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Los jiennenses que ganarán el jubileo en Roma son enviados por la Diócesis

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Los peregrinos que viajarán a Roma recibieron la bendición en la Eucaristía de envío que se celebró este domingo en la Catedral de Jaén, presidida por el Vicario General de la Diócesis, D. Juan Ignacio Damas López. La peregrinación diocesana está organizada por la Delegación episcopal de Santuarios, Peregrinaciones y Turismo que dirige D. Miguel Ángel Solas León y estará encabezada por el Obispo Don Sebastián Chico Martínez.

Uno de los actos más significativos de la celebración jubilar en nuestra Diócesis será esta peregrinación que congregará a un buen número de jienenses en la ciudad de Roma durante el próximo fin de semana. Los fieles que participen podrán cruzar la Puerta Santa de San Pedro y obtener la gracia jubilar al conmemorarse el 2025 aniversario de la Encarnación del Hijo de Dios.

Como inicio de esta Peregrinación diocesana, la Comisión del Jubileo 2025 en la Diócesis de Jaén, en el calendario de las celebraciones jubilares, programó esta Eucaristía de envío, con la que los peregrinos comienzan a preparar espiritualmente un camino que les llevará a encontrarse con la Misericordia del Señor. Previamente, en la Casa de la Iglesia, los participantes recibieron información detallada y las correspondientes recomendaciones para efectuar el viaje a Roma.

La Eucaristía de envío de peregrinos estuvo presidida por el Vicario General de la Diócesis, D. Juan Ignacio Damas López y concelebrada por el Delegado de Peregrinaciones, D. Miguel Ángel Solas y el Vicario Territorial y Secretario de la Comisión del Jubileo, D. Ildefonso Rueda Jándula. Damas López se dirigió a los fieles desde la Palabra del Domingo en la que el Señor nos ofrecía el camino del amor y del perdón llevado al extremo del amor al enemigo, como camino hacia la felicidad. En el contexto de la peregrinación, esta Palabra es ya una propuesta para que quienes van a viajar a Roma comiencen a vivir ya desde la Misericordia.

Durante la celebración de envío, el Coro de San Pablo de Úbeda participó con sus cantos, entre los que destacó el Himno del Jubileo, invitando así a todos a elevar la alabanza al Señor en este Año Santo. Con su brillante participación contribuyeron a aumentar la belleza de la acción litúrgica. Después de la bendición de envío de los peregrinos, El Vicario General y el Delegado de peregrinaciones entregaron a los asistentes la Guía del Peregrino con la que ya han comenzado a preparar, cargados de esperanza, esta peregrinación que les llevará a cruzar la puerta Santa Jubilar.

Secretario de la Comisión diocesana Jubileo 2025

Manuel Rico es ya diácono permanente, “servidor abnegado de los hermanos y constructor de comunión”

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Arropado por el Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez; algunos de los formadores del diaconado permanente, así como diáconos permanentes y otros en formación, recibió el orden diaconal el jiennense Manuel Rico Teba.

Fue en la basílica de San Pedro de el Vaticano, junto con otros 23 aspirantes al diaconado de todo el mundo. En una celebración presidia por Monseñor Rino Fisichella, arzobispo pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, al no poder estar presente el Santo Padre por su hospitalización a causa de una neumonía.

Ser apóstoles del perdón, servidores abnegados de los hermanos y constructores de comunión. Es el deseo expresado por Monseñor Rino Fisichella, la celebración eucarística en la conclusión del Jubileo de los Diáconos.

Durante la misa que marcó el final del cuarto de los grandes acontecimientos jubilares – en Roma peregrinaban estos días casi cuatro mil diáconos permanentes – veintitrés recibieron el sagrado orden del diaconado, dos de Brasil, seis de Colombia, uno de Francia, tres de Italia, tres de México, dos de Polonia, tres de España y otros tantos de Estados Unidos.

«En la celebración eucarística sentimos al Papa Francisco – aunque en la cama de hospital – cercano y presente en medio de nosotros y esto – dijo monseñor Fisichella – nos obliga a hacer aún más fuerte e intensa nuestra oración para que el Señor lo asista en su momento de prueba y enfermedad».

