Las celebraciones que culminarán el próximo Domingo en la Solemnidad de S. Pedro y S. Pablo, con motivo del VIII centenario de la restauración del culto cristiano en Torredonjimeno, fueron presentadas recientemente en un acto en el que se dio a conocer el cartel conmemorativo, obra de D. Javier Aguilar Cejas. La ciudad se prepara en esta semana para la imposición de la medalla de oro, máxima distinción del Ayuntamiento de Torredonjimeno, a las devociones patronales Ntra. Sra. de Consolación y los santos Mártires Cosme y Damián.
En el marco de la conmemoración de los ocho siglos de vida cristiana en Torredonjimeno, el Ayuntamiento de la ciudad acordó recientemente la imposición de las medallas de oro a las imágenes de Ntra. Sra. de Consolación y San Cosme y San Damián, patronos que aúnan la Fe y la devoción de una ciudad donde sus comunidades parroquiales y religiosas son exponente de la vivencia de la Fe que está muy presente en la vida de los tosirianos.
Después del traslado de las imágenes titulares de las Cofradías patronales a la Parroquia mayor de San Pedro, en esta semana se celebrará del 24 al 26 de junio, un Triduo preparatorio con el rezo del Santo Rosario y la celebración de la Eucaristía, participando en la liturgia los coros de las dos parroquias tosirianas.
La celebración principal con la que culminará este VIII Centenario, será la Solemne Eucaristía que a las 20:00 tendrá lugar en la Plaza de la Constitución, ante el edificio consistorial, donde el Obispo de Jaén, D. Sebastián Chico Martínez ofrecerá la acción de gracias al Señor por los ocho siglos de fe continuada en Torredonjimeno y aceptando el ofrecimiento del Ayuntamiento de imponer las medallas de oro de la ciudad a las imágenes de los patronos protectores de esta población, Ntra. Sra. de Consolación y los Santos Cosme y Damián. Al finalizar la solemne Eucaristía, una procesión con las imágenes de los patronos recorrerá las calles de ambas feligresías.
Comunidades parroquiales de San Pedro de Torredonjimeno
Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, ordenará diácono a Eduardo José Pérez Cebada, José María Pavón Maraver y Miguel Ángel Paredes Rojas y sacerdotes a Pablo Mula Lupiáñez, Sergio Álvarez Gallego, Luis Carlos Vilches Sánchez y Rafael LealLópez.
El primer templo de la Diócesis de Asidonia-Jerez acogerá el próximo 28 de junio a las 11:00 horas la ordenación diaconal de Eduardo José Pérez Cebada, José María Pavón Maraver y Miguel Ángel Paredes Rojas y sacerdotal de Pablo Mula Lupiáñez, Sergio Álvarez Gallego, Luis Carlos Vilches Sánchez y Rafael Leal López. Esta celebración, presidida por Mons. José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, será una fiesta para la Diócesis, ya que seguiremos acompañando a nuestros seminaristas en los distintos pasos hasta llegar al sacerdocio. Asimismo, veremos a cuatro nuevos sacerdotes, los cuales tras la Eucaristía comenzarán su labor pastoral al servicio de la Iglesia local de Asidonia-Jerez.
Desde la Diócesis se invita a participar a todos los fieles en esta celebración, ya que será el momento perfecto para unirnos junto a nuestro pastor ante el Santísimo Sacramento del Altar. Asimismo, no podemos olvidarnos de nuestro seminario y sus vocaciones, las cuales deben sentir nuestra presencia con nuestra ayuda y oración.
El pasado 8 de mayo fue elegido nuevo Papa el Cardenal Prevost, quién ha escogido el nombre de León XIV en homenaje a León XIII, una elección que pone de manifiesto su compromiso y sensibilidad con la justicia social, la dignidad de los trabajadores y los salarios justos, temas aún vigentes en nuestra sociedad actual.
E l propio León XIV explicaba en su discurso al Colegio Cardenalicio tan sólo dos días después de su elección, que León XIII con su encíclica Rerum novarum, “afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial y hoy la Iglesia ofrece a todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo”.
