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Jornada de Formación del Centro de Orientación Familiar

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El pasado sábado, 22 de febrero, en las instalaciones de la parroquia de San Miguel de Jaén, un amplio número de orientadores familiares que desarrollan su labor en el Centro de Orientación Familiar de la Diócesis (COF), tuvieron la oportunidad de continuar con su formación, dentro los encuentros programados anualmente.

En esta ocasión, de la mano de Pilar Vega, psicóloga, miembro de dicho centro, y bajo el título «Orientación Familiar y Salud Mental; comprendiendo la personalidad y los trastornos», profundizaron en la gestión del acompañamiento y orientación de aquellas personas que presentan unos rasgos de personalidad demasiados marcados, y que podemos «tipificar» según sus características, para una mejor comprensión de sus reacciones y su forma de pensar, así como los aspectos claves para entender las posibles dificultades a los que los miembros del COF se pueden encontrar en su acompañamiento y en la resolución de problemas.

Pilar Vega, con una forma didáctica, amena y dinámica, presentó a los participantes las características principales de aquellas personalidades que podemos catalogar, en términos coloquiales como «difíciles», un amplio abanico que pasa desde las personalidades narcisistas, histriónicas, incluyendo a las obsesivas o las dependientes, todo un espectro que, según el grado de intensidad de manifestación de las peculiaridades de cada una de ellas, requerirá un tipo de abordaje u otro para mejorar aquellos aspectos que perturban su vida cotidiana y la de los que le rodean.

El desarrollo de la jornada culminó con el planteamiento de varios casos prácticos, en los que los participantes identificaron diferentes tipos de personalidades y sus implicaciones familiares y psicosociales para poder reconocer y aplicar los conocimientos adquiridos en su labor de orientación.

El Centro Orientación Familiar de “Jaén” es un servicio especializado de atención integral a los problemas familiares en todas sus dimensiones. Se inspira y ejerce su actividad desde la antropología cristiana y la fidelidad al Magisterio de la Iglesia Católica. Depende de la Fundación Pía Autónoma “Familia Cristiana”, e inició sus actividades en el año 1997, ya son 28 años trabajando por la familia. Durante el año 2024 se han abierto 61 nuevos casos. El COF se encuentra situado en la San Clemente de Jaén capital, y se puede llamar al teléfono 953 235 223 para solicitar información y/o acompañamiento.

Ricardo Cobo
Miembro del COF- Jaén

El Obispo de Jaén se une al Rosario por la salud del Santo Padre convocado, esta noche, en la Plaza de San Pedro

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Recogiendo el sentir del Pueblo de Dios, los cardenales residentes en Roma, colaboradores de la Curia Romana, y de la diócesis de Roma rezarán el Rosario en la Plaza de San Pedro a las 21:00 por la salud del Papa Francisco. A él se unirá, en comunión, el Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez, que se encuentra en Roma, después de haber participado, este domingo, en el Jubileo de los Diáconos y a la espera para unirse a la peregrinación diocesana.

Unido a múltiples manifestaciones de cercanía y oración por la salud el Papa Francisco que se realizan en todo el mundo. También la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha dado a conocer que, a partir de este lunes, 24 de febrero, en la plaza de San Pedro “recogiendo el sentir del Pueblo de Dios” se rezará el santo rosario. La oración la preside hoy el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin.

“A partir de esta tarde -dice el comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede-, los cardenales residentes en Roma, con todos los colaboradores de la Curia Romana y de la diócesis de Roma, recogiendo el sentir del Pueblo de Dios, se reunirán en la plaza de San Pedro, a las 21 horas, para el rezo del Santo Rosario por la salud del Santo Padre. La oración de hoy estará presidida por Su Eminencia el Card. Secretario de Estado, Pietro Parolin”.

Esta oración en comunión de la Iglesia universal es «Una manera de manifestar la cercanía de la Iglesia al Papa y a los enfermos», subrayó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.

En su boletín matutino sobre la salud el Papa, la Oficina de Prensa del Vaticano había informado que «la noche ha transcurrido bien, el Papa ha dormido y está descansando». Tras despertarse esta mañana, el Papa continuó su tratamiento. El estado de ánimo es bueno.

La oración del Santo Rosario será transmitida hoy en directo a través del portal de Vatican News, y sus canales de YouTube y Facebook, a los que se unirán la Diócesis de Jaén.

La VIII Escuela de Formación de Cáritas reflexiona sobre cómo construir comunidades acogedoras

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La Casa de la Iglesia de Jaén acogió el pasado sábado la celebración de la VIII Escuela de Formación de Cáritas Diocesana de Jaén. El lema escogido para esta edición ha sido «Comunidades que acogen y siembran esperanza». Esta cita formativa, organizada por el equipo de Animación en el Territorio, contó con la participación de más de 120 agentes de Cáritas, entre personas voluntarias y técnicas de los ámbitos parroquial, interparroquial y diocesano.

