En la basílica de Nuestra Señora de las Angustias, hoy lunes día 23, a las 20 horas.
La basílica parroquial de Nuestra Señora de las Angustias acoge en la tarde de hoy lunes día 23, a las 20 horas, una Eucaristía en el XVI aniversario del fallecimiento del sacerdote diocesano D. Rogelio Macías, fundador de los centros educativos Juan XXIII en Granada: Colegio Juan XXIII en la Chana y Centro concertado Juan XXIII de Cartuja en Granada.
La Eucaristía estará presidida por el Vicario General del Arzobispado, D. Enrique Rico Pavés, y está abierta a la asistencia de todos cuantos deseen acudir y orar por el descanso eterno de D. Rogelio coincidiendo con su aniversario de fallecimiento.
D. Rogelio Macías Molina nació en 1921 en Íllora. Se formó como sacerdote en roma y dedicó su vida a los niños y a los jóvenes con especiales necesidades “a los que se entregó con inmenso amor y gran sabiduría, de manera generosa y altruista”, explican en los centros educativos que fundó.
Durante sus primeros años de sacerdocio fue Superior del Seminario Menor de Granada y más tarde también del Seminario Mayor. Mediada la década de los 50, fue nombrado Rector de las Escuelas de Magisterio del Ave María y allí se inspiró en Andrés Manjón para fundar la Institución benéfico-docente Juan XXIII. En el año 1964, comenzó la obra de su vida con la creación de tres centros educativos en las zonas más deprimidas de Granada por los que han pasado miles de alumnos. El primer centro que se puso en marcha fue en el Zaidín, después, en la Chana; y, finalmente, en Cartuja. “En estos centros se han formado y se continúan formando hombres y mujeres libres desde un ideario cristiano”, subrayan estos centros.
“Rogelio era una persona muy apreciada en Granada, su obra ha dejado una huella difícil de borrar en los educadores y los miles de alumnos que han pasado por sus centros. Vivió pobremente y con discreción, dedicando su vida, su talento, su alma, su esfuerzo y su corazón a los niños y jóvenes desde el prisma del amor incondicional”, explican.
Disponible el informativo diocesano “Iglesia Noticia”, emitido en COPE Granada y COPE Motril, en el día de la Solemnidad del Corpus Christi, el 22 de junio. Además del Corpus Christi y el Mensaje de nuestro arzobispo con motivo de esta fiesta, hablamos de Cáritas Diocesana en ese día de la caridad, de los Seises de la Catedral de Granada con los que se recupera esta tradición y de las Hospitalarias de Granada que han presentado su Memoria 2024.
La S.A.I Catedral Metropolitana de la Encarnación de Granada, que está celebrando su V centenario, acogerá este fin de semana sendos conciertos de música, con entrada libre hasta completar aforo.
El viernes día 27 se celebrará el concierto con el que se clausurará el XV Ciclo de Música y Tiempo Litúrgico, para festejar también el V Centenario de la Hermandad Sacramental del Sagrario y coincidiendo con la Octava del Corpus Christi. Estará a cargo de la Banda Municipal de Música de Granada, dirigida por Ángel López Carreño, a las 20 horas.
El segundo concierto que acoge el templo catedralicio será el sábado día 28, dentro del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, a las 20 horas. Estará a cargo de Les Petits Chanteurs du Mont-Royal y Angeli et Seraphim Pueri Cantores de la Catedral de Granada, dirigidos por Andrew Gray y Héctor Eliel Márquez, respectivamente. Para este último concierto hay más información en ESTE ENLACE
Programa emitido hoy viernes 20 de junio, en COPE Granada y COPE Motril.
Disponible el programa emitido hoy viernes 20 de junio de 2025 en COPE Granada y COPE Motril, dedicado a la gran fiesta cristiana del Corpus Christi. Entre otros temas, escuchamos el Mensaje de nuestro arzobispo en esta fiesta y a Cáritas Diocesana, con motivo este domingo del Día de la caridad. También conocemos la Memoria 2024 de las Hermanas Hospitalarias Fundación Purísima Concepción con su director gerente, Antonio Linares.
Con una procesión por las calles de Guadix terminó la celebración del Corpus Christi en la ciudad accitana. Antes, a las 6 de la tarde, se celebró la Eucaristía, en la Catedral, en la que bailaron los Seises, como es tradicional. La Misa estuvo presidida por el obispo y concelebrada por el cabildo y los sacerdotes de Guadix. Asistieron las autoridades civiles, militares y de seguridad de la ciudad, así como el alcalde y miembros de la corporación municipal.