El Cardenal Vincenzo Gioachino Pecci, León XIII, inició su pontificado en 1878, y ocupará la Sede de Pedro hasta su fallecimiento en 1903, siendo enterrado en la Basílica de San Juan de Letrán. Había nacido en 1810, en la localidad italiana de Carpineto Romano, y en los 25 años que duró su servicio a la Iglesia como Papa, destacó especialmente, y por ello es recordado, por su preocupación por las condiciones de vida de los obreros y trabajadores, como se demuestra en la encíclica ya citada, que lleva como subtítulo “Sobre la situación de los obreros”. Destacó igualmente por sus habilidades diplomáticas y por la importancia de su rico magisterio que, como pone de relieve León XIV, sigue sirviendo de modelo y guía para los problemas de hoy. Además, alentó la formación de nuevas universidades católicas y renovó el estudio del sistema teológico de Santo Tomás de Aquino.
Procedente del Seminario de San Telmo, en el Palacio Arzobispal de Sevilla se conserva este retrato de gran tamaño (1,00 x 1,80 m) firmado por el pintor sevillano Virgilio Mattoni de la Fuente (1842-1923), quien representa al Pontífice sentado. Si bien el historiador Gerardo Pérez Calero señala en su interesante monografía sobre este artista que este retrato pudo realizarlo en uno de sus viajes a Roma, ya que la calidad del modelado y el excelente estudio de los rasgos fisonómicos del Santo Padre hacen pensar que pudo realizarlo del natural, apuntamos igualmente que pudo basarse en una de las fotografías oficiales del Papa realizadas por Braun & Cie en 1878, apenas unas semanas después de su elección, ya que son evidentes las coincidencias, especialmente en la postura, el brazo y la mano derechos y los pliegues de la capa.
Se trata sin duda de uno de los mejores retratos realizados por Mattoni, destacando su perfección técnica y como señala el investigador citado, el rostro y las manos sobresalen por su calidad, muy bien dibujados a partir de la pincelada muy segura, contrastando con el tratamiento de las vestiduras, que aparecen más sueltas, como abocetadas, que confieren a la obra contemporaneidad.
Antonio Rodríguez Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural
El pasado día 20 de junio, la Capilla de los Marineros acogió la celebración de la Eucaristía de finalización de los cursos de formación de catequistas de la Archidiócesis de Sevilla.
El sacerdote Óscar Díaz, vicario episcopal para la Nueva Evangelización, agradeció la implicación y entrega vocacional de los catequistas, “primera línea de evangelización en nuestra Iglesia diocesana”.
Finalizada la misa se entregaron los respectivas diplomas a los catequistas que han realizado los cursos de formación impartidos por el equipo de formación de catequistas de la vicaría.
La ciudad de Almería vivió este domingo una intensa jornada de fe con motivo de la solemnidad del Corpus Christi 2025, marcada por las altas temperaturas y una multitudinaria participación. Después de la celebración de la Santa Misa en la Catedral, algo antes de las 19:00 horas, la tradicional procesión partía desde la Catedral, encabezada por los niños que este año han recibido su Primera Comunión, acompañados de cofradías, asociaciones y diversas realidades eclesiales de la Diócesis de Almería.
La procesión, que recorrió las calles del centro de la ciudad, estuvo acompañada por el clero y los fieles, aunque con una ausencia muy sentida: la del obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero. El prelado no pudo asistir debido a un problema de salud que le llevará en breve al quirófano, tal y como comunicó el Obispado pocas horas antes del inicio de los actos. Su ausencia se hizo especialmente visible en la bendición en la Plaza Vieja, donde el paso de misterio de la Santa Cena recibió el homenaje de los fieles.
