
La Fundación Bangassou celebra este sábado, la edición número 25 de su tradicional almuerzo benéfico en el Real Círculo de la Amistad de Córdoba, cuya recaudación irá destinada a la construcción de un taller de jabón gestionado por las mujeres de Baokuma (República Centroafricana)

La comida benéfica de la Fundación Bangassue vuelve a batir récord de asistencia en Córdoba. Este año, los recursos que se obtengan de este acto solidario servirán para crear un centro de fabricación artesanal en Bakouma, en una de las zonas más pobres del mundo. Hace 25 años que la Fundación Bangasu encontró en esta fórmula solidaria a la que siempre responden los cordobeses, la manera de canalizar la ayuda hasta el centro de África, donde el obispo cordobés monseñor Juan José Aguirre, recibe cada año la ayuda que procede de su ciudad natal. A excepción del año de la pandemia, cada año su diócesis centroafricana ha visto crecer un proyecto. La cita este año es el día 8 de marzo, en el Círculo de la Amistad, y el donativo son 40 euros, que allí se convierten en centros educativos o sanitarios o de promoción social.
En esta ocasión se trata de poner en marcha un centro de fabricación de jabón artesanal que dará trabajo a 50 mujeres. ¿De qué se trata?
Se trata de un poblado llamado Bakouma que ha sido martirizado por los mercenarios. Han expulsado a la población, han atacado al pueblo. Tuvimos que recoger a las personas en un camión porque se marcharon de estampida durante la noche, sin poder recoger absolutamente nada. Hemos fijado este año el proyecto de la fábrica de jabón artesanal para que un grupo de mujeres pueda trabajar, recursos y puedan volver a sembrar los campos, tener el arroz, la mandioca, los cacahuetes.
Estas son iniciativas que repercuten directamente en las familias, en tanto que la mujer consigue algunos recursos y dinamiza el entorno social. ¿Cómo cambia una familia cuando la mujer atrae recursos?
La mujer es el pilar de la sociedad africana, también aquí en Europa, pienso, y en todo el mundo. Justamente el 8 de marzo tendremos el día internacional de la mujer y haremos un homenaje a las mujeres africanas. Donde las mujeres están son las primeras que tiran adelante, que arrastran a los demás, los hombres mimetizan la manera de hacer de las mujeres, ellas trabajan en el campo, en la casa y al cuidado de los hijos y en la iglesia exactamente igual. La mujer es el pilar de la iglesia africana.
También impulsan otros proyectos como un taller de costura, ¿qué nos puede contar?
El taller de costura lo hacemos ya hace cinco años y este ha empezado con 65 mujeres. Y muchas de estas mujeres son jóvenes. Jóvenes que salieron, estuvieron en la guerrilla, en una guerrilla muy popular que ahora ya ha desaparecido, pero son mujeres que hace cuatro o cinco años estuvieron con armas en las manos y ahora aprenden a coser. Nuestro proyecto es la educación, porque donde hay educación no hay que empuñar las armas ni esconderse en la selva. Tenemos 22 escuelas católicas con 14.000 alumnos y hemos mantenido proyectos como el orfanato. En 25 años, hemos visto a niños y niñas que entraron con dos o tres años en el orfanato y ahora con 25 años, algunos van a la Universidad a través de un proyecto de bolsas de estudio pagado desde Córdoba. Es así como las heridas que traen de la guerra, de la guerrilla, pueden acabar sanadas. Sin ninguna duda, que los diccionarios echen a las balas.
Pero también hay quirófanos, hay paritorios, hay muchos lugares muy orientados, por cierto, al cuidado de la mujer, que son fruto de la colaboración de los cordobeses, ¿no es así?
Exactamente, los cordobeses han ayudado muchísimo. Y también otras partes de España, como el Policlínico de San Sebastián, que nos ayudó mucho para hacer el quirófano que tenemos allí en el centro “Buen samaritano”. Allí está también la maternidad, a la que tantas mujeres vienen no solo a parir sino también a tener las medicinas necesarias, las vacunas para los niños, para el posparto. Y luego está el centro de enfermos de sida en fase terminal, quiere decir personas que con esta enfermedad ya van recibiendo los medicamentos apropiados, para sobrevivir a esta enfermedad. Y tenemos en cantidad de sitios los centros de agricultura, también de formación de catequesis, de formación de carpintería. Todo nos ayuda también a desarrollar la parte eclesial de la misión, que son las catequesis, que son el crecimiento de las parroquias y los diferentes movimientos de las parroquias. La iglesia africana está creciendo de una manera extraordinaria, en todo, en vitalidad, tenemos miles de vocaciones. No se puede decir que la Iglesia tiene pocas vocaciones porque la iglesia es universal y en África hay muchas vocaciones. Hay que desarrollar un trabajo pastoral muy importante, además del social, es el de alimentar la fe de los cristianos donde surgen vocaciones. La misión es como una moneda con dos caras. En la primera cara aparece la palabra evangelización y en la segunda cara aparece promoción humana. Las dos hacen parte de una misma moneda.
