En unos días comienza la matriculación en los centros escolares. De educación integral hablamos con Yolanda Ruiz Ordóñez (Valencia, 1971), profesora de Psicología Social y directora de la “Cátedra Abierta Scholas Occurrentes” de la Universidad Católica San Vicente Mártir de Valencia, en su reciente visita a Málaga.
¿Qué es Scholas Occurrentes?
Es un proyecto que surge en Argentina, en 2001, de la mano del entonces cardenal Bergoglio. Una propuesta de agrupar a jóvenes de diferentes ideologías, culturas, tipos de escuela… para que fuesen agentes activos en la sociedad. Actualmente, esta propuesta educativa es una red de redes que comprende casi unos 500.000 centros educativos de todo el mundo. En 2016, desde la Universidad Católica de Valencia suscribimos un convenio de colaboración con ellos y creamos esta Cátedra, que es la única existente a nivel internacional. Se trata de enfocar la educación a través de elementos como el arte, el deporte, la tecnología, el juego, la creatividad. El papa Francisco nos invita a cambiar el mundo a través de la educación. Scholas Occurrentes es una apuesta firme que rompe muchísimos esquemas.
¿Qué proponen desde esta Cátedra?
Contactamos con centros educativos de diversas titularidad y les proponemos esa nueva pedagogía, siempre respetando la misión y el ideario de cada centro. Tenemos colegios que están impulsando proyectos donde se trabaja la motivación académica con la expresión corporal, por ejemplo. Otros trabajan la asignatura de deporte fomentando el encuentro con otros colegios de distinta situación social, con los que organizan campeonatos donde los chicos establecen los valores y los criterios de juego. Trabajamos también con metodologías de aprendizaje y servicio donde los chicos adquieren competencias curriculares de la asignatura prestando un servicio a la comunidad y todo lo que sea fomentar la incidencia pública y la ciudadania activa en los chicos.
Hoy día, nuestros hijos adquieren muchos conocimientos, ¿cómo ayudarlos a que los integren en su vida?
Estoy convencida de que el proyecto de Scholas nace del corazón del Papa, que nos viene a decir que la sociedad en que vivimos promueve una educación de tipo gnóstica, es decir, una educación en la que lo más importa es el conocimiento y el promover verdades construidas desde la razón. El Papa nos propone que los tres lenguajes estén ajustados y equilibrados: el de la cabeza, para que el chico piense bien; el del corazón, para que todos los afectos estén alineados y que lo que sienta sea bueno; y el lenguaje de las manos, que comprende la parte de acción, de actuación. En realidad, cualquiera de los programas de Scholas Occurrentes trabaja la armonía del lenguaje de la cabeza, el corazón y las manos.
¿Cuáles son los retos del sistema educativo actual?
Yo creo que hay un reto principal que recae en el propio sistema educativo: la propia adquisición de competencias. Estamos formalizando y trabajando mucho la dimensión conceptual con ellos, se está metiendo todo el tema de inteligencia emocional, pero no de forma integrada, sino como un añadido más. Ahí está uno de los retos: educar es enseñar a vivir, y a veces nos perdemos con otros elementos secundarios. Los jóvenes no son el futuro, son el presente. Derivado de esta cuestión aparece otro reto: hay que hacer un cambio en la cabeza del docente, a veces pensamos que el buen docente es el que acumula un montón de cursos de formación. Cuando salen los chicos del centro a hacer actividades fuera, durante seis días, no van a perder el tiempo, sino a aprender de otra manera. Hay que hacer un cambio con el cansancio académico con el que viven muchos profesores porque tienen que articular la disciplina con los conocimientos y ahí hay otro reto. Y luego hay un reto que es la propia sociedad, los centros educativos tienen que ser aulas sin paredes, donde haya una vinculación con lo que es la realidad y las necesidades sociales. No tiene sentido una educación descontextualizada de la realidad. Por eso, Scholas Occurrentes se sustenta en una pedagogía de la realidad y la experiencia.
Encarni Llamas Fortes