A continuación, el arzobispo inició la lectura de la homilía preparada por el Santo Padre, invitando a la reflexión a partir de las lecturas que se acababan de escuchar y de la palabra clave «gratuidad», «dimensión fundamental de la vida cristiana» y del ministerio del diaconado, en particular bajo tres aspectos: el perdón, el servicio desinteresado y la comunión.

Monseñor Fisichella durante la misa expresó, a propósito del Evangelio dominical que, el perdón, cuyo anuncio es «una tarea esencial del diácono», pero también «un elemento indispensable para todo camino eclesial» y «una condición para toda convivencia humana».

Cuando Jesús dice «Amen a sus enemigos», muestra la necesidad del perdón y de las relaciones: si queremos «crecer juntos, compartiendo luces y sombras», «los éxitos y los fracasos de cada uno», no podemos excluir de nuestro amor «ni siquiera a los que nos golpean y nos traicionan», dijo el arzobispo.

Por otra parte, un mundo en el que sólo hay odio hacia los adversarios es un mundo «sin esperanza» ni futuro, destinado a ser «desgarrado» por guerras interminables, divisiones y venganzas.

Perdonar, por tanto, significa preparar para el futuro «un hogar acogedor y seguro, en nosotros y en nuestras comunidades». En todo esto, el diácono, proyectado en virtud de su ministerio hacia las periferias del mundo, se compromete a ver en todos, «incluso en quien se equivoca y causa sufrimiento», una hermana y un hermano «heridos en el alma», y por tanto necesitados más que nadie de «reconciliación, guía y ayuda».

El segundo aspecto analizado por el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, el servicio desinteresado, expresado en el Evangelio por la invitación a hacer el bien «sin esperar nada».

Palabras impregnadas del «buena perfume de la amistad», actitud que no es un «aspecto accesorio» de las acciones del diácono, sino una «dimensión sustancial de su ser» como persona consagrada en el ministerio, «escultor» y «pintor» del rostro misericordioso del Padre y «testigo» del misterio de Dios-Trinidad.

El prelado, leyendo la homilía del Santo Padre, rastreó numerosos pasajes evangélicos en los que Jesús habla de sí mismo bajo esta luz: después de haber lavado los pies a los apóstoles («el que me ha visto a mí, ha visto al Padre»), al instituir la Eucaristía («yo estoy entre ustedes como el que sirve») y cuando, camino de Jerusalén, a los discípulos que discutían entre sí sobre quién era el más grande, les había explicado que «el Hijo del hombre […] no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

De ahí la exhortación del Papa – en su homilía leída por monseñor Rino Fisichella – a los diáconos a acompañar el trabajo gratuito realizado «con una sonrisa», sin quejas y sin «buscar reconocimiento», apoyándose unos a otros, incluso en las relaciones con obispos y presbíteros.

Así, la acción «concordante y generosa» – leyó monseñor Fisichella – será un «puente» que conectará «el altar con la calle» y «la Eucaristía con la vida cotidiana de la gente»; la caridad será la «liturgia más bella» y la liturgia el servicio «más humilde».

De ahí la última declinación de la gratuidad como «fuente de comunión»: dar sin pedir nada a cambio «une y crea vínculos», porque expresa y alimenta un «estar juntos» que tiene como meta «el don de sí y el bien de las personas».

Siguiendo el ejemplo del patrono San Lorenzo – que cuando sus acusadores le pidieron que les entregara los tesoros de la Iglesia, les mostró a los pobres y les dijo: «¡Aquí están nuestros tesoros!» – se comprende cómo se construye la comunión: expresando al hermano y a la hermana con palabras, pero sobre todo con obras, personalmente y como comunidad, la medida del propio valor.

«Esto es lo que hacen ustedes, maridos, padres y abuelos que están dispuestos, en el servicio, a extender sus familias a los necesitados, dondequiera que vivan», subrayó el arzobispo a los diáconos presentes, aclarando que su misión, que los «saca» de la sociedad para reintroducirlos en ella, haciéndola cada vez más «un lugar acogedor y abierto a todos», es una de las expresiones más bellas de una Iglesia sinodal y «en salida».