D. Francisco Jesús Orozco, en la homilía, recordó testimonios de santos y de mártires sobre la Eucaristía. También recordó que, en la solemnidad del Corpus, la Iglesia celebra el Día de la Caridad y, por tanto, el Día de Cáritas. Agradeció la labor que hace Cáritas en la diócesis, tanto a nivel parroquial como diocesano, refirió algunos datos de las personas que fueron ayudadas en 2024 y los proyectos que se emprendieron, aludiendo a la Memoria de Actividades de Cáritas que se presentaba ese día.
También, animó el obispo a vivir y querer la Eucaristía: “Que en esta solemnidad se nos renueve el asombro de un Dios que escandalosamente quiere caminar con nosotros y nos quiere invitar a mirar al cielo para que, en medio de tanta putrefacción, de tanta corrupción, de tanta mentira, recobremos la verdad en la que hemos sido creados, visitemos al señor en el Sagrario. Seamos adoradores del Santísimo Sacramento. Vivamos con intensidad la Eucaristía, no por cumplir, dejémonos transformar por él. Y, en estos momentos, pidamos la necesaria paz en el mundo y el cese de todos los conflictos bélicos. El Papa lo decía esta mañana: la guerra nunca será la solución. Dios está con nosotros y quiere caminar con nosotros, vengamos a celebrar la Eucaristía. Vivamos el Corpus como el mejor regalo de amor para el mundo y para nosotros. Vivamos la misa con fe viva. Recibamos al Señor con un corazón limpio. Seamos portadores de esperanza”, dijo el obispo.
Y terminó animando a vivir la Eucaristía también a los más pequeños, a los niños y niñas que han hecho la Primera Comunión en Guadix, que estaban en la celebración y que luego iban a salir en la procesión, delante de la custodia, con sus trajes impecables.
Al finalizar la Misa, los Seises bailaron delante del Santísimo, con su traje de color granate, reservado solo para esta fiesta. Es una tradición de la ciudad de Guadix, que este año cumple 75 años desde que fueron recuperados para la Catedral accitana.
Después, tras la Misa, se inicio la procesión con la custodia y el Santísimo por las calles de Guadix, engalanadas para la ocasión y enriquecidas con altares y mucha devoción. El obispo, el clero, las autoridades, todas las hermandades de Guadix, los Seises, los niños de Primera Comunión y muchos fieles salieron en la procesión. También lo hicieron los trabajadores y voluntarios de Cáritas, protagonistas en este día de la Caridad. Y, por supuesto, también salió la Hermandad del Santísimo, de la Catedral, que es la encargada de organizar la celebración del Corpus Christi con toda solemnidad. Y así lo hicieron un año más.
La oferta de ejercicios espirituales en la diócesis se multiplica en los meses estivales. Hablamos de esta propuesta para crecer interiormente con José Emilio Cabra, doctor en Teología Espiritual, profesor de los Centros Teológicos Diocesanos, director de la Escuela de Teología San Manuel González y párroco en Nuestra Señora de los Remedios (Málaga)
¿Qué son los ejercicios espirituales y por qué son recomendables? Unos días de retiro en principio siempre vienen bien. El apartarse unos días del ajetreo que llevamos, de la cantidad de trabajo, de las prisas. Unos días para apartarnos, para reflexionar y, si somos creyentes, para rezar y ponernos más en contacto con Dios, siempre son buenos. Cuando hablamos de los ejercicios espirituales, sobre todo de los ejercicios ignacianos, hablamos de un tiempo en que uno se aparta, pero siguiendo un método de encuentro con el Señor. Los ejercicios de san Ignacio son un itinerario que pensó para, en principio, 30 días, aunque ofrece versiones más breves. Cualquiera de los modos de retiro, en particular este de san Ignacio, es muy provechoso, porque te pone muy en paralelo con el Señor, confrontando tu vida con la suya. Y eso siempre es beneficioso.
¿Por qué los llama ejercicios? Porque tienen su trabajo. No se va de ejercicios para tumbarse y no hacer nada, sino que uno va a ponerse delante del Señor y a “trabajarse”.
