Soledad. Un barrio que es Cautivo, pero liberado por Dios. 

Trinitarios y trinitarias, os felicito por la conmemoración de este aniversario y os animo a renovar todos los días la coronación de vuestra Virgen. Hacedla reina de vuestras vidas y aprender de Ella a confiar en Dios Padre, a acoger a Jesucristo, el Hijo, y amar con la luz y la fuerza del Espíritu Santo. Amén.

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Lecturas del Domingo XXX del Tiempo Ordinario (Ciclo C)

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Lecturas del Domingo XXX del Tiempo Ordinario (Ciclo C)

Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiástico 35, 12-14. 16-19a

La oración del humilde atraviesa las nubes

El Señor es juez, y para él no cuenta el prestigio de las personas.

Para él no hay acepción de personas en perjuicio del pobre, sino que escucha la oración del oprimido.

No desdeña la súplica del huérfano, ni a la viuda cuando se desahoga en su lamento.

Quien sirve de buena gana, es bien aceptado, y su plegaria sube hasta las nubes.

La oración del humilde atraviesa las nubes, y no se detiene hasta que alcanza su destino.

No desiste hasta que el Altísimo lo atiende, juzga a los justos y les hace justicia.

El Señor no tardará.

Salmo

Salmo 33, 2-3 17-18. 19 y 23

R/. El afligido invocó al Señor, él lo escuchó.

– Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

– El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias.

– El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 4, 6-8. 16-18

Me está reservada la corona de la justicia

Querido hermano:

Yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente.

He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe.

Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.

En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido en cuenta!

Mas el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Y fui librado de la boca del león.

El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial.

A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Evangelio 

Lectura del santo evangelio según San Lucas 18, 9-14

El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no.

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.

El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.

Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Comentario bíblico

Álvaro Pereira

«El Señor no tiene en cuenta el prestigio… ni hace acepción de personas». Estas palabras del sabio Jesús ben Sira —primera lectura— expresan una buena noticia y una exigencia. Son exigentes porque tendemos a tratar mejor a los que más queremos y también a los que nos pueden beneficiar por su posición social, su dinero o su influencia. El sabio ben Sira, en cambio, sostiene que Dios escucha especialmente al pobre, al huérfano y a la viuda. Y, precisamente por ello, esta lectura es también una buena noticia, pues promete la protección divina en favor de quienes no tienen a nadie que vele por ellos.

En el Evangelio, Jesús retoma esta tradición sapiencial. Él cuenta una parábola para corregir a aquellos que se sentían muy satisfechos de sí mismos, considerándose justos ante Dios y despreciaban a los demás. La parábola contrapone a un fariseo, figura que en la época estaba muy bien vista, las mejores personas en aquella sociedad solían ser fariseos, y un publicano, un recaudador de impuestos que esquilmaba al pueblo en favor de los romanos. En cambio, Jesús dice que fue el publicado el que volvió a su casa justificado, mientras que Dios no escuchó la oración del fariseo. ¿Qué sucedió? Que el fariseo de la parábola era un orgulloso y un arrogante, cuya frágil autoestima se basaba en despreciar a los otros. Se creía bueno criticando a los demás. El publicano, por contra, se revelaba como un hombre humilde, que reconocía estar lejos de Dios, y suplicaba su perdón incondicional. No tuvo vergüenza de sentir vergüenza. Este publicano se parece a la pecadora que unge los pies de Jesús (Lc 7,36-50), al hijo pródigo (15,11-32), a Zaqueo con quien comparte profesión (19,1-10) y al buen ladrón (23,39-43). Todos ellos se arrepienten de su maldad y reciben con sorpresa y alegría la misericordia divina. La parábola también es pregunta abierta para ti: ¿qué tienes de publicano y qué de fariseo?

Preguntas:

  1. La primera lectura, el salmo y el Evangelio hablan de la oración (súplicas de gente humildes que son escuchadas y otras de gente soberbia que no). ¿Cómo es tu oración? Revisa sus actitudes cuando haces oración.
  2. En la segunda lectura, san Pablo cuenta a Timoteo que está próximo a morir y hace balance de su vida. Si fuera el último día de la tuya, ¿estarías satisfecho de cómo estás viviendo hoy?
  3. Compara la parábola evangélica con el pasaje de Zaqueo (Lc 19,1-10), saca consecuencias y aplícalas a tu camino de conversión.

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