A los que pronto recibirían el sacramento del Orden, monseñor Rino Fisichella leyó que el Papa les recuerda en su homilía que descenderían y no ascenderían los peldaños del ministerio, porque con la ordenación «no se asciende, sino que se desciende, uno se hace pequeño, se abaja y se despoja» para abandonar, en el servicio, al «hombre de la tierra», y revestirse, en la caridad, del «hombre del cielo».

Junto con el resto de los aspirantes al diaconado permanente de todo el mundo, el jiennense Manuel Rico recibió el símbolo de este ministerio de la mano de Monseñor Fisichella, el Evangeliario, en un momento de emoción y unción seguido de cerca por su familia de sangre y la de fe, la Iglesia diocesana de Jaén.

Fuente: Vatican News

“Un gesto de amor que la Virgen del Carmen tiene con sus hijos más cercanos”

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La Hermandad de la Santa Cruz de Peñarroya-Pueblonuevo agradece la adhesión a la Orden de los Carmelitas Descalzos

La Hermandad y Cofradía de la Santa Cruz, Nuestra Señora del Carmen y Ánimas Benditas del Purgatorio de la Parroquia de El Salvador de Peñarroya-Pueblonuevo celebró el día 15 de febrero, el XI Aniversario de la bendición de la Virgen de forma que “marcará un antes y después para nuestra Hermandad y el pueblo de Peñarroya-Pueblonuevo”, como explicó el Hermano Mayor, Marcelo Hidalgo.

En la celebración de la Santa Misa dieron gracias a Dios por la adhesión a la Orden de los Carmelitas Descalzos, privilegio concedido en la Casa Generalicia de la Orden de los Carmelitas Descalzos en Roma, el día 8 de Julio de 2024, de manos de Fray Miguel Márquez Calle, Prepósito General de la Orden.

A la celebración acudieron el Padre Fray Francisco Víctor López Fernández, el Padre Fray Prudvi Rajesh Gajulael y el Diácono Fray José Carlos Sillero Fresno, procedentes del Convento de Carmelitas Descalzos de San Cayetano (Córdoba). Junto a ellos, como maestro de ceremonia, estuvo el párroco y consiliario, Agustín Alonso Asensio.

En su intervención, el Padre Fray Francisco Víctor, aseguró que “este es un gesto de amor que la Virgen del Carmen tiene con sus hijos más cercanos para gloria de Dios, regalándonos los privilegios que ostenta la Orden y que ahora se podrá obtener a través de Ella en nuestra Parroquia, haciendo referencia a la unidad con la Orden y a los días que gozaremos de Indulgencias plenarias”.

Estos días serán los que coinciden con el día que se viste el escapulario y el que es inscrito en la Tercera Orden o Cofradía. En las fiestas:

De Nuestra Señora del Carmen (16 de julio)

San Elías profeta (20 de julio)

Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre)

Santa Teresa de Jesús (15 de octubre)

De todos los Santos Carmelitas (1 de noviembre)

San Juan de la Cruz (14 de diciembre)

San Simón Stock (16 de mayo)

Indulgencia parcial

Se gana indulgencia parcial por usar piadosamente el Santo Escapulario. Se puede ganar no sólo por besarlo, sino por cualquier otro acto de afecto y devoción. Y no sólo al escapulario, sino también a la medalla–escapulario.

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Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2025

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Caminemos juntos en la esperanza

Queridos hermanos y hermanas:

Con el signo penitencial de las cenizas en la cabeza, iniciamos la peregrinación anual de la santa cuaresma, en la fe y en la esperanza. La Iglesia, madre y maestra, nos invita a preparar nuestros corazones y a abrirnos a la gracia de Dios para poder celebrar con gran alegría el triunfo pascual de Cristo, el Señor, sobre el pecado y la muerte, como exclamaba san Pablo: «La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?» ( 1 Co 15,54-55). Jesucristo, muerto y resucitado es, en efecto, el centro de nuestra fe y el garante de nuestra esperanza en la gran promesa del Padre: la vida eterna, que ya realizó en Él, su Hijo amado (cf. Jn 10,28; 17,3) [1].

En esta cuaresma, enriquecida por la gracia del Año jubilar, deseo ofrecerles algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria.

