Este domingo, día de la Santísima Trinidad, celebramos la Jornada pro Orantibus. Queremos con inmensa gratitud dar gracias a Dios por todos los hermanos y hermanas de nuestra diócesis que han respondido a la llamada del Señor a la vida contemplativa, y unirnos en oración para pedir que haya jóvenes que escuchen su llamada a consagrarse por entero a él en los monasterios y conventos de nuestra diócesis.
La vida contemplativa, como decía san Juan Pablo II en «Vita Consecrata», es para la Iglesia un motivo de gloria y una fuente de gracias celestiales. Con su vida y su misión, sus miembros imitan a Cristo orando en el monte, testimonian el señorío de Dios sobre la historia y anticipan la gloria futura. Ofrecen así a la comunidad eclesial un singular testimonio del amor de la Iglesia por su Señor y contribuyen, con una misteriosa fecundidad apostólica, al crecimiento del Pueblo de Dios (VC 8).
El lema de este año hace alusión a santa Teresa: «Sólo Dios basta». Con este lema, la Santa nos enseña que en la vida de todo cristiano no existe nada más importante que Dios. Demos por tanto gracias a Dios en este día por todos nuestros hermanos y hermanas que, con su testimonio de vida, nos recuerdan, como María a los pies del maestro, lo esencial de nuestra vida.