¿Es recomendable de igual modo para seglares, religiosos, religiosas y sacerdotes? A todos nos vienen bien unos ejercicios espirituales. Te diría que no son obligatorios para ser santos, que la gracia actúa como quiere. Pero son recomendables. Depende, eso sí, del ritmo de oración que uno tenga: apartarse supone una ascesis, y adquirir un ritmo de oración intenso necesita un aprendizaje. La oración, aunque es gracia, y Dios nos la concede, requiere una capacidad de silencio, de atención. Por eso, a unos ejercicios de mes no hay que tenerles miedo, pero hace falta un entrenamiento previo. Quizás es recomendable empezar por un fin de semana de retiro acompañado. Hay experiencias de silencio prácticamente absoluto, pero también otras acompañadas en que te van guiando con charlas. Si no se tiene ese “entrenamiento”, puede ser mejor empezar con algo más breve y, quien pueda, ir pasando a más. Siempre es muy recomendable.
¿Con qué frecuencia? A los curas se nos recomienda hacer ejercicios una semana al año. Es un tiempo suficientemente largo como para olvidarte de un poco, separarte de las cosas, de la actividad, tener un poquito de perspectiva para rezar y ponerte a tiro de Dios. Es normal que necesites un tiempo de sintonía, de abrir la puerta, y muchas veces hasta el segundo o tercer día no entras de lleno en los ejercicios.
¿Qué frutos se pueden esperar? A veces pensamos después de unos ejercicios: “he sacado estos compromisos, estos frutos concretos, estos objetivos; me había planteado tal cosa y salgo con tres propósitos”. Personalmente, suelo desconfiar en mí mismo de que esos propósitos permanezcan en el tiempo. Creo que lo bueno de los ejercicios es que fortalecen o renuevan la amistad con el Señor, la cercanía con el Señor, el tomar conciencia de que estamos con Él y Él con nosotros, y de que escuchamos su Palabra, que dejamos que nos transforme con cierta tranquilidad. Ese roce es lo que nos cambia. Con nuestra colaboración, sí, pero cuando uno se roza con el Señor, te cambia mucho más que lo que puedas proponerte. Luego es verdad que ese trato con el Señor te da luces concretas. pone al descubierto aspectos de tu vida que hay que mejorar. Y si Él te da la fuerza, caminas por ahí. Pero creo que la gran transformación la da el rozarse con Él. Igual que se nos pegan los gestos de los amigos, de los padres. Cuando pasas tiempo con el Señor, cuando te aproximas a Él, se nota.
¿Por qué el verano es una ocasión propicia? Normalmente es cuando tenemos más tiempo, cuando solemos disponer de unos días de vacaciones, y eso hace que la oferta para laicos, sacerdotes y religiosos sea mayor. Los sacerdotes podemos organizarnos y hacer turnos para sustituirnos. Dedicar unos días de tu descanso a hacer ejercicios es siempre una inversión provechosa.
¿Y más o menos personalizados, acompañados por sacerdotes, religiosos o laicos? San Ignacio los daba de uno en uno. Retiraba a la persona, la apartaba del mundo y lo acompañaba. Y claro, de ahí salían en un mes auténticos “tigres” que se comían el mundo, aquellos primeros jesuitas. La tanda, por otro lado, te ofrece un grupo que te arropa; suele haber un ritmo de charlas, de liturgia, que te sirve de apoyo y te va facilitando la tarea. Los ejercicios personalizados normalmente requieren más tiempo de silencio, de estar tú solo, que tiene su ventaja si eres capaz de gestionar el tiempo solo. Con un poquito de material que te den, unas pistas, la Palabra de Dios y una capilla, ya tienes para todo el día. Eso puede dar para ahondar más. Más importante incluso que sean dirigidos por un cura, una religiosa o un laico, que los hay muy bien preparados, es el contacto, el confrontarte, el acompañamiento que puedas tener con quien da los ejercicios. Porque al final lo que uno va rezando, lo que piensa, las luces que el Señor te da, necesitas ponerlas delante de otro para ver si vas bien, si te estás engañando, si estás escuchando lo que quieres escuchar; o que, si te estás desanimando, te diga: «venga, ánimo, que vas bien». Siempre el que haya un testigo, aunque sea un ratito, de lo que vas rezando en el día, hace mucho bien. No se trata sólo de la soledad por la soledad, o del silencio por el silencio. Estos son instrumentos para encontrarte con el Señor. Y alguien que haga un poco de mirada desde fuera de lo que te está pasando es muy positivo.