En su lugar, la celebración fue presidida por el deán de la Catedral, don Juan José Martín Campos, quien centró su homilía en el sentido profundo de la festividad. Según sus palabras, «la Iglesia vive de la Eucaristía», y recordó que «todos los sectores, todos los carismas viven de la Eucaristía y se expresan en ella, en el encuentro con el Señor, con la comunidad y con los hermanos necesitados». En un emotivo momento, hizo memoria del Congreso Eucarístico Diocesano celebrado hace 25 años, en 1999, señalando que «la custodia volvió a entrar en la Plaza Vieja a los 25 años de aquel acontecimiento». Aludió también a la homilía de don Rosendo en ese congreso, evocando el mensaje central de entonces: «No podemos vivir sin el domingo, el Día del Señor, el día de la comunidad, el día de la familia, el día de la resurrección, el día del encuentro».
La procesión detuvo su caminar ante los altares efímeros instalados por cuatro cofradías en distintos puntos del recorrido. El concurso organizado por el Ayuntamiento de Almería otorgó el primer premio a la Hermandad del Silencio, que levantó su altar en la puerta lateral del convento de las Claras, en la calle Mariana. El segundo premio fue para la Hermandad del Santo Sepulcro, con un altar en la puerta principal de la iglesia de San Pedro. Por su parte, las hermandades de La Macarena y La Soledad recibieron sendos accésits por sus altares.
La jornada tuvo su punto culminante con la bendición final en la Plaza Vieja, donde se recordó la centralidad de la Eucaristía como fuente y culmen de la vida cristiana, en un ambiente de recogimiento y fervor pese al calor sofocante de la tarde.
El director del secretariado de Pastoral Gitana de la diócesis de Guadix, Juan Diego Tapia, ha participado, el pasado fin de semana, en el Encuentro Nacional de Delegados de Pastoral con los Gitanos, celebrado en Madrid. Presidido por el obispo responsable de esta pastoral, Mons. José Antonio Satué, el Encuentro ha tenido lugar en la sede de la Conferencia Episcopal, los días 20 y 21 junio.
Entre los temas tratados, cabe destacar la puesta en común de las acciones pastorales en esta materia realizadas durante el curso que ya termina. Las distintas diócesis han puesto en común lo vivido durante el año, los logros, las dificultades,… También se ha hablado del programa de Jubileo Gitano, que tendrá lugar en Roma el 18 de octubre próximo y para el que ya se anima a participar también desde España.
Además, se ha hablado del cambio en la titularidad del departamento de Pastoral con los Gitanos, de la Conferencia Episcopal, ya que, en la última reunión de la Permanente de la CEE, celebrada los días 17 y 18 de junio, se ha dado la aprobación para que se nombre directora de este departamento a Rosalina Vicente Giménez, laica de la archidiócesis de Burgos.
Antonio Sánchez Herrera, padre de familia y profesor desde hace 40 años, acaba de ser nombrado por el Sr. Obispo delegado diocesano de Enseñanza. Su antecesora, Carmen Velasco (teresiana) ha venido prestando este servicio a la Iglesia de Málaga durante 20 años. Tras el nombramiento, estas son las primeras declaraciones del nuevo delegado de Enseñanza, Antonio Sánchez Herrera.
¿Cómo ha recibido la noticia de este nuevo servicio?
Lo recibo con muchísima gratitud y con gran responsabilidad porque, entiendo que el cargo, en este caso la Delegación, lo merece. Y, con el deseo, como decía san Ignacio, de “en todo, amar y servir”. Una nueva tarea me encomienda la Diócesis y la intentaremos hacer con todo el cariño, con toda la responsabilidad y con todo el saber hacer que el Señor ponga en mis manos.
Un campo, el de la enseñanza, que no es nuevo para usted, ya que es profesor.
Este año estoy cumpliendo los 40 años de profesión y ademas coincide con mi jubilación. Un tiempo grande dedicado a este maravilloso servicio, el de la enseñanza.
¿Cuáles diría que son los retos actuales de la enseñanza?
Hago míos los que el Sr. Obispo me ha encomendado. Fundamentalmente, dedicarme no sólo a la Religión Católica y a su profesorado, sino a todos los profesores cristianos. D. Jesús está muy interesado en que todos los profesores, de cualquier etapa educativa, se impregnen del llamamiento que les hace a participar de la vida diocesana y a profundizar en la fe. El profesor cristiano, ya sea de matemáticas, de biología o de historia, a través de su asignatura está evangelizando. Es nuestra misión, como cristianos, estemos donde estemos.
