D. ANTONIO CEBALLOS. APORTACIÓN DE LA FAMILIA CRISTIANA A LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI

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Oficina de información de los Obispos del Sur de España

 

 

                Mis queridos diocesanos:

 

                Un año más os invito a participar activamente en el XXVII Semana de la Familia, en nuestra querida y amada Diócesis de Cádiz y Ceuta, que tendrá lugar durante los días 14 al 20 de noviembre con el siguiente lema: “Aportación de la Familia cristiana a la sociedad del siglo XXI”.

 

                El lema es de ingente actualidad, dada la forma en la que está siendo tratada la familia en la sociedad actual. La familia ha sido maltratada y requiere un tratamiento muy especial.

 

1. Cambios profundos a los que está sometida la familia

 

                Hoy día hablamos mucho de los cambios de nuestra sociedad. Quizás en donde más se encuentran los cambios es en las familias. En la vida familiar todo ha cambiado profundamente. Hemos cambiado nuestras casas, electrodomésticos, muebles, etc. Mejoramos. Hay una constante emigración interior dentro de la ciudad. Muchas familias tienen dos casas: en la ciudad y en el pueblo, y, los que pueden, tienen un apartamento en la playa.

 

                Todo esto es posible porque han cambiado los ingresos familiares, trabaja el marido y la mujer, con eso ha cambiado la forma de estar y de convivir. Pero existen también familias en paro; familias que tienen que pagar un alquiler y apenas pueden hacerlo.

 

                Ha cambiado la manera de tratarnos dentro de la familia. Es un hecho que hay más igualdad, más libertad y más confianza. Aún así queda todavía mucha servidumbre, malos tratos, imposiciones, casi siempre por falta de sensibilidad y de educación. Han cambiado muchas cosas, unas para mejor y otras para peor. Se ha retrasado demasiado la edad de contraer matrimonio. Antes de casarse quieren tener demasiadas cosas resueltas. Hay menos convivencia entre los esposos y los hijos.

 

2. Aportación a la familia en el siglo XXI

 

                La aportación a la familia en el siglo XXI, especialmente a las familias jóvenes y a las familias del futuro en esta tierra e Iglesia de Cádiz y Ceuta es muy necesaria: nosotros como sacerdotes y como cristianos tenemos como tarea presentar la grandeza y los bienes de la familia cristiana tal y como el Señor la ha pensado desde el principio: “Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos queridos, y, vivid en el amor….maridos amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia, se entregó a sí mismo por ella… mujeres…” (cf. Ef. 5).

 

                La familia cristiana es la revelación y el don de la plenitud de la revelación humana mediante el amor entre el varón y la mujer como medio de plenitud humana cristiana, como lugar más apto para el nacimiento y crecimiento del ser humano, como instrumento de gracia sanante, santificante y beatificante que Dios nos ha dado para la realización y felicidad de los hombres” (cf. Mons. Fernando Sebastián). Se trata simplemente de ofrecer lo que Dios nos ha revelado y hace posible con su gracia para bien de todos, de los que se casan, de sus hijos, de la sociedad entera.

 

3. Significado de esta aportación

 

                La aportación de la familia cristiana significa simplemente ayudar a las familias del XXI a vivir religiosamente su vida ordinaria. Esto quiere decir:

 

                – fortalecer en los miembros de la familia la memoria y presencia de Dios;

– fortalecer en la vida familiar el reconocimiento, la obediencia, la confianza, el amor de Dios;

– fortalecer en casa y en la familia el sentido de pertenencia a la Iglesia, las relaciones con la parroquia, las actividades como miembros de una comunidad cristiana;

– fortalecer el comportamiento cristiano en todos sus aspectos: litúrgicos, espirituales, sociales, etc.

 

                En una palabra, impulsar y fortalecer la vida cristiana conjunta de familia, dentro y fuera de casa.

 

                Estamos pensando en una vida cristiana renovada, personal, convencida, verdadera, vivida voluntariamente desde cada persona, pero expresada, compartida, vivida, también conjuntamente, como una dimensión importante de la vida familiar, en tiempo y espacio, en actuación, aficiones, gustos, manifestaciones, compromisos y acciones.

 

4. Distintas formas de aportaciones de la familia cristiana

 

                El esfuerzo por ayudar a conocer y a vivir el ideal cristiano de la familia es una manera privilegiada de trabajar por la persona, a favor del bienestar espiritual y de la estabilidad afectiva del hombre y de la mujer, a favor del respeto a la mujer y a los ancianos, a favor de los niños, y por todo ello, a favor de la salud moral y el bienestar de una sociedad.

 

                Frente a la lucha en contra de una civilización que tiende a valorar únicamente el bienestar material, simbolizado y reducido al dinero, con las secuelas de individualismo y soledad, nosotros propugnamos la familia matrimonial, fundada en el amor estable entre el varón y la mujer, que ayuda a crecer como persona. Todo ello es una manifestación de la fuerza restauradora del Evangelio, de la sabiduría y de la gracia de Dios.

 

                Esta familia tendrá en la sociedad futura un papel profético. Será la demostración viviente de que es posible el amor, la fidelidad, la gratuidad, la confianza, la generosidad entre personas, y, por eso mismo, nos dirá que es posible la felicidad y la salvación. La familia cristiana está llamada a ser inspiradora, iluminadora, motivadora de la civilización del amor y de la solidaridad.

 

5. Exhortación e invitación

 

                Os exhorto, queridos diocesanos, a que valoréis la aportación que la familia cristiana puede hacer a lo largo del siglo XXI.

 

                Os invito a vosotros, jóvenes, y a los sacerdotes, mis fieles colaboradores, a los religiosos, religiosas, personas consagradas, diáconos, seminaristas, laicos y miembros de movimientos a participar activamente en esta XXVII Semana de la Familia, y a pedir al Señor, por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, por la eficaz y viva aportación de la familia cristiana a la sociedad del siglo XXI.

 

                Reza por vosotros, os quiere y bendice,

 

 

 

                                                                              + Antonio Ceballos Atienza

                                                                                 Obispo de Cádiz y Ceuta

Cádiz, 25 de octubre de 2005.

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