¿Cómo debemos disponernos antes de ir? San Ignacio decía que con “grande ánimo y liberalidad”, es decir, con muchas ganas. Suele pasar a veces que te apuntas con entusiasmo y el día antes empieza la duda, la pereza. Recomiendo vencer esa pereza, ir con muchas ganas, porque Dios siempre dice algo y es una oportunidad preciosa. Con ganas, por tanto, y también con “liberalidad”, es decir, con generosidad, con ganas de darse, de poner la carne en el asador. Y luego, de forma práctica, en lo posible ayuda también el ir desconectándose un poquito en el tiempo previo. Ir bajando el enganche al móvil poco a poco, el consumo de noticias. Para no llegar a los ejercicios y encontrarnos como cuando damos un frenazo en un vehículo, que todo lo que llevamos detrás se nos viene de golpe hacia adelante. En la medida que puedas, los días antes ve haciendo un poquito más de ejercicio de oración, de tiempo pausado, prestando más atención a la Palabra de Dios, quitándote de pantallas… Eso ayuda mucho.
COPE Málaga ha elaborado un reportaje especial con lo vivido durante la experiencia de la Línea 105 Xtantos en la que un grupo de malagueños visitó algunas de las iniciativas que la Iglesia de Málaga pone en marcha en favor de tantos que necesitan tanto. El objetivo de este recorrido: recordar la importancia de marcar la «X» en la casilla 105 de la Declaración de la Renta para poder seguir ayudando a tantos que necesitan tanto.
El audio puede escucharse en el siguiente reproductor:
Te proponemos hacer un viaje poco convencional. Un trayecto con varias paradas a través de la línea 105. Lugares donde, tras sus muros, nos esperan testimonios, lecciones de vida, historias de personas que no tienen nada ni a nadie. Pero también de aquellos que, de manera totalmente voluntaria, dan a los demás lo más valioso que tienen: su tiempo y su trabajo: “Recibes más de lo que das. Sales con el corazón lleno de ilusión”.
Una de las historias que vamos a conocer es la de Rafi, una malagueña que se entrega cada día a los que más lo necesitan en uno de los muchos centros donde, la Iglesia Católica en Málaga, desarrolla actividades de manera silenciosa. Al margen de la vorágine que cada día engulle a la ciudad y a decenas de miles de malagueños en su quehacer diario. Es como atravesar las puertas a un mundo paralelo, desconocido, pero donde se realiza una importante labor que no sería posible sin la colaboración de las personas que, con un simple gesto, ni se imaginan todo el bien que están haciendo todos los días del año.
Ha llegado el momento de partir. Lo vamos a hacer en un autobús perteneciente a la línea 105; un número que no es casualidad y tiene todo el sentido.
Uno de los objetivos de la ruta de la Línea 105 es encontrar la respuesta a una pregunta que se hacen malagueños como, por ejemplo: Gloria y Juan Manuel.
Ellos se apuntaron a este viaje a través de la web portantos.es para ver con sus propios ojos, para qué sirve marcar la casilla 105 en la declaración. Al igual que nosotros, que tú, ellos dos están a punto de subir al autobús: «Me parece una cosa tan útil que no me lo puedo perder. Si no estuviera la Iglesia, algunos colectivos no existirían.
COTOLENGO
La primera parada de la Línea 105 nos lleva hasta El Bulto, hasta un edificio que mira al mar y que en su humilde fachada reza: Casa del Sagrado Corazón. En Málaga la conocemos como Hogar Cotolengo.
Ese edificio, esas instalaciones que nos ha descrito nuestro compañero Andrés Atienza, se ubican en un lugar que nació como barrio de pescadores, pero que a mediados de los años sesenta se convirtió en refugio de personas que malvivían en chabolas junto a la orilla de la playa de San Andrés.
Hasta allí llegó un día el padre Jacobo, un sacerdote diocesano malagueño que se empeñó en ayudar a aquellas personas que no tenían absolutamente nada, solo hambre, enfermedad y miseria. Así nació la Casa del Sagrado Corazón, conocido en Málaga como el Hogar del Cotolengo: “Personas que no tienen a nada y a nadie. Que viven el la calle”.
