La comunidad parroquial de Triana acogió al Sr. Obispo con sencillez y ternura

Diócesis de Málaga
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La comunidad parroquial de Triana acogió a D. Jesús dentro de la Visita Pastoral que viene realizando al arciprestazgo de Axarquía Interior. «Ha sido una visita sencilla y acogedora que el Sr. Obispo ha disfrutado, lo reflejaba su rostro», afirma el sacerdote Antonio Castilla, que lo acompañó en dicha visita.

Triana es una pedanía de la localidad de Benamargosa, cuya parroquia está dedicada a San José. «Al llegar a la escuela capilla, que se encuentra dentro del recinto del Colegio Diocesano, ya se encontraban los vecinos y algunas autoridades esperando al Obispo de Málaga, a su pastor», explica Antonio.

La visita comenzó en el templo, rezando juntos ante el Santísimo, después, el Sr. Obispo se mostró disponible para confesar a cuantos fieles se acercaron y, a continuación, convocaron la asamblea parroquial. La jornada concluyó con la celebración de la Eucaristía. 

«La comunidad parroquial se mostraba con mucho ánimo y muchos nervios, pues la visita del Sr. Obispo era un momento muy importante para esta pedanía», explica Antonio Castilla.

Durante la asamblea, «D. Jesús Catalá habló de que lo importante es la intensidad con la que se vive la fe pues, como cristianos, estamos llamados a iluminar, no con nuestra luz, sino con la luz de Cristo. La sociedad en la que vivimos nos va mundanizando sin darnos cuenta y no tenemos que dejarnos arrastrar por lo mundano, dejando a un lado la vida de fe», explica Antonio. 

Y el momento culmen de la celebración fue la Eucaristía, «en la que se volcó toda la comunidad parroquial (de forma especial los niños de catequesis); y las Misioneras de San Juan de Ávila, fundadas por el Padre Soto, quien fue director espiritual del Seminario de Málaga en tiempos de san Manuel González», concluye Antonio. 

Al finalizar la Misa, una niña de la parroquia, en representación de todos los niños, leyó una cariñosa carta dirigida a Don Jesús, que después le regalaron como recuerdo, y le cantaron una canción. La comunidad parroquial le ofreció una cesta de limones y aguacates, productos de la tierra. 

«La despedida también fue muy emotiva», añade Antonio, «y todo el mundo invitó a D. Jesús a que regresara pronto. Desde mi experiencia, una comunidad pequeña y acogedora de corazón que cautivó al Sr. Obispo». 

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