«Nos encomendamos al médico de los pobres y mi sobrino se curó» 

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

El papa León XIV canonizó el domingo 19 de octubre a siete nuevos santos, entre ellos los dos primeros venezolanos: la religiosa Madre Carmen Rendiles y el médico José Gregorio Hernández Cisneros, cuya devoción se extiende ya por Málaga. 

Hernández Cisneros (1864-1919) fue médico, científico, profesor y franciscano seglar, y era conocido como el médico de los pobres; y Madre Carmen Rendiles (1903-1977) fundó la congregación de las Siervas de Jesús de Venezuela. 

En muchos hogares malagueños se celebró esta canonización de forma especial pues estos santos, sobre todo José Gregorio Hernández Cisneros, son de los más queridos y a los que más acude el pueblo venezolano para que interceda al Señor ante una enfermedad. 

El papa Francisco beatificó a José Gregorio el 30 de abril de 2021. El milagro que lo hizo posible fue la curación de una niña de diez años herida de bala en la cabeza. El pronóstico de los médicos era que, en caso de sobrevivir, quedaría con discapacidad motriz, lingüística, pérdida de memoria y visión, pero la niña salió completamente sana del hospital a los 20 días, caminando y hablando con normalidad. Es tal la devoción y la cantidad de milagros que se adjudican a su intercesión que el papa Francisco decretó su canonización siguiendo el proceso de los casos excepcionales, en los que se puede canonizar a una persona basándose en la fama de santidad y el culto público histórico e ininterrumpido. 

Nadia Parra
Nadia Parra

Muchos son los milagros atribuidos al médico de los pobres, como el que nos cuenta Nadia Parra, natural de Venezuela pero malagueña desde hace 21 años, cuando llegó a la Costa del Sol pues su vida peligraba en su querida tierra natal. El 19 de octubre fue fiesta para toda su familia, pues «todo el mundo decía que era “muy milagroso”, pero nosotros lo hemos vivido en mi familia, con mi sobrino. Ahora tiene 29 años y, cuando tenía un año y medio, no podía caminar, ni se sostenía en pie. Los médicos le hicieron pruebas y vieron una mancha blanca en su columna, el diagnóstico fue que mi sobrino nunca caminaría, ni correría ni montaría en bici… Era el primer sobrino, el primer nieto y aquello fue un chaparrón tremendo para todos».

En ese momento, las abuelas lo tuvieron claro y «comenzaron a encomendarse al doctor José Gregorio, y toda la familia se les unió en cadena de oración. Una mañana se levantó diciéndole a su madre que lo había visitado un señor. Su mamá le enseñó la foto del doctor y confirmó que había sido él. Comenzó a caminar, lo llevaron al médico y la mancha había desaparecido. Ha sido un joven aventurero que ha montado en bici y jugado a todo y, para nosotros, es nuestro milagro del doctor Hernández Cisneros», afirma emocionada Nadia. 

La devoción de los venezolanos por este nuevo santo es muy grande, según explica Nadia, «las paredes de su pueblo natal están llenas de placas de agradecimiento. Es impresionante la emoción que allí se respira». Y ahora ella también está haciendo llegar esa devoción a sus vecinos en Málaga y a cuantas personas enfermas encuentra en su camino, «les paso la estampa y la oración para que se encomienden a él».

Celis Sucre se hace un selfie desde la ceremonia de canonización de los dos primeros venezolanos, para enviarlo a su familia
Celis Sucre se hace un selfie desde la ceremonia de canonización de los dos primeros venezolanos, para enviarlo a su familia

Otro testimonio es el de Celis Sucre, que viajó de Málaga a Roma para vivir en directo la canonización de sus paisanos. «Un día inolvidable para mí y para todos pues, estando en Roma, pude comprobar el esfuerzo que hicieron muchos venezolanos para viajar a la Ciudad Eterna con la situación que están viviendo en el país».

Celis vivía en Caicara del Orinoco, en la que se encuentra un pedacito de la Iglesia de Málaga, la Misión Diocesana. De niño conoció a los sacerdotes malagueños misioneros y la labor que hacen en aquellas tierras. «El padre Antonio Collado fue quien me bautizó, me dio la primera comunión y me confirmó», recuerda. Hace seis años se aventuró a venir a Málaga buscando una vida mejor. En su familia han vivido varios milagros, «aunque no estén registrados», afirma Celis, «curaciones a las que no le han podido encontrar explicación médica y que hemos pedido toda la familia, con devoción a José  Gregorio». 

Para Celis, son  «un orgullo estos primeros santos venezolanos. Siempre la Iglesia va a estar orgullosa de tener nuevos santos, porque son ejemplos para las generaciones futuras y ellos nos llevan a Dios».

En la homilía de la canonización, el papa León se preguntaba: «¿Cuáles son esas virtudes de estos santos que deben motivarnos? Ciertamente la fe. Dios estaba presente en sus vidas y las transformaba, haciendo de la sencilla existencia de una persona normal, como cualquiera de nosotros, una lámpara que, en lo cotidiano, iluminaba a todos con una luz nueva». 

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