La jornada comenzó con una oración, dirigida por el vicario de Caridad y delegado episcopal de Cáritas, Juan Raya, quien estuvo acompañado por el director, Rafael Ramos, y el administrador, Manuel Ruz. La ponencia inaugural estuvo a cargo de Jennifer Gómez, del equipo de Inclusión-Movilidad humana de Cáritas Española. Su intervención desgranó los aspectos fundamentales de la exhortación pastoral «Comunidades acogedoras y misioneras», aprobada por la Conferencia Episcopal Española el pasado marzo y en la que se establece el marco para la pastoral con personas migrantes. En sus consideraciones iniciales, puso el foco en el pontificado de Francisco. «En mi opinión, lo vamos a recordar como el pontificado profético. Su primer viaje fue a Lampedusa y allí lanza un discurso programático e inaugural, en el que ofrece una hoja de ruta si queremos ser comunidades acogedoras», manifestó Gómez. Recordó así los cuatro verbos que el Francisco propone: «Acoger, proteger promover e integrar». Subrayó que la movilidad humana es hoy «un signo de los tiempos» y que si deseamos construir comunidades acogedoras y que siembran esperanza debemos partir de «una conversión personal». «Sobre esta podremos caminar juntos hacia una renovación eclesial. Una renovación que no es solo ideológica, sino que toca tierra, que nos hace salir de nuestra zona de confort», añadió Jennifer Gómez.

Prosiguió su intervención apuntando a que la Iglesia lanza dos retos: catolicidad y misión. «Católico significa universalidad, ir más allá de lo cercano. Si somos una Iglesia universal, somos una Iglesia misionera, que nos lleva a salir al encuentro del otro, con un interés de apertura, que podamos convivir como hermanos. Sabemos que dificultades habrá, pero también tenemos herramientas, como el diálogo y la escucha».

Datos sobre las personas migradas

Jennifer Gómez puso sobre la mesa algunos datos, como en el mundo solo el 3,6% de la población es migrante internacional. «De este dato, el que más nos preocupa es el de aquellas personas que pierden de la vida en su intento. Sin ir más lejos, en nuestra frontera sur se estima que unas 10.000 personas perdieron la vida intentando llegar a nuestras costas», lamentó. Asimismo, también aportó que 89 millones de personas en el mundo viven desplazadas, cifra que ha aumentado por los conflictos en Ucrania y en Tierra Santa. «Como Iglesia debemos acompañar a estas personas. Ser persona migrada supone mucha vulnerabilidad. De hecho, una de cada dos personas migrantes se encuentra en riesgo de exclusión social severa en España y el 60% de los hogares migrantes con menores está en riesgo de pobreza», expuso. «Con la población migrada no hay convivencia, sino coexistencia», denunció Gómez.

En la charla desmontó lo que calificó como «falsos mitos» en torno a las personas migradas en nuestro país. Hizo hincapié en el ámbito laboral y en la identidad. Confrontó que mientras que se escucha que «nos quitan el trabajo», los datos corroboran lo contrario: ganan un 30% menos, gran parte trabaja en la economía sumergida, hay una importante brecha salarial y se concentran en empleos poco cualificados. Sin embargo, aportan a la economía tanto del país de origen como a la del país que los acoge. En cuanto a quienes los acusan de «amenazar la identidad» recordó que la emigración no es un problema, sino un fenómeno que ha existido siempre. «Gracias a Dios la identidad se modela, cambia, crece, se construye, se enriquece con el encuentro con los otros. Mi identidad se amplía», defendió. Reflexionó, asimismo, por el concepto de aporofobia, acuñado por la filósofa Adela Cortina.

Un elemento importante que desarrolló es que las personas migradas enriquecen nuestra fe «porque Dios se manifiesta en el otro». «La Iglesia llama a un diálogo ecuménico e interreligioso. Las personas migrantes nos ofrecen claves y orientaciones distintas para encontrarnos con Jesús», afirmó Gómez. «Como Iglesia estamos llamados a salir a las periferias como lo hizo Jesús. Por eso, nuestras comunidades están llamadas a ser lugares de encuentro», concluyó Gómez.