¿Y de su predecesora, Carmen Velasco, qué nos diría?
A Carmen la conozco desde que era un niño. Siempre he tenido una relación con ella maravillosa. Carmen lleva muchísimos años al frente de la Delegación y su trabajo, ahí está. Un trabajo callado, profundo, entregado. Yo de Carmen nada más que puedo decir cosas buenas y positivas y sé que me va a ayudar muchísimo. En esta tarea no hay nada que revolucionar, sino que lo que hay que hacer es seguir avanzando, sumando y aunando personas en este caminar.
Conchi es natural de Mollina, madre de tres hijos: Esteban. Javi y Ramón. Cuando su segundo hijo tenía tres meses, sufrió una meningitis que le dejó, entre otras secuelas, un daño cerebral severo. «Nuestra vida dio un vuelco de 180 grados, y desde entonces todo gira en torno a él». Para esta madre, voluntaria de la noche Talithakum de arte y oración, «esta es un lugar para reconectar con el Señor».
Descubre la noche Talithakum de este 2025. Su testimonio como voluntaria de esta noche Talithakum está marcado por su maternidad tan especial. ¿Cómo es su hijo Javi, Conchi? Es amor puro, nuestra recarga y el que nos da fuerzas cada día. En él vemos el rostro de Dios.
¿Cómo entra en contacto con la Noche Talithakum y cuál es su aportación? Pues vino a través de mis hijos. Actualmente formo parte de la organización junto a varios voluntarios y voluntarias de la parroquia de Mollina y Humilladero. La Noche Talithakum empezó en 2004 con el lema “Sueño de una noche de verano”, pero mis inicios fueron más tarde, a través del teatro. Hace unos años durante una reunión del grupo de matrimonios de la parroquia, Fermín Negre, nuestro cura en aquel entonces, nos propuso hacer un teatro con los niños para la Noche Talithakum. Preparamos un teatro de sombras con nuestros niños que gustó mucho y durante varios años nos encargamos de cubrir esa parte teatral. Desde entonces he hecho un poco de todo, desde presentar hasta reponer el papel higiénico, que también es importante. En realidad todo se hace entre todos. Hay un grupo de voluntarios y voluntarias arrimando el hombro. Unos ayudan a montar el decorado, otros a limpiar, preparar habitaciones…
¿Cómo la definiría a alguien que no ha ido nunca? Yo siempre digo que la Noche Talithakum es una noche mágica. Es un lugar de encuentro, de oración, de arte, de reconectar con el Señor. La noche, la música, el patio del convento que tiene un encanto especial. Toda esa mezcla la hace para mí muy mágica.
¿Qué cree que encuentra quien se acerca a ella? Pues va a encontrar una noche de música y oración, una vivencia de fe, de reflexión, de alegría, de compartir con los demás.
¿Qué es lo que más valora de esta experiencia? ¿Cuál es su mayor riqueza? Para mí, la música, los artistas que vienen son muy buenos. Las letras de sus canciones te tocan por dentro. Muchas veces pienso: «parece que esta letra esté escrita para mí». Otro de sus puntos fuertes es la Eucaristía. En ese momento ya nos sentimos todos una familia.
¿Qué le ha aportado en este tiempo a usted personalmente? Para serte sincera, antes de la Talithakum yo no escuchaba música católica. Ni se me ocurría, vaya. Ahora la escucho muy a menudo, es para mí un bálsamo cuando el día se tuerce.
¿A quién va dirigida y como invitaría a participar? Todos son bienvenidos. Si quieres vivir una experiencia diferente, una experiencia de fe a través del arte, te animo a venir. Aprovecho para recordar la fecha. Sábado, 12 de julio a las 22.00 h. en Villa Ascensión, frente a la parroquia de Mollina. En Málaga.
