
El compositor Tito García González estrena en Málaga parte de su obra dedicada al V centenario de la primera vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano. La Sala María Cristina acogerá el 20 de mayo su recital «Hacia Beethoven, el intérprete compositor», en el que este salmantino criado en Málaga interpretará por primera vez «Trinidad», una pieza de improvisación dedicada al buque insignia de la expedición que partiera de España capitaneada por Magallanes, y «Salve Regina», basada en el canto gregoriano.
Jugar a las canicas entre lagartijas y camaleones en «el campillo», nombre popular de la parcela que hoy ocupa el Parque del Oeste de la capital malagueña, forma parte de los recuerdos infantiles de Tito García González, pianista hoy afincado en Madrid cuya carrera internacional no ha hecho más que despegar. Pocos solistas pueden presumir de haber actuado en salas tan prestigiosas como la Carnegie Hall de Nueva York, la Filarmónica de Berlín, el Teatro Colón de Buenos Aires o el Auditorio Nacional de Música de Madrid.
El 20 de mayo, a las 19.30 horas, en la Sala Unicaja de Conciertos María Cristina https://www.fundacionunicaja.com/agenda/recital-de-piano-de-tito-garcia-hacia-beethoven-el-interprete-compositor/ el compositor regresa a Málaga con un programa cuya primera parte consistirá en un bis a bis con Beethoven, en la que se podrán escuchar dos de sus más famosas composiciones para piano: las sonatas «Patética» y «Tempestad», junto a dos composiciones de García González, «PostLudio a Ludwig» y «Remembering Bernstein». La segunda parte consistirá en el estreno mundial de la Fantasía Sonata nº1 dedicada al V Centenario de la primera circunnavegación marítima de la historia.
El viaje de Magallanes y Elcano, una gesta cuya vertiente evangelizadora está siendo muy celebrada en los países (como Filipinas, con 100 millones de católicos) que recibieron la fe gracias a ella, ha sido una oportunidad para que el compositor malagueño saque a la luz sus señas de identidad. Con tres tíos religiosos, uno perteneciente a la congregación de los Sagrados Corazones y misionero en Puerto Rico; y dos redentoristas, afirma conocer muy de cerca la labor de la Iglesia: «Seguro que hay una impronta de las misiones, que conozco desde muy niño, en mi obra. Las conozco también muy de cerca pues soy profesor de piano en la Universidad de Comillas, de la Compañía de Jesús, y he estudiado mucho las reducciones jesuiticas en América. Espero que haya algo de todo esto en mi obra cuando pasen los años».
Trinidad era el nombre del barco desde el que Magallanes partió rumbo a las islas de las especias y también el título del primer movimiento de una sonata que será sin duda único, pues tiene la originalidad de no estar compuesta, sino de ser creada en el momento. «Quería significar el espíritu emprendedor de estos hombres que se abandonaban a la providencia, pues con los mapas de navegación con que contaban no sabían lo que iba a sucederles –afirma el compositor–. Magallanes suponía que existía un paso hacia el Pacífico, pero hasta que no llegaron al estrecho que luego tomaría su nombre, todo era una incógnita. Igualmente, en esta pieza, no sabemos qué va a sonar, porque a partir de tres notas que elegirán tres personas del público al azar, iré haciendo improvisaciones de tres en tres».
El segundo movimiento tiene, asimismo, un componente espiritual. «Se titula Salve Regina y es una pieza muy emotiva que dediqué a una amiga mía que falleció el año pasado –afirma el músico–. Se trata de la grandisima compositora hispano argentina Claudia Mantero, que ha sido para mí mi hada madrinda. Está basada en un canto gregoriano a María y, a partir de ese canto monódico, he hecho una pieza con toques de jazz y tango habanera muy emotiva y la voy a estrenar en Málaga el 20 de mayo».