Eran las 8 de la mañana del sábado, 25 de marzo, cuando los miembros de la Pastoral Gitana de Málaga partían hacia Almería, en peregrinación, para vivir un día histórico, esa mañana, se beatificaba a la Sierva de Dios, Emilia Fernández Rodríguez «La Canastera», junto a otros 114 mártires «que dieron su vida por Cristo en la persecución religiosa de los años treinta del pasado siglo XX en España».
Así comienza la crónica que ha elaborado la diócesis almeriense en un día muy especial: «Almería se ha vestido de fiesta mayor para celebrar la memoria heroica de los Mártires que dieron su vida por Cristo en la persecución religiosa de los años treinta del pasado siglo XX en España. Eran las 8, 30 horas cuando comenzaba la celebración en la iglesia Catedral de Almería de las Vísperas de la Anunciación del Señor, título de la Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación, habitualmente «Catedral de la Encarnación».
La celebración se abría con el canto procesional de la luz, tradicionalmente el canto que abre el lucernario, al encender las lámparas antes del oficio vespertino, mientras el atardecer da paso a la vigilia que comienza con el canto de las Primeras Vísperas. Encendido el cirio el diácono José Antonio Rodríguez Castaño, ordenado en la solemnidad de san José, cantaba su mostración a los fieles. Símbolo lleno de expresividad en sí mismo, su luz es la luz de Cristo resucitado que ilumina las tinieblas».
Crónica de la vigilia Aquí
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Beatriz Lafuente
