Manos Unidas: “Compartir es nuestra mayor riqueza”

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

El 9 de febrero es el día central de la Campaña LXVI contra el Hambre de Manos Unidas que tiene como lema “Compartir es nuestra mayor riqueza”. Las colectas de este domingo se destinan, de forma especial, a los proyectos de desarrollo que Manos Unidas pone en marcha en los países más necesitados de todo el mundo y, desde Manos Unidas Málaga, invitan a participar en dos actos previos. 

Por un lado, el Día del Ayuno Voluntario, el viernes 7 de febrero, con la celebración de la Eucaristía a las 18.30 horas, en la iglesia de Santiago, en Málaga, y la posterior Cena del Hambre, a las 20.00 horas, en la Delegación de Manos Unidas de Málaga (calle Strachan 6, 3º izquierda) «en la que compartiremos oración, pan con aceite y agua para recordar a los casi 733 millones de personas que pasan hambre en el mundo», explica su presidenta delegada, Ana Torralba. En muchas parroquias se celebran Cenas del Hambre en ese día. 

Por otro lado, el jueves 6 de febrero, a las 19.00 horas, bajo el título “Reescribir la historia desde la otra orilla”, tiene lugar una conferencia en el salón de actos del Centro de Estudios Teológicos San Pablo impartida por el jesuita Alvar Sánchez Calvo, quien vive desde 2018 en Nador y es el secretario general de Cáritas Marruecos además del promotor del proyecto de la Delegación de Migraciones de la diócesis de Tánger.

La propuesta de Manos Unidas para este 2025, «Prosperidad para erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad», quiere «redifinir la prosperidad como un compromiso compartido, donde el bienestar individual esté intrínsecamente ligado al bienestar de todas las personas que formamos parte de nuestra comunidad y, al cuidado de la casa común, nuestro planeta», explican desde esta ONG católica para el desarrollo Manos Unidas. 

Y es que «nuestra prosperidad personal carece de significado si aquellos que nos rodean sufren. En 2025 buscamos compartir nuestra prosperidad en todas sus dimensiones (personal, económica, familiar y social) para que todos tengan la oportunidad de alcanzar su pleno potencial y vivir con dignidad. En definitiva, se trata de un viaje de ida y vuelta hacia el cuidado de lo que verdaderamente importa». 

«En la actualidad, medimos la prosperidad en base a la capacidad de consumo que podemos realizar. Pienso, luego consumo. Y esa búsqueda desenfrenada de la prosperidad económica ha desplazado el auténtico sentido de la prosperidad. le damos prioridad a la acumulación de riqueza sobre la inclusión de las personas y la protección del medio ambiente: la imagen predominante de esa palabra es la de un paraíso económico en permanente expansión».

El reto

Vivimos en un mundo marcado por la desigualdad y la cultura del descarte. Según los datos que ofrece Manos Unidas, 700 millones de personas sobreviven con menos de dos dólares al día y más de 783 millones pasan hambre. 

La cultura del descarte surge de la indiferencia global. En esta cultura, las personas se centran sólo en sus propios intereses, ignorando el bienestar de los demás. La prosperidad compartida pone a las personas, especialmente a las más pobres y excluidas, en el centro de la economía y las políticas sociales. Se basa en la justicia y la solidaridad. 

Como dice el papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti: «es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. Es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. En enfrentar los destructores efectos del imperio del dinero».

Desde Manos Unidas se suman a la propuesta del Papa en la promoción de la «Economía de Francisco» con la que nos invita a superar la cultura del descarte y situar el compartir en el centro de nuestras vidas. 

Para eso, animan a todos a sumarse a algunos compromisos concretos:

  1. Toma conciencia de la situación de pobreza, hambre y desigualdad a la que se enfrentan miles de millones de personas en el mundo.
  2. Acércate a la propuesta del Papa «la Economía de Francisco».
  3. Comparte con otras personas tus inquietudes sobre la posibilidad de una economía más inclusiva y respetuosa con las personas y el planeta.
  4. Apoya las iniciativas de economía social como el comercio justo.
  5. Párate a pensar sobre tu estilo de vida, quizás puede ser más solidario.
  6. Practica el compartir como forma de vida.
  7. Disfruta y comparte todos los bienes que recibimos gratuitamente, como el sol, la naturaleza, la belleza.
  8. Apoya con tu consumo a los pequeños negocios y a la producción de cercanía respetuosa con el medioambiente.
  9. No despilfarres, comparte.
  10. Cuida los recursos que son escasos como el agua, para que puedan llegar a todas las personas en todas partes. 
  11. Comprométete a vivir una conversión ecológica desde la sobriedad, para frenar el consumismo que nos absorbe y descarta a miles de seres humanos.
  12. Deja por un momento el móvil, la tablet o las redes sociales y comprométete a dedicar ese tiempo a los que están solos o no cuentan para la sociedad; comparte con ellos tu tiempo, tu escucha, tu comprensión.

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