Cinco talleres

La VIII Escuela de Formación de Cáritas Diocesana de Jaén contó también con cinco talleres de trabajo. «Cuidado de la espiritualidad», impartido por el delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Jaén y vicario de Caridad, Juan Raya, fue uno de ellos. Se fundamentó en que la acción no sea el centro del voluntariado, sino que se fundamente en el cuidado de una espiritualidad que ayude al encuentro con Dios en el rostro de las personas empobrecidas. El taller de «Animación comunitaria» estuvo dirigido por Juan José López, del equipo de Desarrollo Institucional de Cáritas Española. Animó a los participantes a pasar de la urgencia de las ayudas materiales y de los servicios -el «hacer- hacia la emergencia de lo esencial, hacia el acompañamiento transformacional desde relaciones humanizadoras y comunitarias que emerge del «ser».

«Gestión de emergencias: organizados en la tragedia» fue el título de la tercera propuesta, impartida en este caso por el Grupo Motor de Cooperación Fraterna de Cáritas Diocesana de Jaén. De una manera dinámica y vivencial, se conocieron cuáles son las claves para gestionar una situación de emergencia apoyándose en las líneas marcadas por Cáritas. También se puso el foco en las emergencias internacionales actuales. El responsable del Programa de Personas Privadas de Libertad, Exreclusos y Medidas Alternativas de Cáritas, Francisco Javier Cruz, estuvo al frente del taller «Estuve en la cárcel, y vinisteis a verme. La esperanza de la libertad». Acercó a los asistentes a la realidad de estas personas para eliminar estigmas sociales y profundizar en los procesos de acompañamiento e inserción social, laboral y familiar.

Finalmente, el quinto taller, titulado «La movilidad humana en clave intercultural», fue impartido por Jennifer Gómez. Ofreció un acercamiento a la movilidad humana desde dos perspectivas. La primera profundizó en los fundamentos bíblicos y de la DSI sobre las migraciones y la segunda reflexionó sobre la acción social de Cáritas con las personas migrantes y refugiadas. Estas dos perspectivas permitierona hacer una lectura de la movilidad en clave intercultural a través de un taller vivencial.

La Eucaristía celebrada en la Capilla Mayor del Seminario clausuró la VIII Escuela de Formación de Cáritas Diocesana de Jaén, una de las principales citas en el calendario anual de este organismo de la Iglesia de Jaén.

Cáritas diocesana de Jaén

Cursos de preparación al matrimonio en Torredonjimeno

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Las parroquias de Torredonjimeno han concluido, durante el pasado fin de semana, el curso de preparación inmediata al Matrimonio, en el que se han dado cita 21 parejas de novios de las Parroquias de San Pedro y Santa María de la localidad tosiriana y de la vecina Ntra. Sra. de Gracia, de Villardompardo.

La propuesta del grupo de matrimonios interparroquial que lleva a cabo esta labor cada año está muy consolidada en la ciudad y suponen unas jornadas de compartir el proyecto conyugal desde la experiencia y la propuesta cristiana de la familia, como Iglesia doméstica.

A lo largo de dos jornadas de curso intensivo, que se han desarrollado en el Centro de Pastoral “La Victoria”, las parejas de novios han asistido a la exposición de siete temas formativos sobre el Matrimonio, como proyecto de felicidad y llamada a vivir el Amor en el mundo, además de la espiritualidad de la vida conyugal y celebración del sacramento.

En la última convocatoria, las parejas junto con el equipo de matrimonios que llevan a cabo estos cursos, así como los dos párrocos de Torredonjimeno, D. Agustín Rodríguez y D. Ildefonso Rueda, compartieron el almuerzo en los salones del centro de Pastoral, en un momento de intercambio de impresiones sobre un curso que les permite centrarse en el proyecto de vida matrimonial.

Estos encuentros concluían con la bendición de las parejas de novios ante la inminente celebración de su enlace matrimonial, y depositando a los pies de la patrona de la ciudad, la Santísima Virgen de consolación, el proyecto de vida en común elaborado en estas jornadas.

Comunidades parroquiales de Torredonjimeno y Villardompardo

Los jiennenses que ganarán el jubileo en Roma son enviados por la Diócesis

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Los peregrinos que viajarán a Roma recibieron la bendición en la Eucaristía de envío que se celebró este domingo en la Catedral de Jaén, presidida por el Vicario General de la Diócesis, D. Juan Ignacio Damas López. La peregrinación diocesana está organizada por la Delegación episcopal de Santuarios, Peregrinaciones y Turismo que dirige D. Miguel Ángel Solas León y estará encabezada por el Obispo Don Sebastián Chico Martínez.

Uno de los actos más significativos de la celebración jubilar en nuestra Diócesis será esta peregrinación que congregará a un buen número de jienenses en la ciudad de Roma durante el próximo fin de semana. Los fieles que participen podrán cruzar la Puerta Santa de San Pedro y obtener la gracia jubilar al conmemorarse el 2025 aniversario de la Encarnación del Hijo de Dios.