Antes que nada, caminar. El lema del Jubileo, “Peregrinos de esperanza”, evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, narrado en el libro del Éxodo; el difícil camino desde la esclavitud a la libertad, querido y guiado por el Señor, que ama a su pueblo y siempre le permanece fiel. No podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Surge aquí una primera llamada a la conversión, porque todos somos peregrinos en la vida. Cada uno puede preguntarse: ¿cómo me dejo interpelar por esta condición? ¿Estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza; o satisfecho en mi zona de confort? ¿Busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad? Sería un buen ejercicio cuaresmal confrontarse con la realidad concreta de algún inmigrante o peregrino, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide, para ser mejores caminantes hacia la casa del Padre. Este es un buen “examen” para el viandante.

En segundo lugar, hagamos este viaje juntos. La vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales [2]. Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos [3]. Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios (cf. Ga 3,26-28); significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia.

En esta cuaresma, Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades. Preguntémonos ante el Señor si somos capaces de trabajar juntos como obispos, presbíteros, consagrados y laicos, al servicio del Reino de Dios; si tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos; si hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o si la marginamos [4]. Esta es una segunda llamada: la conversión a la sinodalidad.

En tercer lugar, recorramos este camino juntos en la esperanza de una promesa. La esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5), mensaje central del Jubileo [5], sea para nosotros el horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual. Como nos enseñó el Papa Benedicto XVI en la Encíclica Spe salvi, «el ser humano necesita un amor incondicionado. Necesita esa certeza que le hace decir: “Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” ( Rm 8,38-39)» [6]. Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado [7], y vive y reina glorioso. La muerte ha sido transformada en victoria y en esto radica la fe y la esperanza de los cristianos, en la resurrección de Cristo.

Esta es, por tanto, la tercera llamada a la conversión: la de la esperanza, la de la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna. Debemos preguntarnos: ¿poseo la convicción de que Dios perdona mis pecados, o me comporto como si pudiera salvarme solo? ¿Anhelo la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? ¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común, actuando de manera que nadie quede atrás?

Hermanas y hermanos, gracias al amor de Dios en Jesucristo estamos protegidos por la esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5). La esperanza es “el ancla del alma”, segura y firme [8]. En ella la Iglesia suplica para que «todos se salven» ( 1 Tm 2,4) y espera estar un día en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo. Así se expresaba santa Teresa de Jesús: «Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo» ( Exclamaciones del alma a Dios, 15, 3) [9].

Que la Virgen María, Madre de la Esperanza, interceda por nosotros y nos acompañe en el camino cuaresmal.

Roma, San Juan de Letrán, 6 de febrero de 2025, memoria de los santos Pablo Miki y compañeros, mártires.

     FRANCISCO

___________________

[1] Cf. Carta enc. Dilexit nos (24 octubre 2024), 220.

[2] Cf. Homilía en la Santa Misa por la canonización de los beatos Juan Bautista Scalabrini y Artémides Zatti (9 octubre 2022).

[3] Cf. ibíd.

[4] Cf. ibíd.

[5] Cf. Bula Spes non confundit, 1.

[6] Carta enc. Spe salvi (30 noviembre 2007), 26.

[7] Cf. Secuencia del Domingo de Pascua.

[8] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1820.

[9] Ibíd., 1821.

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El Papa autoriza la canonización del venezolano José Gregorio Hernández

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El beato venezolano José Gregorio Hernández será proclamado santo. Lo ha estipulado el Santo Padre Francisco en el comunicado publicado este martes 25 de febrero de 2025, tras la audiencia concedida en el Hospital Policlínico Gemelli, donde se encuentra internado, al Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, y a Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

El Pontífice aprobó los votos favorables de la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y Obispos miembros del Dicasterio para las Causas de los Santos para esta canonización, así como para la del Beato Bartolo Longo, fiel laico, nacido en Latiano (Italia) el 10 de febrero de 1841 y fallecido en Pompeya (Italia) el 5 de octubre de 1926. Al mismo tiempo, Francisco ha decidido convocar a un consistorio para definir la fecha de ambas canonizaciones.

