D. ANTONIO CEBALLOS. DÍA DE LOS ABUELOS

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Oficina de información de los Obispos del Sur de España

 

“Acércate a ellos”

 

Mis queridos diocesanos:

 

                Recibid un cariñoso y cordial saludo en el día de los abuelos.

 

1. Situación de la tercera edad

 

                Hace unos días quedé impresionado por el informe que publicaba el Inserso sobre el perfil de la tercera edad en España. En este escalofriante informe afirmaba textualmente que “se está produciendo un claro envejecimiento de la población ”. Es decir, que la sociedad actual va a contar cada día más con un mayor número de abuelos y abuelas y que estos, en ocasiones, van a padecer el síndrome del “atardecer”, es decir de la soledad e inutilidad.

 

                Las nuevas generaciones ya conocen a sus bisabuelos, muchas veces, en residencias, y a sus abuelos y abuelas detectando, cada vez más ayuda y cariño hacia ellos. La figura de los abuelos y las abuelas es cada día más importante.

 

                La sensibilidad de la sociedad actual postula y exige que se restablezca un reconocimiento público, universal y particular por los mayores. En nuestro caso por los abuelos y las abuelas.

 

2. Día de los abuelos

 

                El día 26 de julio, con motivo de la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, abuelos del Niño Jesús, se viene celebrando el “Día de los abuelos”. Os invito, un año más, a que este día, hijos y nietos, realicéis un esfuerzo de cercanía hacia ellos y celebréis de la mejor forma posible esta fiesta, tal y como nuestros abuelos se merecen.

 

                Esta fiesta de gratitud humana es una ocasión propicia en donde los mismos abuelos puedan volver a sentirse verdaderos protagonistas. Es una fiesta de agradecimiento, un acto de amor, una acción de gracias respetuosa y alegre para hacerles arrancar a nuestros abuelos su mejor sonrisa y la chispa de viveza en sus ojos fatigados por la vejez.

 

3. Acércate a ellos y verás

 

                Gracias a nuestros abuelos vinieron a la vida nuestros padres y hoy nosotros vivimos en este siglo XXI.

 

                La figura de los abuelos es realmente una figura singular en la familia: es la prolongación de la propia existencia en la vida y en la historia. Es la viva voz que resuena en todos los hogares durante siglos.

 

                Acércate a ellos y verás los ojos de los abuelos, aunque cansados, por el peso de la vida, miran con un amor especial la figura y presencia de los nietos; los nietos al besar y abrazar con un tierno e inmenso cariño a los abuelos les están expresando que quieren vivir juntos siempre; los latidos del corazón de los abuelos son los mismos latidos del corazón de los nietos; los abuelos merecen la expresión más delicada, fina, gentil y cariñosa de los nietos. Los nietos y los abuelos unidos en ese amor  recíproco son auténticos mensajeros de esperanza, alegría, amor y paz.

 

                Acerquémosnos a los abuelos, dado que de ellos podemos sentir mucho más de cuanto podamos imaginar: ellos son ricos en sabiduría, maestros de la vida y testigos admirables. Ellos son un factor integrador de la vida familiar; ellos, con  sola su presencia sostienen y fortalecen un clima de afectividad, cariño y comprensión y con su equilibrio emocional permiten obtener la madurez en la formación de los  nietos.

 

4. Hay que honrar a los abuelos

 

                Dice el libro del Levítico: “Ponte en pie ante las canas y honra el rostro del anciano” (Lv. 19,32). Honrar a los abuelos supone acercarse a ellos, acogerlos con cariño, asistirlos en sus necesidades y valorar sus cualidades.

 

                Hoy en muchos ambientes se tienden a considerar a los abuelos como personas ya “acabadas”, con los que ya no se cuenta para nada. Es preciso recordar que es propio de una civilización plenamente humana y cristiana respetar, amar y valorar a los abuelos, ya que ellos sienten, a pesar del debilitamiento progresivo de sus fuerza, ser parte viva de la familia y de la sociedad. Os exhorto a todos, y, sobre todo, a los jóvenes a que os acerquéis a vuestros abuelos, dado que de ellos vais a recibir mucho más de lo que vosotros podéis pensar.

 

5. Relación entre generaciones

 

                Este es un día que nace del amor cristiano y de la gratitud humana. Elogiar a los abuelos es tributar un cariño particular por las personas más queridas de nuestra infancia.

 

                Os exhorto a poner ilusión y cariño en la celebración de esta fiesta; rindamos un tierno homenaje a estos hombres y mujeres que juegan un papel tan importante en nuestras vidas, sobre todo en esta época en la que nos ha tocado vivir y en la que todos estamos de acuerdo que la familia es la base y el fundamento de nuestra sociedad. Decía en este sentido el papa Juan Pablo II: “Es importante que se conserve, o se restablezca donde se haya perdido, un pacto entre generaciones, de modo que los padres ancianos, llegados al término de su camino, puedan encontrar en sus hijos y nietos la acogida y la solidaridad que ellos le dieron cuando nacieron”(Juan Pablo II, Evangelium vitae”)

 

                Los abuelos tienen necesidad de mantener relaciones intergeneracionales para renovar su vida y sus conocimientos; la soledad de los abuelos suele ser su mayor pobreza, pues produce en ellos una sensación de vacío difícil de sustituir; no quieren estar solos. Acércate, pues, tú a ellos; si te acercas a una residencia observarás como esperan con ilusión la visita de un familiar o un amigo. ¡Recemos por nuestros abuelos!

 

                Felicito de corazón a todos aquellos que tenéis la dicha de ser abuelos y os deseo que este día sea inolvidable para todos vosotros.

 

Reza por vosotros, os quiere y bendice

 

 

+Antonio Ceballos Atienza

      Obispo de Cádiz y Ceuta

 

Cádiz 18 de Julio de 2005

 

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