Como inicio de esta Peregrinación diocesana, la Comisión del Jubileo 2025 en la Diócesis de Jaén, en el calendario de las celebraciones jubilares, programó esta Eucaristía de envío, con la que los peregrinos comienzan a preparar espiritualmente un camino que les llevará a encontrarse con la Misericordia del Señor. Previamente, en la Casa de la Iglesia, los participantes recibieron información detallada y las correspondientes recomendaciones para efectuar el viaje a Roma.

La Eucaristía de envío de peregrinos estuvo presidida por el Vicario General de la Diócesis, D. Juan Ignacio Damas López y concelebrada por el Delegado de Peregrinaciones, D. Miguel Ángel Solas y el Vicario Territorial y Secretario de la Comisión del Jubileo, D. Ildefonso Rueda Jándula. Damas López se dirigió a los fieles desde la Palabra del Domingo en la que el Señor nos ofrecía el camino del amor y del perdón llevado al extremo del amor al enemigo, como camino hacia la felicidad. En el contexto de la peregrinación, esta Palabra es ya una propuesta para que quienes van a viajar a Roma comiencen a vivir ya desde la Misericordia.

Durante la celebración de envío, el Coro de San Pablo de Úbeda participó con sus cantos, entre los que destacó el Himno del Jubileo, invitando así a todos a elevar la alabanza al Señor en este Año Santo. Con su brillante participación contribuyeron a aumentar la belleza de la acción litúrgica. Después de la bendición de envío de los peregrinos, El Vicario General y el Delegado de peregrinaciones entregaron a los asistentes la Guía del Peregrino con la que ya han comenzado a preparar, cargados de esperanza, esta peregrinación que les llevará a cruzar la puerta Santa Jubilar.

Secretario de la Comisión diocesana Jubileo 2025

Manuel Rico es ya diácono permanente, “servidor abnegado de los hermanos y constructor de comunión”

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Arropado por el Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez; algunos de los formadores del diaconado permanente, así como diáconos permanentes y otros en formación, recibió el orden diaconal el jiennense Manuel Rico Teba.

Fue en la basílica de San Pedro de el Vaticano, junto con otros 23 aspirantes al diaconado de todo el mundo. En una celebración presidia por Monseñor Rino Fisichella, arzobispo pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, al no poder estar presente el Santo Padre por su hospitalización a causa de una neumonía.

Ser apóstoles del perdón, servidores abnegados de los hermanos y constructores de comunión. Es el deseo expresado por Monseñor Rino Fisichella, la celebración eucarística en la conclusión del Jubileo de los Diáconos.

Durante la misa que marcó el final del cuarto de los grandes acontecimientos jubilares – en Roma peregrinaban estos días casi cuatro mil diáconos permanentes – veintitrés recibieron el sagrado orden del diaconado, dos de Brasil, seis de Colombia, uno de Francia, tres de Italia, tres de México, dos de Polonia, tres de España y otros tantos de Estados Unidos.

«En la celebración eucarística sentimos al Papa Francisco – aunque en la cama de hospital – cercano y presente en medio de nosotros y esto – dijo monseñor Fisichella – nos obliga a hacer aún más fuerte e intensa nuestra oración para que el Señor lo asista en su momento de prueba y enfermedad».

A continuación, el arzobispo inició la lectura de la homilía preparada por el Santo Padre, invitando a la reflexión a partir de las lecturas que se acababan de escuchar y de la palabra clave «gratuidad», «dimensión fundamental de la vida cristiana» y del ministerio del diaconado, en particular bajo tres aspectos: el perdón, el servicio desinteresado y la comunión.

Monseñor Fisichella durante la misa expresó, a propósito del Evangelio dominical que, el perdón, cuyo anuncio es «una tarea esencial del diácono», pero también «un elemento indispensable para todo camino eclesial» y «una condición para toda convivencia humana».

Cuando Jesús dice «Amen a sus enemigos», muestra la necesidad del perdón y de las relaciones: si queremos «crecer juntos, compartiendo luces y sombras», «los éxitos y los fracasos de cada uno», no podemos excluir de nuestro amor «ni siquiera a los que nos golpean y nos traicionan», dijo el arzobispo.

Por otra parte, un mundo en el que sólo hay odio hacia los adversarios es un mundo «sin esperanza» ni futuro, destinado a ser «desgarrado» por guerras interminables, divisiones y venganzas.

Perdonar, por tanto, significa preparar para el futuro «un hogar acogedor y seguro, en nosotros y en nuestras comunidades». En todo esto, el diácono, proyectado en virtud de su ministerio hacia las periferias del mundo, se compromete a ver en todos, «incluso en quien se equivoca y causa sufrimiento», una hermana y un hermano «heridos en el alma», y por tanto necesitados más que nadie de «reconciliación, guía y ayuda».