Rafi es voluntaria desde hace cinco años. Siempre había querido ayudar a los demás, pero no sabía cómo hacerlo, hasta que conoció el trabajo que se realiza en el Hogar del Cotolengo, gestionado durante 48 años por las hermanas del Sagrado Corazón y actualmente por las hermanas franciscanas clarisas de Keralia.
Actualmente, residen 49 personas con perfiles y necesidades muy distintas. Algunos solo permanecen unos meses, otros usuarios pueden permanecer durante años: “Una señora que vivía en la calle. Estaba totalmente encorvada y hoy día está casi recta. Sigue sin hablar, pero las hermanas la entienden bien”.
Alimentos, limpieza, luz, agua, ropa, calzado. En la Casa del Sagrado Corazón tienen los mismos gastos que en cualquier hogar, pero con una diferencia de que allí todo es posible por la solidaridad de miles de malagueños, todos aquellos que marcan la casilla 105 en su Declaración de la Renta: “Sin la providencia, sin los corazones de los malagueños, esta casa no funcionaría. Yo aporto lo poquito que puedo aportar, que es mi tiempo”.
En El Bulto ya no se ven familias malviviendo en chabolas que a veces se llevaba la fuerza del mar. Ahora es una zona en expansión con nuevos edificios que van cambiando, poco a poco, la fisionomía del barrio. Se trata de un lugar donde llegó la dignidad para decenas de familias de la mano del padre Jacobo en 1965. Todavía hoy, sesenta años después, sigue siendo necesaria la labor de la Iglesia y de voluntarios como Rafi: “Sales con el corazón lleno de ilusión”.
Estamos subidos a la Línea 105, que nos va llevando por centros asistenciales que tiene la Iglesia en Málaga. Una ruta en la que nos hemos encontrado con el ecónomo de la Iglesia, con el señor de los números; Marcos Balboteo: “Vas a pagar exactamente lo mismo por marcar la casilla de la Iglesia. También está la casilla 106, que corresponde a otros fines sociales. Podemos no marcar ninguna, una, la otra, o las dos. La recomendación de la Iglesia es marcar las dos”.
PARROQUIA DE LA AMARGURA
Ya estamos en el centro de mayores de la parroquia de María Santísima de la Amargura, promovido por Cáritas desde el año 2007. Ese lugar se ha convertido en un auténtico refugio de compañía y de vida para 215 personas mayores. Permanece abierto cada mañana de lunes a viernes y allí se ofrecen talleres de memoria, baile, pintura, gimnasia y costura. Pero no solo eso. Lo más importante para esos mayores es que tienen una ilusión cada día, una compañía, alguien que les pregunta cómo están, cómo han descansado.
Precisamente, en esa parroquia de la capital, nació hace dos años un proyecto llamado “Abriendo Ventanas”.
Desde hace dos años, doce voluntarios, como María de los Ángeles Alba, regalan su tiempo a los mayores que lo solicitan en la parroquia de María Santísima de la Amargura: “Lo que quieren es un rato de compañía, de poder hablar y contarles su vida a los voluntarios. Es una labor muy bonita”.
Para muchos, este centro de la iglesia no es solo un lugar de paso, sino un verdadero punto de encuentro que llena los días de sentido y esperanza.
Continuamos el viaje que estamos haciendo hoy a bordo de la Línea 105, ¿por qué 105 y no 3 o 78? Como hemos contado, tiene un porqué: 105 es la casilla de la Declaración de la Renta que hay que marcar para asignar el 0’7 por ciento del IRPF al sostenimiento de la Iglesia Católica, que destina buena parte de esos ingresos al mantenimiento de centros como el Cotolengo, o el centro de mayores de la parroquia de la Amargura, donde ya hemos hecho parada a bordo de este autobús de la Línea 105.
Precisamente, estamos en la recta final de la campaña de la Renta 2024. El plazo para presentar la declaración finaliza el lunes 30 de junio. Y en tu declaración puedes marcar la casilla 105.
Un dato: en el último año, la Iglesia en Málaga ingresó algo más de 27 millones de euros; la mayor parte de esa cantidad procedió de la asignación tributaria (de la X en la Declaración de la Renta), de las aportaciones de los fieles y de los ingresos de patrimonio y otras actividades.
SAN PABLO
La siguiente parada de nuestro recorrido nos lleva hasta la parroquia de San Pablo, en el corazón del barrio de la Trinidad.
