MILES DE PERSONAS SE DESPLAZAN PARA MOSTRAR SU AGRADECIMIENTO A LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS

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Miles de personas mostraron su cariño a la Virgen de las Angustias durante las casi cinco horas de procesión en que la imagen estuvo por las calles de Granada. A las seis y media, puntualmente, la Virgen salía por la Carrera en procesión; ni una sola alma cabía en la calle. El mosaico de personas que se agolpaban era de lo más variopinto: turistas, estudiantes erasmus impresionados por la devoción popular a la Virgen, jóvenes atraídos por la curiosidad del tumulto, mujeres descalzas o arrodilladas que habían realizado alguna promesa, inmigrantes vendiendo todo tipo de enseres y souvenirsEl mundo cofrade y el mundo no-cofrade, en definitiva, todo el mundo se unió al fervor marianista. De este año es destacable la gran participación. El párroco de la Virgen de las Angustias, D. Francisco Molina, afirmaba con mucho énfasis que “fue un día precioso, verdaderamente intenso, intenso, intenso. El fervor granadino que se notó fue realmente bello”.

A lo largo del día se celebraron en la Basílica once misas: a las 6 de la mañana, la misa para los peregrinos, que desde diversos puntos de la provincia y de la ciudad se acercaron en peregrinación. A las doce, el Vicario General Miguel Peinado. Y a las 13:00 h. la presidió el Arzobispo D. Javier Martínez junto al Arzobispo emérito de Mérida Badajoz D. Manuel Montero, quien ha predicado la Novena. La misa fue ofrecida por el Cuerpo de Horquilleros, las Hermanas Cofrades y el Cuerpo de Palieros.  En la homilía D. Javier Martínez hizo una pregunta retórica: “¿Qué pensaría una persona que viniera por primera vez, que no conociera nada de esto y entrara al templo?”.

Reflexionó sobre esta idea, sobre los dolores de las personas, especialmente las madres que tienen problemas con sus hijos, “son estas Angustias de las que está hecha la Virgen. Ella es la figura en la que podemos reconocer y ofrecer nuestros dolores. Sin embargo, este reconocimiento no se queda solamente en el dolor, sino que va más allá porque Cristo ha superado a la muerte, este dolor se transforma en agradecimiento a una Madre. La superación de la muerte y la vida eterna viene reflejada en la corona y en las flores a la Virgen” afirmó el Arzobispo. “Otra de las características de las personas que se acercan a rezar a la Virgen o simplemente a verla es que son personas que vienen buscando satisfacer las necesidades que tenemos dentro de nosotros. En el fondo, estas necesidades denotan una gran necesidad de Dios –añadió-. Y para garantizar una respuesta a esa necesidad de Dios es necesaria la figura del sacerdote, haciendo un llamamiento a la vida consagrada”.

Esta necesidad de Dios se vio reflejada en la masiva participación que hubo a lo largo del día en todas las Eucaristías.

A media tarde todos los autobuses se llenaban de personas cuyo destino era la Virgen de las Angustias. Justo antes de que saliera la Virgen en procesión, la Hermandade oraba por el alma de dos personas que estaban muy vinculadas a la parroquia: Antonio Porras, que fue durante más de veinte años el Secretario General de la Hermandad y José Vacas, que pertenecía a la Junta de Gobierno de los Horquilleros. Ambos personas muy queridas fueron recordadas en las celebraciones de la jornada.  Antes de salir en procesión el Arzobispo tuvo palabras de aliento y agradecimiento a las Hermandades y Cofradías, de las que dijo son “un auténtico testimonio mariano”.

 

 

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