El segundo aspecto analizado por el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, el servicio desinteresado, expresado en el Evangelio por la invitación a hacer el bien «sin esperar nada».

Palabras impregnadas del «buena perfume de la amistad», actitud que no es un «aspecto accesorio» de las acciones del diácono, sino una «dimensión sustancial de su ser» como persona consagrada en el ministerio, «escultor» y «pintor» del rostro misericordioso del Padre y «testigo» del misterio de Dios-Trinidad.

El prelado, leyendo la homilía del Santo Padre, rastreó numerosos pasajes evangélicos en los que Jesús habla de sí mismo bajo esta luz: después de haber lavado los pies a los apóstoles («el que me ha visto a mí, ha visto al Padre»), al instituir la Eucaristía («yo estoy entre ustedes como el que sirve») y cuando, camino de Jerusalén, a los discípulos que discutían entre sí sobre quién era el más grande, les había explicado que «el Hijo del hombre […] no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

De ahí la exhortación del Papa – en su homilía leída por monseñor Rino Fisichella – a los diáconos a acompañar el trabajo gratuito realizado «con una sonrisa», sin quejas y sin «buscar reconocimiento», apoyándose unos a otros, incluso en las relaciones con obispos y presbíteros.

Así, la acción «concordante y generosa» – leyó monseñor Fisichella – será un «puente» que conectará «el altar con la calle» y «la Eucaristía con la vida cotidiana de la gente»; la caridad será la «liturgia más bella» y la liturgia el servicio «más humilde».

De ahí la última declinación de la gratuidad como «fuente de comunión»: dar sin pedir nada a cambio «une y crea vínculos», porque expresa y alimenta un «estar juntos» que tiene como meta «el don de sí y el bien de las personas».

Siguiendo el ejemplo del patrono San Lorenzo – que cuando sus acusadores le pidieron que les entregara los tesoros de la Iglesia, les mostró a los pobres y les dijo: «¡Aquí están nuestros tesoros!» – se comprende cómo se construye la comunión: expresando al hermano y a la hermana con palabras, pero sobre todo con obras, personalmente y como comunidad, la medida del propio valor.

«Esto es lo que hacen ustedes, maridos, padres y abuelos que están dispuestos, en el servicio, a extender sus familias a los necesitados, dondequiera que vivan», subrayó el arzobispo a los diáconos presentes, aclarando que su misión, que los «saca» de la sociedad para reintroducirlos en ella, haciéndola cada vez más «un lugar acogedor y abierto a todos», es una de las expresiones más bellas de una Iglesia sinodal y «en salida».

A los que pronto recibirían el sacramento del Orden, monseñor Rino Fisichella leyó que el Papa les recuerda en su homilía que descenderían y no ascenderían los peldaños del ministerio, porque con la ordenación «no se asciende, sino que se desciende, uno se hace pequeño, se abaja y se despoja» para abandonar, en el servicio, al «hombre de la tierra», y revestirse, en la caridad, del «hombre del cielo».

Junto con el resto de los aspirantes al diaconado permanente de todo el mundo, el jiennense Manuel Rico recibió el símbolo de este ministerio de la mano de Monseñor Fisichella, el Evangeliario, en un momento de emoción y unción seguido de cerca por su familia de sangre y la de fe, la Iglesia diocesana de Jaén.

Fuente: Vatican News

“Un gesto de amor que la Virgen del Carmen tiene con sus hijos más cercanos”

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La Hermandad de la Santa Cruz de Peñarroya-Pueblonuevo agradece la adhesión a la Orden de los Carmelitas Descalzos

La Hermandad y Cofradía de la Santa Cruz, Nuestra Señora del Carmen y Ánimas Benditas del Purgatorio de la Parroquia de El Salvador de Peñarroya-Pueblonuevo celebró el día 15 de febrero, el XI Aniversario de la bendición de la Virgen de forma que “marcará un antes y después para nuestra Hermandad y el pueblo de Peñarroya-Pueblonuevo”, como explicó el Hermano Mayor, Marcelo Hidalgo.

En la celebración de la Santa Misa dieron gracias a Dios por la adhesión a la Orden de los Carmelitas Descalzos, privilegio concedido en la Casa Generalicia de la Orden de los Carmelitas Descalzos en Roma, el día 8 de Julio de 2024, de manos de Fray Miguel Márquez Calle, Prepósito General de la Orden.

A la celebración acudieron el Padre Fray Francisco Víctor López Fernández, el Padre Fray Prudvi Rajesh Gajulael y el Diácono Fray José Carlos Sillero Fresno, procedentes del Convento de Carmelitas Descalzos de San Cayetano (Córdoba). Junto a ellos, como maestro de ceremonia, estuvo el párroco y consiliario, Agustín Alonso Asensio.