Esta iglesia es la sede canónica de la Hermandad de la Salud, del Santo Traslado, y de la Cofradía del Cautivo. Y allí, precisamente, nos hemos encontrado con el hermano mayor del Cautivo, con Mario Ortega, con quien hemos hablado de la importante labor social que desarrollan las hermandades y cofradías de Málaga. Mario nos ponía un ejemplo muy concreto vinculado a la del Cautivo: “A la cofradía le habían donado una vivienda y se la entregamos a una familia del barrio que tenía un hijo que estaba enfermo”.
A esta familia a la que se refiere Mario le cambió la vida porque, gracias a la Cofradía del Cautivo, ahora tienen un techo, un hogar. Porque las hermandades son mucho más que procesiones en Semana Santa: “Una mayoría muy grande no conoce la labor de las cofradías, solo conocen la Semana Santa”
El mismo dinero que una hermandad dedica a su salida procesional, lo destina también a su obra social. Por ejemplo, si una hermandad destina 50.000 euros a su desfile en Semana Santa, es obligatorio que destine a su obra social, como mínimo, esa misma cantidad.
Otro ejemplo de la labor que realizan las hermandades más allá de la Semana Santa: la iglesia de San Pablo ha sido restaurada con aportaciones, entre otros, de las cofradías. La del Cautivo concede desde hace años becas de estudio para jóvenes de familias con dificultades. O la Fundación Corinto, que conforman 30 hermandades de la ciudad y que impulsa un economato cofrade, para que las familias más necesitadas puedan acceder a productos básicos a precios reducidos.
PALMA-PALMILLA
Continuamos recorriendo la ciudad de Málaga a bordo del autobús 105 y la siguiente parada del itinerario nos lleva hasta la barriada de La Palmilla.
Nos bajamos en la puerta de la parroquia de Jesús Obrero y allí nos encontramos con Pedro Fernández, que es coordinador de actividades. Lo primero de lo que nos habla es de la singularidad del barrio: “Gente humilde, gente sencilla, gente muy trabajadora. Lo que ocurre es que la sociedad empuja a determinados sectores a salir fuera de los ámbitos de riqueza o del mundo laboral y los va aparcando. Aquí hay personas muy buenas y maravillosas y se vive como en cualquier barrio de Málaga”.
En las dependencias de la Comunidad de Religiosos Trinitarios de Jesús Obrero y San Pío X, un espacio de sus instalaciones lo ocupa la asociación Vive, una entidad que lleva más de treinta años en la barriada, trabajando con mujeres de distintos perfiles: mayores del barrio de toda la vida, madres solteras, madres con hijos enfermos a su cargo, migrantes, mujeres maltratadas. Miriam es una de las coordinadoras de Vive: “Hay muchas mujeres. En muchos casos son ellas las que asumen la gran parte de las tareas que tienen que ver con los cuidados y los hijos. Suelen ser la pieza más frágil de las familias”. Para estas mujeres, dar el paso de salir de casa y llamar a la puerta de esta asociación ya es todo un logro.
En la asociación Viven ayudan a las mujeres a insertarse laboralmente, a encontrar un trabajo, se organizan talleres de todo tipo: de costura, de pintura, de español para extranjeras, de cocina española y también de cocina internacional, porque lo habían pedido las vecinas del barrio: quieren aprender a cocinar recetas de otros países.
COLEGIO DIOCESANO CARDENAL HERRERA
Nuestra última parada es un centro de la Fundación Victoria al que acuden cada día alumnos de Educación Especial. Alumnos con necesidades muy concretas por la discapacidad que padecen, que no son una isla dentro del colegio, son el auténtico centro neurálgico: “Para nosotros es el corazón del colegio, no es un anexo. Es muy importante y está dentro de nuestra identidad como centro cristiano”.
Es lo que nos ha contado el director del colegio Cardenal Herrera Oria, Michel Velasco, que los alumnos de Educación Especial están absolutamente integrados en la vida del centro, donde disponen de varias aulas específicas, como la llamada PTVAL, aula del Programa de Transición a la Vida Adulta y Laboral donde aprenden a afrontar el futuro: “El objetivo es preparar a estos jóvenes en autonomía y esfuerzo. También a cocinar y a preparar su casa”.