El legado de José Gregorio Hernández sigue calando fuerte en el pueblo venezolano, quien desde hace años aguardaba con fe esta noticia. Además, el interés y la devoción por su figura crecieron exponencialmente en los últimos años tanto en su país natal como en el resto de Latinoamérica y el Caribe.

Al ingresar en la Tercera Orden Regular de San Francisco, José Gregorio se comprometió a ayudar a los más necesitados, siendo llamado «el médico de los pobres», un apelativo que se ha consolidado internacionalmente.

Después, entró en la Cartuja de Farneta (Lucca), pero por motivos de salud, tuvo que abandonarla a los nueve meses, regresando a Caracas. Posteriormente, comenzó a prepararse para el sacerdocio pero, mientras estaba en el Colegio Pío Latino Americano de Roma, le sobrevino una pleuresía y un principio de tuberculosis. De vuelta a sus tierras, se dedicó definitivamente a la medicina.

Y fue al salir de una farmacia en Caracas, en junio de 1919, donde había comprado unas medicinas para un paciente anciano, cuando fue atropellado por un coche, muriendo posteriormente en el hospital. Fue proclamado beato en 2021 y sus restos mortales se veneran en la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Caracas.

Además, el Santo Padre ha promulgado los decretos relativos a las siguientes causas:

– la ofrenda de la vida del Siervo de Dios Emilio Giuseppe Kapaun, sacerdote diocesano, nacido el 20 de abril de 1916 en Pilsen (Kansas, EE.UU.) y fallecido el 23 de mayo de 1951 en el campo de prisioneros de Pyokton (Corea del Norte);

– la ofrenda de la vida del Siervo de Dios Salvo D’Acquisto, fiel laico, nacido en Nápoles el 15 de octubre de 1920 y fallecido en Palidoro (Italia) el 23 de septiembre de 1943;

– las virtudes heroicas del Siervo de Dios Miguel Maura Montaner, sacerdote diocesano y fundador de la Congregación de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico, nacido en Palma de Mallorca (España) el 6 de septiembre de 1843 y fallecido allí el 19 de septiembre de 1915;

– las virtudes heroicas del Siervo de Dios Didaco Bessi, sacerdote diocesano, fundador de la Congregación de las Hermanas Dominicas de Santa María del Rosario, nacido el 5 de febrero de 1856 en Iolo (Italia) y fallecido allí el 25 de mayo de 1919;

– las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Cunegonda Siwiec, fiel laica, nacida el 28 de mayo de 1876 en Stryszawa – Siwcówka (Polonia) y fallecida allí el 27 de junio de 1955.

Arzobispo de Caracas: José Gregorio, un santo para nuestro tiempo

Tras conocerse la noticia sobre la habilitación de la canonización de José Gregorio Hernández, el arzobispo de Caracas, Monseñor Raúl Biord Castillo, celebró este homenaje «a la vida ejemplar y a las virtudes heroicas de un hombre que dedicó su existencia a aliviar el sufrimiento humano y a transmitir un mensaje de amor y esperanza».

«La iglesia católica, escribe en un comunicado difundido por la Arquidiócesis, reconoce su vida de santidad, acompañada de una devoción universal, que hoy le permite ser elevado al altar».

Para Biord Castillo, la vida y obra de Hernández son un ejemplo de amor al prójimo, de entrega a los demás y de fe en Dios.

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Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma 2025

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“Caminemos juntos en la esperanza” es el título del mensaje para el tiempo cuaresmal, enriquecido por la gracia del Año jubilar

El Papa Francisco ha publicado el Mensaje para la Cuaresma 2025 titulado “Caminemos juntos en la esperanza”. Un mensaje en el que el Santo Padre nos invita a iniciar la Cuaresma en la fe y en la esperanza, un tiempo enriquecido por la gracia del Año jubilar, donde el Pontífice insta a “descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria”.

Adjuntamos el mensaje íntegro, así como el enlace para poder descargarlo (https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/lent/documents/20250206-messaggio-quaresima2025.html).