En su intervención, el Padre Fray Francisco Víctor, aseguró que “este es un gesto de amor que la Virgen del Carmen tiene con sus hijos más cercanos para gloria de Dios, regalándonos los privilegios que ostenta la Orden y que ahora se podrá obtener a través de Ella en nuestra Parroquia, haciendo referencia a la unidad con la Orden y a los días que gozaremos de Indulgencias plenarias”.

Estos días serán los que coinciden con el día que se viste el escapulario y el que es inscrito en la Tercera Orden o Cofradía. En las fiestas:

De Nuestra Señora del Carmen (16 de julio)

San Elías profeta (20 de julio)

Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre)

Santa Teresa de Jesús (15 de octubre)

De todos los Santos Carmelitas (1 de noviembre)

San Juan de la Cruz (14 de diciembre)

San Simón Stock (16 de mayo)

Indulgencia parcial

Se gana indulgencia parcial por usar piadosamente el Santo Escapulario. Se puede ganar no sólo por besarlo, sino por cualquier otro acto de afecto y devoción. Y no sólo al escapulario, sino también a la medalla–escapulario.

La entrada “Un gesto de amor que la Virgen del Carmen tiene con sus hijos más cercanos” apareció primero en Diócesis de Córdoba. Ver este artículo en la web de la diócesis

Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2025

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Caminemos juntos en la esperanza

Queridos hermanos y hermanas:

Con el signo penitencial de las cenizas en la cabeza, iniciamos la peregrinación anual de la santa cuaresma, en la fe y en la esperanza. La Iglesia, madre y maestra, nos invita a preparar nuestros corazones y a abrirnos a la gracia de Dios para poder celebrar con gran alegría el triunfo pascual de Cristo, el Señor, sobre el pecado y la muerte, como exclamaba san Pablo: «La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?» ( 1 Co 15,54-55). Jesucristo, muerto y resucitado es, en efecto, el centro de nuestra fe y el garante de nuestra esperanza en la gran promesa del Padre: la vida eterna, que ya realizó en Él, su Hijo amado (cf. Jn 10,28; 17,3) [1].

En esta cuaresma, enriquecida por la gracia del Año jubilar, deseo ofrecerles algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria.

Antes que nada, caminar. El lema del Jubileo, “Peregrinos de esperanza”, evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, narrado en el libro del Éxodo; el difícil camino desde la esclavitud a la libertad, querido y guiado por el Señor, que ama a su pueblo y siempre le permanece fiel. No podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Surge aquí una primera llamada a la conversión, porque todos somos peregrinos en la vida. Cada uno puede preguntarse: ¿cómo me dejo interpelar por esta condición? ¿Estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza; o satisfecho en mi zona de confort? ¿Busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad? Sería un buen ejercicio cuaresmal confrontarse con la realidad concreta de algún inmigrante o peregrino, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide, para ser mejores caminantes hacia la casa del Padre. Este es un buen “examen” para el viandante.

En segundo lugar, hagamos este viaje juntos. La vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales [2]. Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos [3]. Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios (cf. Ga 3,26-28); significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia.

En esta cuaresma, Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades. Preguntémonos ante el Señor si somos capaces de trabajar juntos como obispos, presbíteros, consagrados y laicos, al servicio del Reino de Dios; si tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos; si hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o si la marginamos [4]. Esta es una segunda llamada: la conversión a la sinodalidad.

En tercer lugar, recorramos este camino juntos en la esperanza de una promesa. La esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5), mensaje central del Jubileo [5], sea para nosotros el horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual. Como nos enseñó el Papa Benedicto XVI en la Encíclica Spe salvi, «el ser humano necesita un amor incondicionado. Necesita esa certeza que le hace decir: “Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” ( Rm 8,38-39)» [6]. Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado [7], y vive y reina glorioso. La muerte ha sido transformada en victoria y en esto radica la fe y la esperanza de los cristianos, en la resurrección de Cristo.

Esta es, por tanto, la tercera llamada a la conversión: la de la esperanza, la de la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna. Debemos preguntarnos: ¿poseo la convicción de que Dios perdona mis pecados, o me comporto como si pudiera salvarme solo? ¿Anhelo la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? ¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común, actuando de manera que nadie quede atrás?

Hermanas y hermanos, gracias al amor de Dios en Jesucristo estamos protegidos por la esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5). La esperanza es “el ancla del alma”, segura y firme [8]. En ella la Iglesia suplica para que «todos se salven» ( 1 Tm 2,4) y espera estar un día en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo. Así se expresaba santa Teresa de Jesús: «Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo» ( Exclamaciones del alma a Dios, 15, 3) [9].