En definitiva: aprender a ser adultos. Para ello cuentan con aulas con un diseño muy específico: “Tiene cama, cocina, sala de estar, mesa. Es para que aprendar a vivir”.
Hemos tenido la oportunidad de colarnos en una de esas clases y nos hemos encontrado con Isabel. Ella es madre de una alumna, de Gabriela: “Desde que ha llegado aquí es otra niña por la educación y por la moralidad. Ha aprendido y es bastante autónoma. Puede ir avanzando y eso le motiva”.
Isabel, madre de Gabriela, subraya la importancia de marcar la X en la casilla de la Iglesia al hacer la declaración de la Renta, esa casilla 105 que da nombre al autobús al que hoy nos hemos subido junto a malagueños que han hecho una pausa en su día a día, para conocer de primera mano, ver con sus propios ojos, una muestra de todo lo que se puede conseguir con el simple gesto de marcar la X en la casilla de la Iglesia o en la de fines sociales.
La oferta de ejercicios espirituales en la diócesis se multiplica en los meses estivales. Hablamos de esta propuesta para crecer interiormente con José Emilio Cabra, doctor en Teología Espiritual, profesor de los Centros Teológicos Diocesanos, director de la Escuela de Teología San Manuel González y párroco en Nuestra Señora de los Remedios (Málaga)
¿Qué son los ejercicios espirituales y por qué son recomendables? Unos días de retiro en principio siempre vienen bien. El apartarse unos días del lío que llevamos, de la cantidad de trabajo, de las prisas. Unos días para apartarnos, para reflexionar y, si somos creyentes, para rezar y ponernos más en contacto con Dios siempre son buenos. Cuando hablamos de los ejercicios espirituales, sobre todo de los ejercicios ignacianos, hablamos de un tiempo en que uno se aparta, pero también siguiendo un método de encuentro con el Señor. Los ejercicios de san Ignacio son un itinerario que pensó para, en principio, 30 días, aunque tiene versiones más breves. En cualquiera de los dos modos, en particular en este de san Ignacio, es muy provechoso, porque te pone muy en paralelo con el Señor, confrontando tu vida con la suya y eso siempre es beneficioso.
¿Por qué los llama ejercicios? Porque tienen su trabajo. No se va de ejercicios para tumbarse y no hacer nada, sino que uno va a ponerse delante del Señor y a “trabajarse”.
¿Es recomendable de igual modo para seglares, religiosos, religiosas y sacerdotes? Todos necesitamos ejercicios espirituales. Te diría que no es obligatorio para ser santos, que la gracia es caprichosa. Pero es recomendable. También según el ritmo de oración que uno tenga. Apartarse supone una ascesis, olvidarse de las cosas que uno lleva y adquirir un ritmo de oración intenso necesita un aprendizaje. La oración, aunque es gracia, y Dios nos la concede, requiere una capacidad de silencio, de atención. Por eso, a unos ejercicios de mes no hay que tenerles miedo, pero hace falta un entrenamiento previo. Quizás es recomendable empezar por un fin de semana de retiro acompañado. Hay experiencias de silencio prácticamente absoluto, pero también otras acompañadas que te van guiando con charlas. Si no se tiene ese “entrenamiento”, puede ser mejor empezar con algo más breve e ir pasando a más, para quien pueda. Siempre es muy recomendable.
¿Con qué frecuencia? A los curas se nos recomienda hacer ejercicios una semana al año. Es un tiempo suficientemente largo como para olvidarte de un poco, separarte de las cosas, de la actividad, tener un poquito de perspectiva para rezar y ponerte a tiro de Dios. Suele ser normal necesitar un tiempo de sintonía, de abrir la puerta, y muchas veces hasta el segundo o tercer día no entras de lleno en los ejercicios.
¿Qué frutos se pueden esperar? A veces pensamos: “he sacado estos compromisos, estos frutos concretos, estos objetivos, me había planteado tal cosa y salgo con tres propósitos”. Personalmente, suelo desconfiar de que eso permanezca en el tiempo. Creo que lo bueno de los ejercicios es que fortalecen o renuevan la amistad con el Señor, la cercanía con el Señor, el tomar conciencia de que estamos con Él y Él con nosotros, y de que escuchamos su Palabra, que dejamos que nos transforme con cierta tranquilidad. Ese roce es lo que nos cambia. Con nuestra colaboración, sí, pero cuando uno se roza con el Señor, eso te cambia mucho más que lo que puedas proponerte. Luego es verdad que ese trato con el Señor te da luces concretas. pone al descubierto cosas de tu vida que hay que mejorar. Y si Él te da la fuerza, caminas por ahí. Pero creo que la gran transformación la da el rozarse con Él. Igual que se nos pegan los gestos de los amigos, de los padres. Cuando pasas tiempo con el Señor, cuando te aproximas a Él, se nota.
