Apertura del Año de la Familia

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Misa de apertura del Año de la Familia celebrada en la Catedral de Málaga el 19 de marzo de 2021, festividad de San José.

APERTURA DEL AÑO DE LA FAMILIA

(Catedral-Málaga, 19 marzo 2021)

Lecturas: 2 Sm 7, 4-5.12.14.16; Sal 88, 2-5.27.29; Rm 4, 13.16-18.22; Mt 1, 16.18-21.24.

1.- Celebramos la fiesta litúrgica de san José, que fue el esposo fiel de la Virgen María, «de la que nació Jesús, llamado Cristo» (Mt 1, 16). Sus temores y dudas sobre la generación de Jesús y su decisión de repudiar en secreto a María, se disiparon con el mensaje del ángel del Señor: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo» (Mt 1, 20). El ángel le revela el nombre que debe ponerle al Hijo de Dios: «Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 21).

José, obediente a la voluntad de Dios, hizo como el ángel del Señor le había mandado. El aspecto principal de la vocación de José fue ser custodio de la Sagrada Familia de Nazaret, esposo de la Santísima Virgen María y padre legal de Jesús.

2.- San José fue proclamado Patrono de la Iglesia universal por el papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1870. En la concurrencia del 150 aniversario de este título, el papa Francisco nos lo ofrece como modelo e intercesor en su carta apostólica “Patris corde”.

La vida de san José fue una entrega de sí mismo a su familia de manera callada, obediente, humilde y gozosa; sin quejas egoístas ni autoritarismos estériles, que a veces se dan en nuestras familias. ¡Cuánto tenemos que aprender de este gran santo!

El papa Francisco nos recuerda: “El mundo necesita padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción. Toda vocación verdadera nace del don de sí mismo, que es la maduración del simple sacrificio (…). Cuando una vocación, ya sea en la vida matrimonial, célibe o virginal, no alcanza la madurez de la entrega de sí misma deteniéndose sólo en la lógica del sacrificio, entonces en lugar de convertirse en signo de la belleza y la alegría del amor corre el riesgo de expresar infelicidad, tristeza y frustración” (Patris corde, 7).

3.- En el quinto aniversario de la publicación de la exhortación apostólica «Amoris Laetitia» (AL) sobre la belleza y la alegría del amor familiar, el papa Francisco ha determinado proclamar el Año “Familia Amoris Laetitia”, que inicia hoy con la festividad de san José y terminará el 26 de junio de 2022 con ocasión del Encuentro Mundial de las Familias en Roma con el Santo Padre.

El propósito es llegar a todas las familias del mundo a través de diversas propuestas de carácter espiritual, pastoral y cultural, para acompañar a las familias ante los desafíos de nuestro tiempo, y se podrán llevar a cabo en las diócesis, las parroquias, las universidades, los movimientos y asociaciones. Se trata de ofrecer a la Iglesia oportunidades de reflexión y profundización, para vivir concretamente la riqueza de la exhortación apostólica “Amoris Laetitia”.

4.- Un primer objetivo de este año dedicado a la familia es difundir el contenido de esta exhortación, para hacer experimentar que el Evangelio de la familia es alegría que “llena el corazón y la vida entera” (AL, 200). Una familia que descubre y experimenta la alegría de tener un don y ser a su vez un don para la Iglesia y la sociedad puede llegar a ser una luz en la oscuridad del mundo.

Un segundo objetivo es anunciar que el sacramento del matrimonio es un don y tiene en sí mismo una fuerza transformadora del amor humano. Para ello es necesario que los pastores y las familias caminemos juntos en una corresponsabilidad y complementariedad pastoral entre las diferentes vocaciones en la Iglesia (cf. AL, 203).

Un tercer objetivo es hacer a las familias protagonistas de la pastoral familiar. Para ello se requiere “un esfuerzo evangelizador y catequístico dirigido a la familia” (AL, 200), ya que una familia discípula se convierte también en una familia misionera.

Otro objetivo es concienciar a los jóvenes de la importancia de la formación en la verdad del amor y el don de sí mismos, con iniciativas dedicadas a ellos.

Por último, se invita a ampliar la mirada y la acción de la pastoral familiar para que se convierta en transversal, para incluir a todos los componentes de la familia (esposos e hijos; niños, jóvenes, personas mayores y las situaciones de fragilidad familiar).

5.- Para todo ello, queridos hermanos, se ofrecen diversas iniciativas y unos itinerarios con las familias para poner en práctica “Amoris Laetitia”. Nuestra delegación diocesana de pastoral familiar está a disposición para ayudar a las familias que deseen vivir este proceso de renovación.

Deseo agradecer a los nuevos Delegados diocesanos para la pastoral familiar, el matrimonio Ramón Acosta y Rosa Bejarano, su disponibilidad para aceptar esta misión con la ilusión y la responsabilidad de saber que se trata de una tarea hermosa, pero ardua a la vez. Y damos las gracias al matrimonio Ismael Herruzo y Toñi Delgado por su dedicación generosa durante estos años pasados en esa misma Delegación.

Con ellos expresamos también nuestro reconocimiento a todos los miembros del equipo y al consiliario que les ha acompañado, Rvdo. D. Javier Guerrero, y a quien les acompaña ahora, Rvdo. D. Guillermo Tejero.

6.- Al iniciar el año jubilar sobre la Familia pedimos la intercesión de san José para que todas las familias se mantengan en el amor verdadero y vivan la alegría del don de la vida. Que san José proteja de modo especial a las familias que se encuentran en dificultad espiritual o material.

La Penitenciaría Apostólica del Vaticano, para que todas las familias cristianas sean estimuladas a recrear el mismo clima de íntima comunión, amor y oración que se vivía en la Sagrada Familia, concede Indulgencia plenaria por el rezo del Santo Rosario en las familias y entre los novios (cf. Decreto, c). Roma, 8.12.2020).

Pedimos a la Sagrada Familia que nos acompañe durante este año jubilar, sirviendo de modelo a todas las familias y transformándolas en hogares de amor verdadero, en oasis de paz y en ámbitos de libertad auténtica. Amén.

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