Que la Virgen María, Madre de la Esperanza, interceda por nosotros y nos acompañe en el camino cuaresmal.

Roma, San Juan de Letrán, 6 de febrero de 2025, memoria de los santos Pablo Miki y compañeros, mártires.

     FRANCISCO

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[1] Cf. Carta enc. Dilexit nos (24 octubre 2024), 220.

[2] Cf. Homilía en la Santa Misa por la canonización de los beatos Juan Bautista Scalabrini y Artémides Zatti (9 octubre 2022).

[3] Cf. ibíd.

[4] Cf. ibíd.

[5] Cf. Bula Spes non confundit, 1.

[6] Carta enc. Spe salvi (30 noviembre 2007), 26.

[7] Cf. Secuencia del Domingo de Pascua.

[8] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1820.

[9] Ibíd., 1821.

Ver este artículo en la web de la diócesis

El Papa autoriza la canonización del venezolano José Gregorio Hernández

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El beato venezolano José Gregorio Hernández será proclamado santo. Lo ha estipulado el Santo Padre Francisco en el comunicado publicado este martes 25 de febrero de 2025, tras la audiencia concedida en el Hospital Policlínico Gemelli, donde se encuentra internado, al Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, y a Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

El Pontífice aprobó los votos favorables de la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y Obispos miembros del Dicasterio para las Causas de los Santos para esta canonización, así como para la del Beato Bartolo Longo, fiel laico, nacido en Latiano (Italia) el 10 de febrero de 1841 y fallecido en Pompeya (Italia) el 5 de octubre de 1926. Al mismo tiempo, Francisco ha decidido convocar a un consistorio para definir la fecha de ambas canonizaciones.

El legado de José Gregorio Hernández sigue calando fuerte en el pueblo venezolano, quien desde hace años aguardaba con fe esta noticia. Además, el interés y la devoción por su figura crecieron exponencialmente en los últimos años tanto en su país natal como en el resto de Latinoamérica y el Caribe.

Al ingresar en la Tercera Orden Regular de San Francisco, José Gregorio se comprometió a ayudar a los más necesitados, siendo llamado «el médico de los pobres», un apelativo que se ha consolidado internacionalmente.

Después, entró en la Cartuja de Farneta (Lucca), pero por motivos de salud, tuvo que abandonarla a los nueve meses, regresando a Caracas. Posteriormente, comenzó a prepararse para el sacerdocio pero, mientras estaba en el Colegio Pío Latino Americano de Roma, le sobrevino una pleuresía y un principio de tuberculosis. De vuelta a sus tierras, se dedicó definitivamente a la medicina.

Y fue al salir de una farmacia en Caracas, en junio de 1919, donde había comprado unas medicinas para un paciente anciano, cuando fue atropellado por un coche, muriendo posteriormente en el hospital. Fue proclamado beato en 2021 y sus restos mortales se veneran en la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Caracas.

Además, el Santo Padre ha promulgado los decretos relativos a las siguientes causas:

– la ofrenda de la vida del Siervo de Dios Emilio Giuseppe Kapaun, sacerdote diocesano, nacido el 20 de abril de 1916 en Pilsen (Kansas, EE.UU.) y fallecido el 23 de mayo de 1951 en el campo de prisioneros de Pyokton (Corea del Norte);

– la ofrenda de la vida del Siervo de Dios Salvo D’Acquisto, fiel laico, nacido en Nápoles el 15 de octubre de 1920 y fallecido en Palidoro (Italia) el 23 de septiembre de 1943;

– las virtudes heroicas del Siervo de Dios Miguel Maura Montaner, sacerdote diocesano y fundador de la Congregación de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico, nacido en Palma de Mallorca (España) el 6 de septiembre de 1843 y fallecido allí el 19 de septiembre de 1915;

– las virtudes heroicas del Siervo de Dios Didaco Bessi, sacerdote diocesano, fundador de la Congregación de las Hermanas Dominicas de Santa María del Rosario, nacido el 5 de febrero de 1856 en Iolo (Italia) y fallecido allí el 25 de mayo de 1919;

– las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Cunegonda Siwiec, fiel laica, nacida el 28 de mayo de 1876 en Stryszawa – Siwcówka (Polonia) y fallecida allí el 27 de junio de 1955.

Arzobispo de Caracas: José Gregorio, un santo para nuestro tiempo

Tras conocerse la noticia sobre la habilitación de la canonización de José Gregorio Hernández, el arzobispo de Caracas, Monseñor Raúl Biord Castillo, celebró este homenaje «a la vida ejemplar y a las virtudes heroicas de un hombre que dedicó su existencia a aliviar el sufrimiento humano y a transmitir un mensaje de amor y esperanza».

