Día de la Iglesia Diocesana

Carta del Obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá Ibáñez.

Queridos fieles: la Iglesia de Jesucristo sigue anunciando el Evangelio a todos los hombres, para que puedan llegar a saborear la vida verdadera y eterna, que ya se hace presente en esta vida temporal.

El amor que Jesús, el Hijo de Dios, nos manifestó con sus obras y palabras, estamos los cristianos llamados a darlo a conocer a los demás, también con nuestra vida y con la atención concreta, espiritual y humana.

La Iglesia ofrece la esperanza cristiana a todo hombre. Ella, como Madre nuestra, nos acompaña en todos los momentos de nuestra existencia; en las alegrías y en las penas, en medio de las dificultades de la vida y en los momentos de bonanza.

Los católicos debemos ser reflejo de la bondad y de la misericordia de Dios y estar siempre dispuestos a ayudar en las necesidades espirituales y materiales de los más necesitados. Mayormente, en situaciones de crisis económica se nos invita a colaborar generosamente para resolver las penurias de nuestros hermanos. La ayuda de la Iglesia y su cercanía a estas personas son de gran esperanza para muchos de ellos. Los católicos tenemos que estar dispuestos a escuchar, a acompañar y a ayudar, como expresión del amor cristiano.

Para responder a las necesidades de quienes acuden a la Iglesia, pidiendo ayuda, es necesario disponer de todos los medios necesarios. La colaboración de los católicos y de los que valoran su labor es muy importante y necesaria.

Como nos ha dicho repetidas veces el papa Benedicto XVI, el cristiano no vive solo y apartado de los demás, sino que vive en comunidad, celebra su fe comunitariamente, comparte con los hermanos y ofrece el testimonio vivo. Los católicos formamos comunidades parroquiales, que, a su vez, se integran en una comunidad más grandes, llamada diócesis, porción del pueblo de Dios, presidida por el Obispo. Tanto en la diócesis como en la parroquia experimentamos y celebramos el amor de Dios, que hemos de transmitir a todos los hombres.

Todos debemos participar en la Iglesia y colaborar económicamente en su sostenimiento. Os animo a ser generosos para subvenir a las necesidades de nuestra Diócesis malacitana. El Señor nos recompensa siempre abundantemente.

Un fraternal saludo.

+ Jesús Catalá
Obispo de Málaga

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