¿Qué va a tener de especial este año y en qué va a consistir? Vamos a contar con tres actuaciones musicales muy buenas. Estarán con nosotros Shemá, un grupo muy joven que seguro que nos trae un aire fresco. También Juan Baena, sacerdote y cantautor malagueño, y, como cada año, contaremos con el grupo Ixcís. Tendremos también una exposición de dibujos de Fano, que también nos ha hecho el cartel de esta edición, en la capilla del convento. Lectura de textos, oración y, como cierre, el momento más importante, la celebración de la Eucaristía. Quizás contemos con alguna sorpresa más, pero… es sorpresa.
El domingo 22 de junio, Solemnidad del Corpus Christi, tuvo lugar la reapertura del templo parroquial de San Andrés Apóstol, en Coín.
Durante la procesión del Señor Sacramentado por las calles de la localidad, tuvo lugar la reapertura del templo parroquial de San Andrés Apóstol, tras la rehabilitación «después de 30 años cerrado por amenaza de derrumbe.», explica el párroco, José Amalio González.
Homilía de Mons. Jesús Catalá durante la ordenación de presbíteros celebrada en la Catedral de Málaga el sábado 21 de junio de 2025.
ORDENACIÓN DE PRESBÍTEROS
(Málaga, 21 junio 2025)
Lecturas: Hch 20, 17-18a.28-32.36; Sal 22, 1-6; 2 Co 5,14-20; Lc 10, 1-9.
Audio de la homilía
Servidores de la misericordia de Dios
1.- El Señor nos regala hoy dos nuevos presbíteros, llamados a ser instrumentos y servidores de la misericordia de Dios. Queridos José-Ignacio y Antonio, vais a ser ordenados en el año Jubilar 2025, cuyo lema es “Peregrinos de la Esperanza”.
Vuestro ministerio va a estar enmarcado en esta celebración jubilar y estáis llamados a ser sacerdotes que vivan y transmitan la Esperanza teologal; no cualquier esperanza. Así lo habéis dicho vosotros mismos en los medios de comunicación. ¡Sed fieles a la voluntad de Dios y dóciles al Espíritu Santo! Vais a ser instrumentos de la misericordia de Dios.
2.- En el marco del Jubileo 2025 el Señor os encarga el ministerio de la reconciliación de una manera especial, para ofrecer su perdón y su misericordia infinita, necesarias para vivir y caminar en esperanza.
San Pablo nos recuerda que «todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación» (2 Co 5,18); y para eso hacen falta ministros de la reconciliación.
Por eso pido a todos los sacerdotes que os toméis más en serio este ministerio de la administración de la penitencia. Porque Dios ha reconciliado al mundo consigo por medio de su Hijo, Jesucristo, «y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación» (2 Co 5,19). Y a los sacerdotes nos encarga el ministerio sacramental de la reconciliación.
Ofreced de manera habitual el sacramento de la penitencia, sin que tengan que pedirlo los fieles. Debéis facilitar el encuentro amoroso de Dios, que quiere reconciliarse con el hombre necesitado de perdón.
3.- San Pablo exhorta a los presbíteros a cuidar de la grey que el Señor les ha confiado: «Tened cuidado de vosotros y de todo el rebaño sobre el que el Espíritu Santo os ha puesto como guardianes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio Hijo» (Hch 20, 28).
Tened cuidado de vosotros, en primer lugar, porque si se corrompe el sujeto, no puede hacer nada; si se quema el cura, no puede haber ministerio.
Y tened cuidado del rebaño; la tarea no es fácil, porque hay lobos feroces que atentan contra las ovejas y no tienen piedad del rebaño (cf. Hch 20, 29). Las ideologías contrarias al evangelio y a la doctrina de la Iglesia penetran en las comunidades cristianas y dentro de nosotros mismos por ósmosis, de manera casi imperceptible, y se hace necesario descubrir y curar.
Más aún, el apóstol advierte que «incluso de entre vosotros mismos surgirán algunos que hablarán cosas perversas para arrastrar a los discípulos en pos de sí» (Hch 20, 30). ¡Ojalá esto no se dé entre nosotros!
4.- Por eso tan importante el encuentro con los hermanos sacerdotes, para promover la comunión, la fraternidad, la ayuda mutua y el gozo en el ministerio. Es más importante la unidad del presbiterio que realizar solo la tarea pastoral.
