Gobierno autonómico e iglesias diocesanas en Canarias. La Casa Principal de Salazar, en S/C de La Palma, ha acogido la celebración de una sesión plenaria de la Comisión Mixta “Comunidad Autónoma – Iglesia Católica en Canarias”, que contó con la presencia de los obispos Nivariense y Canariense, D. Bernardo Álvarez y D. Francisco Cases, respectivamente, de la directora general de Cooperación y Patrimonio Cultural, Dª María Aránzazu Gutiérrez, y de diferentes representantes de los distintos cabildos insulares.
Durante la reunión se abordaron diferentes asuntos relativos a la restauración de bienes muebles e inmuebles. Además, se informó de la marcha de los proyectos que se están ejecutando así como se plantearon los que están pendientes de comenzar. Concretamente, se profundizó en el estado de la iglesia de Santa Catalina, en Taganana, del templo de Arico, que está a punto de someterse a la segunda fase de sus obras de restauración, del desarrollo de las obras en la iglesia de la Concepción, en Santa Cruz de Tenerife, etc. Además, se informó del estado actual de la Catedral de La Laguna y del Obispado.
En otro orden de cosas, la Comisión Mixta se ocupó de la problemática de los xilófagos, pequeños insectos que carcomen la madera y que están dañando diversos bienes muebles de los templos canarios. Sobre este tema se planteó la posibilidad de encargar a un grupo de biólogos el estudio de estos microorganismos para poder contrarrestar su actividad. De momento, un equipo interdisciplinar se va a encargar de investigar cómo están afectando los xilófagos en el retablo de Los Remedios, en la Catedral de La Laguna.
El Obispo de Tenerife, D. Bernardo Álvarez, señaló que en relación al patrimonio eclesiástico “vamos en una hoja de ruta adecuada. Los cabildos de las diferentes islas tienen bien asumidas sus competencias y destinan fondos de su presupuesto para las necesidades patrimoniales, incluso, a veces, incrementando sus partidas para atender cuestiones de urgencia”. En relación a los xilófagos, Álvarez indicó que este es, sin duda, un problema difícil de atajar. “Aunque se haga una actuación un año, al año siguiente hay que hacerla otra vez. Las actuaciones, en este sentido requieren una continuidad, por ello, se trata de un tema que nos preocupa muchísimo porque para poder mantener un ritmo permanente de vigilancia y de control sobre estos parásitos, hacen falta unas inversiones anuales muy fuertes.” –añadió Bernardo Álvarez.
