“La Rana”, “La Cuchi”, “La María” y “La Pelo”, vecinas de Asperones, están dispuestas a que sus vidas, y las de sus familias mejoren gracias a la oportunidad de trabajo que les ofrece el taller “Kelimajarí”, que significa “Casa de María”.
Pueden contactar con «Kelimajarí» en el e-mail kelimajari@gmail.com y en su Facebook
Unas tejas con dibujos de Fano, para felicitar la Navidad, es el primer producto que “Kelimajarí” ha sacado al mercado. Tres días a la semana, después de dejar a los niños en el Colegio María de la O, del que es director Patxi Velasco Fano, estas cuatro vecinas se van a las estancias de Asuntos Sociales, acompañadas por Eva (miembro de los Misioneros de la Esperanza) y comparten café, trabajo y un ratito de risas.
En palabras de “La Cuchi”, «del tiempo que estamos aquí, me gusta que podemos trabajar, nos entretenemos y nos llevamos muy bien las compañeras».
Y es que Asperones, a pesar de estar a menos de 10 kilómetros del centro de la ciudad, está muy muy lejos para muchos: «Vivimos en Asperones, un barrio muy difícil, y cuando vamos a buscar trabajo y decimos que somos de aquí, ya no nos cogen. Aquí no hay tiendas, ni escaparates, ni semáforos, hay pocas oportunidades, vivimos muy aislados… estamos “asalvajados”», comentan nuestras protagonistas.
La Librería Diocesana y la de las Nazarenas ya tienen a la venta estas tejas, que también se pueden adquirir en el Centro Mies, a solo 6 euros. Son varios los modelos que ofrecen: diversos modelos de Sagrada Familia, entre ellas una gitana; un ángel de la guarda que se puede personalizar con el nombre de la persona a la que va dirigido; el Niño Jesús pescando el amor, con la Catedral de fondo; los Reyes Magos que traen Pan y Paz; y una en la que se puede leer: “Que Dios pro-teja esta casa”, entre otros modelos.
“La Rana” nos explica que las tejas «están hechas a mano y el dinero que se recaude ayudará a que el taller, que es una beca de la Junta de Andalucía para tres meses, dure un poco más de tiempo».
La situación de estas mujeres, explica Fano es “politraumática”, con edades entre 27 y 40 y pocos años, viven solas, con familias grandes a su cargo. Por eso, el horario de este taller es muy flexible, se tiene que adaptar a la realidad de cada una de estas cuatro mujeres. «Pero trabajan muy bien y son muy formales y trabajadoras, por eso estamos dispuestos a acoger grandes pedidos personalizados», asegura Fano.
El proceso de creación es laborioso. Primero compraron las tejas en el polvero. “La Rana” se ha especializado en lijarlas y “La Pelo” en hacerle los agujeros para la cuerda. Después las pintan y les pegan los dibujos de Fano, con mucho cuidado, para que queden bien extendidos. Para dar el mejor toque a su presentación, las envuelven en unas bolsitas transparentes después de colocarles la etiqueta en la que se explica que la teja está hecha a mano y que todos los beneficios irán destinados a la promoción de la mujer gitana en situación de vulnerabilidad y exclusión.
Encarni Llamas Fortes