¿Por qué el verano es una ocasión propicia? Normalmente es cuando tenemos más tiempo, cuando solemos disponer de unos días de vacaciones, y eso hace que la oferta para laicos, sacerdotes y religiosos sea mayor. Los sacerdotes podemos organizarnos y hacer turnos para sustituirnos. Dedicar unos días de tu descanso a hacer ejercicios es siempre una inversión provechosa.
¿Y más o menos personalizados, acompañados por sacerdotes, religiosos o laicos? San Ignacio los daba de uno en uno. Retiraba a la persona, la apartaba del mundo y lo acompañaba. Y claro, de ahí salían en un mes auténticos “tigres” que se comían el mundo, esos primeros jesuitas. La tanda, por otro lado, te da un grupo que te arropa, suele haber un ritmo de charlas, de liturgia, que a lo mejor te sirve de apoyo y te va facilitando la tarea. Los ejercicios personalizados normalmente requieren más tiempo de silencio, de estar tú solo, que tiene su ventaja si eres capaz de gestionar el tiempo solo. Con un poquito de material que te den, unas pistas, la Palabra de Dios y una capilla, ya tienes a lo mejor para todo el día. Eso puede dar para ahondar más. Más importante incluso que sean acompañados por un cura, una religiosa o un laico, que los hay muy bien preparados, es el contacto, el confrontarte, el acompañamiento que puedas tener con quien da los ejercicios. Porque al final lo que uno va rezando, lo que piensa, las luces que el Señor te da, necesitas ponerlo delante de otro para ver si la cosa va bien, si te estás engañando, si estás escuchando lo que quieres escuchar, o, si te estás desanimando, te diga:«venga, ánimo, que vas bien». Siempre el que haya un testigo, aunque sea un ratito, de lo que vas rezando en el día, hace mucho bien, no se trata sólo de la soledad por la soledad, o del silencio por el silencio. Estos son instrumentos para encontrarte con el Señor. Y alguien que haga un poco de mirada desde fuera de lo que te está pasando es muy positivo.
¿Cómo debemos disponernos antes de ir? San Ignacio decía que con un “grande ánimo y liberalidad”, es decir, con muchas ganas. Suele pasar a veces que te apuntas con entusiasmo y el día antes empieza la duda, la pereza. Recomiendo vencer eso, ir con muchas ganas, porque Dios siempre dice algo y es una oportunidad preciosa. Con ganas, por tanto, y también con “liberalidad”, es decir, con generosidad, con ganas de darse, de poner la carne en el asador. Y luego, de forma práctica, en lo posible ayuda también el ir desconectándose un poquito en el tiempo previo. Ir bajando el enganche al móvil poco a poco, el consumo de noticias. Para no llegar a los ejercicios y encontrarnos como cuando damos un frenazo en un vehículo, que todo lo que llevamos detrás se nos viene para adelante. En la medida que puedas, los días antes ve haciendo un poquito más de ejercicio de oración, de tiempo pausado, prestando más atención a la Palabra de Dios, quitándote de pantallas… Eso ayuda mucho.
En la Solemnidad del Corpus Christi, el vicario de la ciudad, Eduardo Resa, presidió la Eucaristía a las 10.00 de la mañana, en la iglesia del Sagrado Corazón de la que salió después el Santísimo en procesión por las calles de la Ciudad Autónoma, recorriendo los distintos altares. Desde Melilla nos envían algunas imágenes de la mañana solemne.
La parroquia de la Encarnación de Marbella acogerá el jueves 26 de junio, a las 20.30 horas, un concierto de verano organizado por la Asociación Amigos del Órgano del Sol Mayor.
El concierto correrá a cargo del organista Javier Villero Salas y con la actuación de la Escolanía de la Encarnación Pueri Marbella, dirigida por Constanza Ávila.
El evento, que cuenta con el patrocinio y la colaboración, entre otros, de la Fundación Fuerte y del Ayuntamiento de Marbella.