El profesorado de Religión Católica de Málaga celebró, el sábado 18 de octubre, un encuentro muy especial de inicio de curso. Cientos de docentes se congregaron, venidos desde distintos puntos de la diócesis, para compartir juntos una jornada de formación y celebrar un pequeño homenaje de agradecimiento a quien ha sido Delegada de Enseñanza durante 20 años, Carmen Velasco.
También fue un momento de acogida y presentación al nuevo delegado, Antonio Miguel Sánchez Herrera; y de profundización y formación, gracias a la ponencia «A imagen de Jesús, el Maestro», del sacerdote José Emilio Cabra, doctor en Teología Espiritual, profesor del CESET y director de la Escuela Teológica San Manuel González.
Tras la ponencia, celebraron la Eucaristía, presidida por Javier Guerrero, vicario para la Evangelización, quien animó a los profesores en su tarea pues «no lo tenéis fácil pero no camináis solos. Tened la convicción y la certeza de que os envía el Señor y no os va a abandonar. Confiad en Dios, os ha dado una misión preciosa», les decía.
Tras la celebración litúrgica, el nuevo delegado dio paso a los distintos agradecimientos a Carmen Velasco y a la entrega de diversos presentes pensados y creados con todo cariño. «Gracias porque siempre has estado atenta a nuestras necesidades, pendiente de cada situación, cuando las cosas eran difíciles en algún centro. Siempre disponible y dispuesta al diálogo sincero y a la corrección fraterna con una palabra amable», expresaban.
«Gracias por tu apertura de miras, por el respeto y el apoyo, desde los inicios, a nuestra labor y compromiso sindical en defensa de los derechos laborales del profesorado de religión. Como laicos, nos ha repetido con frecuencia, debéis estar presente en todos los ámbitos para defender los derechos de los profesores y de la asignatura de Religión donde la Iglesia oficialmente no puede estar presente. Hoy, como comunidad de Profesores de Religión y Moral Católica, como Iglesia diocesana y como familia educativa, además de agradecerte, Señor, que la hayas puesto en nuestro camino, te pedimos que la sigas llenando de luz, de salud y de alegría; te pedimos que la sigas bendiciendo en esta nueva etapa, que siga encontrándote en lo cotidiano, en la calma, en la oración y en la alegría de seguir sirviendo», añadían.
Tras un cálido y cariñoso aplauso por parte de todos los presentes, el vicario le hizo entrega de la primera Medalla Pro Ecclesia Malacitana concedida por D. José Antonio Satué, obispo de Málaga, por su entrega generosa. Una medalla que recibió con sorpresa y emoción, como explicaba después en una entrevista a DiócesisMálaga:
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Entrevista
La primera Medalla Pro Ecclesia Malacitana concedida por el Obispo D. José Antonio Satué. ¿Qué sintió al recibirla, qué significó recibir dicho homenaje por parte de los profesores a quienes tanto ha querido y quiere?
Pues sorpresa y emoción. La verdad es que no me lo esperaba y agradezco mucho que D. José Antonio haya accedido a esa petición. Es verdad que quiero mucho a los profesores, incluso a los que me «desesperan» a veces. En muchas ocasiones les he dicho «yo rezo por vosotros todos los días. ¿Lo hacéis vosotros?»
En este envío que hace la Iglesia al profesorado de Religión hay mucho de vocación, de servicio, de conciencia eclesial, de saberse al servicio del Reino de Dios… a veces en medio de situaciones adversas, de discusiones ideológicas, de injusticias…; y también, para compensar, de agradecimiento de familias y alumnos, de compañeros de claustro, con la conciencia de que estamos donde tenemos que estar.
20 años al frente de la Delegación de Enseñanza, es difícil resumirlos pero, ¿qué destacaría de todo este tiempo al servicio de la educación?
Lo mejor, el encuentro con tantas personas distintas; el convencimiento de que lo mejor que se puede ser en esta vida es profe, y si es de Religión, mejor (con permiso de todas las profesiones); la certeza de que, por la educación, colaboramos al desarrollo del Reino de Dios, a que las cosas avancen en su dirección porque apoyando a las personas – a cada una – estamos haciendo lo que el Señor quiere. Y, sí, también con las que más guerra nos dan, con las que «pasan», con las que no quieren estudiar, con las que, a veces, nos crean problemas de disciplina… La vocación de educador nos la dio el Señor para ellos.
Ha vivido momentos complicados, de denuncia y de defensa de derechos, ¿ha merecido la pena?
Sí, siempre. La certeza de que estás haciendo lo que debes hacer ayuda cuando la vida se pone «color hormiga» y parece que no vale la pena; el trabajar con otros en esa denuncia y defensa de los derechos es fundamental: no podemos hacer las cosas solos, aunque a veces nos lo creamos. De esa tentación debemos escapar.
¿Cuál sería su acción de gracias a Dios al recordar estos 20 años?
Las palabras del salmo: «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”». Yo lo personalizo y digo: El Señor ha estado (y está) grande conmigo y no tengo más remedio que estar alegre porque, como dice el refrán: es de bien nacidos ser agradecidos.
Y ahora, ¿qué? Porque Carmen Velasco sigue activa, ¿no es así?
Pues a disposición de la Institución Teresiana, Asociación de Fieles a la que pertenezco, y de la Iglesia. Gracias, Encarni.
Eucaristía del Encuentro Diocesano del Profesorado de Religión
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