El Concilio Vaticano II remarca la necesidad de estrechar lazos entre los sacerdotes de caridad apostólica, ministerio y fraternidad (cf. Presbyterorum ordinis, 7-8); y también con los fieles (cf. Ibid., 9).
5.- Es necesario también salir de la mentalidad mundana, como tantas veces nos advirtió el papa Francisco, donde todo se mide por el resultado y el éxito. Sin embargo, en la Iglesia la ausencia de resultados no significa ausencia de fecundidad. La Iglesia no busca la productividad, sino la fecundidad; no es una empresa que necesita producir y tener éxito. Y a veces tenemos la tentación de valorar el éxito y los resultados: ¿cuántos tengo?; ¿cuántos han recibido tal sacramento?; ¿cuántos vienen a la celebración?
La fecundidad no depende solo de la voluntad, la inteligencia o la creatividad del pastor, sino que depende, sobre todo, del Señor. Es más importante “vivir” como presbítero y serlo, que ejercer y “actuar” como presbítero. Cada cual vea cómo realizar su misión: “ser” mejor que “actuar”.
En la parábola del sembrador (cf. Mt 13, 3-9) la semilla cae en el camino, entre las piedras, en las zarzas y en tierra buena. Solo una parte cae en tierra buena y produce frutos; aquí no hay fracaso, sino fecundidad modesta. Si sembramos y se pierde una gran parte de la semilla, el Espíritu fecundará otra parte de la semilla.
El Señor os dará su gracia y la fuerza de su Espíritu, para que podáis llevar a cabo vuestra misión y aportar buenos frutos. Pero no hay que dormirse; hay que estar en actitud vigilante y cuidar del rebaño.
Hoy la Iglesia reza por vosotros, queridos candidatos al presbiterado, para que seáis fieles a la tarea que os encomienda.
6.- El Señor os hace instrumentos suyos para servir. Ya no os llama siervos; os llama amigos, porque lo que ha oído al Padre os lo ha dado a conocer (cf. Jn 15, 15). El Señor os hace sus amigos y os encomienda nada menos que a sí mismo; se pone en vuestras manos sacramentalmente, de forma que podáis actuar en representación suya, «in persona Christi capitis».
Ser amigo de Jesús para todo cristiano y sobre todo para el sacerdote significa ser hombre de oración. La amistad con Jesús es siempre amistad con los suyos. En palabras del papa Benedicto dirigidas a sacerdotes: “Ser sacerdote significa convertirse en amigo de Jesucristo, y esto cada vez más con toda nuestra existencia. El mundo tiene necesidad de Dios, no de un dios cualquiera, sino del Dios de Jesucristo, del Dios que se hizo carne y sangre, que nos amó hasta morir por nosotros, que resucitó y creó en sí mismo un espacio para el hombre. Este Dios debe vivir en nosotros y nosotros en él. Ésta es nuestra vocación sacerdotal: sólo así nuestro ministerio sacerdotal puede dar fruto” (Benedicto, Misa Crismal, 13.04.2006).
7.- Queridos José-Ignacio y Antonio, candidatos hoy al presbiterado, vuestras manos van a ser ungidas con el crisma, que como sabéis es óleo perfumado bendecido por el obispo con su presbiterio en la Misa Crismal. Este crisma es signo del Espíritu Santo y de su fuerza. ¡Dejad que los fieles se impregnen de la fragancia de vuestra “unción sacerdotal”! Desearía que meditarais esta frase a lo largo de vuestra vida sacerdotal.
Estimados fieles, damos gracias a Dios por el regalo de dos nuevos presbíteros, pero debemos seguir pidiendo que envíe obreros a su mies, porque «la mies es abundante y los obreros pocos» (Lc 10, 2). Os confío a los nuevos presbíteros, para que donde les corresponda ejercer el ministerio los acojáis con cariño y les ayudéis en su misión.
Pedimos a la Santa María de la Victoria que cuide con su amor maternal de estos dos nuevos presbíteros, José-Ignacio y Antonio, para que sean fieles al ministerio que hoy se les encomienda. Amén.