«La iglesia católica, escribe en un comunicado difundido por la Arquidiócesis, reconoce su vida de santidad, acompañada de una devoción universal, que hoy le permite ser elevado al altar».

Para Biord Castillo, la vida y obra de Hernández son un ejemplo de amor al prójimo, de entrega a los demás y de fe en Dios.

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Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma 2025

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“Caminemos juntos en la esperanza” es el título del mensaje para el tiempo cuaresmal, enriquecido por la gracia del Año jubilar

El Papa Francisco ha publicado el Mensaje para la Cuaresma 2025 titulado “Caminemos juntos en la esperanza”. Un mensaje en el que el Santo Padre nos invita a iniciar la Cuaresma en la fe y en la esperanza, un tiempo enriquecido por la gracia del Año jubilar, donde el Pontífice insta a “descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria”.

Adjuntamos el mensaje íntegro, así como el enlace para poder descargarlo (https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/lent/documents/20250206-messaggio-quaresima2025.html).

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2025

Caminemos juntos en la esperanza

Queridos hermanos y hermanas:

Con el signo penitencial de las cenizas en la cabeza, iniciamos la peregrinación anual de la santa cuaresma, en la fe y en la esperanza. La Iglesia, madre y maestra, nos invita a preparar nuestros corazones y a abrirnos a la gracia de Dios para poder celebrar con gran alegría el triunfo pascual de Cristo, el Señor, sobre el pecado y la muerte, como exclamaba san Pablo: «La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?» ( 1 Co 15,54-55). Jesucristo, muerto y resucitado es, en efecto, el centro de nuestra fe y el garante de nuestra esperanza en la gran promesa del Padre: la vida eterna, que ya realizó en Él, su Hijo amado (cf. Jn 10,28; 17,3) [1].

En esta cuaresma, enriquecida por la gracia del Año jubilar, deseo ofrecerles algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria.

Antes que nada, caminar. El lema del Jubileo, “Peregrinos de esperanza”, evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, narrado en el libro del Éxodo; el difícil camino desde la esclavitud a la libertad, querido y guiado por el Señor, que ama a su pueblo y siempre le permanece fiel. No podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Surge aquí una primera llamada a la conversión, porque todos somos peregrinos en la vida. Cada uno puede preguntarse: ¿Cómo me dejo interpelar por esta condición? ¿Estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza; o satisfecho en mi zona de confort? ¿Busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad? Sería un buen ejercicio cuaresmal confrontarse con la realidad concreta de algún inmigrante o peregrino, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide, para ser mejores caminantes hacia la casa del Padre. Este es un buen “examen” para el viandante.

En segundo lugar, hagamos este viaje juntos. La vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales [2]. Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos [3]. Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios (cf. Ga 3,26-28); significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia.

En esta cuaresma, Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades. Preguntémonos ante el Señor si somos capaces de trabajar juntos como obispos, presbíteros, consagrados y laicos, al servicio del Reino de Dios; si tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos; si hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o si la marginamos [4]. Esta es una segunda llamada: la conversión a la sinodalidad.

En tercer lugar, recorramos este camino juntos en la esperanza de una promesa. La esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5), mensaje central del Jubileo [5], sea para nosotros el horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual. Como nos enseñó el Papa Benedicto XVI en la Encíclica Spe salvi, «el ser humano necesita un amor incondicionado. Necesita esa certeza que le hace decir: “Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rm 8,38-39)» [6]. Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado [7], y vive y reina glorioso. La muerte ha sido transformada en victoria y en esto radica la fe y la esperanza de los cristianos, en la resurrección de Cristo.

Esta es, por tanto, la tercera llamada a la conversión: la de la esperanza, la de la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna. Debemos preguntarnos: ¿poseo la convicción de que Dios perdona mis pecados, o me comporto como si pudiera salvarme solo? ¿Anhelo la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? ¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común, actuando de manera que nadie quede atrás?  

Hermanas y hermanos, gracias al amor de Dios en Jesucristo estamos protegidos por la esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5). La esperanza es “el ancla del alma”, segura y firme [8]. En ella la Iglesia suplica para que «todos se salven» ( 1 Tm 2,4) y espera estar un día en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo. Así se expresaba santa Teresa de Jesús: «Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo» ( Exclamaciones del alma a Dios, 15, 3) [9].

Que la Virgen María, Madre de la Esperanza, interceda por nosotros y nos acompañe en el camino cuaresmal.

 

Roma, San Juan de Letrán, 6 de febrero de 2025, memoria de los santos Pablo Miki y compañeros, mártires.

FRANCISCO

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