Comida para los equipos de rescate y oración por el niño caído al pozo son solo algunas de las tareas que unen estos días a la comunidad parroquial.
Un verdadero “hospital de campaña” es lo que parece la parroquia de Totalán, lugar donde las labores de rescate de Julen se mantienen desde hace días sin tregua ni descanso. Como el resto de este municipio, la comunidad parroquial se mantiene en vilo y atenta a cualquier necesidad que pueda atender. Feligresas de la parroquia han dedicado muchas horas a preparar alimentos destinados a los más de 200 voluntarios implicados en el rescate del pequeño, caído a un pozo hace ya una semana. Unas 3.000 croquetas, caldo caliente y pollos donados por un asador han sido preparados en los salones parroquiales, gracias a la solidaridad de los vecinos y el compromiso de las Cáritas de las parroquias de La Cala del Moral y Totalán.
El sustento de la fe es también fundamental. El pasado domingo, en la Misa de las 13.00 horas de la parroquia de este municipio, se oraba tanto en favor del pequeño Julen como de sus familiares. El párroco, Ramón Tejero, comparó el ejemplo de ”la solidaridad y la espera del pueblo con la de la Virgen María”. Tras la ceremonia, el sacerdote recibió en la Sacristía a algo más de una docena de niños y niñas de catequesis. Acompañados por sus padres y madres, han expresado su gratitud y emoción al recordar que esta Misa pidiendo por él «se ha celebrado en domingo y a la misma hora que desapareció Julen».
Ana María Medina