
Más de trescientas personas de la comunidad paraguaya asentada en la parroquia de San Juan Bautista de Málaga capital se reunieron el pasado domingo, en vísperas de la Inmaculada, para honrar a su Patrona, la Virgen de los Milagros de Caacupé.
La jornada comenzó con una procesión de la imagen, acompañada por cantos y oraciones que expresaban la profunda devoción que esta advocación despierta entre los fieles. A continuación se celebró la Santa Misa, presidida por Francisco González, párroco de Cártama Estación y sacerdote muy querido por esta comunidad, a la que acompaña desde hace años y cuyo país ha visitado en varias ocasiones.
La devoción a la Virgen de Caacupé tiene su origen en el siglo XVII. Según la tradición, un indígena llamado José, perseguido por una tribu enemiga, se refugió en un árbol de yerba mate e hizo la promesa de esculpir una imagen de la Virgen si lograba salvar su vida. Tras su liberación, cumplió su voto tallando la imagen que daría origen a esta advocación mariana tan arraigada en el corazón del pueblo paraguayo.
La celebración en Málaga volvió a poner de manifiesto la riqueza de fe, tradición y unidad que esta comunidad aporta a la vida de la Iglesia diocesana.

