Mª Carmen Fernández Rivera (Vélez-Málaga, 1940) fue la primera artista de Vélez-Málaga que instaló su taller de pintura en la calle Real de la Villa y comenzó a pintar de cara al transeúnte. Quienes la conocen cuentan que cuelga en la higuera de su patio el zurrón y a su lado el botijo, para dar acogida y agua fresca al que le agrade ver arte, hablar de él o simplemente descansar. Nos abre las puertas de “La Casa de la Pintora”.
¿Cómo surgió su vocación artística?
Siempre estuvo en mi vida, pero agazapada, pues di prioridad en mi escala de valores a ser esposa y madre, vocación que es aún más difícil que la de manifestar el arte a través de la pintura. Por estar tan entregada a ella (pues tengo siete hijos), nunca veía el momento de desarrollar mi vocación artística y tuvo Dios que enviarme un fuerte golpe en mi vida, para darme cuenta que era deseo de Él que yo pintase…
¿Qué se puede ver en «La Casa de la Pintora»?
Yo intento testimoniar a través de mi pintura, del arte (a través del trencadís, un tipo de mosaico, de la fachada de La Casa de la Pintora), la cultura (a través de un refranero nazarí del Siglo XV y del propio Evangelio), la fidelidad en el matrimonio (a través de un «trampantojo») y la simbología de la familia (a través de la «Fuente de los 9 caños), hecha con teselas de cerámica en el patio de mi estudio.
Ofrece visitas a los alumnos de los colegios, ¿qué les explica?
Tengo tres módulos para la visita de los colegios e institutos, dependiendo del tiempo que traigan: desde un desayuno en el patio, a una serie de preguntas que me traen preparadas sobre el arte. A veces montamos un taller y pintan, otras veces tengo plasmada en un póster la fachada del estudio y la desarrollo como un juego didáctico en el que explico los monumentos principales de Vélez, la fusión con Torre del Mar, la unión de la familia a través del trabajo realizado en el trencadís… y la lección que sacamos de ella es que como de todas las personas tenemos que aprender algo, aún del que veamos más inepto, mayor, niño, catedrático, inculto, gitano, payo…
¿Cómo se ve a Dios en el arte?
Yo he dicho muchas veces que «Dios se manifiesta también a través del arte», y un adolescente del Instituto Torre Almenara de Mijas me preguntaba: «Vd. dice que al final de la obra lo que queda plasmado es el espíritu del autor y yo veo que es así, pues viéndola a Vd. es como ver su pintura…pero me puede decir ¿Cómo plasma Vd. su espíritu en la pintura?». Querer ver a Dios en el arte es como querer encerrarlo en un frasco y Dios ocupa todo el espacio, se derrama, se esparce y su espíritu se recrea en nosotros hasta invadirnos, es como si dejara que nuestras manos se deslizaran sobre el lienzo y danzaran con los pinceles.
¿En qué está trabajando ahora?
El pasado mes de junio, he abierto La Casa de la Pintora en dos inauguraciones por dar cabida a Vélez-Málaga y a mis grupos y asociaciones, ya que mi estudio tiene un máximo de acogida de 150 personas aproximadamente; he estado pintando durante tres años para esta exposición y quería darla a conocer. Ahora preparo tres obras para exponerlas en agosto en Londres, «Meniers Gallery» y este verano termino de preparar pinturas y poemas para la edición de mi segundo libro que se publicará, Dios mediante, en octubre. En él tengo puesta mucha esperanza porque voy a lanzar historias vividas y experimentadas por mí y voy a dar a luz a través de mi fe, esas anécdotas no podían quedar encerradas y tenían que dar su testimonio.
Encarni Llamas Fortes
