«Flores de mayo para María», escrita por Mons. Demetrio Fernández González.
El mes de mayo es el mes de las flores. Córdoba es un buen ejemplo de ello. Y unido a las flores, el mes de mayo es el mes de María, la flor más bonita de la creación.
En el mes de mayo celebramos la Cruz de mayo. No ya como patíbulo y lugar de suplicio, donde Jesús ha sufrido la muerte como un malhechor, sino como árbol donde ha florecido el amor más hermoso, desde donde Jesucristo ha expresado el más alto grado de amor al Padre y a los hombres. La Cruz se nos presenta no en su sabor amargo, sino en su sabor dulce. Me llamó la atención una cruz que los niños de Montilla sacaban en procesión. Era la cruz del cristiano, sí, pero hecha de dulces y de “chuches”. Era una cruz edulcorada. La cruz del cristiano viene edulcorada por el amor que Cristo nos enseña desde ella.