«La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros» (Jn 1, 14).
Muy queridos fieles diocesanos:
“La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”(Jn 1, 14) Este es el sublime misterio de la Navidad. Es la fiesta del diálogo de Dios con el hombre: Dios, que tanto nos ama, nos entrega en su Hijo, todos los secretos de su corazón de Padre. Nosotros recibimos esa Palabra, la sembramos en nuestra vida y la damos a conocer. Ella nos va transformando a imagen suya y esta Palabra se transmite de generación en generación.
Según la Carta a los Hebreos, antes nos había hablado Dios a través de los Profetas, en muchas ocasiones y de munchas maneras. Ahora, en una Navidad eterna, nos ha hablado por el Hijo. Nos ha dado y dicho “todo” en el Niño Dios (cf. Heb 1,1).