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2025

Caminemos juntos en la esperanza

Queridos hermanos y hermanas:

Con el signo penitencial de las cenizas en la cabeza, iniciamos la peregrinación anual de la santa cuaresma, en la fe y en la esperanza. La Iglesia, madre y maestra, nos invita a preparar nuestros corazones y a abrirnos a la gracia de Dios para poder celebrar con gran alegría el triunfo pascual de Cristo, el Señor, sobre el pecado y la muerte, como exclamaba san Pablo: «La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?» ( 1 Co 15,54-55). Jesucristo, muerto y resucitado es, en efecto, el centro de nuestra fe y el garante de nuestra esperanza en la gran promesa del Padre: la vida eterna, que ya realizó en Él, su Hijo amado (cf. Jn 10,28; 17,3) [1].

En esta cuaresma, enriquecida por la gracia del Año jubilar, deseo ofrecerles algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria.

Antes que nada, caminar. El lema del Jubileo, “Peregrinos de esperanza”, evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, narrado en el libro del Éxodo; el difícil camino desde la esclavitud a la libertad, querido y guiado por el Señor, que ama a su pueblo y siempre le permanece fiel. No podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Surge aquí una primera llamada a la conversión, porque todos somos peregrinos en la vida. Cada uno puede preguntarse: ¿Cómo me dejo interpelar por esta condición? ¿Estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza; o satisfecho en mi zona de confort? ¿Busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad? Sería un buen ejercicio cuaresmal confrontarse con la realidad concreta de algún inmigrante o peregrino, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide, para ser mejores caminantes hacia la casa del Padre. Este es un buen “examen” para el viandante.

En segundo lugar, hagamos este viaje juntos. La vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales [2]. Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos [3]. Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios (cf. Ga 3,26-28); significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia.

En esta cuaresma, Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades. Preguntémonos ante el Señor si somos capaces de trabajar juntos como obispos, presbíteros, consagrados y laicos, al servicio del Reino de Dios; si tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos; si hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o si la marginamos [4]. Esta es una segunda llamada: la conversión a la sinodalidad.

En tercer lugar, recorramos este camino juntos en la esperanza de una promesa. La esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5), mensaje central del Jubileo [5], sea para nosotros el horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual. Como nos enseñó el Papa Benedicto XVI en la Encíclica Spe salvi, «el ser humano necesita un amor incondicionado. Necesita esa certeza que le hace decir: “Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rm 8,38-39)» [6]. Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado [7], y vive y reina glorioso. La muerte ha sido transformada en victoria y en esto radica la fe y la esperanza de los cristianos, en la resurrección de Cristo.

Esta es, por tanto, la tercera llamada a la conversión: la de la esperanza, la de la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna. Debemos preguntarnos: ¿poseo la convicción de que Dios perdona mis pecados, o me comporto como si pudiera salvarme solo? ¿Anhelo la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? ¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común, actuando de manera que nadie quede atrás?  

Hermanas y hermanos, gracias al amor de Dios en Jesucristo estamos protegidos por la esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5). La esperanza es “el ancla del alma”, segura y firme [8]. En ella la Iglesia suplica para que «todos se salven» ( 1 Tm 2,4) y espera estar un día en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo. Así se expresaba santa Teresa de Jesús: «Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo» ( Exclamaciones del alma a Dios, 15, 3) [9].

Que la Virgen María, Madre de la Esperanza, interceda por nosotros y nos acompañe en el camino cuaresmal.

 

Roma, San Juan de Letrán, 6 de febrero de 2025, memoria de los santos Pablo Miki y compañeros, mártires.

FRANCISCO

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El VI galardón monseñor Antonio Gómez Aguilar será para las Hermanitas de los Ancianos Desamparados

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El VI galardón monseñor Antonio Gómez Aguilar será para las Hermanitas de los Ancianos Desamparados

La entrega será el próximo 7 de marzo, en el centro parroquial Carmen Márquez Criado

La Fraternidad del Santísimo Cristo de la Providencia, dependiente de la Obra Pía Santísima Trinidad y de la parroquia de San Juan y Todos los Santos -Trinidad, con la colaboración de la Fundación La Caixa, ha anunciado la concesión del VI Galardón Mons. Antonio Gómez Aguilar a la Congregación Religiosa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Este reconocimiento, instituido en 2020, premia a entidades y personas que destacan por su servicio a los demás. La elección de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en esta sexta edición responde a su incansable labor en el cuidado y atención de los mayores sin recursos, brindándoles un hogar donde puedan vivir con dignidad y cariño.