Hay una conjunción de voluntades que hace posible que la Fundación aporte muchos recursos con la celebración de esta comida, ¿cómo es el trabajo de la Fundación Bangassou en Córdoba?
Miguel Aguirre (presidente de la Fundación Bangassou) Llevamos 25 años celebrando la comida benéfica en el Círculo de la Amistad que nos va acompañando en cada momento. Este año vamos por 1.100 personas y es fruto de un trabajo bien hecho durante todo el año. La Fundación no solamente se dedica a esto, a ser una comida benéfica, aunque es una de las obras más importantes. La Fundación no es la que dice qué proyecto va a atender con los recursos que proporciona la comida. La Fundación habla Juanjo y ellos deciden qué proyecto atiende la Fundación y nosotros nos ponemos mano a la obra. Pero es el trabajo de todo un año. En noviembre se enviaron 50 toneladas de infinidad de productos, que allí son muy necesarios.
Pedimos subvenciones a nivel estatal, al Ayuntamiento, Diputación, BBK y sobre todo, tenemos una colaboración muy estrecha con el Cabildo Catedral de Córdoba. Estamos terminando una iglesia y se la hemos pedido al deán-presidente, Joaquín Alberto Nieva, que no solo nos va a donar la campana, sino también los vasos sagrados y vestiduras para el sacerdote. Hacemos todos un esfuerzo y el resultado de la Fundación es que no solo consigue fondos, sino que esta comida sirve también para darle visibilidad a la fundación y saber que estamos ahí, que seguimos trabajando. Nosotros presentamos unos paneles con los proyectos atendidos con la aportación de los cordobeses porque queremos dar confianza a las personas que colaboran, para eso, hay que tener credibilidad y la credibilidad te la da el que puedas hacer cosas y demostrar que las has hecho. El orgullo que tenemos es que siempre estamos acompañados por un sinfín de gente que nos apoya y que nos sigue.
Esta comida también muestra la belleza de la misión y 45 años de servicio en Centro África, ¿Es también una forma de evangelizar?
La vida de la misión es preciosa. Llevo 45 años en África, si yo volviera a nacer, volvería a hacer exactamente lo mismo, porque la vida misionera es una manera estupenda, preciosa de gastar la vida. Y cuando venimos aquí, efectivamente, estas 1.100 personas que van a venir al Círculo van a oír cómo nuestra fuerza es Jesucristo y es Él el que nos da la imaginación para hacer todo lo que tenemos, los carismas los da Él, de modo que somos prolongación de sus manos. El Señor nos ha elegido, nos ha dado el carisma para hacerlo. Los misioneros estamos en zonas de alto riesgo y muchas veces estamos en zonas donde nadie quiere ir. Y, sin embargo, es una manera de gastar la vida preciosa que tenemos.
Nuestra atención aquí en Europa está centrada ahora en Ucrania, en las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia. Pero, ¿cuál es la guerra que allí impone el terror y que no conocemos?
Hay guerras de baja intensidad que están allí latentes, hace mucho tiempo, en Mozambique, por ejemplo. Pero hay guerras brutales que llevan dos años, la guerra en el norte de Sudán es tremenda. Ha producido millones de desplazados y 500.000 muertos. Es una guerra con muchísimas personas fallecidas más que en Gaza, pero de esta guerra no se habla o se habla muy poco. Aquella es una guerra fraticida de la que han tenido que huir millones de personas, desde el norte al sur del país. Ahora mismo está estallando una guerra lleva un mes pero puede ser tremenda. Es la guerra que está llevando un pequeño país como el Ruanda, que está atacando la República Democrática del Congo porque allí está el coltán, el litio o el manganeso todos los grandes minerales para hacer las baterías eléctricas, ordenadores o componentes electrónicos y también los misiles y los drones. Quiere decir que están vendiendo, atacando al Congo para quedarse con los minerales que harán que grandes empresas fabriquen drones. Hemos visto por la televisión que hoy las guerras se hacen en las trincheras, pero sobre todo se hacen desde el aire. Quien tiene el control de los drones y los misiles tiene el control de las guerras. Entonces Ruanda está atacando el Congo y está produciendo un problema enorme. Hay países que están financiando el ejército ruandés, España entre ellos, y se están echando para atrás también
¿Hay alguna forma, Miguel, de participar en la comida aunque no se esté presente?
Sí tenemos el código Bizum 01655, a través de la aplicación, atendiendo a la pestaña “donativo”. Ahí pueden hacer el donativo y colaborar con la fila cero y estar presentes, porque los que están en fila cero también están presentes y nos están ayudando. Son ya 25 comidas y 25 grandes proyectos, hemos ayudado a más de 200.000 personas y tenemos espíritu de seguir ayudando.
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