Con el lema “Caminar y soñar juntos. Soñemos un mundo del trabajo más humano”, se ha celebrado en Málaga, durante los días 27 y 28 de enero de 2024, el III Encuentro Andaluz de Pastoral Obrera y del Trabajo. En él han participado más de 150 personas miembros de los Equipos Parroquiales de Pastoral Obrera (EPPOs), de los Movimientos Apostólicos en el mundo del trabajo (ACO, HOAC y JOC), Religiosas en Barrios y de otras organizaciones eclesiales y sociales procedentes de todas las diócesis andaluzas.
«El ambiente ha sido de oración, reflexión, diálogo y discernimiento, “en el intento de buscar una luz en medio de lo que estamos viviendo (…) y una amistad social que integre a todos” (Fratelli tutti, 56 y 180)», explica el presidente de la Hermandad Obrera de Acción Católica de Málaga, Francisco Guzmán.
El Encuentro se inició con la oración y el saludo de monseñor D. Jesús Catalá Ibáñez, obispo de Málaga y con la presencia de D. Abilio Martínez Varea, obispo de Osma-Soria y responsable de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española.
Dicho Encuentro ha partido de una mirada creyente de la realidad del mundo obrero y del trabajo, para lo que se ha contado con la aportación de D. Pedro José Gómez Serrano,
Iglesia en el mundo del trabajo, con rostro samaritano, buscando el desarrollo humano integral de los empobrecidos, ha mostrado, desde las intuiciones del Papa Francisco, la situación de empobrecimiento y deshumanización que viven muchos trabajadores y trabajadoras. La concepción y organización mercantilista del trabajo lo cosifica y roba la dignidad sagrada de la persona, especialmente, en una cultura del descarte y de la globalización de la indiferencia.
Ante esta realidad, se ha afirmado que es urgente una Pastoral Obrera y del Trabajo que construya caminos de fraternidad y sirva, desde su misión evangelizadora, al desarrollo humano integral del mundo del trabajo. Este camino solo es posible desde un rostro samaritano encarnado en la realidad sufriente de este mundo obrero.
A esta reflexión también han ayudado las experiencias de compromiso de organizaciones civiles y religiosas que colaboran a un desarrollo integral y humanizador de las personas empobrecidas del mundo obrero. Las asociaciones de: Barrios Ignorados; Víctimas de Accidentes y Enfermedades Laborales de Andalucía (AVAELA); Asociación Jornaleras de Huelva en Lucha; Punto de Información de Vivienda y Encuentro (PIVE) de Sevilla y la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente de ámbito Estatal.
Así mismo, se ha reconocido el papel y compromiso del movimiento sindical en la consecución de un mundo del trabajo más humano.
Estas organizaciones han demandado a la Iglesia y, en concreto, a la Pastoral del Trabajo, que desarrolle una presencia pública humanamente liberadora como comunidad eclesial, alzando su voz profética ante la injusticia, y, como cristianas y cristianos laicos, participando en dichas realidades para que, desde su fe, colaboren a construir un mundo del trabajo más humano. Un compromiso evangelizador que sea expresión de la Caridad Sociopolítica a la que llama insistentemente el Papa Francisco. En este sentido, se ha valorado que es necesario y urgente, para ser Iglesia en salida, impulsar las instituciones de Desarrollo Humano Integral en las diócesis y hacer que la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) ocupe un lugar preferente en el día a día de las parroquias, hermandades, comunidades religiosas, movimientos eclesiales…
En este Encuentro, se ha compartido la necesidad de que el trabajo humano, dimensión esencial para el desarrollo personal, familiar y social, sea transversal a las distintas pastorales de la Iglesia. No podemos ser la Iglesia de Jesucristo si la realidad del trabajo no está en el corazón de la vida y misión de nuestras Iglesias diocesanas. La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente es un ejemplo que nos muestra este camino.
Se ha finalizado con la celebración de la Eucaristía en la que se ha ofrecido al Señor el sufrimiento de muchas familias trabajadoras y, al mismo tiempo, el compromiso para que el trabajo sea fuente de vida y de reconocimiento de la dignidad de los hijos e hijas de ́Dios.
“Soñemos juntos, porque fueron precisamente los sueños de libertad e igualdad, de justicia y dignidad, los sueños de fraternidad los que mejoraron el mundo. Y estoy convencido de que en esos sueños se va colando el sueño de Dios para todos nosotros, que somos sus hijos” (Mensaje del papa Francisco en el IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Oct. 2021).