Fundada en 1873 por el venerable Saturnino López Novoa y Santa Teresa Jornet e Ibars, esta congregación cuenta con una importante presencia en la diócesis de Córdoba, con casas de acogida en Cabra, Montilla, Puente Genil y la ciudad.

Desde la Fraternidad del Santísimo Cristo de la Providencia han destacado el compromiso de las religiosas con los ancianos más necesitados, resaltando su ejemplo de amor al prójimo y su contribución a una sociedad más justa y solidaria.

La entrega del galardón se celebrará el próximo 7 de marzo, a las 20:00 horas, en el Centro Parroquial «Carmen Márquez Criado», ubicado en la calle Tejón y Marín, 10. Este acto coincidirá con la conmemoración del XXXII aniversario del fallecimiento de Monseñor Antonio Gómez Aguilar.

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Vigilia de Oración en la Parroquia de San Sebastián

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Vigilia de Oración en la Parroquia de San Sebastián

Este viernes, 7 de marzo, la parroquia de San Sebastián de Huelva capital acogerá una emotiva Vigilia de Oración convocada por la delegación de Manos Unidas en Huelva.

Bajo el lema “Compartir es nuestra mayor riqueza”, esta vigilia se enmarca en la línea de la Campaña Contra el Hambre 2025, poniendo el acento en la necesidad de la solidaridad y el compromiso con quienes más lo necesitan.

La Iglesia Católica, a lo largo de su historia, ha subrayado en numerosas ocasiones la importancia de compartir como expresión de fraternidad y justicia.

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Fervor y devoción en Pozoblanco ante la fiesta de la Virgen de Luna

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El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, presidió la Eucaristía con la que se inició la Novena en su honor

Pozoblanco vivió con intensidad los preparativos para la llegada de la Virgen de Luna, una tradición que volvió a cumplirse el pasado fin de semana con la “Romería de traída”, que congregó a miles de devotos para honrar a la Alcaldesa Perpetua de la localidad.

Después del pregón pronunciado el viernes, 21 de febrero, por Manuel Marín Domínguez, la despedida del carro de la comida y la entrada al pueblo de la Virgen imponiéndole las llaves de los Sagrarios de Pozoblanco y Villanueva, una joya que cumple 150 años, los pozalbenses acompañaron a la Virgen en la procesión hasta la parroquia de Santa Catalina, donde el Ayuntamiento le puso el bastón de Alcaldesa Perpetua del pueblo, en el que permanecerá hasta el Domingo de Pentecostés. El regreso de la imagen de la Virgen de Luna a su casa de Pozoblanco, fue una vez más motivo de gozo para los fieles y devotos.

Asimismo, en este año especial en el que se está preparando la Coronación Canónica de la Virgen fijada para el día 7 de diciembre, el obispo de Córdoba fue el encargado de iniciar la Novena en honor a la Virgen de Luna, que finalizará el Miércoles de Ceniza.



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Santo Rosario para rezar por la salud del Papa Francisco

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  • Tendrá lugar el 27 de febrero, en la Basílica parroquial de Nuestra Señora de las Angustias, a las 19:15 horas.

NOTA DE PRENSA

Granada, 25 de febrero de 2025.- El arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, reitera su invitación a intensificar la oración por la salud del Papa Francisco, elevando súplicas a Dios de forma individual o comunitaria.

Con el deseo de orar juntos por esta mejora en la salud del Santo Padre, desde el arzobispado se convoca al rezo del Santo Rosario que tendrá lugar el 27 de febrero, a las 19:15 horas, en la Basílica parroquial de Nuestra Señora de las Angustias, sede patronal.

La convocatoria está dirigida a todos los fieles de la Archidiócesis y cuantas personas deseen sumarse, para orar a la Madre de Dios, en su advocación de la Virgen de las Angustias, por la salud del Papa Francisco, hospitalizado desde el pasado 14 de febrero.

La Archidiócesis de Granada se suma así a la Iglesia universal, que estos días elevan oraciones en todo el mundo por la recuperación del pontífice, y expresa su afecto y comunión con el Santo Padre.

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